Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a camnz y esta historia fue beteada por Flame's Child.
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La vida continuó igual durante unas dos semanas. Salía con Marcus por las noches. Marcus molestaría a Draco y él se enojaría, lo que al menos era algo divertido.
El sexo era genial. Generalmente Marcus era más considerado que Draco, pero tampoco era un perfecto caballero. Hermione intentó con todas sus fuerzas no convertir en una especie de santo al poco memorable Augustus Merrimen. Eso no le haría ningún bien a ella. Se había dado cuenta de que no había hombres buenos, excepto tal vez Harry. El resto debía aceptar las verrugas de sapo que tenían.
Esa tarde en particular, estaban festejando en la casa de Goyle. Estaban una antigua casa solariega muy similar a todas las antiguas casas solariegas que los sangre pura poseían. Y por lo que pudo apreciar de los retratos familiares, era no era una familia de personas físicamente atractivas.
Hermione se preguntó si alguna vez volvería a ver a su familia o si ellos la recordarían. Trató de descartar esos pensamientos, ya que la deprimían severamente.
Connie estaba en el centro de la habitación. Ella tenía a los hombres cautivados con una historia que estaba contando; Hermione se preguntó si estaba castigando a Nott por algo, castigándolo al mostrar sus encantos. Todo lo que Connie hacía, era con un propósito. Hermione estaba bastante segura de que no quería a Connie como su enemiga.
«Tienes que hacerlos sentir afortunados de tenerte», le había dicho una vez, eso hizo que Hermione se preguntara sobre el verdadero valor de las relaciones, del valor de estar en una relación. Al crecer nunca se había preguntado sobre eso, te enamorabas y eso era todo. Los sangre pura no se enamoraban, para ellos esto era sobre el intercambio de favores. Su relación con Marcus era sobre venganza y tal vez sexo.
Al menos Ron se enamoró, él era una mierda, pero se enamoró y eso era mejor que cualquier tipo de matrimonio arreglado a los que estaban acostumbrados los sangre pura y a los maltratos y humillaciones que sufrían las mujeres de sangre pura a manos de sus esposos y de sus amantes.
Esperaba que esto con Augustus Merrimen funcionara. Algo con lo que escapar de la soledad, de sentirse respetada y tratada con gentileza. Una vida dulce, de tener un esposo que la apoyara. De abrigar una chispa de calor en este horrible y frío mundo.
Hermione se dio cuenta de que estaba de un humor melancólico, así que salió a la fría área del balcón para despejar su mente. Todas sus esperanzas estaban puestas en ese desesperado plan de contraer matrimonio con un hombre con el que nunca había hablado y con el que esperaba olvidar la apremiante tristeza de lo que había perdido.
El aire frío era estremecedor, pero era agradable estar lejos de los borrachos.
Escuchó pasos detrás de ella.
—¿Te estás escondiendo? —Escuchó la fría voz que sólo tenía una persona.
—Me estoy tomando un minuto para mí. —replicó, molesta por la intrusión.
—¿Te gusta la casa? —preguntó Draco.
—Realmente no lo había pensado, todas parecen más o menos iguales.
Se quedaron en silencio por un segundo.
—¿Dónde está Marcus? —preguntó ella sin voltearse para enfrentarlo.
—Se ha ido. —respondió Draco.
Entonces eso fue todo, lo que había estado temiendo había sucedido y Draco estaba aquí para informárselo. Se frotó el puente de la nariz por un minuto tratando de ocultar una sonrisa amarga.
Ella quería preguntar por qué. ¿Por qué no podía simplemente dejarla ir? El impedimento obviamente estaba nuevamente en vigencia. ¿Por qué no se había cansado de ella? Aunque sabía la respuesta, él no había tenido la oportunidad, él la había perdido, lo cual no fue parte de su plan, por lo que ahora estaban de nuevo donde comenzaron.
—Vámonos. —ordenó.
¿Qué elección tenía ella ahora? Aún estaba viviendo en su casa. Ella necesitaba que él la dejara ir, lo cual no haría hasta que él lo decidiera. Entonces hizo lo único que pudo, se volvió y caminó detrás de él.
Él la agarró por el codo y se aparecieron en la mansión Black. Él no la soltó mientras la acompañaba a la habitación. Sólo la soltó cuando entraron en la oscura habitación que estaba iluminada por un tenue fuego en la chimenea.
—¿Dormiste con él? —preguntó.
—Sí.
Draco se sentó en la cama.
—Por supuesto que lo hice. —continuó.
—Podrías haber dicho que no. —comentó él.
Hermione lo miró, sin creer que estaban teniendo esta conversación.
—Bueno, estaba tratando de aceptar el hecho de que esto es lo que hago ahora —dijo con amargura—. Esto es en lo que me convertiste. Me quitaste el único trabajo que pude conseguir y me transformaste en una puta.
Él chasqueó la lengua con molestia.
—Y luego me apostaste y me enviaste lejos —pronunció cada palabra con ira.
Hubo un silencio apremiante.
—¿Usó la poción?
—Sí.
El silencio prevaleció.
—¿Te gustó?
«Más de lo que jamás admitiría», pensó para sí misma.
—Hizo las cosas más fáciles.
—¿Quieres que la use contigo?
—Eso depende de ti, ya que según entiendo, tú pones las reglas en este juego. —dijo ella.
Él chasqueó la lengua nuevamente.
¿Por qué la estaba interrogando? ¿Tenía la alucinación de que ella le sería fiel?
—Me apostaste y me enviaste lejos —repitió—. No entiendo cuáles eran tus expectativas. El acto en sí fue muy revelador.
Más silencio.
—Tuve que pagar una fortuna para recuperarte —dijo finalmente y se bajó de la cama.
Hermione tuvo que morderse la lengua con hastío. Parte de ella quería preguntarle por qué, pero otra parte realmente no quería saber qué diría.
El tiempo de conversación terminó. Él se paró justo frente a ella, inclinó la cabeza y la besó. Comenzó ligero, pero se profundizó en un abrir y cerrar de ojos. La presionó contra él y Hermione volvió a sentir lo fuerte que era. Nunca antes la había besado con tanta intensidad.
Se preguntó si él realmente la había extrañado, pero desechó la idea al sentir contra su vientre la emoción de Draco. Un escalofrío invadió sus sentidos. Su cuerpo ahora estaba acostumbrado al sexo, acostumbrado a sentir placer y para su horror, a responder al toque masculino.
«Esto no está bien», pensó cuando Draco comenzó a subirla sobre el escritorio que estaba detrás de él. Su cuerpo estaba tan acostumbrado a ceder al deseo a encontrar liberación, que ya no necesitaba la poción.
Luchó desesperadamente contra el deseo mientras Malfoy le acariciaba los muslos. Él se bajó la cremallera de los pantalones y entró en ella, deslizándose fácilmente. Él gimió cuando estuvo completamente dentro de ella. Hermione se sentía mortificada al pensar que probablemente él notó cómo su cuerpo lo recibía. Después de unos minutos su determinación de acero logró apagar las sensaciones por las que su cuerpo estaba rogando.
Él no la merecía, no merecía que ella lo aceptara. Marcus había sido otra historia. Ella esencialmente lo había estado usando tanto como la estaba usando. Y él le había preguntado primero. Draco no lo hizo, él sólo la manipulaba y le exigía. No estaba segura de si esa era toda la historia, pero tenía sentido para ella, tenía problemas para disfrutar del sexo con Draco.
Ella logró suprimir las sensaciones, aunque su cuerpo le estaba suplicando que no se resistiera, pero algo en su mente le decía que someterse ante Draco Malfoy sería algo realmente malo.
Él se vino con un grito que probablemente la gente en la calle había escuchado, se dejó caer jadeante sobre ella por un minuto antes de retirarse. Ambos estaban completamente vestidos. Se metió de nuevo en sus pantalones, pero no se molestó en subirse la cremallera. Caminó al estante de licores y se sirvió una generosa cantidad de bebida.
La noche no había terminado.
Unos días más tarde, la vida había vuelto a ser como era antes de su pequeño desvío hacia la compañía de Flint.
—Así que está de vuelta —comentó Connie cuando Hermione la vio, estaban en el club donde anteriormente la habían apostado.
Hermione sólo se encogió de hombros.
—Creo que perder lo molestó. No estoy segura de que esté acostumbrado a eso. —A pesar de que eso sucedía con mucha frecuencia en la escuela, ella completó en su mente. Debería de estar acostumbrado.
—Es un poco extraño —dijo Connie pensativamente—. Indica que allí hay algo más de lo habitual.
«Tal vez era eso», pensó Hermione, «tal vez había perdido tanto contra ella y sus amigas en la escuela, que ahora se negaba a perder otra vez».
—¿Crees que él siente algo por ti? —Connie preguntó absurdamente.
—¡Por favor! ¡Es Draco Malfoy! —resopló Hermione.
—Está completamente fuera de lugar. Sin embargo, esto de alguna manera arruina nuestros planes para ti.
—Creo que esto tiene más que ver con los rencores de la vieja escuela —aventuró Hermione.
—Y ahora tienes que esperar a que esta obsesión de él se termine, o puedes hacer algo al respecto.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Hermione tentativamente.
—Bueno, podríamos sacar la artillería pesada —dijo Connie con alegría.
Eso sonaba bien para Hermione, no se había dado cuenta de que existía la artillería pesada, pero se sintió esperanzada con la idea.
—¿Qué es a lo que más temen los niños y los hombres? —inquirió Connie.
Hermione no podía pensar a qué se refería. Draco temía al dolor, pero Hermione no podía pensar en nada peligroso que ella pudiera hacer. Ella no estaba realmente dispuesta a martirizarse a sí misma para lastimarlo.
La incertidumbre de Hermione hizo que Connie pusiera los ojos en blanco.
—Le temen por encima de todo a las mujeres pegajosas. Mujeres que están enamoradas de ellos. Los hombres preferirán a una banshee, un troll o cualquier otra criatura mitológica por sobre una mujer atosigante.
Hermione la miró por un momento. Trató de pensar en algunos ejemplos. En su sexto año estuvo Lavender. Y su comportamiento fue bastante efectivo para lograr que Ron huyera. Luego estaba Pansy, que seguía como un perrito faldero a Draco. Eso también pareció ser vergonzoso para él. Odiaba que Pansy lo arrullara, hiciera pucheros y lo llamara con nombres estúpidos.
—Pienso que podrías tener razón sobre esto. —concedió Hermione con una sonrisa.
—Literalmente es un golpe mortal a una relación en estos círculos —asintió Connie.
—No tengo mucha experiencia con eso —expresó Hermione con orgullo.
—Sí, bueno, si quieres deshacerte de él —dijo Connie—. No puede ser algo rápido. Se daría cuenta de que estás jugando con él. Te vigila atentamente, ¿sabes?
—Él es un depredador —concluyó Hermione despectivamente.
—Necesita pensar que te estás enamorado de él —le indicó Connie.
Hermione hizo un ruido incómodo.
—Tiene que ser lentamente, por lo que será creíble y luego lo volverá loco —dijo—. Juro que te dejará más rápido de lo que puedas decir "pastelito de mi vida".
—No estoy segura de poder convencerme de llamarlo "pastelito de mi vida".
—Bueno, es posible que tengas que hacerlo —Connie dijo con severidad—. Sea lo que sea que está pasando con él, podría prolongarse durante años. Si tienes razón y está tratando de compensar de alguna manera los ataques a su dignidad o identidad, esto podría continuar indefinidamente. ¿Quieres jugar este juego para siempre?
—No —manifestó Hermione, sumida en sus pensamientos.
—A menos que quieras estar con él —Connie presionó—. Ustedes dos obviamente tienen algún tipo de historia.
—¡No! —respondió Hermione, ofendida—. No estoy segura de poder fingir que lo amo, ni siquiera puedo fingir que me agrada. Me hace querer vomitar.
—¿De verdad? —inquirió Connie al levantarse—. Tu elijes si sufrir un poco ahora o sufrir con él por lo que posiblemente serán un par de años más. Tú decides lo que quieres. Ahora, debo ir con Theo.
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Fin Capitulo
Notas: Hallo! ¿cómo están? Por mi parte yo he estado bien ocupada, además de otros dramas de la vida adulta, pero mejor me dejo de monólogos sad. Y ahora díganme, ¿qué les pareció el capítulo? ¿les alegra que volviera con Draco? ¿Draquito es un idiota? Indudablemente XD
Antes de que lo olvide, la próxima actualización será el 5 de octubre. Yyy... creo que esa es toda la información relevante del día.
Los reamo a todos, son los mejores lectores de la vida.
Naoko Ichigo