—amigos—soltó Mason.
una gran boca abrí al escuchar esa palabra, en realidad me había sorprendido, mason no es de esos chicos que tiene amigos y mucho menos amigas, ¿cuando paso esto? ¿desde cuándo se conocen?
—cuando íbamos en secundaria, hace como 5 o 6 años—respondió Mason como su pidiese haber leído mi mente.—no leo mentes, lo saqué por deducción.
realmente estaba sorprendida, ahora desconfío hablar en miente frente a él.
—me tengo que ir—dijo Ashely.
—vamos, te llevo a casa—dijo está vez Mason.
—zac ¿Quieres que te llevemos?—habló Ashley.
—¿eh? oh claro, solo iré por mi bolso y vuelvo de inmediato.
estaba yendo hacia maddie cuando escucho a Mason murmurar.
—¿porqué le ofreces llevarla?
él sí que me odia, pero eso no durará para siempre, cuando lo secuestre tendrá que amarme si o si, solo tendrá ojos para mí y nadie más.
al llegar a donde había dejado a maddie no estaba, pero si mi pequeño bolso.
—como es que no se lo robaron—susurré.
lo agarré y casi corriendo fui hacia donde estaban Ashley y Mason.
—bien, andando—soltó serio Mason.
al estar todos dentro del auto nos dirigimos a casa de Ashley, ya que vivía más cerca, todo el transcurso de viaje estuvo silencioso, ninguna palabra, solo se escuchaba la baja radio.
habíamos llegado a casa de Ashley.
—bien, he llegado—suspiro.—zac ven a sentarte adelante, y mi querido Mason gracias por traerme.
dijo eso para irse caminando a su casa, yo solo salí del auto para sentarme adelante, en el puesto de copiloto.
mi casa quedaba más lejos, y bueno estaba cerca de la de Mason, el camino estaba silencioso, ninguno de los dos decía algo, solo permanecimos callados, estaba teniendo sueño, mucho sueño, además de estar cansada, mi cabeza poco a poco iba cayendo al lado de la ventana, y mis ojos cada vez pesaban más y más, hasta que me quede profundamente dormida.
—¿qué pasa?—bufé somnolienta al escuchar la ronca voz de Mason.
—llegamos.
—¿ah?
—bajate del auto—dice serio.
y ahí fue donde entendí, había llegado a casa.
—gracias—digo eso y me bajo del auto.
Él solo me da un vistazo y se va.
introduje la llave dentro de la cerradura y entre a casa, esperen un segundo ¿Como sabia Mason donde vivía? yo...yo nunca había dicho donde vivía, y bueno solo sé que vivimos cerca, ya que siempre esperamos en la misma parada de buses, ya no importaba, tenía sueño así que solo subí a mi habitación y rápidamente me metí a la cama, con vestido y todo.
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3:00
—hora de divertirse.—digo eso para salir con mi pantalón rojo y un sweeter del mismo color.
¿qué será hoy? me pregunté.
estaba muy bien caminando entre la oscuridad cuando veo a una pequeña niña correr asustada, me escondo y veo a un hombre empujarla al piso, sin darme cuenta mis puños estaban blancos de lo apretado que los tenía, ya estaba caminando hacia él.
la pequeña se da cuenta de mi presencia, le hago una señal de silencio y sonrió dulcemente, mientras el hombre está dándome la espalda tocando a la pequeña.
—asi que te gusta tocar a pequeñas niñas ¿verdad?—digo sonriendo.
el hombre se da vuelta mientras me mira de pies a cabeza.
—¿acaso quieres unirte?—escupe un poco molesto.
—no sabes cuánto disfrutaré jugar contigo—suelto sonriendo.
el hombre se levanta y camina hacia mi, hasta quedar juntos, frente a frente.
—¿ah sí?—dice mientras sonríe.
la niña observaba desde el suelo.
—hey pequeña, puedes irte a la parte que está allá, no te vayas, espérame ¿si? y oigas lo que oigas no vengas, tambien cubre bien tus ojos porfavor—dije dulcemente mientras la niña solo asiente y va a la esquina donde le indique.
lo hombre me empuja, y yo caigo, mierda me había distraído.
rápidamente antes de que el se tirara encima mío me levanté.
saqué mis cuchillas, una en cada mano, el hombre se dio cuenta de eso y el saca de su chaqueta negra una gran cuchilla.
sin pensarlo dos veces me acerco lo suficientemente rápido hacia él para cortarle una parte del rostro.
—eres rápida—bufa mientras sonríe.
—no sonrías, esa maldita sonrisa da asco—dije yo sonriendo.
el corre hacia mi tratando de apuñalarme cosa que no logró, ya que como yo era más pequeña que él tenía más agilidad, además no era mi primera vez en una pelea, sabía los movimientos que él iba hacer, así que corrí hacia él para apuñalarlo primero, este cayó pero rápido se levantó, cosa que me sorprendió.
—no salí de una maldita cárcel para morir—bufo molesto.
—lastima que lo harás—dije firme y sonriendo.
Estaba herido y perdiendo mucha sangre ¿como lo sé? he estudiado mucho el cuerpo para saber justamente en qué parte apuñalar y cortar, no tardaría para que se empezara a desmayar, aunque quería divertirme más con él, y como dije, se estaba empezando a marear ya.
—¿mareado?—rei.
—¡cállate maldita zorra!
dice mientras intenta caminar, poco a poco me acerco a él, estando frente a frente el aprovecha la oportunidad para enterrarme el cuchillo en el brazo.
se empieza a reír.
—¿crees que me duele?—rio.
tiro uno de mis cuchillos al suelo para sacarme el cuchillo enterrado en el brazo.
—no fue muy inteligente de tu parte enterrarme la única arma que tenia—digo.
el aún estando parado frente a mi camino más hacia él y con mi mano agarro su cara, mis ojos se posicionaron en su boca, él ya no sonreía.
—¿porque ya no sonríes?—dije triste.—tranquilo, ahora tendrás una sonrisa nueva, ¿y te digo lo mejor? ¡es para siempre!
poco a poco meto mi cuchillo a la boca del hombre para ir cortando una sonrisa, sangre y mas sangre brotaba, mierda me estaba excitando, y no podía, mucho menos ensuciarme con sangre, ya que tendría que llevar a esa niña a su hogar.
el hombre empezó a llorar.
—eres un monstruo, perra sucia y asquerosa—trataba de decir con dificultad.
—ay estás hablando mucho—bufé aburrida.
con mi mano agarro la lengua de éste y con mi cuchilla empiezo a hacer pequeños rasguños en ésta para que sufriera un poco más antes de cortarla, veo que lágrimas tras lágrimas brotaban al igual que la sangre, vi que se estaba empezando a marear más y más, así que decidí arrancarle la lengua, no dudaba que era un poco difícil, además que había mucha sangre y lo volvía muy resbaloso, pero no importaba, yo quería arrancarle la lengua y eso haría, tras mucho esfuerzo lo logré, al tener su lengua en mi mano se me ocurrió una idea.
—te gusta violar ¿eh?
lo empuje al suelo y le baje los pantalones, lo pongo en cuatro e introduzco su lengua en el ano.
—¿qué se siente? ¿se siente bien?
lo volví a dar vuelta y mi vista se fijó en su pene.
otra idea me había llegado, agarré una de mis cuchillas y la dirigí a su pene, empecé a cortar sus testículos, poco a poco, para que le doliera, al cortar uno de los testículos algo amarillo salió de este, seguí con el otro, toda la piel se le había salido, pero no importaba, lo agarré bien y lo metí en la boca del hombre llena de sangre.
—¡tragatelo!—grite.
el hombre aún seguía con el testículo en la boca, no importó y seguí con el pene, con el filo del cuchillo empecé a partir el pene por al medio antes de cortarlo y tirarlo al suelo, me levanté y vi la cara del hombre, la sonrisa me había quedado muy bien, sonríe ante eso
—¿oh? estás muerto—dije al ver lo pálido y tieso que estaba.
me miré, mierda mis manos estaban con mucha sangre, al menos en mi ropa no se notaba tanto ya que era roja, vi al hombre y noté su camiseta, con sangre por adelante, pero no por atrás, agarre un pedazo de ésta y trate de limpiarme un poco.
ya estaba mejor.
agarré mis cuchillas, tenía que desacerme del cuerpo, pero no quería dejar a la pequeña sola, rápidamente se me ocurrió algo, primero iría a dejar a la niña y luego me encargaría del cuerpo, aún es temprano y tengo tiempo. me encontraba yendo a dónde estaba aquella niña en el suelo con sus rodillas y manos juntas, me agache un poco
—hey ¿estás bien?—dije moviéndola.
la niña me mira, se levanta y me abraza.
—gracias—dice llorando.
yo no sabía qué hacer, era la primera vez después de mucho años que alguien me abrazaba y yo no sabía cómo reaccionar, así que solo me quede quieta.
—tranquila, ahora estás bien—dije separándola de mi.—por cierto ¿dónde vives?—pregunté.
—esta un poco lejos—dijo agachando la cabeza.
—¿y qué haces por aquí? ¿y a esta hora?—pregunté.
—mi mamá está muy enferma yo salí a buscar medicina.
—¿encontraste medicina?
—no traje dinero—susurro agachando la cabeza.
—bien, ¿conoces alguna farmacia que esté abierta a esta hora?
ella solo asintió.
—tengo dinero, yo te acompaño hasta allá y tú compras ¿si?
ella volvió asentir la cabeza.
nos dirigimos a una farmacia, yo le entregué el dinero, me quede afuera y ella entró a comprar, no se demoró demasiado, salió y nos dirigimos a su casa.
ya viendo que entrara sana y salva a su casa yo fui a desacerme de aquel cuerpo sin vida que se encontraba tirado en una de tantas calles.
Realmente me duelen los dedos de escribir tan rápido, además que se me duerme a cada rato el brazo izquierdo a causa de esto y la sensación es HORRIBLE, casi todos los capítulos los escribo a las 3:00 por eso la Zac se levanta a esa hora hdkdhdkhdks creo que este fue uno de los capítulos que más rápido escribí y en menos tiempo.(3:34 am)
Ms.