4TOXIC ✧ KARD Fanfic

By OmiBiIre

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[BORRADOR COMPLETO] JiWoo, SoMin, BM y J.Seph son hijos de mami y papi, cuatro jóvenes amigos muy cercanos qu... More

୨⎯bienvenida⎯୧
| Personajes |
| Introducción |
Capítulo 01: El ratón de la maleta es SooBong
Capítulo 02: La razón del ritmo de su corazón
Capítulo 04: Uñas largas, malhumor; colmillos no se asomen, por favor
Capítulo 05: Dichoso sea aquel que prueba sus labios sabor a miel
Capítulo 06: Querido..., te ayudo en lo que quieras
Capítulo 07: Preparativos con un susto irremediable
Capítulo 08: Sorpresa... Feliz cumpleaños
Capítulo 09: Vacaciones familiares navideñas
Capítulo 10: Uno por aquí, otro por allá. Que no te vayan a matar
Capítulo 11: El juego de las mentiras
Capítulo 12: En busca de una víctima especial
Capítulo 13: Celos, celos y más celos
Capítulo 14: Uno es mejor que dos
Capítulo 15: Víctima en la mira
Capítulo 16: Juguemos a ser novios
Capítulo 17: Las mentiras tienen patas cortas
Capítulo 18: Luces, cámara y acción
Capítulo 19: Una promesa que no se puede cumplir
Capítulo 20: Estambre de sentimientos
Capítulo 21: Rumores y otros golpes
Capítulo 22: Cambios inesperados
Capítulo 23: Un beso con duras consecuencias
Capítulo 24: La frialdad no solo es de la noche
Capítulo 25: Reconciliación sin esfuerzo
Capítulo 26: Problemas y reconciliación
Capítulo 27: Medicación y debilidad
Capítulo 28: Dolor y superación
Capítulo 29: Rudeza y fragilidad
Capítulo 30: El final de KARD
Epílogo
N/A final

Capítulo 03: Malicioso(s) entre nos

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By OmiBiIre

Matthew, TaeHyung, JiWoo, la madre de SoMin, incluso SooBong y su acompañante, uno que otro familiar de SoMin e invitado se encontraban en el hospital, esperaban angustiados. El silencio incómodo de aquel lugar no podía ser arreglado ni por las ocurrencias de Tae, quien no había soltado palabra alguna.

El doctor salió.

—Los familiares de Jeon SoMin —pronunció el hombre revisando su portapapeles. Al levantar la vista observó a todos los presentes levantados y mirándolo preocupados. Alzó una ceja sin entender.

—Yo soy la madre —Se adelantó a decir la mujer.

—Sígame, por favor.

La adulta asintió y al sentir unos pasos tras de sí se giró para dedicarle a los tres jóvenes una mirada asesina. Éstos, como perritos regañados, retrocedieron un paso a la vez y bajaron la cabeza.

Entró a la habitación donde estaba SoMin y notó que estaba durmiendo. Tantas emociones encontradas la pudieron haber agotado. Después de tanto observar a medida que se aproximaba a la camilla percató la venda en la mano de la castaña. Su mirada se entristeció.

—No le ha pasado nada grave a su hija —avivó el doctor—, por suerte los vidrios no se incrustaron demasiado. Si les dan el cuidado necesario a las heridas, podrá sanarse rápidamente.

—Muchas gracias, doctor —agradeció la mujer a la vez que veía a su hija dormir mientras le acariciaba el dorso de la mano sana.

El hombre sonrió, tímido. Y las dejó a solas.

SoMin abría los ojos lentamente, y a medida que lo hacía se percataba que estaba en el hospital y que su madre estaba junto a ella mirándola con ojos triste.

—Mamá...

—Oh, SoMin, cariño. Me alegra tanto que estés bien —destacó con una sonrisa cálida—. Dime, preciosa, ¿qué fue lo que pasó?

—Mamá...yo... —tartamudeó. Quería decirle lo que había visto, quería revelarle que su padre le era infiel y que de todo lo que su, no tan ex, había dicho, lo que más le afectó fue la manera de cómo se refirió a su familia, amigos e incluso hacia sí misma. Decidió omitir todo y se quedó en silencio.

—Lamento haberte hecho pasar por tan horrible momento. No debí invitarlo o debí haber hecho algo para que no fuese —Se reprimió a ella misma.

—No, mamá. No fue tu culpa, tú misma lo dijiste: es su decisión si quiere ser un maldito inoportuno. Pero sí, me molestó demasiado y no pude controlar mis impulsos —confesó—. Es mi culpa por no haber tomado la pastilla. Lamento mucho lo que pasó, mamá.

—Ay, mi niña —La miró con ojos cariñosos y después la abrazó—. Por cierto —dijo al separarse—, los chicos están afuera. ¿Les digo que entren?

SoMin asintió. Sabía que la irían a bombardear con muchas preguntas, pero igual necesitaba desahogarse, mas no sentía que era el lugar.

La mujer soltó la mano de su hija y se giró sobre sí misma, abrir la puerta de la habitación e ir a la sala de espera que no estaba tan lejos. Cuando llegó se le cayó la cara de vergüenza.

—¡Qué poco hombre eres! —exclamó JiWoo quien le jalaba las orejas a SooBong y le propinaba uno que otro golpe. Tras sí estaba TaeHyung apoyando a la menor y a Matthew intentando calmarla, pues por primera vez su sentido de razón le dijo que estaría haciendo un escándalo en el hospital y eso no sería bueno.

Los demás que habían ido de metiche —incluyendo la acompañante de SooBong— los miraban atemorizados.

El trío y los demás al notar la llegada de la empresaria pelaron los ojos.

Se acercó a JiWoo y tal como le hacía al joven, la jaló de las orejas, la separó del muchacho y luego tomó a Tae igualmente. Con una mirada molesta llamó a Matt. Los llevó a otra habitación de espera y los hizo sentarse para sermonearlos.

Apretando los labios hecho una delgada línea, los miró con decepción.

—Los siento mucho, tía Jeon —Se adelantó a decir JiWoo, la cual había agachado la cabeza por pena y arrepentimiento—. Pero no podía dejarlo pasar. ¡Mire lo que hizo! —Levantó la cabeza al pronunciar aquello—. En serio no sé qué pasó entre ellos dos y apuesto que me dirá que tampoco es de mi incumbencia, pero es mi amiga y no puedo permitir que la dañen —sollozó.

—Estoy de acuerdo con eso, tía Jeon —destacó TaeHyung.

—¿Y qué me dirás tú, Matthew? —Se cruzó de brazos la mujer.

—Lo siento, yo no tengo nada que ver —Levantó las manos—. Aunque esté de acuerdo con lo que dice JiWoo, no tenía planeado hacer un espectáculo aquí. Yo intentaba evitarlo.

La señora Jeon asintió sin cambiar su expresión molesta y decepcionada. Negó levemente con la cabeza agitando su cabello corto de un lado a otro.

—Lo dejaré pasar por esta vez. Sé que no tenían malas intenciones —enunció con voz dulce, bajó la voz y admitió:—, y para ser sincera yo también estaría haciendo lo mismo —Esto ocasionó una risa tímida entre los cuatro. Había bajado la guardia y ablandado su semblante—. Pero no es ni el momento ni el lugar. Piensen más antes de actuar, sobre todo tú, JiWoo. Eres la más joven, aunque sean unos meses, todavía tienes mucho que aprender, pero con estos niños como amigos no vas para nada bien —rió. Matthew y TaeHyung la miraron mal—. Es la verdad, no me miren así. Vayan, SoMin los espera. Yo me haré cargo del idiota aquel.

Tras eso sonrieron. Se levantaron de su lugar y tras un beso en la mejilla de la empresaria, salieron del lugar.

—¿Ves, JiWoo? Por poco estuvimos en problemas. Por primera vez la tía Jeon nos comprende y no provocó que casi nos castiguen —reprendió el más alto.

—Ya, basta. Me harás sentir culpable.

—Creo que ese es su punto, JiWoo —murmuró J.Seph.

Entraron a la habitación de SoMin, la cual veía la venda en su mano detenidamente. Al notar que sus amigos estaban allí, sonrió.

—Chicos, al fin llegaron. Pensé que se habían perdido o algo así —ironizó SoMin.

—Creo que nos dijo estúpidos —La expresión pensativa hizo que la hospitalizada soltara una risa—. Sí, nos dijo estúpidos.

Después de eso no hubo más nada. El silencio incómodo reinó. Los tres visitantes se quedaron de pie mirando a todos lados y SoMin desviaba la mirada. Sentía ganas de decirle todo a sus amigos, sus hermanos, incluso lo de su padre, pero no lo sintió conveniente.

Suspiró.

Con paso cauteloso la menor se acercó a la camilla y se sentó a un lado una vez que le dejó un espacio. Tomó su mano y tal cual como hizo la empresaria, acarició el dorso de la mano sana. Sonrió.

—Hemos decidido no preguntar nada. Si nos lo dices es porque te nace y no porque te obligamos como otras veces —indicó con voz dulce—. Te queremos y te respetamos, debemos comprenderte siempre y por eso decidimos esto. Pero ten en claro que no nos vamos a quedar con los brazos cruzados, sabemos que te hizo mucho daño —dijo con ganas de hacerla reír y lo logró, al menos soltó una pequeña risita—. Dinos, ¿cuándo te dan de alta?

—Dicen que no es grave, así que mañana, como al mediodía —aseguró—. Tráiganme comida, la de aquí sabe horrible —suplicó.

Los cuatro rieron, el ambiente estaba mucho más ligero.

Al rato se encontraban viendo la televisión. Ese hospital, o tal vez en esa habitación, había televisores en las habitaciones de los pacientes. Creyó que sólo se trataba de la habitación, de seguro por ser hija de una famosa empresaria le dieron la mejor. No lo sabría, nunca había estado en una habitación donde estuviera con otros internados y tampoco creyó hacerlo algún día.

Hablaron un rato, mas nunca tocaron el tema. Y la pasaron bien.

—Iré al baño —anunció el grandulón—. ¿Qué quieren que les traiga? —hincaron sus hombros, dando a entender que cualquier cosa estaría bien. Igual sabía lo que les gustaba, no habría problema alguno. Se acercó a la puerta para salir.

—¡Te lavas las manos, puerco! —exclamó JiWoo cuando el mayor cerró la puerta tras sí. Y supo que escuchó porque soltó una risotada, la cual era fuerte y grave.

***

Tras lavarse las manos, Matthew se las sacude y sale del baño. Pasa por la máquina expendedora del hospital, elije algunas papas, chicles y compra unos refrescos en la pequeña cafetería.

Pasa por la sala de espera del hospital y notó que, de todos, solo estaba SooBong y su prometida. Lo miró con recelo y mucho odio. Se acercó a él.

—¿Qué sigues haciendo aquí? —replicó dejando de lado toda formalidad—. ¿No fue suficiente para ti lo que te hizo JiWoo? No tengo problemas con sacarte yo mismo de este lugar con tal que dejes tranquila a SoMin —quiso lanzársele encima, pero una voz lo detuvo.

—Ya, Matthew —Era la madre de SoMin—. Yo me haré cargo de él. Ve con los demás, pronto nos tendremos que ir a casa.

Matthew cedió sin rechistar.

—Muchacho, no sé qué sigues haciendo aquí, pero entiende, ya le has hecho mucho daño a SoMin. ¿No te das cuenta? —cuestionó. Había decidido enfrentarse a él, pero de pronto le había surgido una llamada y lo pospuso. Pero, a pesar de lo tarde que era, lo estaba haciendo al fin—. No quiero ser maleducada, pero no debiste asistir. Mira lo que ocasionaste, mi evento se canceló por esto. Se me cae la cara de vergüenza con mis invitados, muchos eran de agendas apretadas. ¿Por qué? No seas necio, muchacho. Le terminaste a mi hija, la humillaste ante tus supuestos amigos y vienes hacer esto. ¿No crees que es suficiente ya? —La mirada triste de la mujer se grabó en la mente de SooBong, quien la observaba con arrepentimiento.

—Lo siento mucho, señora Jeon. No sabía que esto llegaría tan lejos —admitió—. Fue muy irresponsable de mi parte y me disculpo.

—Vete y no regreses. No molestes más a SoMin, a pesar que fuiste muy malo con ella no quiero que nada malo te pase. Piensa en tus errores y busca a otro que te perdone, porque ninguno de nosotros lo haremos —advirtió la mujer.

El muchacho hizo una reverencia y salió, tras él salió la chica con prisa, tanta que no se despidió de la mujer.

El teléfono empezó a sonar nuevamente. Lo sacó de su cartera y contestó:

—Oh, señor Choi. Lo siento mucho por lo que ocurrió hoy —Se disculpó avanzando hacia la salida—. Sí, entiendo. Lamento mucho haber hecho perder su tiempo. No volverá a pasar...

***

—Así que mamá no pudo venir a buscarme —farfulló.

—Lo siento mucho, señorita Jeon. Me mandó a retirarla y llevarla a casa yo mismo. Anoche se acostó muy tarde, me dijo que estuvo disculpándose con los invitados —indicó el joven chofer.

SoMin rió silenciosamente, irritada. Su madre siempre está ocupada, y no pudo siquiera abrir un poco de tiempo para ir a retirarla del hospital. Hizo una línea con sus labios, aguantando las ganas de llorar.

—Muchas gracias..., ¿ChinHwa? —dijo dudosa. Él asintió.

Tomó su celular y comenzó a mensajearle a sus amigos.

"Ya salí, muchachos. ¿Nos vemos esta noche?"

Se subió al auto una vez que el chofer le dio paso.

"¿Qué quieres hacer?", leyó el mensaje de Matthew una vez dentro del auto.

"¿Tener sexo salvaje? No lo sé, ¿qué dices tú? ;)"

Rió por aquello. Luego se arrepintió porque lo envió por el chat grupal.

"Bromeo. ¿Comemos cerdo después que salgan del colegio?"

No vio respuesta inmediata. Siquiera JiWoo o Tae vio el mensaje además de Matt. Dejó el celular a un lado y recostó la cabeza en el espaldar del asiento del auto.

—Por cierto, señorita Jeon —habló el conductor mirándola a través del retrovisor—, su madre me mandó a decir que no saliera esta noche, debe cuidarse la herida y descansar.

SoMin recuperó la compostura con el ceño fruncido.

"Se cancela todo, chicos", avisó por el chat al tomar su celular, molesta.

"Ya me había emocionado. ¿Por qué?", respondió JiWoo sin hacer caso al comentario anterior de la castaña.

No hubo respuesta que lo justificara. 

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