El rubor tiñó las mejillas del ojiverde, las miradas de todos estaban sobre él y su notable sorpresa de volver a ver al que alguna vez llamo 'el amor de su vida'.
—Aaah... Es decir —Aclaró su garganta—... Tomlinson, ¿qué haces aquí? —cuestionó, cambiando su tono de voz a uno firme y su expresión a una seria.
Ahora fue el turno del ojiazul para sonrojarse.
—Y-yo —También aclaró su garganta—... vine con Zayn —respondió, rascando su nuca, incómodo.
—Así es —afirmó Zayn—, mi amigo está aquí para hacerme compañía —Soltó la mano de Liam y fue para saludar al recién llegado con un fuerte abrazo fraternal—. ¿En dónde está mi auto?
—En el hotel —respondió Louis.
Malik asintió, con una suave curva en los labios.
—Perfecto.
Todos comenzaron a caminar de regreso a casa de los Mendes, Louis y Zayn caminaban un poco más adelante de los demás para charlar sobre sus cosas privadas.
—¿Cómo supiste que estábamos aquí? —cuestionó el moreno a su mejor amigo.
—Fui al hotel y pregunté por ti —comenzó Tomlinson con su respuesta—, entonces la señorita me dijo que habías salido, así que fui a casa de los Mendes, porque me quedaba más cerca, y pregunté por ustedes, eso es todo —concluyó, con un encogimiento de hombros.
—Que enano tan inteligente —halagó, con una sonrisa burlona.
—Lo soy, y tú eres un negro imbécil —dijo, dándole un suave golpe en el brazos, y ambos echaron a reír.
—Jódete —dijo Zayn, aún entre risas —. Como sea, ¿por qué llegaste tan temprano? —cuestionó, al darse cuenta por la alarma de su reloj de pulsera que eran las dos de la tarde—. ¿No te dije que-
—Sí, sí, tranquilo —interrumpió—. Llevé a G más temprano con su madre.
—¿Ella te lo pidió? —cuestionó, arrugando el entrecejo, sorpendido—. ¿Cómo supo que tú la llevarías?
—No, yo pasé más temprano y no le quedó de otra más que aceptar —respondió el castaño, encogiendose de hombros.
Zayn rió.
—Idiota, seguro ahora está muy enojada conmigo.
—Ufff, eso es poco —dijo, haciendo un ademán con la mano para dar a entender lo mucho que la rubia se molestó—. Ella parecía el mismísimo diablo cuando la dejé, y me gritó algo así como que no la buscaras a menos que tuvieras algo muy bueno para recompensarla.
Malik volvió a reír.
—No tengo nada que recompensarle, ni siquiera era mi obligación llevarla y aún así tú lo hiciste. En todo caso ella debe recompensarme por eso y porque no me preparó el desayuno ayer.
—Eso dícelo a ella, a ver quién sede o se va primero. Quizás duren años en llegar a un acuerdo, con eso de que ambos tienen el mismo carácter de mierda y el orgullo inquebrantable. Pfff, suerte con eso, hermano.
—Me da igual —aseguró el azabache, encogiendose de hombros, restándole importancia—. Hay muchos más culos en el mundo, ahora que seré libre no me volveré a estancar con uno solo. Por mí puede irse a la mierda y más allá.
Mientras tanto, Harry y Liam también mantenían una conversación privada.
—¿Qué hace aquí Louis? —cuestionó Harry casi en un susurro. Aunque por la distancia que había entre ellos probablemente Louis no podría oírlos, no se quería arriesgar.
—Ya oíste que vino a hacerle compañía a Zayn —respondió Liam—. Que conste que yo no lo había invitado... aún —dijo eso último para sí mismo.
—Como sea —Styles viró los ojos—. Más le vale mantenerse alejado de mí si no quiere que lo castre.
—Relájate, Hazz, solo viene con Zayn —dijo, acariciandole suavemente la espalda—. Creo que no fui muy considerado como para pensar en traerle un amigo, así que está perfecto, no estará solo mientras no esté con nosotros.
—Maldito el día en que esos dos se conocieron —bufó, cruzandose de brazos.
—Eso no decías cuando teníamos citas dobles —comentó entre una baja risa.
—Agh, ya lo sé —concedió, dejando sus hombros y brazos caer—. Es solo que antes yo era muy tonto, me volví loco por él y no pude ver el grandísimo imbécil que era... y que seguramente sigue siendo. Pero ahora que lo sé, no soporto estar cerca suyo.
—Cálmate, ¿sí? —pidió, dando ahora suaves caricias en su hombro—. Nadie nos hará daño de nuevo.
—Tienes razón, Lili —concedió, con una hermosa sonrisa acompañada de hoyuelos—. Nadie más.
—¿En dónde está Shawn en este momento cursi? —preguntó Payne entre una pequeña risa, mirando hacia los lados para buscar a su otro mejor amigo.
—Está derramando miel con Niall —respondió, señalando vagamente con su pulgar hacia su lado derecho—. Él es el único suertudo de nosotros.
—Al menos uno —dijo el ojimarrón con una baja risa—. Espero que siempre estén así —agregó, mirando con ternura a la feliz pareja.
—Yo igual —dijo, antes de dejar salir un largo suspiro.
Al llegar a casa de los padres de Shawn, todos entraron, incluso Zayn y Louis, quienes fueron prácticamente obligados por la señora Mendes a hacerlo.
—Hace tanto tiempo que no los veía a todos juntos —dijo la anciana, con una gran sonrisa—. Y a ti, Niall, me alegra mucho que por fin hayas venido a conocer este hermoso lugar.
—A mí también me alegra haber venido, suegra, es muy lindo —dijo el teñido, dándole una linda sonrisa.
—¿Quieren que les prepare algo de comer? —ofreció la mujer.
—No te preocupes, mamita, nosotros podemos —respondió Shawn, tomándola por una mano y la espalda para, posteriormente, ayudarla junto con su novio a subir las escaleras para volver a su habitación.
—Creo que ya deberíamos irnos —dijo Louis al morocho, señalando la puerta con el pulgar.
—Sí, eso será lo mejor —dijo Harry—, no tienen nada más que hacer aquí.
—Hazz —regañó Liam.
—No, Liam, está bien —aseguró Louis.
—Sí, ya nos vamos —dijo Malik—. A menos que necesites algo más —añadió, esperando que eso no fuera así.
—No —dijo Liam, negando levemente con la cabeza—, como te dije será mañana. Hoy es tu "día libre".
—De acuerdo —dijo Zayn, con un ligero asentimiento, antes de girarse hacia su mejor amigo—. Vámonos, Louis —Dicho esto, ambos se dirigieron hasta la salida y emprendieron su corta caminata hasta su lugar de hospedaje.
Ya en el hotel, Tomlinson pidió que les llevaran algo de comer y subieron hasta su habitación.
—¿No viste mi billetera en el auto? —cuestionó el moreno, mientras se retiraba los zapatos.
—No —respondió el de orbes oceánicas, encaminandose hasta el sofá para tirarse a sus anchas sobre este—, ¿no la trajiste contigo?
—No —respondió el azabache, haciendo girar sus ojos—, si no no te preguntaría por ella, ¿no crees?
—Buen punto —concedió, señalandolo de forma fugaz con el dedo índice.
—Supongo que sí la dejé en casa de Gigi —bufó, molesto consigo mismo—. Tendré que llamarle —dijo, antes de sentarse en el sofá individual y sacar el celular de su bolsillo. Dos timbres y su llamada fue atendida.
Llamada con "G❤🔥".
—¡Hola, Zaynie! —saludó la rubia, audiblemente feliz, al otro lado de la línea.
—Creí que estarías molesta —dijo el morocho, extrañado por tal comportamiento.
—Ay, para nada, amor —aseguró, dejando escapar una molesta risa.
—De acuerdo, como sea —dijo, tratando de volver a la razón por la cual llamó—. Quería saber si no dejé mi billetera en tu casa, la necesito.
—¿La necesitas? ¿Para qué?
—Para limpiarme el culo seguramente —respondió sarcástico—. Ahí tengo mis tarjetas, identificaciones y mi maldito dinero. ¿Tú para qué crees?
—Tranquilo, amor —pidió, entre risas—. Creí que la habías dejado aquí como una disculpa por todo.
—¿Una disculpa? —cuestionó incrédulo—. No tengo nada por qué disculparme. Además de que la dejé por accidente tirada, así que no quiero que tomes nada de lo que hay adentro.
—Muy tarde, cariño, ya me compré varias cosas —dijo, fingiendo pesar en su tono de voz—. Ush, no sabes, me hacía falta ropa, zapatos, maquillaje y, bueno, ya te imaginarás, compré todo lo que se me puso enfrente —Rió—. Soy un peligro teniendo tanto dinero en mis manos.
—¡Yo nunca te dije que podías hacer eso! —gritó más que molesto—. ¡No sé cómo le tengas que hacer, pero me vas a pagar hasta el último euro que te hayas gastado!
—No te voy a pagar nada —dijo en un tono casi de burla—. Digamos que me cobré lo de cada vez que follamos, y mira que te lo dejé muy barato a comparación de todas las veces que lo hicimos, ¿eh?
Zayn cerró los ojos con fuerza, presionando el puente de su nariz y tomando una profunda respiración para mantener la cordura.
—Está bien, me da igual —bufó—. Pero como te atrevas a utilizar una de mis tarjetas, te demandó, Hadid.
—Ash, que intenso. Relájate, ¿sí? Mañana llevaré tu tonta billetera a tu casa y se acabó.
—Que ni se te ocurra hacer nada más por allá. Solo entregasela a quien sea que te abra y te vas sin decir palabra alguna, ¿entiendes?
—Sí, como sea. ¡Adiós, amorcito! —chilló, antes de cortar la llamada.
Zayn dejó caer su celular al lado suyo.
—Maldita estúpida —gruñó, apretando uno de sus puños con tanta fuerza que sus nudillos se tornaron blancos rápidamente.
—Oye, oye, relájate —pidió el ojiazul, reincorporandose sobre el largo sofá—. ¿Qué pasa?
—Pasa que la muy zorra se gastó todo el efectivo que tenía en mi billetera —respondió, apretando los dientes.
—Uy, "karma", dirían por ahí.
—No me vengas con estupideces ahora, por favor —pidió, dejando su cabeza caer en el respaldo—. Vaya día de mierda; primero no tengo dinero para rechazar la torpe invitación de Liam a comer, luego no tengo más ropa para vestirme ni nada para arreglarme, después llega un imbécil a coquetearle a mi esposo mientras Harry no deja de joder, y ahora está mierda con Gigi y mi dinero.
—Hay días buenos y días malos, hermano, no te a torments —dijo, tratando de restarle importancia—. Mira, lo del dinero no es problema, yo traje de sobra. Traigo varios pantalones de chandal que te puedo prestar, sabes que son enormes, también traje desodorante y un cepillo, te los puedo prestar igual. Y respecto a lo otro, no puedes quejarte, eso es tu jodida culpa y lo sabes.
—Agh, joder sí, ya lo sé —concedió en un bufido, mientras se colocaba nuevamente de pie. Se acercó a su mejor amigo y extendió ambos brazos—. Necesito un abrazo.
Louis rió sin poder evitarlo.
—El gran Zayn, fuerte, rudo, inquebrantable, Malik, ¿me está pidiendo un abrazo?
—Jodete —gruñó el morocho, dejando caer sus brazos.
—Hey, calma, no dije que no te lo daría —dijo, colocándose también de pie—. Solo me sorprendí. Ven aquí, negro —añadió, extendiendo sus brazos hacia los lados.
Malik se apresuró a rodear a su amigo en un cálido abrazo.
—Gracias por ayudarme siempre, enano gruñón —dijo, terminando con una baja risa.
—Sí claro, yo soy el gruñón —dijo Louis, sarcástico, dándole un par de palmadas en la espalda, antes de separarse—. ¿Quieres...? Umm, ya sabes, ¿que hablemos de Liam?
—¿Qué? —Su entrecejo se frunció—. No, ¿por qué rayos querría hacer eso?
—Hermano, te volviste a poner celoso —dijo el ojiazul, dejándose caer nuevamente en el amplio sillón.
—No es verdad, es lo mismo que el otro día —se excusó, sentándose a su lado—. Simplemente no quiero que el padre de mis hijos esté por ahí con cualquiera. Y no pienso volver a discutirlo, ¿entiendes?
—Bueno, entonces no lo haremos —concedió, no queriendo pelear con el azabache. Justo en ese momento el timbre de su habitación sonó, Louis se puso de pie y fue a abrir—. Mira, la comida ya está aquí —anunció a su mejor amigo—, enciende la televisión y hay que relajarnos un rato —Ambos sonrieron y llevaron el carrito con la comida hasta la habitación para comer sobre la cama mirando la televisión.
—¿Hablarás con Styles? —cuestionó Zayn, después de un largo rato de solo estar tragando un bocado tras otro de aquel jugoso pollo.
—Eso quisiera —respondió Tomlinson, antes de dar un sorbo a su bebida—, pero ya ves cómo se comporta conmigo.
—Él es así de molesto con todos —dijo el morocho, encogiendose de hombros—. Vive por hacer a los demás enojar.
—Claro que no —repuso muy seguro—, él es un hermoso ángel.
—Agh, cállate, pareces un estúpido adolescente enamorado —dijo entre risas, rodando los ojos—. Y me da más miedo viniendo de ti. No te había visto así desde hace más de una década, y duró muy poco.
—No duró poco. Trece años no es poco para mí.
—¡¿Trece años?! —cuestionó, sorpendido y confundido—. ¿De qué hablas? El "encanto" te duró solo dos meses como máximo.
—Dos meses fue lo único que viste, pero antes de que tú y yo nos conociéramos, Harry y yo ya llevábamos cuatro meses saliendo —informó—. Pero no me refiero solo a lo que duramos siendo novios, sino que yo no he podido dejar de amarlo en todos estos años por más que lo intento. ¿Recuerdas lo que te confesé la otra noche? —Zayn asintió expectante—. Bueno, pues sentí que realmente me estaba ahogando en Harry, en amor por él, y como te dije no quiero enamorarme porque no quiero ser lastimado. Así que cuando sentí que se estaba volviendo más fuerte que yo eso que estaba sintiendo por él, lo dejé y me fui a la ciudad sin pensarlo dos veces. Estaba aterrado.
—Vaya —Fue lo primero que atinó a decir después de tal confesión—. Bueno, ahora entiendo porque te odia tanto —añadió, llevando otro trozo de comida a su boca.
—Me estás haciendo sentir más mal con eso, ¿sabes? En serio muy mal.
—Lo siento. Últimamente siento que las palabras salen solas de mi boca, perdón, hermano. Es solo que si hasta ahorita yo soy el único que sabe el porqué no te quieres enamorar, significa que a Harry nunca la diste la verdadera y buena explicación.
—De hecho no le di ninguna explicación —confesó, bajando la mirada—. No quería que me buscara ni nada por el estilo, solo quería olvidar, dejar de sentir.
Malik enarcó una ceja.
—¿Lo ves?
—Agh, sí ya lo sé. Pero ¿de qué serviría hacer ahora? Ambos ya somos adultos, y como tú dices, me odia tanto que seguro aunque le explique porque lo dejé sin más, le va a dar completamente igual y me va a mandar a la maldita mierda donde pertenezco —Suspiró desanimado.
—No puedo creer que ahora yo diré un tonto dicho, pero "no hay peor batalla que la que no se intenta", Louis. No pierdes nada con tratar, y si te corresponde ganarías muchísimo. El amor es de lo más importante, amigo, no lo dejes ir.
Louis rió por aquel consejo viniendo de su mejor amigo, aunque su semblante se volvió a uno algo melancólico rápidamente.
—... ¿Te das cuenta?
—¿De qué? —cuestionó, frucniendo el entrecejo.
—Acabamos de invertir los papeles de los últimos días —comentó, con un toque de diversión en su voz—. Tú también deberías tomar en cuenta tu consejo.
✹✹✹
Casa de los Styles.
9:30 p.m.
—¿Entonces? —dijo Harry.
—¿Entonces qué? —cuestionó Liam, dándole un nuevo sorbo a su café.
—¿Qué pasó con Zayn a la salida del restaurante, eh?
—Oh —Sintió como sus mejillas tomaban color en cuestión de segundos—, bueno, Sebastián quiso invitarme a tomar algo con él, pero Zayn se acercó muy rápido y antes de que yo pudiera responder él le dijo a Sebastián que nosotros estábamos casados y que por favor dejara de hablarme o algo así, y después me tomó de la mano y me llevó hasta con ustedes —relató, mirando en todo momento su "interesante" taza.
-—Lo sabía. Celos Malik —Rió.
—¿Sabes? —habló, elevando su vista hacia él—, cuando Zayn entrelazó su mano con la mía sentí como se destensaba. Como si le relajara estar cerca de mí, ¿me entiendes?
El ojiverde asintió.
—Perfectamente.
—Tengo mucho miedo, Hazz —confesó, dejando escapar un suspiro—. ¿Y si en este mes solo logro enamorarme más de él y Zayn no lo hace?
—Oww, hermoso, tierno e inocente, Li —arrulló, dándole un toque juguetón en la punta de la nariz—. Con todo esto me he dado cuenta de que no estamos haciendo que Malik se vuelva a enamorar de ti, estamos haciendo que se dé cuenta de que sigue enamorado de ti —dijo, acariciandole la espalda.
—Espero que así sea —dijo, dejando escapar un nuevo suspiro. Vaya que estaba preocupado.
—Estoy seguro de que así es.
Liam asintió.
—¿Y tú? —cuestionó, cambiando ligeramente de tema.
—¿Yo qué?
—¿En serio no harás nada respecto a Louis? —preguntó, enarcando una ceja.
—No hay nada qué hacer, Liam, eso se terminó hace años de la peor manera y lo sabes.
—Por supuesto que lo sé. Pero tal vez podrías preguntarle qué razones tuvo para hacer eso... digo, al menos para que te quites esa espinita, ¿no crees?
—No creo que haya excusa que valga. Él simplemente quería tener sexo conmigo y nada más. Solo me uso y me botó como a un tonto pañuelo.
—Owww, Harry —Dejó su taza en la mesita de centro y se acercó más al ojiverde—. Lo siento por hacerte recordar eso, pero yo estoy aquí para ti como tú lo estás para mí, hermanito. Ven, abrázame más, ¿sí?
—Con gusto —Ambos se abrazaron, y sin darse cuenta, se quedaron dormidos justo así, en el sofá de la sala con la televisión encendida, escuchando y sintiendo la respiración del otro en su cuello y hombro.