Marinette caminaba de puntillas por las escaleras rumbo a su habitacion, cargando en sus manos la caja miraculous, tratando de esconderlo.
-Marinette?- llamo la mujer china desde la cocina.
Vio a su hija arqueando la ceja sin comprender el comportamiento de la adolescente. La azabache nerviosa escondio la caja atras de ella dedicando una sonrisa nerviosa a su madre.
-Ehh, que hay maes- ahh... ¡mamá!- corrigio agitandose levemente
-Que tienes detras tuyo cariño- pregunto sosteniendo con cuidado su taza de té
-eh... ahhh, uh si, yo... tengo un, regalo?-
-Para quien?- se pregunto sin entender el comportamiento extraño de la de coletas
-para eh... Nino?- al no ver a su madre convencida invento una excusa - es que esta nervioso por conocer a los padres de Alya y... hum, quiere mi ayuda para darles buena impresión- sonrio lo mas creíble posible.
Sabine suspiro sin querer darle mas vuelta al asunto, bien sabia lo distraida y misteriosa que era su hija, respetaria su privacidad.
-Bien... dejare la comida en la estufa por si tienes hambre, estare abajo con tu padre- dicho esto se retiro dejando a una aliviada Marinette
Suspiro mas tranquila y se adentro a la habitación rosa.
-eso estuvo cerca- salio Tikki riendo levemente -aunque no sabes mentir-
-es dificil para mi ocultar mi doble vida- sonrio colocando la caja en su escritorio
-la caja si que capturo tu escencia- animo la kwami al ver a su portadora ver la caja con melancolía
-Diras, la de Ladybug- sonrio acariciado la catarina
-sabes que sin ti Ladybug no existiría, y como lo ha dicho el maestro Fu, eres la mejor Ladybug que he conocido- se abrazo a su mejilla cariñosamente
-Gracias Tikki, que haría sin ti- respondio el pequeño abrazo - y ahora mas que mi responsabilidad aumento- dijo posando sus ojos en la caja.
Penso por un momento donde colocar la caja para que no llamara la atención. Tal vez en el baúl, tal vez en su mesa; sea donde sea, debia tener mas cuidado que nunca, el poder de los miraculous literalmente estaban en sus manos.