Reencarné como la villana

By D-miyu

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Cuando Lucy se despertó, no entendía lo que estaba pasando a su alrededor. Seguía siendo Lucy Heartfilia, seg... More

Atrapada en "Academia del amor: Fairy Love"
La protagonista no lo comprendía
Academia Fiore
Familiar
Su compatibilidad con ellos
Luigi, luce, rubia... comúnmente Lucy
¿Otro sonrojo más? No, gracias
¿Quieres un duelo? Te daré uno
A blandir espadas
Noche de nostalgia
Ciertos malentendidos al despertar
Lucy todavía no se había dado cuenta de aquello
El rubio y el azabache de Sabertooth
Gracias, Erza
Soy la villana, pero estoy siendo intimidada...
El triste caso de Dan Straight
Ruta nueva
El último en darse cuenta
Mañana escandalosa
Los rumores dicen que...
Día caluroso
El final de este largo día
El día en el que todo la irritaba
Taza de té
Rubia vs rubio
Aquí para ti
Una radiante sonrisa
Heartfilia
Zeref y la novela
Lo siento
Dulce y rosa
Este mundo
La villana
Abre los ojos

Se despertó sin saber lo que hicieron

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By D-miyu


Despertó en una cama de hospital. ¿Cómo sucedió esto? Aunque lo intentase, no podía recordarlo...

Se levantó para sentarse en ella, Lucy se tocó la cabeza. Lo último que recordaba era que estaba en una situación incómoda con Gray y Sting.

" Nadie puede tocar a Lucy Heartfilia, si esto se vuelve a repetir, tendrán problemas con nosotros"

Ella frunció sus labios no tan convencida de su propio sonrojo ante esas palabras.

Se lo podría esperar de Gray, siempre había sido como un hermano sobreprotector con ella. Cuando se habían enfrentado a Phantom Lord, le había dicho a Juvia que prefiría morir antes de entregarla. Por su culpa, la muchacha de pelo azul la había tratado de rival por su amor.

Pero no de Sting, es decir, una vez le había guiñado el ojo de manera coqueta cuando había visitado a Sabertooth junto a Natsu; sin embargo, nunca se esperó algo serio de su parte. Además, había creído que él estaba enamorado de otra maga celestial, Yukino.

Se golpeó ambas mejillas por sus pensamientos, no debería de asumir que estaban enamorados de ella por lo que acababa de ocurrir, tal vez lo habían dicho porque se habían vuelto amigos cercanos, no? No estaba segura, todos apoyaban el hecho de que ella era las que lo tenía debajo de sus pies.

Aún así, no se quería hacer ideas.

Al mismo tiempo que la puerta al cuarto del hospital se abrió rápidamente, algunas personas se acercaron hacia ella apresuradamente. Y uno, la abrazó de repente mientras que otro apretó fuerte sus manos sin su consentimiento.

- ¡Luce!- exclamó alegremente Natsu mientras la estaba apretando demasiado con su abrazo.

- Lucy, gracias a Dios. Estás despierta- murmuró Rogue sosteniendo gentilmente su mano, luego se la llevó a sus labios para besarla.

- ¡oye! ¿Qué haces?- exclamó algo molesto el muchacho de pelo rosa y alzó a la muchacha, quien no decía nada a causa de la falta de aire.

Palmeó varias veces el brazo de su mejor amigo para que la soltara pero su fuerza no se podía comparar a la piel de acero que tenía el muy maldito. Él sentía sus golpeteos como picaduras de algún mosquito, sólo le causaban algo de picazón.

- suelta a Lucy- dijo el azabache mientras fruncía sus cejas y le daba un golpe en el estómago al duque Dragneel para mandarlo a volar lejos.

¿Se había pasado? No importaba, Natsu siempre era más denso que eso.

La rubia vio a una enfermera que estaba aquí para revisarla pero ella se desmayó como idiota, sin intención de ofender, por ser el lugar de aterrizaje de Natsu.

¿Estaba bien?

Se rascó su cabeza y observó a los dos haciendo un desastre de la enfermería.

- ¿¡qué demonios es ese ruido?!- la voz de Erza resonó cerca de la habitación y ambos se abrazaron asustados. Se sobresaltaron, junto con Lucy, cuando la puerta se abrió de golpe.

Detrás de ella, iban el marqués Fullbuster y el duque Eucliffe con una pequeña mueca con empatía hacia ellos. Aunque más preocupados por la joven postrada.

- ¡Luce! ¡No dejes que Erza me mate!- exclamó aterrado el heredero de los Dragneel mientras corría hacia la mencionada y saltaba en su cama.

La rubia oprimió el deseo de soltar cualquier gritó ante el peso repentino en sus piernas.

Ella se limitó a contener el aire, esto era más normal que ser intimidada por cierta albina. De un momento a otro, le creció la urgencia de tocar su cabello rosa, y lo hizo con un estremecimiento.

- ya... Tranquilo, Natsu- dijo la villana del juego con una sonrisa mientras acariciaba gentilmente las hebras, que eran más suaves de lo que parecían.

Ya que se veían como llamas, siempre se preguntó si se calentaban al tocarlas o si tuviesen otra temperatura. Pero nada sucedió.

Él no se enojó ni se sobresaltó. En su lugar entrecerró sus ojos, pareciendo cómodo.

Probablemente así es como se sentía acariciar a una bestia.

- no deberías de consentirlo- dijo Gray interponiéndose entre ambos, y tomó a Natsu de sus hombros para tirarlo a la pelirroja- es más, debe de enfrentar el peligro para saber cómo vivir

- ¿desde cuándo te preocupas por Natsu?- preguntó Sting entrecerrando sus ojos, esa declaración no lo había convencido para nada.

- sí, Gray- concordó el marqués Cheney haciendo el mismo gesto que su primo- .... no sabía que te importaba Natsu..

- hay cosas que la gente no aparenta...- se excusó mientras desviaba su mirada hacia otro lado, su sudor había empezado a incrementar.

- Rogue- le llamó el rubio de la habitación mientras veía al mencionado- ¿no tendrías que ir con Natsu?

- él estará bien, es una cucaracha difícil de matar- respondió con una mueca recordando los eventos de la última vez- una cucaracha mutante

- no quiero interrumpirlos- empezó a hablar Lucy con una falsa tos- pero.. podrían decirme qué hago aquí?

Ella se había despertado no hace mucho y lo primero que vio fueron sus amigos actuando si nada hubiese pasado. Necesitaba respuestas.

- rubia, te desmayaste en medio de todo- explicó Sting haciendo memoria de la escena caótica de hace unos momentos.

Cuando ambos muchachos dijeron esas palabras, gran parte de sus admiradoras empezaron a chillar y a reclamarles eso. Pero ambos estaban concentrados en la rubia que parecía demasiada avergonzada como para pensar bien. Jurarían que le había estaba saliendo humo de la cabeza.

La llamaron varias veces pero no reaccionaba, por lo que se empezaron a preocupar.

No había parecido que se encontrara bien así que la llevaron a la enfermería. Y de una de las maneras más ridículas a causa de que ninguno quería que el otro la cargase.

Rufus Lorh, el prefecto de la división de las artes, vio la forma en que cada uno de los jóvenes apoyando la mitad de los hombros de la rubia sobre uno de los brazos de ellos al igual que con cada muslo de la misma.

Eso le había dado una nueva idea para la próxima obra escolar, una sobre una reina egipcia.

- veo que no es un resfriado- murmuró el mago de hielo mientras apoyaba su frente sobre la de la muchacha. Su mirada era suave y desinteresada pero en realidad, estaba calmado.

- sería poco probable que estuviese resfriado- admitió ella con un dedo en su mejilla, pensativa.

- pero no lo estás...- musitó él acariciando la cabeza de ella- es bueno saber que a pesar de tener tus ropas mojadas, no has capturado un resfriado

Ella se le quedó observando, él estaba sonriendo de una manera aliviada. Y aunque era una pequeña e diminuta sonrisa poco notoria, lo apreciaba.

- rubia, la próxima vez que suceda algo así, llámame- suspiró Sting cruzado de brazos. Levantó una ceja y se inclinó hacia ella- ¿cómo es que te dejas intimidar?

- en realidad, cuando le iba a dar un puñetazo a Touka, apareciste...- confesó ella dudando de si estaba haciendo lo correcto. Eran amigos después de todo pero casi cometía un acto de violencia, a pesar de que ellos lo hacían todo el tiempo.

- ¿en serio?- preguntó sorprendido el duque y vio que ella asintió como respuesta. Se rió tan fuerte por eso que terminó en el suelo, sus piernas le estaban fallando.

- ¿está tan mal que lo haga?- Lucy se avergonzó de sus posibles acciones. Si el idiota número dos se estaba riendo de ella, significaba que había hecho algo malo, no? Pero la joven nunca sintió que lo era.

- no, no lo creo- contestaron ambos azabache de inmediato como si fuese algo natural.

- me hubiese encantado estar ahí para verlo- pensó en voz alta Rogue mientras se tocaba la barbilla, hubiese sido un momento divertido.

Ella nunca hubiese pensado que tendría un lado tan expresivo y agradable, además de uno sádico. Pero se rió nerviosamente ante su comentario.

- y realmente me hubiese gustado darles su merecido contigo- alegó el heredero de los Fullbuster, quien también empezó a verle lo divertido de la situación y estaba tratando de contener su risa.

- no, esperen- los interrumpió el duque en el suelo, tenía una expresión seria al decirlo- está mal golpear a las mujeres

- pero tú les rompes el corazón- dijo su primo rodando sus ojos- no le rompas el corazón a alguien, solamente tiene uno, huesos tiene muchos...

- ¿de qué hablan?- preguntó Erza entrando a la habitación con cierto muchacho de pelo rosado.

Natsu no dijo nada y se acercó a la cama de Lucy para recostarse en ella, sentía todo su cuerpo adolorido.

- ¿ven? Huesos tiene miles...

- de nada importante- habló la rubia con una sonrisa divertida mientras acariciaba la cabeza de la pobre persona que se había apoyado sobre ella.

La pelirroja asintió y también se le acercó para lanzar al duque Dragneel a otra cama de la enfermería.

- no molestes a los pacientes, Natsu- le advirtió su amiga de la infancia con el ceño fruncido.

- a-aye...

Este no sintió la suavidad de la cama debido al impacto, por lo que su dolor había incrementado.

- gracias, Erza- murmuró con total sinceridad Rogue mientras ponía una palma en su pecho soltando un suspiro de plenitud.

Los otros dos muchachos también asintieron de acuerdo con las palabras de agradecimiento del azabache.

- ... no hay de qué?- respondió la heredera del imperio sin comprenderlo del todo. Pero no le importó mucho.

- ¡Lucy-nee!- exclamó Minerva entrando con un fuerte golpe a la habitación.

- Minerva..- murmuró la rubia al recibir un gran abrazo por parte de su prima, y uno más grande de Titania porque ella quiso unírseles.

- Lucy, también me alegra de que estés bien- dijo la heredera de Álvarez con un a sonrisa tranquila, usando tanto amor en su abrazo que las otras dos muchachas no podían respirar.

- s-sí...- intentaron hablar las pobres mientras que se estaban poniendo pálidas.

- deberías soltarlas, Erza- pidió Rogue en nombre de todos esos muchachos que le temían a la prefecta de la división de espada.

No era que él era la excepción, pero preferiría que la persona en la que estaba interesado siga viva. Además, tenía la menor reputación de destructor entre los cuatro.

- quitando esto- comenzó a aclarar su garganta la azabache buscando aire, al igual que la rubia- Lucy-nee, me he enterado de lo que ocurrió

- ¿qué?- dijo Lucy preocupada de que se refería a que cayó sobre Gray. Iba a morir si los Heartifilia se enteraran- n-no sucedió nada...

Empezó a reírse de forma nerviosa, pidiéndole piedad a los dioses que la trajeron a este maldito mundo de novela.

- Lucy- esta vez fue el mago de hielo quien tomó la iniciativa de hablar, mientras se encontraba recostado sobre la pared de la enfermería- te han intimidado, no puedes ser tan benevolente con eso

Él estaba preocupado por el dulce corazón que ella tenía, cómo puede perdonarles por tirarla de las escaleras? La tenía que proteger más.

- Gray tiene razón- Sting dio su opinión acerca del asunto, también con una expresión seria- rubia, sé que te puedes defender sola. Pero preferiría que no pasasen esas cosas

El rubio era consciente de que ella pudo haber acabado con una manada de admiradoras obsesivas, pero qué si algo hubiese salido mal? Sí, él era demasiado amable con el sexo femenino, aún así, no les perdonaría por hacerle algo a Lucy.

En el momento en que la muchacha se había caído y él no pudo tomar su mano, se había dado cuenta de que lo suyo iba más allá de un gran interés.

Aunque era raro. Nunca pensó que caería tan fácil por alguien.

- por eso, Lucy-nee, nos encargaremos de todo, no te tienes que preocupar, sí?- finalizó Minerva con una gran sonrisa de niña pequeña, escondiendo varias intenciones asesinas hacia ciertas personas.

- no es necesario, chicos...

Sin embargo, sus amigos no opinaban lo mismo, se les notaba con sólo verlos.

Y desde ese día, Lucy Heartfilia, quien fue asignada al grupo junto el cuarteto destructor para cuidarlos, invirtió los papeles.

Ahora ella era custodiada por una bestia cada día.

Continuará....

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