Eran las 8 de la noche, hoy fue de esos días en los que yo no podía ni siquiera respirar.
Demasiado trabajo.
Juntas, contratos, lecturas...
Solo había estado con mi niño unas cuantas horas en la comida, ni siquiera pude jugar bien con el.
Apenas había acabado, apague la computadora y me levante del escritorio para guardar mis cosas en mi bolso. Revisé mi celular y tenía un mensaje de papá.
Kian ya estaba profundamente dormido, y el quería llevarlo al día siguiente a la escuela.
La verdad no me opuse, tomé las llaves de mi coche y bostezando salí de mi oficina. El edificio estaba casi vacío, salvo por unas cuantas personas que seguían en sus computadoras.
Por supuesto les avise que ya tenían que irse a descansar. Salí de mi edificio y busque el auto en el estacionamiento, viajando hacia mi casa.
Cuando llegue a mi casa, me di una ducha rápida y me acomode en mi pijama que consistía en unos pantalones largos y una blusita.
Baje a la cocina y calenté leche, tenía antojo de chocolate. Mientras esperaba, revisaba mi celular cunado un mensaje llego.
James:
¿Estas en casa?
No sabía si contestarle o hacerme la dormida, desconocía la razón de su mensaje pero no lo pensé más y entre a la conversación.
Vengo llegando.
James:
¡Perfecto! Abreme la puerta.
Arruge mi frente, ¿era broma o la verdad? Baje la flama de la estufa y me dirigí a un cuarto escondido, que pocos saben de su existencia, donde había pantallas mostrando cada lugar de mi hogar.
Todo por seguridad.
Entonces si, confirme que James se encontraba en las puerta de afuera, con un coche estacionado.
Traía ropa normal, unos jeans y una chamarra negra, apreté un boton donde abría las puertas que daban hacia la calle. Camine hacia la puerta principal y entonces ahí me lo encontré, caminando hacia a mi.
Cuando me miro sonrió débilmente, mientas alzaba sus manos mostrándome unas bolsas de papel.
-Buenas noches Mía.
-¿Que es lo que traes ahí?-pregunté con curiosidad dejándolo entrar.
-La cena-dijo caminando hacia la cocina.
Llegué a la estufa y apague la leche.
-¿Kian esta aquí?-preguntó ilusionado, tiene días que no lo ve.
-No-se le borró la sonrisa- Se quedó dormido en casa de papá, lo deje ahí.
-Oh-dijo triste- Si, lo entiendo.
Quedó un silencio incómodo, sin Kian aquí ¿que podemos hacer, de que tenemos que hablar?
-Bueno, traje sushi ¿gustas?
-No tengo hambre, pero gracias.
-¿Y tu leche?- enarco una ceja.
-Eso no es tener hambre, solo sed.
-Está el agua, está bien, te creo.
James me miró por unos segundos, sacó el sushi de las bolsas y se acomodo en la isla.
-Perdón por comer aquí, pero incluso es mejor estar aquí incómodo que en mi departamento solo.
Me quede callada, analizando sus palabras, me había confirmado que vivía solo, ¿es bueno o malo? Por que quiere decir que esta en un departamento de soltero. Mierda, ¿por qué me importa tanto?
-¿De verdad no quieres? Esta delicioso-dijo metiéndose un rollo en su boca.
La verdad es que si me apetecía, el antojo crecía más.
James me miró y solo se rió, sacó otro plato y me lo tendió.
-Por favor-sus ojos cafés me miraron con intensidad, parecía que deseaba más que yo que comiera ese sushi.
Lo pensé por unos segundos, hasta que sin decir nada lo acepte. James me sonrió.
Agarre los palillos y entonces comencé a comer, dios mío, estaba delicioso.
-Prueba esta salsa-me tendió un pequeño frasco y entonces sumergi mi rollo en ella. Cuando me lo meti a la boca lo saboree- Salsa de Anguila, seguro ya la has probado, pero de este restaurante es distinta, es la mejor.
-Si, esta buena-acepte.
Nos quedamos en silencio por varios minutos hasta que acabamos de comer. Él agarro una servilleta y se limpio su boca, hizo un sonido con su garganta y entonces se levantó, guardo todo en las bolsas de papel, busco con la mirada algo y pareció localizarlo, camino hasta la basura y dejó todo ahí.
James se dio la vuelta y me miró.
-Te dejó descansar, gracias por aceptarme el sushi.-me miró otros segundos más y se fue.
Arrugue mi frente, sentía una necesidad increíblemente grande de detenerlo, así que no lo pensé, me levante de mi asiento y lo seguí, James había agarrado apenas la manija de mi puerta cuando hable.
-No te vayas-rogue, James se quedó parado, sin darse la vuelta aún- Emm, creo que debemos hablar.
-¿Sobre qué? ¿Kian está bien verdad? ¿Pasa algo con el? -se dio la vuelta d e inmediato, y vi en sus ojos la clara preocupación.
-No, tranquilo-sonreí para calmarlo- El está bien.
James relajo sus músculos, miró al piso y apretó sus labios.
-Entonces...
-Creo que me debes una platica-dije en voz baja.
James se quedó callado, parecía dudarlo per finalmente aceptó. Cerró la puerta con seguro y lo obligue a que me siguiera a la sala.
El tomó asiento y yo igual, ambos en el mismo sillón, pero en extremos diferentes.
Los dos no emitimos ninguna palabra por varios minutos.
-No sé como empezar-dijo en bajito.
-Solo habla.
-Mejor haz las preguntas, y yo iré contestando.
Tarde en asentir, me quedé analizando lo que quería saber.
Hasta que no me detuve en hablar.
-¿Por qué te fuiste? ¿Te obligaron o lo hiciste por que quisiste?
James inhalo fuertemente, y soltó todo el aire.
-Ninguna de las dos.
Se acomodo en el sillón, dejando si brazo izquierdo en el respaldo del sillón, su mano estaba cerca de mí cabello.
-¿Por qué crees que me obligaron?-preguntó confundido.
-No lo sé-me encogi de hombros- Sentía en ese entonces que estábamos bien y de repente te fuiste, por todo lo que pasamos la verdad no me hubiera extrañado que alguien te hubiera obligado. Creo también que no quería aceptar que lo hiciste por que quisiste.
-Nunca quise-miró al frente- Es tan difícil hablar de esto, de verdad me vas a odiar-susurró- Toda mi vida me preparé para esto, para proteger a los demás, dar mi vida por los demás, era algo que siempre quise y me sentía bien, pero entonces cuando yo te cuidaba y pasó todo esto del secuestro sentí que...
Fallé.
>> Mi orgullo estaba por los suelos, mi corazón estaba destrozado, no podía creer que había fallado en lo único que se me había mandado, en lo que trabajé tanto tiempo. Tenía mucha vergüenza, en lo que creí que era bueno había fracasado.
-Espera-lo detuve-¿me dejaste por vergüenza?-pregunté indignada.
-Si y no...
-¿Si y no?-me levante furiosa- No puedo creer lo que me estas diciendo.
-Dejame terminar.
-Oh, ¡por supuesto que lo haré! Es mediocre tu excusa.
-Es la verdad-dijo.
-Entonces sigue, por que de verdad me están dando ganas de no escucharte-cruce mis brazos.
-Yo... -se quedó callado. Esperé más pero no siguió.
-No puedo creerlo-dije sarcástica y dolida- Todo este tiempo sufrí por un imbecil que me dejó solo por vergüenza.
-Mía
-De verdad no puedo creerlo James, ¿te das cuenta de que te perdiste los primeros años de tu hijo... Por vergüenza? Dios mio, de verdad que debes odiarte.
-Y lo hago-también se levantó- ¿Crees que fue fácil para mí irme? ¿Y regresar y enterarme que soy papá? Me está matando.
-Si, y lo entiendo, actuaste cómo imbecil.
-Actúe cómo cobarde Mía, yo te amaba-mi corazón latió- Nunca debió empezar lo nuestro pero así sucedió, y se empezó a dar las cosas, de un momento a otro yo te necesitaba, estar contigo me hacía sentir bien, hacías que mis días fueran buenos ¡y Dios sabe que agradecí estar contigo las veinticuatro horas! Disfrutábamos mucho uno del otro y entonces de repente te ame, no te quise Mía, te amé . Sentía la necesidad de pasar mi vida contigo, lo sé, a ese extremo llegué, pero fue por que me enamore. Me había enamorado de la niña más consentida del mundo, y no importó, eso fue lo jodido. Por que ahí te das cuenta cuando amas a alguien, cuando aceptas todas sus imperfecciones.
Mi corazón latía cada vez más.
>>Siempre te dije que deje de cuidarte por trabajo, lo hacía por necesidad, anhelaba saber que estuvieras bien y verte bien me hacía sentir pleno, después nos fuimos a Malibu y fue perfecto, pero entonces paso lo de tu madre y Dios, sentí toda tu tristeza, todo tu dolor. No sabía cómo ayudarte. Y para el colmo ¡te secuestraron! ¡Cuando estabas conmigo! No como tú guardaespaldas Mia , como tu novio sentí tremendo odio hacia mí. No había fallado a tu padre, te había fallado a ti, desde ahí todo empezó mal.
-No tienes por qué culparte por mi secuestro.
-Lo hago-sonrió triste- Por qué estaba contigo y mi deber era cuidarte, pude haber echo más, pude haber luchado más, pero no di todo físicamente, y ver ese auto contigo adentro mientras se alejaba de mi, me rompía el corazón, nunca había tenido tanto miedo-para este punto ambos ya estábamos llorando-Pase días horribles Mía, incluso tu madre me vio sufrir por ti y de ahí supo lo nuestro, cada día que pasaba me torturaba saber que te hacían, como estabas, como te sentías, creí que me odiabas...
-No te odie por eso James.
-Pero yo creí que sí, entonces te vi y mi corazón descanso, sentí tanta paz, por que de verdad, no era vida sin ti, entonces me asuste, me asuste como un cobarde, necesitarte más de lo que debía, me sentía enfermo de ti, y tenía miedo. Miedo de volverte a perder, sabría que no podría con eso, mi corazón no aguantaría otra vez, y aunque estuvieras conmigo no me sentía bien,estaba asustado a que sucediera algo de nuevo. Entonces hice lo mas estúpido en mi vida, abandone lo que tanto ame, no podía con tantas emociones, creí que acabarías conmigo. Eres alguien de dinero y eso lo sabemos todos, y es que ahí esta el problema Mía, lo saben todos. Corres el mismo peligro que alguien importante en la política, y solo te dedicas al comercio. Temía por qué sucediera algo parecido. Entonces agarré mis cosas y me fui. Y entonces me cree la estúpida idea de que tu me superarias muy rápido, eres una mujer encantadora Mía, y los hombres están detras de ti, eso lo sé. Mi mente retorcida se creó un mundo donde tu conicias a alguien mejor, con más fuerza emocional y eras feliz, y por mucho que me doliera, lo acepté.
Cerré mis ojos con fuerza.
-Y veme aquí, años después de mi maldita decisión, tratando de ganarme el cariño de mi hijo. Que imbecil fui.
No dije nada.
Ambos nos quedamos en silencio.
-Eso es todo Mia, tan simple como estúpido.
Solté un suspiro largo, no sabía que decir.
-¿Alguna otra pregunta?-volvió a sonreír triste.
-¿A dónde te fuiste?-fue lo único que se me ocurrió.
-Inglaterra-se sentó.
-¿Y por qué allá?- arrugue mi frente.
-Mientras estabas... Secuestrada... Conocí a un hombre de la policía, hablamos un poco y entonces cuando te recuperamos me ofreció trabajo allá. Lo había rechazado pero entonces me agarro toda esta locura y acepte después.
Asentí, sentandome de nuevo a su lado, su cuerpo grande ocupaba un gran espacio del sofá, y ahora lo sentía más cerca de mí lado.
-¿Y te arrepentiste?
-Desde que me fui del cementerio, si. Todos los malditos días de mi vida.
Mordí mi labio.
-Aún me arrepiento Mia-nos miramos a los ojos- Ojala pueda regresar al pasado.
-Pero no puedes.
-Es verdad, no puedo. Todos cometemos errores, creeme, fue mi mayor error.
Solté un suspiro pequeño.
-Ahora no dejo de pensar en que si no me hubieran mandado acá, no te hubiera vuelto a ver, y no sabria que soy padre.
-¿Y como te sientes con ello?
-Siempre te lo he dicho, estoy asustado, pero cada segundo que paso con el, lo amo más. Es un sentimiento poderoso, increíble y hermoso. De verdad, que lo hicimos bien en procrearlo.
Sonreí.
-Esta divino.
-Se parece a ti-sonrió, acariciandome un mechón, no ignore este acto.
-Kian es una copia exacta a ti James, ni siquiera puedo creer que no lo hayas notado o sospechado desde la primera vez que lo viste.
-Estaba más impactado por nuestro reencuentro, la verdad es que siempre creí que no te volveria a ver, no me gustaba pero aprendí a vivir con eso.
-¿Y entonces?
-Entonces escuche a Kian llamarte mamá y mi mundo se tambaleó peor, no quería aceptar que yo tenía razón, que ibas a a encontrar a alguien mejor y formar una familia. Me odie en ese momento.
No se como ni por qué pasó pero entonces estábamos más cerca, su pierna rozaba con la mía, y su fragancia podía llegarme.
-¿Ahora?
-Ahora... -soltó un suspiro-... Agradezco que yo sea su padre, no pensé tener esta oportunidad y mira, soy papá-sonrió por un segundo, hasta que se le cayó la sonrisa- Pero, no me siento del todo contento.
Enarque una ceja, confundida.
-Estoy intentándolo todo con Kian pero aún hay algo que desde que te vi no puedo quitármelo de la cabeza.
-¿Que cosa?
James se quedó callado, parecía durar si decirme o no, la verdad es que la curiosidad me estaba matando,necesitaba saber ya.
-No creo que quieras saber-dijo tratando de levantarse pero lo detuve con mi brazo.
-Dime.
James apretó sus ojos, se quedó pensando y entonces me miró.
Sus ojos cambian cambiado, sus pupilas estaban dilata y su atención estaban en mis labios. Mi corazón comenzó a latir a mayor intensidad.
Sentía que sabía lo que iba a suceder pero lo increíble fue que no me importo.
James pareció no pensando mas y entonces se acercó con mucha velocidad a mi.
Después de tanto años, tantos sentimientos y tantos momentos sus labios por fin estaban tocando los míos de nuevo.
Se sentían cálidos, con un sentimiento ya conocido que sentía la necesidad de estar ahí por siempre, se sentía bien.
Sus labios comenzaron a moverse con los míos, en una perfecta sincronizacion, su mano tocó la parte de atrás de mi cuello acercándome más a el, haciendo el beso más fuerte. Por mi parte, toque su brazo, sintiendo la tela de su chamarra.
Su aliento se mezcló con el mío.
Mi lengua tocó la suya.
Su otra mano viajo a mi cintura y me apretó, con mi mano libre le desabroche su chamarra y el en segundos se la quitó.
Con cuidado, James me recostó en el sillón quedando arriba de mi. Lo abrace.
Nuestros labios no dejaban de tocarse, sentía una inmensa necesidad de seguir besandolo, de nunca parar.
Esto se sentía tan bien.
Por raro que suene, me sentía completa, sin necesidad de querer algo más.
Me acariciaba el cabello, la mejilla, con tanto amor que hacia que me sintiera amada, deseada.
Pero entonces tuve una ola de sentimientos encontrados cuando de repente me golpeó la realidad.
Pareció suceder lo mismo con el.
Sus labios se separaron de los míos, su respiración estaba igual de agitada que la mia, dejó caer con suavidad su frente en mi, unos segundos después se separó de mi con cuidado.
Ambos retomamos postura, nos quedamos en silencio, procesando lo que acaba de suceder.
No me miró.
Solo agarro un chamarra del suelo y se levantó, miró todo menos a mí y dijo...
-Perdoname, no lo volveré a hacer-me miró de reojo y entonces se fue.
Espere unos segundos y escuché la puerta cerrarse.
Me quedé ahí sentada, tratando de recuperar la respiración.
Y entonces sin evitarlo, una pequeña lagrima salió de mis ojos.
Apreté mis labios y mis ojos, mierda.
Me di cuenta de que necesitaba algo tan simple como un beso para darme cuenta de que él tenía razón, lo nuestro no era algo que se podía superar.
Y quería más.
Ya se, ya se.
He tardado meses, de nuevo, pero de verdad que mi carrera me tiene más muerta que viva, amo lo que hago pero no me da tiempo de absolutamente nada. No tenia cabeza para escribirles, y si lo hubiera tenido les hubiera dado algo mediocre. ¡Pero aquí esta de nuevo!
Por fin conocimos la razón por la que se fue James, algo tonta e inmadura de su parte, y ha tenido que lidiar con eso durante todos esos años. Pero créanme, siempre estuvo arrepentido y la ha sufrido. Pero como él dijo, todos comentemos errores.
Para que vean que una decisión bien tonta trae grandes consecuencias como perderse los primeros años de vida de tu bebé. Esta cabron.
Ahora hay que rezar por que luche por su familia y Mia lo perdone, por que algo como eso no lo sé, esta difícil ¿no?
Aparte quiero aclarar que por mucho que tarde, NO VOY A DEJAR DE ESCRIBIR ESTA OBRA, no soy alguien que deja las cosas inconclusas, y por mucho que tarde, esta novela tendrá un final.
Tengo un horario más flexible así que trataré de estar más activa, pero no prometo nada☹️
Los quieroooooo.
Errores ortográficos corregido hasta el final.
Hasta pronto💓