Los siguientes días fueron como estar en un sueño. No podía creer que por fin tuviera novio, y que fuera Popee, el chico más guapo que había visto en mi vida.
Bueno, no, el chico más guapo era Teddy. Sí, y él era amable y no hacía daño a nadie.
De repente, unos brazos rodearon mi cintura desde atrás.
—¿En quién piensas? —preguntó Popee.
Apoyó su mentón en mi hombro mientras esperaba una respuesta. Sonreí al sentirle cerca de mí, incluso podía notar su sonrisa juguetona formarse en su rostro.
—En ti, ¿en quién más iba a pensar?
—No sé cariño, no sé.
Suspiré y me giré para darle un gran abrazo. Estábamos en el cambio de clase, así que podíamos aprovechar para hacernos mimos. Mis amigos no se tomaron muy bien la noticia, sobretodo Matthew. Según Julia, quién se lo contó, él se lo había tomado normal. Pero cada vez que le intentaba hablar, me ignoraba. En el patio ya no venía con nosotros. Julia se lo había tomado bien, bueno, le daba igual. Decía que no esperaba que yo me fuera a confesar primero.
Teddy se lo tomó mal. Me ignoraba y parecía molesto cada vez que nos veía juntos. Entendía porqué se sentía así, pues me había contado todo lo que había sufrido por culpa de Popee y aún así empecé a salir con él. Quería arreglar las cosas con él pero parecía imposible. Aún así, seguía viniendo con nosotros al patio.
Scott se había enterado y le daba igual. Me seguía mirando mal, pero parecía que la situación había mejorado. Si soy sincera, extraño sus abrazos y sus ánimos antes de hacer un examen.
Las clases empezaron. Hicimos lo mismo de siempre, y nos dieron las notas finales. Mis notas eran muy malas, pues había estado distraída por temas personales. Solo saqué buena nota en inglés, aunque me había ido regular en los exámenes. Me extrañó un poco, pero no dije nada. A Popee le había ido genial, y me alegraba mucho por él... En verdad no, le tenía mucha envidia. Era mi novio, sí, ¿y qué? Eso no significaba que no pudiera tenerle envidia. Él era rico, tenía una familia, y simplemente era perfecto en todos los aspectos. No era justo, pues yo me esforzaba mucho y no conseguía nada a cambio. En ese momento me sentía inferior, a él y a los demás. Quería llorar. Quizás estaba volviendo a ser una reina del drama, como siempre.
Al acabar la última clase del año Julia nos dijo a todos de quedar a tomar algo. Quedamos Teddy, Popee, Matthew, Julia y yo. Mi amigo de pelo negro quería celebrar con nosotros, aún si no estaba de acuerdo con mi relación con Popee.
Fuimos a tomar algo a una cafetería. Todos se quitaron la chaqueta y empezaron a hablar y quejarse de sus notas.
—La de economía no me ha puesto un 10, vaya mierda.
—A mí la de química no me ha puesto un 8, aunque me faltaba una décima para llegar.
Todos tenían muy buenas notas, menos yo. Y no entendía porqué. Quería ser como ellos, sí, pero era imposible. ¿Cómo puede un ser imperfecto convertirse en perfecto? No puede, no podía.
—¿Que vais a pedir? —preguntó la camarera.
Todos pedimos algo con azúcar. Hacía tiempo que no comía bien, y para no desmayarme tenía que comer algo. Lo que fuera. En verdad quería comer porque me sentía mal. Todos tenían buenas notas menos yo. Mi hermano tenía buenas notas y yo no.
Me sentía enferma.
—¡Qué aproveche! —dijo Popee, empezando a devorar su plato.
Probé el donut que había pedido, preguntándome cuántas calorías tenía. Hacía tiempo que no comía un donut así que no me acordaba. Los demás estaban ocupados en sus cosas, así que no sentía la presión de que me vieran comer. Era molesto que, por ser delgada, la gente pensara que no comía y me estuvieran mirando cada vez que lo hacía. Pero en mi caso, era delgada porque no comía. Bueno, sí comía, pero poco. Si no comiera nada me moriría, y no quería eso.
Al acabar de comer volvimos a hablar, esta vez comenzamos a cotillear sobre nuestros compañeros.
—He oído que Scott tiene un lío con alguien, pero no se sabe quién es.—dijo Popee, dejando sorprendido a Matthew.
Noté que Popee puso su mano encima de mi pierna. Seguía escuchando la conversación, pero no podía evitar estar consciente de que me estaba tocando. Me sentía nerviosa, pues era mi primer novio y la primera persona que me tocaba la pierna así. No solía tener mucho contacto físico con la gente, así que eso me ponía aún más nerviosa.
—He oído rumores de que es un profesor, pero eso es imposible. —comentó Julia, dándole un sorbo a su té.
—Qué dices, Scott jamás haría algo así.—le defendió Matthew, pues seguían siendo amigos.
Tomé un poco del agua que había pedido mientras iban hablando.
Entonces la mano de Popee empezó a subir. Los nervios hicieron que casi me ahogara con el agua.
—Alice, ¿estás bien? Estás roja y casi te ahogas. —preguntó Teddy preocupado.
Asentí para tranquilizarlo. La mano de Popee se puso en mi espalda y me abrazó. Después de eso, todo transcurrió con normalidad. Nos despedimos y cada uno se fue a su casa. Popee me acompañó hasta mi hogar, pues según él me podía volver a ahogar por el camino.
—Cariño, lo siento por lo de antes. —empezó a hablar cuando llegamos a la puerta de mi casa.
—No hace falta que te disculpes, fui yo-
—No, no. Solo quería molestarte un poco, pero no pensé que te ahogarías.
Me puse roja de la vergüenza, vaya espectáculo había montado.
—Alice —cogió mis manos y las besó—, quiero que me digas si te sientes incómoda o mal si hago algo que no te guste. Como soy tu primer novio quizás te cueste un poco al principio, pero quiero que sepas que me puedes contar cualquier cosa, ¿vale?
—Eso ha sido demasiado bonito.—dije en voz alta mis pensamientos sin analizarlos antes. De inmediato tapé mi boca por decir eso.
—Te diré todo lo que quieras escuchar. —tomó mis manos y las apartó de mi boca para sustituirlas por sus labios.
Habían pasado unas semanas desde que estábamos saliendo, casi un mes, y nuestros besos seguían siendo muy rígidos. Por mi parte, claro, porque él sabía besar. Pero en ese momento todo cambió. Quizás era que me faltaba la confianza para lanzarme, pero lo hice. Y nos besamos, una y otra vez. Nuestros labios se unían y se separaban en armonía. El tiempo parecía haberse congelado, aunque aún sentía el frío del invierno. De repente, tomó mi cintura y abrió un poco su boca. Hice lo mismo con poca seguridad en si lo estaba haciendo bien, pero seguimos besándonos. Nuestras bocas se abrieron más hasta dejar paso a nuestra lenguas. Fue un desastre, porque no sabía besar con lengua. Paramos aunque yo pensaba que lo estaba haciendo bien. Le había dejado lleno de babas. Creo que había abierto mucho la boca.
—Me tengo que ir ya, que está empezando a hacer más frío —besó mi frente y soltó mi cintura—. Hablamos luego cariño.
Entré a mi casa con el corazón acelerado. Me sentía rara, muy rara. Además, sentía una sensación extraña allí abajo. Primero la pierna y luego el beso. No sabía si mi corazón iba a poder con tanto, pero al menos me había olvidado de mis problemas.
—¿Tienes novio? ¿Y no me lo habías dicho? —preguntó mi hermano, entrando a mi habitación de golpe.
—Sí.
—¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Cuánto tiempo lleváis saliendo juntos? ¿Por qué no me lo has contado?
—Estoy cansada, pregúntame más tarde.
—¡Pero-! Bueno, vale, pero no te libraras de la "charla" de mamá ni de mis preguntas.
No pude evitar sonreír cuando se fue. Por alguna razón, la casa parecía más viva.
________________
Hello!!
Tiempo sin leernos gente TwT
Ya he acabado los exámenes trimestrales, así que ahora tengo más tiempo libre :D
Ste Popee está pendejo. Pobre Alice, lo que va a tener que sufrir.
¿Scott tiene un lío con un profe? ¿Lo sabían? :o xd
Bueno eso es todo por hoy uwu
¡Nos leemos luego!