Nota de Autor,
Aquí os dejo un capítulo entero narrado por Pablo, es un poco más largo que los anteriores.
Espero que os guste♥
*Narra Pablo*
1 semana, 7 malditos días sin verla. Esto me esta matando. Sé que todo ha sido culpa mía, tendría que haberle dicho que no había ninguna apuesta, que viniera conmigo a Córdoba, pero habría dicho que no. Y tenía que llevarla, imaginé que si veía como era yo en realidad, se enamoraría de mí, y según dijo lo había conseguido, la verdad es que nunca pensé que se enamoraría tan rápido de mi. Pero al parecer, iba a darme una oportunidad cuando volviéramos de Córdoba, pero genial, tuve que cagarla.
Ahora, Valeria me había dicho, que no quería volver a verme. Después de haberla estado llamando (llamadas sin respuesta) y haberla dejado como 30 mensajes, me he dado cuenta de que tiene razón. Quizás no soy lo demasiado buena para ella. Quizás tendría que dejarla en paz. Quizás tendría que olvidarme de ella. Necesito una distracción, y eso es lo que voy a hacer.
Me siento en una de las redondas mesas de la cafetería esperando a que me atiendan. Vale puede que viniendo aquí, no este cumpliendo su idea de "no quiero volver a verte", y puede que sea un capullo con lo que estoy a punto de hacer, pero como dije, necesito una distracción, ya que sé que si no hago esto no podré olvidarla.
-¿Qué desea tomar?- pregunta Valeria sin mirarme a los ojos. No me esperaba esto, después de lo que pasó no me imaginaba que fuera a atenderme ella. Esto hacia mas difícil mi idea.
-¿Podrías decirle a Natalia que me atienda ella?- veo su cara llena de confusión, está claro que no se esperaba esto, y espero no haberla hecho mas daño.
-Claro- dice antes de darse media vuelta. Duele, duele que después del tiempo que hemos estado juntos, como amigos o como lo que fuera, nos tratemos como unos simples desconocidos.
-Hola, Pablo- dice Natalia sonriéndome. Me levanto enseguida a darle dos besos. Noto la mirada de Valeria desde la barra, bueno eso es algo bueno supongo, al menos le sigo importando.
-Me ha dicho Valeria que preferías que te atendiera yo, ¿Qué quieres tomar?
-En realidad no he venido a eso, he venido a preguntarte que si... ¿te gustaría cenar esta noche conmigo?
-¿Tú quieres cenar conmigo? ¿Esta noche?
-Si, ¿Por qué te sorprendes?
-Em...bueno...yo pensé que..Valeria y... tú...Da igual. Me encantaría, ya tienes mi número.- dice haciendo que recuerde que me lo dio cuando fuimos de compras con Valeria, si me hubiera acordado no habría venido y le habría ahorrado esta situación a Valeria. - Llámame y hablamos. - asiento y le doy dos besos antes de irme.
Salgo de la cafetería, no sin antes lanzar una mirada a Valeria. Hasta con el uniforme esta guapísima. Ag, esto va a ser más difícil de lo que pensaba.
-Que guapo te has puesto- me dice Salva guiñándome un ojo. Hace días que ya había terminado su luna de miel, lo sé al parecer fue una luna de miel MUY corta, y ya se habían instalado él y Alejandra en casa de mis padres. Casilda también estaba viviendo aquí con Sofía. Lo sé, mi casa parecía un hostal. Pero según mis padres, toda la familia tenía que estar unida. Había crecido con todos ellos, así que la idea de separarnos no me gustaba.
Había quedado con Natalia a las 9, y habíamos acordado que iba a pasar a recogerla a su casa.
-Voy normal- había cogido un traje formal pero a la vez informal, no quería que esto pareciera más de lo que realmente era, no es una cita.
-¿Has quedado con Valeria?
-Mm... lo hemos dejado.- miento.
-¿Es posible dejar algo que nunca empezó?- dice con una sonrisa burlona- Lo sé, me contó lo de la "apuesta".
-¿Le dijiste tu que no había ninguna maldita apuesta?- el enfado empieza a subir por mi cuerpo, y no es normal, ya que no suelo enfadarme.
-No es culpa mía que te inventases una ridícula apuesta- dice haciéndose la víctima. Sé que el culpable de todo soy yo, pero el no tendría que haberse metido en mis asuntos. Sin responder abro la puerta y salgo. El aire frío me golpea, raro ya que aun estábamos en verano, y aún queda mucho verano por delante. Brisa veraniega, era un buen tema para una canción. Desde que pasó lo que pasó con Valeria, dejé de escribir canciones, me quedé estancado, ya que todas las que escribí eran por ella. Ella era mi inspiración, mi musa. Ahora ya no la tengo, dejé que se me escapara cuando ya casi la tenia sujeta. ¿Cómo puede doler tanto perder algo que nunca ha sido tuyo? Mal, esta noche no puedo pensar en Valeria, esta noche solo es Natalia, ella y yo.
Me subo al coche, y voy a la dirección que me había mandado por mensaje. Cuando llego la llamo, ya que me dijo que cuando llegara la llamara y bajaría. Mientras espero a que baje le envío un mensaje a mi hermano, pidiéndole perdón, él no tiene la culpa de nada, odio tomarla con los demás cuando estoy enfadado.
Natalia baja a los 3 minutos, lleva un vestido blanco ajustado y unos tacones, es bastante guapa, pero nunca podría superar a Valeria. Empezamos mal la noche.
Bajo del coche para darle dos besos, y abro la puerta del copiloto esperando a que suba, la cierro detrás de ella y me subo a mi asiento.
-Estás muy guapa- le sonrío y espero que solo se lo tome como un piropo.
-Gracias, tu también- ríe. -¿A dónde vamos a cenar?- me pregunta cuando vuelvo a arrancar el coche.
-A un restaurante que se llama Baboo, está por aquí cerca.
El viaje en coche fue silencioso, y bastante incómodo, menos mal que el restaurante estaba cerca. Aparco en el aparcamiento del restaurante y repito la acción de antes. Natalia y yo andamos hasta la puerta principal, soy consciente de que vamos andando cerca, pero no llegamos a tocarnos, no veía conveniente el darle la mano o agarrarle de la cintura. No sé ni lo que estoy haciendo al llevarla a cenar a este restaurante cuando solo he estado con ella una tarde, y estábamos con Valeria.
Entramos, y esperamos a que el maître nos atienda.
Echo un vistazo. El lugar es un poco pijo, por describirlo en una palabra. Pero por lo general es bastante bonito, con un toque moderno. Estaba todo lleno de mesas redondas, aunque había unas cuantas alargadas. El lugar era todo blanco, y las lámparas eran tan grandes que parecía que se te iban a caer encima. Al fondo había ventanales enormes que daban a un jardín donde había mas mesas. Ah, y había un mini escenario donde estaba una banda tocando música clásica. Cuando vi folletos del nuevo restaurante, lo primero que se me ocurrió fue traer a Valeria, y ahora estoy aquí, con su amiga.
-¿Nombre?- pregunta el maître.
-Pablo Moreno, llamé hoy- el maître mira por el gran cuaderno de reservas y asiente- acompañadme por favor- pide y nos lleva a una mesa al lado del enorme ventanal. Ayudo a Natalia a sentarse, me recuerda a la cena que tuve con Valeria en Córdoba. Pero esto no es Córdoba y Natalia no es Valeria Esto no está funcionando, esto no está funcionando joder, el nombre de Valeria no deja de aparecer por mi cabeza. Necesito champán, o sidra, o vino, lo que sea.
-¿Desean probar la recomendación del chef?- pregunta el camarero que nos va a atender toda la noche.
Miro a Natalia esperando una aprobación, asiente.
-Si, cenaremos la recomendación del chef.
-¿Qué desean de beber?
-Champán, el mejor que tengan- ni siquiera pregunto a Natalia, pero no hace ninguna objeción así que supongo que está de acuerdo.
-Ahora mismo se lo traigo- dice antes de dar media vuelta y marcharse.
-Sabes, me sorprendió que me pidieras una cita -¿esto es una cita? No, esto no es una maldita cita, quería que lo fuera, pero no me veo capaz de que lo sea.-ya sabes, por lo de Valeria.
-¿Cómo que "por lo de Valeria"?
-¿No estáis saliendo? ¿O estabais?-pregunta. ¿Por qué tarda tanto el maldito champán? Lo último que quiero esta noche es hablar de Valeria.
-No no estamos saliendo, en realidad nunca hemos llegado a salir. Hemos discutido...
-Ah...
-No quiero que pienses que como hemos discutido ahora quedo contigo, no soy esa clase de tío.
-En realidad no había pensado eso- dice riéndose.
-Es bueno saberlo.
-¿Vives solo?- pregunta Natalia antes de comerse una cucharada de su tarta de manzana.
-Nop, vivo con mi hermano y su mujer, mi hermana y su hija, y mis padres.- hago lo mismo que ella pero con mi tarta de chocolate.
-Guau
-Ya, mis padres se quedaron con la casa de mis abuelos por esa razón. Para que viviéramos como una familia. Somos una gran piña.
-Eso esta bien.
-¿Y tú,tú vives sola?
-Que va, mis padres murieron así que no he tenido la suerte de vivir como tú, pero se podría decir que sola no duermo.- dice y casi me atraganto con el chocolate por la tranquilidad con la que dice todo esto.
-Lo siento, pero bueno al menos tienes novio, ¿no?- si tuviera seria muy extraño, porque está aquí sentada delante mía, pero pregunto igualmente, espero que sea eso a lo que me estoy imaginando.
-Que va, he dicho que no duermo sola, no que tenga novio, cada día es un tío diferente- dice y casi me vuelvo a atragantar así que bebo un trago de vino. La próxima vez le diré a Casilda que me presente a sus amigas. Vale ahora entiendo el por que de que Natalia esté aquí, ha venido porque cree que después de la cena podría pasar algo entre ella y yo.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?- pregunto cuando terminamos los postres. Simplemente lo he dicho para salir de aquí, ni si quiera me veo capaz de acostarme con ella.
Ella asiente y esperamos unos 5 minutos a que nos den la cuenta y salimos de ahí.
Estamos un buen rato andando, no tan lejos ya que luego tendríamos que volver a por el coche, hasta que nos sentamos en un banco.
-Ha estado bien la cena, gracias- me sonríe mientras cruza las piernas.
-Si, ha estado bien- digo sinceramente, no ha estado tan mal, aunque el comentario de Natalia sobraba.
Natalia empieza a acortar la distancia entre nosotros mientras que su vista está fija en mis labios. Allá vamos Pablo, la sujeto de la nuca para besarla, pero cuando estamos a menos de un centímetro, su cara cambia y la cara de Valeria la remplaza. Maldito champán, cierro y abro los ojos rápidamente, pero los ojos verdes de Valeria siguen mirándome. Me alejo de Val...Natalia.
-Lo siento, yo...
-Lo sé, estas enamorado hasta las trancas de Valeria.
-No. No estoy enamorado de ella.- sólo me gusta, ¿verdad?
-Mira Pablo, me gustas, pero yo no soy Valeria, y tú no vas a dejar de estar enamorado de ella en un día.
-Lo siento, en serio- no sé lo que me ha podido pasar, tendría que mirarme esto, no es normal. Veo como Natalia se decepciona.
-Da igual, yo...solo -al menos sé que yo solo le gusto para una noche, que no es algo serio, así que al menos no la he hecho daño al no besarla. Ella se levanta, haciendo que me levante yo también- necesito beber- dice cogiéndome de la mano mientras la sigo al primer bar que hay cerca.