-¡Oh, porras!- gimió Sheldon al entrar en "The Cheesecake Factory" - No podemos cenar aquí, pero eso no es posible, rompería por completo la organización de mi dieta... ¿qué podemos hacer? Vaya dilema...- se lamentó.
-¿De qué estás hablando?- preguntó Raj.
-Eso, ¿a qué viene tanto drama?-agregó Leonard.
-¿No es obvio?
-Sheldon, ya sé que eres único en tu especie, sea cual sea, y aunque para tí sea obvio, para el resto de la humanidad no, así que explícate de una vez- Dijo Howard perdiendo la paciencia.
-Están en nuestro sitio- se limitó a decir señalando a una pareja sentada en la mesa en la que se solían sentar.
-Sheldon, hay más mesas libre, ¿Qué más da?
-¿Que qué más da? ¿Cómo puedes decir eso Leonard? Es nuestro sitio, está lo suficiente lejos de la puerta para que no molesten las corrientes, y de la cocina y el baño para que no lleguen olores indeseados. ¿Por qué nos lo habrán quitado?
-Tú mismo te has contestado, Sheldon-contestó Raj cansado.
-Aún así, es un despilfarro.
-¿El qué es un despilfarro?-preguntó Bernadette que acababa de llegar donde ellos.
-¡No preguntes!- gritaron todos, pero ya era tarde.
-Ellos son dos, y están ocupando una mesa para cuatro personas, por lo que les sobran dos sitios, que se podrían reducir a uno si usan uno de ellos para colocar los abrigos y el bolso, pero aún así, sigue sobrando sitio- argumentó con el coño fruncido.
-Por qué has tenido que preguntar...- gimoteó Leonard.
-Lo siento, no me di cuenta... Hola Howie-le saludó con una sonrisa mientras le daba un beso.
-Hola nena- sonrió también posando una mano sobre su cadera.
-No te preocupes Sheldon, ya han pedido el postre. Os cogeré el pedido y para cuando ellos se vayan ya tendréis la cena preparada.
-Gracias, Bernadette- dijo Leonard
-Iiiiii-corroboró Raj.
-¿Sheldon? ¿No tienes nada que decir?- preguntó Leonard.
-Sí, eres eficiente Bernadette, enhorabuena.
-Ya sabes que eso es un cumplido viniendo de Sheldon-dijo Howard.
-Claro-sonrió- lo de siempre, ¿no chicos?-todos asintieron-Bien, hasta luego.-Se despidió con un guiño para Howard.
-Ya era hora de que se fueran-dijo Sheldon sentándose en su hueco de la mesa.
-Sólo han pasado diez minutos-le recriminó Raj.
-Sí, y seguramente habrían tardado más, pero Sheldon les debió espantar con su intento de hacer explotar sus cerebros- bromeó Howard.
-¿Qué te hace pensar eso?-preguntó Sheldon.
-¿En serio? ¡Deshicieron la tarta en el café y se lo tomaron de un trago! y a juzgar por el humo que salía de la taza y el grito, estaba realmente caliente.-explicó Howard.
-Bueno chicos, aquí tenéis la comida, y no te preocupes Sheldon, me encargué personalmente de que hicieran tu hamburguesa como a ti te gusta.
-Gracias Bernadette, ya era hora de que recibiera un trato adecuado. Siempre que Penny nos atiende es una caos y hace patente su escasa profesionalidad...no me extraña que le dejen pocas propinas. Por cierto, ¿dónde está?
-Se encontraba mal-respondió Leonard- Debiste de pegarle algo el otro día.
-¿Y no has ido a verla?-preguntó Raj.
-Sí, fui ésta mañana pero...
-¿Discusión?-aventuró Howard.
-Sí-suspiró- esperaré a que se calmen un poco las cosas e iré a visitarla mañana.
Acabaron de cenar y subieron al piso.
-Bueno, voy a acercar a Raj y Howard a sus casas. En tres cuartos de hora o así estaré de vuelta, hasta luego.
-Adiós, chicos- dijo automáticamente Sheldon inmerso en sus pensamientos.
*Toc-toc-toc
-Penny
*Toc-toc-toc
-Penny
*Toc-toc-toc
-Penny
-Sheldon, deja de golpear la puerta y pasa de una vez, me va a estallar la cabeza.-Se oyó desde dentro.
-Técnicamente es imposible que...
-¡Cállate Sheldon!
Sheldon cerró la puerta y entró al salón.
-¿Penny?
-En mi cuarto.
Sheldon se dirigió hacia su cuarto y paró delante de la puerta cerrada de la habitación. Levantó la mano para llamar.
-Como se te ocurra llamar a la puerta, te juro que te tiro por la ventana.
-¿Entonces qué hago?
-Entra.
-Supongo que tiene sentido-dijo mientras entraba.
Penny estaba metida en la cama, con ojeras, la nariz completamente roja y rodeada de pañuelos usados.
-¿Qué quieres Sheldon?
-Te he traído un poco de sopa.
-Oh cielo... muchas gracias-dijo incorporándose- no hacía falta...
-Sí, sí hacía falta. Según la convención social y dado que tú me cuidaste a mí, te lo debo, así que me veo obligado a traerte sopa y cantarte "Dulce gatito" para así salvar mi deuda y quedar en paz.
-Sheldon, ¿no te cansas nunca de ser así?
-¿Ser cómo?
-Es igual, gracias por la sopa-murmuró con la voz quebrada.
Sheldon se la quedó mirando, confuso. Parecía triste, pero no sabía el motivo. Se acercó al borde de la cama y le dio el cuenco.
-¿Por qué no te sientas?-le preguntó Penny cogiendo el cuenco.
-Yo...-dijo Sheldon mirando los pañuelos por toda la cama.
-Claro, los gérmenes-dijo quitando los pañuelos-Listo-sonrió.
-Pero estás enferma...
-Sheldon, siéntate.
Sheldon obedeció, ingeniándoselas para tocar lo menos posible la colcha, efectuando varias maniobras.
-¿Ya estás cómodo?-preguntó Penny levantando una ceja.
-Bueno, todo lo cómodo que se puede estar rodeado de pañuelos con mocos y virus... ¿Penny?
Penny estaba temblando, tratando de contener sus ganas de llorar, pero sin poder evitar que alguna lágrima resbalara por sus mejillas.
-Estoy bien, no te preocupes...puedes irte. Y gracias por la sopa-murmuró.
-Pero...-Sheldon no sabía qué hacer; odiaba esas situaciones y no tenía datos suficientes para actuar correctamente. Normalmente la ofrecería un chocolate caliente y palabras de ánimo, pero en éste caso, ella estaba enferma, en su casa y le había dicho que se fuera- No sé qué hacer...-dijo finalmente.
-¿A qué te refieres?-preguntó levantando la cabeza.
-Estoy confuso, ya sabes que esto no se me da bien, me faltan datos para saber cómo actuar... aunque recuerdo que normalmente suelen preguntar el motivo por el que se está llorando, así que... ¿qué te pasa?