Lucy caminó por los pasillos en busca de un lugar para descansar antes de que empiecen sus clases por la tarde.
Sonaba extraño, pero en esta academia, las clases se dan en distintos horarios dependiendo el día. ¿Por qué armaron algo tan desordenado? Ella no lo comprendía y tampoco se había molestado en preguntárselo a alguien. Pero si tuviese que dar una respuesta, sería: escuela para ricos, como siempre.
Se limitó a soltar un bostezo que le había recordado que no pudo dormir bien. Cuando se despertó, Natsu la estaba abrazando contra su pecho y al rato, apareció Rogue para sacarlo a patadas de ahí. Ella se había escabullido en medio de la pelea entre ambos.
Pensó que era una nueva habilidad suya el de escaparse cuando podía.
Estuvo considerando ir a la biblioteca, pero ya ha estado ahí durante varios días seguidos, se iba a convertir en un ratón de biblioteca si seguía así.
Sumida en sus pensamientos, no se había percatado de que una buena cantidad de estudiantes femeninas la habían acorralado en medio.
-¿necesitan algo de mí?-preguntó Lucy mientras miraba a todas las jóvenes que la rodeaban, no le gustaba mucho estar atrapada en esta situación.
-nada del otro mundo, Lucy Heartifilia-respondió una voz entre el gran grupo y la mencionada pudo reconocerla de inmediato, poco a poco se iba acercando la protagonista femenina del juego, más conocida como Touka Whitewizard; a su vez que el grupo le abría el paso, dando a entender que la chica era quien lideraba el escándalo.
- Touka... -susurró la rubia de manera neutral aunque nerviosa por dentro, parecía que algo malo iba a ocurrirle- ¿qué quieres?
Ante su pregunta, la muchacha de pelo blanco sonrió, y se quedó parada frente a la rubia, sintiéndose con mucha autoridad en ese momento.
La maga elemental retrocedió con cada paso que avanzaba la heroína de la novela. Era realmente irónico lo que estaba sucediendo, la villana siendo intimidada por la protagonista de corazón puro, si realmente lo tuviese.
- verás..- comenzó la otra persona reencarnada con una sonrisa y risa maliciosa- estamos disconformes contigo... Lucy
Todas las otras chicas asintieron ante esa afirmación.
- ¡es verdad! ¡Te llevas la atención de Sting-sama!- gritó una de las personas que pertenecían a esa multitud.
¿Esto era culpa de Sting? Lucy se palmeó la frente. Fue atrapada en medio de una disputa de admiradoras.
- ¡y seguramente hechizaste a Gray-sama para que te diera su espada!- declaró furiosa otra, o mejor dicho, celosa.
- ¡también! ¡Rogue-sama es amable contigo!
- ¡y Natsu-sama te da su atención!- finalizó Touka apuntando de manera discriminadora a la rubia. Por adentro, demasiada contenta por poder devolverle todo el daño emocional que le había causado la villana.
Esa muchacha no solamente hizo que los objetivos de captura se centraran en ella, sino que seguramente había hecho algo para que los duques y marqueses la alejaran!
Lucy suspiró molesta ya que estaba a punto de tener otra migraña.
- ¿realmente piensan que hice algo para que...- hizo una pausa para usar otro término aparte de " Cuarteto de la destrucción" e "idiotas" para referirse a ellos- ... estas personas estuvieran pegados a mí?
- ¡los has seducido con tus pechos!- respondió la muchacha de pelo blanco recibiendo asentimientos por parte de las otras.
- ¡eso!- concordó una joven castaña.
- sí!- afirmó otra reclamando.
La villana del juego frunció sus cejas con una cara llena de vergüenza y molestia.
- a pesar de que todas nosotras seamos del mismo género, podrían molestarse en no clavar sus ojos en mi físico?- dijo la rubia cruzándose de brazos- no es mi culpa por tener pechos...
- ¡¿qué quieres decir con eso?! ¡¿Me estás diciendo plana?!- chilló la líder del grupo con sus manos en su cintura.
- te estoy diciendo que te conviertas en una mujer de la que tú misma estés satisfecha- replicó la muchacha entrecerrando sus ojos, estar con la heroína de "Academia del amor: Fairy Love" era un dolor.
Ya no se sentía tan amenazada como antes, más bien, ellas daban algo de lástima.
- de todas formas- gruñó Touka y la maga elemental se percató de que las admiradoras que la acompañaban llevaban una cubeta con agua- no es de tu incumbencia
Con un chasquido de sus dedos, la joven marquesa Heartifilia sintió un gran chorro de agua fría caer encima suyo. Abrió los ojos atontada mientras miraba sus prendas mojadas.
La albina sonrió complacida así como también el grupo que estaba ahí, Lucy tenía los ojos cubiertos por su flequillo.
La rubia apretó sus puños. Entre tantas risas dirigidas a su estado actual, se quitó su chaleco característico de su uniforme y se arremangó las mangas de su camisa.
Si ella era la villana de la novela, estaba bien que le diese un puñetazo en la cara a la protagonista, no?
De repente, sintió algo sobre sus hombros, era la chaqueta de alguien más. Sin que pudiese reaccionar, vio a Sting interponerse entre ella y las otras muchachas.
- ¿qué tal, señoritas?- saludó él con una sonrisa falsa- no deberían de hacer algo así, está mal intimidar a alguien, no?
Él no parecía amigable pero las admiradoras, incluída Touka, estaban tan absortas en su príncipe rubio como para percartarse de las intenciones de este.
Se encontraba de camino a la cafetería cuando de casualidad, vio una escena que le había digustado bastante.
- ¡Sting-sama!~
- ¡Sting-sama, aléjese de ella!~- declaró una mientras se mordía la uña de su pulgar con rabia.
- ¡eso! ¡No caiga por sus pechos!
Una vena sobresalía de manera espectacular en la frente de Lucy. Si le pagasen por las veces que habían hablado de sus pechos, podría pagar tranquilamente su alquiler.
Claro que ahora ni siquiera vivía en una casa con uno.
Alzó su cabeza cuando el rubio hizo un quejido en forma de puchero mientras hacía mala cara, después le escuchó decir:
- lástima, ya caí por ellos- sonrío de manera torcida al recibir gritos de reproches por parte de ellas.
La rubia sólo se pellizcó la punta de su nariz, estaba totalmente sonrojada pero todavía sin poder creer la situación en la que estaba metida.
- ¡Sting-sama! Eso es injusto...
Él se rió y pasó un brazo por la pobre víctima de todo esto.
- ¿por qué?- preguntó de manera juguetona mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Lucy.
- p-porque...- empezó una de sus admiradoras y muchos argumentos sin mucho fundamento empezaron a surgir.
- rubia, no deberías de meterte con gente así- le susurró de manera casi inaudible a Lucy ignorando las palabras de todas las chicas frente a él.
Ella no necesitaba que se lo dijeran, no tenía cincos años como para aceptar los dulces de un desconocido. Pero asintió como si no lo supiera.
- ¡Sting-sama!- gritó Touka mientras se encaminó hacia ellos y los separó interponiéndose entre ambos- ¡somos su club de fans, debería de darnos algo de atención!
- perdón, pero no eres mi tipo- respondió este siendo tan descarado de guiñarle aún así un ojo- no salgo con personas menores que yo, amo mi libertad, prefiero no tener que ir a la cárcel
La muchacha de pelo blanco estaba totalmente roja del enfado y de la vergüenza mientras que su séquito se estaba riendo de la pobre protagonista.
En medio de toda esa distracción, Lucy logró escabullirse a costa de la atención de todos, o eso creyó hasta que el rubio la sostuvo del brazo.
- ¿qué demonios quieres?- susurró ella mientras le clavaba las uñas de su mano derecha para escaparse.
Este no pudo responderle ya que la horda de mujeres los estaba obligando a retroceder juntos.
- las mujeres realmente dan miedo algunas veces...- gruñó Sting, quien empezó a sudar.
- ¿y ahora te das cuenta?- le regañó la maga elemental quien tiró de su brazo para al fin soltarse de su agarre, pero no del resto de las chicas.
- ¡oye!- él se giró para mirarla con una expresión algo molesta- no te separes de mí, es peligro- detuvo sus palabras cuando fue empujado, sin querer, por Touka.
Lucy maldijo a todos sin excepción cuando sintió que el peso de su cuerpo se estaba yendo hacia un costado sin suelo que pisar. Efectivamente, se estaba cayendo por las escaleras.
El rubio estiró su brazo para agarrarla sin importar si caía con ella con el proceso, sería su escudo. Pero lamentablemente, no la alcanzó a tiempo.
La muchacha sonrió de manera molesta mientras estaba a punto de alzar sus manos para mostrarles su dedo del medio con todo el cariño y plenitud que les tenía.
Aunque no lo hizo sabiendo que sería demasiado tarde.
- ¡Lucy!- gritó una voz detrás suya. Ella giró su cabeza para encontrarse a Gray con una expresión preocupada mientras intentaba atraparla.
Abrió su boca preguntándose si así había sido su expresión en el momento que, durante su vida pasada, murió.
Con un fuerte estruendo, la maga elemental cayó en los brazos del azabache justo a tiempo.
Gray había recibido el mayor de los impactos ya que amortiguó la caída de la joven. Cerró sus ojos con fuerza mientras se sentía mareado debido al impacto.
Se llevó una mano a la cabeza.
Patético.
Pudo haber usado un hechizo de hielo pero su cuerpo reaccionó por sí solo; era como si fuese incapaz de razonar cuando ella estaba en peligro.
- ¡Gray-sama!~- empezaron a chillar felices sus admiradoras con un gran rubor al verlo.
Esa voz sonaba bastante molesta para el mencionado. Cuando abrió los ojos, les dio una mirada enojada.
Y las caras de alegría de las fanáticas empezaron a desaparecer para ser reemplazadas por una de temor. Se miraron entre ellas, realmente se veían mal en este momento y no tenían una excusa.
- ¿qué se supone que están haciendo?- gruñó molesto mientras su atención volvía a la persona entre sus brazos, quien estaba temblando- ¿L-Lucy?
¡Ella, ella estaba llorando!
Se sobresaltó al oír su nombre y reaccionó, tocando el rostro de su salvador con preocupación.
- ¿estás bien, Gray?- preguntó la rubia con miedo de ser acusada por la familia Fullbuster y el resto de los nobles. Si lastimase a uno, lo tendría que pagar con su vida.
- ah- exclamó incrédulo Gray mirando su muñeca algo hinchada- estoy bien, qué hay de ti?
Las lágrimas todavía fluían. El azabache creyó que estaba en problemas por pensar que se veía linda todavía llorando, le daban más deseos de abrazarla.
- ni que se fuese a morir fácil- dijo Sting desde arriba, viendo con recelo a su amigo. Ojalá ella llorase por él.
- no juegues con la muerte de alguien, por favor- pidió Lucy cambiando su expresión a una más enojada. Acababa de reencarnar, quería evitar esa clase de bromas.
Su expresión de estar haciéndose la fría era realmente adorable, pensaron ambos.
Los objetivos de captura intercambiaron una mirada para luego ponerse de manera sobreprotectora cerca de la muchacha.
Las admiradoras miraron sin decir nada, Sting ya no estaba sonriendo.
El rubio vio el leve color rojizo en el tobillo de Lucy y apretó sus dientes. No parecía una herida, pero igual le disgustaba.
Tomó la pierna de la rubia y se inclinó ante ella, dándole un beso en la zona lastimada.
La rubia se le quedó mirando y sin decir nada, sólo se mordió el labio inferior para no soltar algún ruido extraño a causa del cosquilleo. Se estaba concentrando en el mago de luz hasta que sintió que Gray soltó uno de los brazos que la envolvían para luego tomar una de sus manos.
Se volvió hacia él, curiosa y atenta, encontrando su aguda mirada. Mientras que sus ojos no se separaban de los de ella, él besó su mano.
- ¿qué se supone que...- ella no terminó sus palabras ya que los besos de Sting subían con cada segundo a un lugar más arriba de su pierna mientras que el azabache se le estaba acercando a su cuello. Se le erizó un poco la piel al sentir la respiración del muchacho recorriendo su brazo.
Era todo una sensación muy rara.
- dicen que las heridas se curan rápido con saliva, eso hacen los tigres- murmuró el rubio sin mirarla.
La joven Heartifilia pensó en decirle que eso era sólo en animales.
- lo mismo aquí, en parte- respondió el mago de hielo mirando hacia el suelo, o más bien, el uniforme de Lucy.
Realmente quería decirles que eso lo hacían los animales. Podría ir a la enfermería a chequearse.
Ante el repentino grito de todas las mujeres que los estaban mirando, los jóvenes alzaron con desdén su vista antes de intercambiarse otra y asentir entre ellos para luego decir:
- nadie puede tocar a Lucy Heartfilia, si esto se vuelve a repetir, tendrán problemas con nosotros
Continuará...