Cuidado con el alemán #1

By InspirationHarrius

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En edición. Primer libro de la trilogía Cuidado. Decidme que ese de ahí no es el jodido alemán que me trastor... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
NOTE 1
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
NOTE 2
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
SOS
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Grupo de Facebook
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
IMPORTANTE
Capítulo 47
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Nota Final
Epílogo
CUIDADO #2

Capítulo 48

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By InspirationHarrius

Instagram: @iamgeral

— ¡Jinx Valls! ¡Trae tu culo aquí ahora mismo!

—¡Qué no estás en tu puta casa, hostias!

—¡Es importante, joder!

—¿Qué pasa?— digo confundida, he tenido que salir de la bañera debido a los gritos de Ava y Liberty.

Y yo que quería relajarme...

La modelo me da una mirada casi escalofriante cuando me ve pero no dice nada, tira su bolso a un lado y se lleva una mano hasta el bolsillo de sus pantalones traseros. Tiene su móvil entre las manos, Liberty y yo nos miramos de reojo preguntándonos que demonios pasaba con ella , la escuchamos maldecir entre dientes buscando sabe Dios qué en el móvil. Quito la pequeña toalla que llevaba en la cabeza y voy secando las puntas de mi pelo, menos mal que llevaba el albornoz encima y no una simple toalla cubriendo mi cuerpo porque si ese hubiese sido el caso ahora mismo estaría muriéndome de frío.

—Mira esto.— Ava extiende su móvil a Liberty y ella obedece, sus ojos se abren de par en par y le quita el aparato de las manos— ¿Increíble, verdad?

— Por Dios, ¿tú sabías esto?

— ¿De qué coño estás hablando?— me acerco un poco más a ella— A ver, déjame ver que dice ahí.

No dice nada. Mierda.

Cierro los ojos con fuerza y luego camino hasta el pequeño sofá que mamá tiene a un lado de la chimenea. Se supone que hoy iba a ser un día tranquilo, íbamos aprovechar que teníamos la casa de mi madre sola antes de que regresara de su viaje este finde pero parece que va a ser todo lo contrario. Miro otra vez la pantalla del móvil de Ava y le hago un poco de zoom a la imagen para poder verla mejor, los hermanos Ackermann están de fondo y consigo diferenciarlos a pesar de estar de perfil, más que nada por la ropa. No tiene pinta de que estén hablando del tiempo entre ellos dos, para nada.

—Es su hermano.— digo finalmente.

—No jodas, Jinx. Pensé que era un puto androide igual a él.— Ava me quita su móvil para volver a bloquearlo y se cruza de brazos, Liberty me observa enarcando una ceja en mi dirección a espera de que continúe.

— ¿Desde cuando Strom tenía un hermano? ¿Lo sabías?— pregunta la menor a lo que yo niego— Esto debe ser una broma. ¿Y por qué no te dijo nada?

—Porque le robó la identidad al verdadero Blitz.— la cara de ambas son un poema y es normal, esto era una locura poco creíble para ser verdad pero lastimosamente, lo era. Suelto un suspiro.— Os lo voy a resumir. La persona con la que creía estar hablando todo este tiempo resulta ser que es un vil impostor, le robó la identidad a su gemelo y le salió bien eso de seducirme y conquistarme. Fin de la historia, ¿entendisteis?

Tras un silencio casi perturbador, Liberty es la primera en poner su culo sobre el parqué justo delante mí.

—Me cago en la puta...

—Y yo en su madre.

—Está muerta, Ava.— le echo una mirada reprobatoria y ella se lleva la mano hasta los labios dando pequeños golpes en el.

— Lo siento, pero es un hijo de puta desquiciado y eso no se lo quita nadie. ¿Quién en su sano juicio haría algo así?

—¿Tú?

— Muy graciosa, Liberty. Sé qué soy mala pero no es pa' tanto.

— Como sea.— dice la pequeña de la casa— No tienes por qué darnos explicaciones ahora mismo, estoy segura que no querrás ni recordar el nombre de ese idiota pero solo te digo que esto no se quedará así.

—Por supuesto que no. A penas tenga su rostro delante estrellaré este delicado pero poderoso puño mío en su mentón.— esa es Ava, tan violenta como siempre.

—Oh, no. Vosotras no vais hacer nada, no quiero avergonzarme más de lo que ya me siento. ¿Sabéis que hasta Luciana estaba al tanto de todo?

—Me voy a quedar sin trabajo.— dice Ava Brandis tras un gran silencio, cae al suelo justo al lado de Liberty y recuesta su cabeza sobre su hombro con la mirada perdida.— La mataré de todas formas.

—¿Qué? No, tú no vas a perder nada porque no vas hacer nada, ¿me oíste Abby?— la llamo por su apodo después de un buen tiempo sin usarlo.

—¿Es que no vas a hacer nada? Esos deben estar riéndose de ti mientras tú...

—¿Piensas que no quiero hacerlo? ¡Pues claro que si! Pero ahora no tengo el valor ni las fuerzas para ello, me siento cansada de todo esto, ¿sabéis? Siento una incomodidad aquí dentro que me cuesta hasta respirar.— tengo que tomar una pausa y tragar duro para no echarme a llorar otra vez—Lo único que ahora quiero es pasar una buena tarde con vosotras y olvidarme de su existencia. ¿Podemos hacer eso?

Las dos me miran por unos minutos que parecen eternos, no sé que pueda estar pasando por sus mentes y aunque me dé curiosidad prefiero no saberlo, es mejor así. Ambas asienten y me regalan unas hermosas sonrisas antes de pedirme amablemente que vaya a cambiarme para salir a hacer las compras para la comida. Hoy vendría mi hermano a pasar el rato, supongo que traerá a su hija y eso me saca una sonrisa mientras me meto en unos pantalones de tiro alto, un jersey rosa y encima un cárdigan blanco con pequeñas perlas de retoque. El otoño este año había llegado con más frío y viento que el anterior pero no me quejaba, prefería esta estación al congelado invierno que caía en forma de nieve por Madrid.


Liberty aparca el coche dentro del estacionamiento del supermercado después de estar casi media hora dentro del coche por culpa del tráfico, algo normal en esta ciudad, luego vamos hacia las escaleras mecánicas y una vez en la planta principal nos hacemos con un carrito de compra. Voy dictando a las dos cada cosa que me habían hecho apuntar en una lista y veo como ambas se mueven de un lado para otro, me siento algo fuera de lugar porque lo único que hago es esperar sujetando el carrito para que no se estrelle con algo o alguien.

Hablando de alguien...

📩📩📩

Kai: Dónde estáis? Rose y yo acabamos de llegar.

Haciendo la compra. ¿Llamaste a Patrick?

Kai: Si y no creo que venga. Está en una cita.

Paro el carrito de un sopetón. ¿Pero qué diablos...? ¿He leído bien?

Vuelvo a leer el mensaje sin poder creerlo, era verdad, Patrick García estaba en un cita.

«Mira que rápido me olvidó», sonrió para mi misma y guardó el móvil en el bolso sin responder a mi hermano. Ahora entendía por qué había estado tanto tiempo fuera de su oficina las últimas semanas, se lo tenía bien calladito el cabrón.

—¿De qué coño te ríes?— Ava me mira extraño y deja una caja de cerezas sobre el carrito— Te está afectando lo de Strom, ¿no? Joder, tengo que llevarte con mi tía, aunque no creo que quiera verme por su clínica...

—¡Qué no estoy loca!— exclamo lo suficiente como para que solo ella me escuche y no los demás compradores, caminamos en dirección de la sección de pasta.— Patrick está en una cita, me lo acaba de decir Kai por mensaje.

Cierra la boca por fin y no dice nada por un buen rato hasta que ha mitad de camino, en dirección a la sección de comida chatarra, parece reaccionar y estalla en risas. Liberty Sanz se acerca a nosotras preguntado qué pasaba, no tardo mucho en contarle las buenas nuevas. Hacía mucho tiempo que no oíamos algo acerca de la vida amorosa de Patrick y ahora saber que estaba por ahí viéndose con alguien a escondidas nos sorprendía en sobremanera.

Me alegraba por él, era un buen hombre y se merecía todo lo bueno de este mundo.

«Por lo menos alguien será feliz.»

—¡Tía Jinx!

Tengo que pasar algunas bolsas de la compra a mi hermano cuando veo correr a la niña en mi dirección. La tomo entre mis brazos y la lleno de sonoros besos las mejillas, la pequeña de la familia Valls ríe y me abraza con sus delicados brazos el cuello.

—¿Haz estado bien, cariño?

—Si, ¡te extrañé mucho! Mamá no me deja comer chocolates, dice que me saldrán caries si los como.

—Otra Valls obsesionada con el chocolate, qué raro.— Ava pasa por nuestro lado rodando los ojos.

—Y tú con las hamburguesas.— dice mi hermano ayudándola—Rose me llevará a la bancarrota de tanto pedirme ir al McDonalds gracias a ti.

Ava sonríe en dirección a Rose que ya hace sobre mis rodillas peinando a una de sus muñecas. Veo como ambos se pierden por el pasillo discutiendo como críos, Liberty aparece después de meter el coche en el garaje y se sienta a mi lado.

—Dios, es idéntica a Kai solo que en versión femenina.— acaricia la mejilla de nuestra sobrina.— No me creo aun que se haya convertido en padre, a nosotros parece que aún nos falta.

—¿Quieres tener hijos?

—¿Quién no? Bueno,— se retracta— seguro que Ava diría que no.

Río ante su afirmación porque es verdad. No es que a Ava Brandis no le guste los niños, al contrario, parece que puede con ellos pero aún así no quiere una barriga grande ahora mismo en el cuerpo y menos aún con las miles de oportunidades que creemos que se le vendrán encima.

—Si, bueno, tú eres más joven que nosotras. No te preocupes, ya encontrarás a alguien y tendrás todos lo hijos que quieras.

—Suenas como una vieja ahora mismo.— se cruza de brazos y se recuesta sobre el sofá— Tampoco es que me llevéis muchos años, solo tres.

—Pero somos nosotras las que rozamos los treinta, guapa, no es lo mismo.

—¿Qué tiene eso que ver con el tema de ser madre?

—Que nosotras a este paso acabaremos solas y sin posibilidades de tener un hijo dentro.

—Ay, Jinx, no seas exagerada. Si lo dices por Strom, hay muchos hombres ahí fuera al que le gustaría salir contigo, fea no eres. Mira Patrick, por ejemplo.

—Es mi amigo, nuestro amigo, no puedo verlo como alguien más y tampoco quiero hacerle daño. Ya ha pasado por muchos desplantes debido a mi, no entiendo como no me ha mandado a tomar viento fresco aún.

—Porque te quiere y eso no lo puedes evitar por más que quieras.— cada vez que hablaba con Liberty mi cerebro explotaba dentro de mi por la madurez de sus palabras— Pero bueno, ¡qué ya consiguió ligue!

Asiento y como si la niña entendiera nuestra conversación comienza a aplaudir y a reír junto a nosotras.

Cuando acabo de ordenar un poco el desastre que dejamos después de comer, tomo mi pequeña mochila que dejé lista en mi antigua habitación y salgo atándome el pelo en un moño desordenado. Me encuentro con Kai al bajar las escaleras y con solo verme ya sabe a dónde me dirijo y se ofrece a llevarme tras asegurarse de que su hija está profundamente dormida y que tardaría algunas horas en despertarse. Mi asombro es que, una vez que lo espero dentro de su coche él aparece con su mochila de deporte en el hombro.

—¿Ya estás siguiéndome otra vez?

— No es que te siga, necesito hacer algo de ejercicio hoy, llevo sin ir unos días.

—Eso ya lo sabía, sobre todo la chica de recepción.— ruedo los ojos y me pongo el cinturón de seguridad cuando empieza a conducir. Por suerte, nuestra casa estaba situada no tan lejos de la cuidad.

—Ah, Cristina.— hace memoria y sonríe— No tengo nada con ella por si las dudas. Tampoco tengo tiempo para eso ahora, entre el trabajo y Rose no puedo hacer mucho. Eso si, prefiero pasar tiempo con mi hija que con alguna mujer, ya tengo suficiente con todas vosotras.— se queja y gira la rotonda sin dificultad — Soy el único desgraciado aquí. Estáis todas locas.

— No seas exagerado, ¿quieres? Tú sí que eres un pesado.

No tardamos más de veinte minutos en llegar al gimnasio. Kai aparca sin problema dentro del recinto al ser miembro y caminamos juntos hacia la entrada donde Cristina al verlo, sonríe nerviosa y agita la mano con entusiasmo a nuestra dirección.

—Hola, chicos.— dice — Kai, pensé que no regresarías.

—El trabajo.— dice este y tira de mi brazo con ganas de irse para lo que vino— Bueno, nos vemos luego.

Ella asiente y sigue con lo suyo. La situación parece incomodarle a mi hermano y eso me hace gracia, por suerte la chica era maja pero muy menor para él.

—Yo iré a la piscina.

—Vale, iré allí a penas acabe.

Asiento y lo veo marchar hacia la sala donde se encontraban algunos cuerpos musculosos haciendo pesas y algunas mujeres corriendo en la cinta o tonificando piernas. Lo bueno de este lugar era que una vez te haces miembro puedes acceder a todos los lugares del recinto. El precio era un poco demasiado al ser el más solicitado por aquí pero gracias a Ava conseguimos tener descuento en nuestra paga mensual, si no fuera por ella probablemente no hubiésemos pagado nuestra pasantía ni de coña.

El bañador que llevaba era uno sin tirantes, de un color verde oscuro y estampados, había sido difícil coger uno de mi armario teniendo en cuenta de que tenía una colección de bañadores y bikinis dé distintos colores y formas. Me encantaba el verano y siempre compraba trajes de baño bonitos a pesar de que la mayor parte de ellos solo se lucían en la piscina o cada vez que salíamos de Madrid. Pero ahora era otoño y por suerte la piscina del gimnasio a esta época del año era templada, lo suficiente como para no asarte de calor o morir de frío.

Hay algunas personas dentro, pocas en realidad al ser las cuatro de la tarde, la mayoría suele venir por la mañana o un poco más tarde. Cuando me sumerjo en el agua, sonrió de la relajación que me produce en los músculos, estos días han sido de alta tensión para mi. Nado en distintas direcciones, aprovecho que tengo vía libre para sumergirme en lo más profundo y probar mi resistencia al nadar, podría pasar horas aquí si pudiera.
Mis pulmones me obligan a salir fuera a por oxígeno, suelto un gemido y me quito el rastro de agua de la cara cuando salgo a la superficie.

«Esto debe de ser una broma.»

Delante mi, a escasos centímetros y aún sumergidos en la piscina, está un rubio de ojos azules y labios carnosos y rosados, pestañeo un par de veces y examino a detalle su rostro y la piel de su cuello. Hay tres lunares pequeños en forma de triángulo justo al lado de aquella manzana de Adán.

—Strom.— digo sin vacilar.



Liberty Sanz

Ava Brandis

¿Acertó Jinx? ¿Será ese el gemelo que está viendo?🔎

📍Espacio para teorías del siguiente capítulo.

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