¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudek...

By BreakMinds

1.8M 219K 269K

«A Izuku Midoriya no se le dan bien las matemáticas, pero, ¿quién sabe? Quizás con su nuevo profesor las cosa... More

Capítulo 00
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 5.1
Capítulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Nota
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
♡BookTrailer♡
Capítulo 67
Nota
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo 92
Capítulo 93
Capítulo 94
Capítulo 95
Capítulo 96
Capítulo 97
Capítulo 98
Capítulo 99

Capítulo 29

22.9K 2.8K 3.2K
By BreakMinds

Cita educativa II

¡La cita ha comenzado!

Sábado, 15:26 P.M.

La línea del tren se encontraba casi vacía a esas horas. El recorrido era con abundante luz solar, que traspasaba sin problema alguno las pequeñas ventanas que tenía el vagón.

—Siéntate. —murmuró Katsuki, señalando con su dedo.

Izuku asintió y se sentó con suavidad. Dejó su mochila sobre sus piernas.

Entonces Katsuki se sentó a su lado, estiró su cuello y dejó caer su cabeza hacia atrás, apoyándose en el acolchado respaldo del asiento.
Sus ojos escarlatas se semi cerraron y sus manos fueron directamente hacia sus bolsillos.

Cualquiera diría que era una posición bastante relajada, comparándolo con su acompañante peliverde que se veía muy nervioso.
Sus manos abrazaban su mochila sin descanso alguno.

Cada cierto tiempo, se entregaban ciertas miradas.

Sus ojos se cruzaban, aún con el silencio presente.

Los ojos jade no podían evitar observar a los carmesíes que seguían semi cerrados, pero sin quitar la vista sobre su silueta nerviosa.

Las constantes miradas que se entregaban cada cierto tiempo era algo de lo que Katsuki ya estaba acostumbrado, aunque, sonriendo a sus adentros veía como su alumno no podía lograr aquello.

Su sola mirada carmín sobre su silueta bastaba para entonces, observar aquellos ojos esmeraldas mirarle de manera fija por un par de segundos. Luego, giraba su mirada con rapidez hacia el frente, fingiendo buscar algo en sus bolsillos por ya quinta vez.

Qué fácil eres de leer, Deku.

No tardaron mucho en bajarse de aquel vagón. Entonces, comenzaron a caminar de manera lenta por la acera, dejándose llevar por el suave viento que mecía ambas cabelleras.

El camino en sí era muy agradable.

Habían parques enormes con frondosos árboles y juegos para infantes, también puestos de helados coloridos, como también de dulces.

La brisa era fresca y la gran variedad de flores coloreaba de manera perfecta la zona.

El sol también favorecía plenamente el ambiente.

Sin duda alguna, era el día perfecto para la cita.

Izuku mirando hacia sus zapatos, instintivamente presionaba sus manos contra las correas de su mochila.

—Uhmmm... —balbuceó de pronto, rompiendo el silencio que había en esos instantes.

Katsuki le miró de reojo, a su lado. Mas no detuvo su caminata.

Espero en silencio qué era lo que quería decir.

—Sensei. —dijo Izuku, posando su mirada curiosa sobre él.

— ¿Qué pasa? —preguntó, observando cómo un gato corría con un pescado en su hocico y se perdía entre las calles.

— ¿A d-dónde iremos? —preguntó, con sus labios presionados.

—Quién sabe. —respondió.

— ¿Cómo dice? —preguntó extrañado.

Katsuki le medio sonrió. — ¿Qué pasa, tienes miedo?

— ¡Oh, por supuesto que no! —exclamó, moviendo sus manos de manera incesante frente a él.

— ¿Ehh? —soltó, deteniendo su caminata, para mirarle de manera seria. Entonces clavó sus escarlatas sobre él, de manera lenta. —Yo que tú, huiría ahora mismo, chihuahua... -murmuró de manera frívola. —Ni siquiera te imaginas qué es lo que les hago a los mocosos ingenuos que me siguen por aquí. —dijo, con sus escarlatas brillantes sobre él, sin mover un solo músculo.

Izuku trago saliva y retrocediendo lentamente, sudando frío y con sus ojos jades alertas y más abiertos que nunca, balbuceó:

— ¿Q-Qué dice?... —murmuró. Un frío por toda su columna lo invadió y su corazón comenzaba a acelerar su pulso de manera instantánea.

— ¡JAJAJA! —soltó. — ¡Vieras tu maldita cara ahora mismo! —exclamó Bakugou, riendo sin parar.

Izuku frunció el ceño de inmediato y avergonzado se aproximó hacia él.

Todo el miedo que había sentido se esfumó aún más rápido de cómo había llegado.

— ¡No es divertido, sensei! —exclamó molesto, viendo como su profesor no paraba de burlarse de él.

— ¡Bu! —Soltó riendo una vez más, pasando su mano detrás de su nuca, sonriente. —Tienes que relajarte mocoso, solo hemos venido a conocer lugares. Has estado nervioso todo el maldito camino.

—Eso no...

—Demonios, sabes que sí. —Le respondió. —No es como si fuese normal balbucear todo el camino en el vagón cosas inentendibles, ¿sabes? —dijo, con sus manos en los bolsillos.

—Ah... Es que—

Un enorme gruñido proveniente de su propio estómago le interrumpió.

Rápidamente y muy sonrojado, llevó sus manos hacia su estómago de manera instintiva.

Katsuki alzó una ceja ante esto.

—Oye. —habló, al instante en que de manera rápida avanzaba un paso más, para interferir en el camino del pecoso. Se inclinó levemente para estar más cerca de su rostro.

— ¡Ah, sí! —respondió Izuku con un sobresalto. Estaba muy nervioso y muy avergonzado. Al no tener respuesta, giró lentamente su mirada para así enfrentarse con timidez a aquellos fieros ojos. — ¿Qué su-sucede, sensei?

Entonces, Katsuki soltó un resoplido con molestia. —Decídete, mocoso. Me has estado llamando tantas veces Katsuki-san como también Katsuki-sensei. Me irritas. —gruñó, avanzando con sus manos en los bolsillos, observando a Izuku por el rabillo del ojo.
—Recuerda que no estamos en la academia.

— ¡Lo siento mucho! —exclamó Izuku de inmediato, apretando su chaqueta azulada de manera instantánea, observando ahora la ancha espalda del rubio.
—E-es solo que me cuesta acostumbrarme, Ka-Katsuki-san.

—Bien, haremos algo. —respondió Katsuki sonriendo de manera amenazante. —Si vuelves a decirme una vez más sensei por hoy, considérate reprobado.

— ¡¿Ehhh?! —exclamó Izuku, frunciendo el ceño de manera inmediata. — ¡Eso es muy injusto de su parte, Katsuki-san! —exclamó apresurando el paso para así observar de manera decidida a Bakugou.

—Pero molesto bien que se te olvidan los malditos honoríficos, ¿eh? —sonrió Katsuki triunfal.

— ¡Ah, se me ha escapado! —exclamó Izuku tapando su boca de manera inmediata. —Lo sie—Fue interrumpido por la dura mano de Katsuki que en medio segundo se pegó en contra su boca.

—Un lo siento más y te devuelvo a patadas hasta tu casa, ¿oíste bien? —gruñó el mayor, viendo como su alumno asentía de manera veloz. —Bien, así me gusta. —murmuró para luego quitar su mano con suavidad.
— ¿Almorzaste? —preguntó, observando al menor morderse el labio ante la pregunta.

Este idiota y su estúpida mala costumbre antes de mentir...

— ¡Sí! —exclamó.

— ¿Qué comiste? —preguntó de inmediato el rubio, cruzándose de brazos observando al menor.

—E-esto, ensalada... —murmuró, mirando hacia un lado, sonriendo de manera nerviosa.

—Ehh... ensalada, ¿y qué más? —Volvió a insistir acercándose de a poco, provocando que éste chocara contra la muralla de uno de los edificios.

—Ca-carne. —susurró sin poder mirarle a la cara.

—Ensalada con carne, qué interesante. —murmuró Bakugou mirando hacia los lados. —Que puto mentiroso eres, Izuku. —gruñó de pronto tomándolo del cuello de la camiseta con brusquedad. — ¿Quieres hacerme enojar de nuevo? ¿Hah?

— ¡No! —exclamó Izuku de inmediato, con ambas manos medianamente elevadas enseñando rendición. —Es que, usted me ha invitado y sería descortés de mi parte pedirle comida. —susurró avergonzado.

Izuku había hecho lo posible por comer pero los nervios no lo dejaron, sentía su estómago tan apretado que cualquier cosa que comiera le haría vomitar.

Katsuki frunció el ceño ante eso. —No me la estás pidiendo, maldición. Yo te estoy invitando porque se me da la puta gana, ¿¡entiendes!? —gruñó.

—S-sí... —susurró ya libre, acomodándose la camiseta del repentino agarre.

—Ahora por idiota tendrás que comer lo que yo te sirva. —respondió el mayor, avanzando.

— ¡E-eso n—

— ¡¿HAH?! —gruñó Katsuki, mirándole por el rabillo del ojo.

—Nada... —murmuró, aceptando su comida.

Soltó un suspiro, realmente no quería abusar de su profesor.

.
.
.


Una pequeña campanilla sonó al instante en que ambos entraron.

—Que lindo... —murmuró Izuku observando los asientos acolchados de tonalidades cálidas, las relucientes mesas de vidrio y los amplios ventanales.

— ¡Bienvenidos! —exclamó una mesera de inmediato, dirigiéndose hacia sus nuevos clientes.

—Buenos días. —respondió Izuku sonriente. —Uhmm... ¿dónde? —murmuró, observando a Katsuki.

—Donde tu quieras, escoge donde quieres sentarte y yo te sigo. —respondió Katsuki.

—B-bien entonces... —susurró nervioso, observando hacia todos lados. — ¿Puede ser en el ventanal del fondo? —preguntó.

—Por—

La chica había sido interrumpida por Katsuki.

—No necesitas preguntar esa mierda, sólo ve Izuku. —respondió, dándole leves empujoncitos.

— ¡E-entonces, con su permiso! —exclamó Izuku ansioso, avanzando.

—S-sí... —murmuró la chica. La actitud de su cliente le parecía un poco temperamental.

Katsuki le siguió, avanzando hacia donde Izuku había escogido, quien ya estaba sentado acomodando su mochila.

—Sensei, desde aquí se ve el parque. —sonreía.

—Así veo. —respondió, lanzándose en el asiento.

—Bienvenidos, ¿qué desean ordenar? —preguntó la camarera, extendiendo las cartas a ambos.

— ¡Quiero la maldita comida más nutritiva que tengas para él! —gruñó, observando cómo la camarera asentía.

—Nuestro plato con mayores nutrientes aquí es el estofado de res. ¿Estará bien con eso? —preguntó.

Katsuki miró de inmediato a Izuku, quien asintió ansioso.

—Sí con eso. —respondió el rubio ceniza, mientras la chica anotaba su pedido. —Y para mí, la mierda más picante que tengas.

—Sí, ¿algo para beber?

Katsuki clavó su mirada sobre Izuku, quien se encontraba distraído observando por la ventana.

—Oye, ¿qué te gustaría de beber? —preguntó.

— ¡Ah! —exclamó de pronto, tomándolo por sorpresa. —Uhmm... ¿un jugo puede ser? —preguntó.

— ¿Jugo de qué?

—Naranja. —respondió, sonriéndole a la camarera.

—Muy bien, un jugo de naranja. —respondió ella. — ¿Y usted?

—Un vaso de agua estará bien. —respondió.

—Enseguida les traigo su pedido, con su permiso.

—Espera. —habló Katsuki. —Izuku, escoge un postre.

La camarera pauso su caminata y rápidamente regresó, para continuar con el pedido.

— ¡Ah, un postre, un postre! —exclamó Izuku nervioso, hojeando rápidamente la carta. —Ahh... Hay demasiados, no sé cuál escoger. —murmuró

Katsuki soltó un suspiro. —Oye, ¿cuál es el mejor de aquí? —preguntó a la camarera.

—El cheesecake de chocolate blanco es el que más piden nuestros clientes. Tiene frutos rojos, es muy dulce y relajante.

—Bien, dame ese para él.

—Muy bien... —murmuró, anotando. — ¿Y para usted?

—Nada, el postre es solo para él.

—Bien, enseguida regreso.

— ¡Sí, muchas gracias! —respondió Izuku sonriente.

Una vez la camarera se fue, Izuku preguntó curioso:

— ¿Por qué usted no ha pedido postre?

—A mi me gustan las comidas saladas mocoso, —dijo, mirándolo. —aunque tus galletas y cupcakes no están nada mal.

Izuku sonrió ante aquello. —Me alegra mucho que le gusten, Katsuki-sensei...

Los pedidos no demoraron en llegar.

— ¡Ahhh! —exclamó Izuku emocionado. — ¡Qué delicioso se ve el estofado de res! —exclamó observando con ilusión aquel humeante plato.

—Ya come, se te está cayendo la baba. —dijo Katsuki, observando su plato picante.

Él tenía la especialidad más picante del local:

"Fideos dan-dan de Sichuan"

Sus ingredientes más picantes era la pimienta de Sichuan, copos de chile, pasta de chile. Además de ello, tenía cebollin, dientes de dragón, entre otros.

Izuku al escuchar eso rápidamente se llevó una de sus manos hacia sus labios, avergonzado.

Sensei tenía razón, estaba babeando.

Un enorme sonrojo sobre sus pecas amenazaba en llegar.

—Oye. —habló Katsuki, bebiendo un poco de agua luego de haber comido un poco de su plato.

— ¿Sí? —preguntó Izuku, olvidando completamente la vergüenza.

Observó a su profesor levantarse y quedarse observándolo con sus brazos cruzados.

Izuku parpadeó ante esto, quedándose inmóvil. Entonces, Katsuki apoyó una de sus manos sobre la mesa y se inclinó hacia Izuku.

— ¿Katsuki-sensei?

— ¿¡Qué mierda significa eso de que tienes el maldito móvil apagado!?

— ¡Ay, ay, ay! —chilló Izuku, al sentir su mejilla siendo pellizcada.

— ¿¡Hah!? —gruñó, sin soltar el agarre. — ¡Estoy esperando la maldita respuesta, chihuahua!

— ¡S-sensei no sabea sobre e-eshoo! —exclamó Izuku hablando con dificultad.

Luego de unos cuantos segundos más de pellizcos, Katsuki lo soltó y se volvió a sentar con su ceño fruncido. —Maldición mocoso, ¡si yo te di el maldito móvil es para que lo mantengas encendido! —gruñó golpeando la mesa.

Izuku llevó de inmediato su mano en el bolsillo. —Yo realmente me olvidé por completo que tenía móvil, sensei. —dijo sacándo su móvil. —Ah, es verdad. Está apagado, hehe. —soltó con una risa nerviosa al final.

Katsuki le miró y un leve tic en su ojo izquierdo apareció.

Esto alertó a Izuku. — ¡E-Enserio, yo no me di cuenta sensei! —exclamó, agitando sus brazos. —Creo que se me olvidó cargarlo anoche... —murmuró recordando.

—Serás... —gruñó en un suspiro. —Al demonio, más te vale que no se vuelva a repetir. Ya come o se te enfriara.

—Sí... lo siento. —murmuró bajo.

— ¡Que comas! —gruñó. —Te dije hace un rato que dejaras de disculparte conmigo, joder.

— ¡Sí, lo siento! —chilló, nervioso.

Katsuki posó sus escarlatas sobre la nerviosa silueta de su alumno. —Tú... —gruñó.

— ¡Tu quieres que te pellizque otra vez! —exclamó pellizcando a ambos cachetes con una sonrisa malvada.
— ¿¡Esto era lo que querías, hah!?

Izuku chillaba en respuesta, aunque también sonreía porque más que dolor, le hacía cosquillas.

Las camareras observaban cautivadas la escena.

—Ahh... —murmuró una, sonriente. —Ellos dos son tan tiernos.

.
.
.

— ¡Estaba delicioso, muy delicioso! —exclamaba Izuku contento, lamiéndose los labios. —Estaba muy sabroso, incluso la carne de res. Además estaba muy blanda, ¡se deshacía en mi boca! —continuó contento, observando a su profesor que estaba a su lado, escuchándolo atentamente. —Además el postre era muy dulce, no se porqué usted no quiso a pesar de que le ofrecí la mitad, Katsuki-sensei...

Katsuki-sensei otra vez...

Pensó Katsuki. Suspiró rendido, sabía que para Izuku le era difícil no verlo como su profesor.

Negó a sus adentros, lo dejaría pasar, que Izuku lo llamara como él quisiera.

Con solo tenerlo a su lado, le bastaba.

—Ya te dije, no me gusta lo dulce. —respondió. —Qué bien que te gustó. Necesitas ir con el estómago lleno, mocoso.

— ¡Sí, muchas gracias por la comida! —exclamó Izuku sonriente, pausando su caminata en un semáforo junto a Bakugou. — ¡Estaba muy delicioso y el lugar era muy agradable!

Katsuki le dedicó una mirada corta con una media sonrisa.
—Oye. —hablo, mirando hacia el frente. — ¿Ves eso de ahí? —preguntó, terminando de beber agua de la botella que traía. Estaba señalando hacia el frente, a unas cuantas cuadras más.

Izuku rápidamente siguió la mano de Bakugou hacia donde señalaba. Sus ojos rápidamente se iluminaron y aumentaron.
— ¡AHHH! —exclamó con enorme sonrisa. — ¡Es un pescado gigante! —exclamó sorprendido.

—Sí, ya casi hemos llegado mocoso. —Le sonrió. Segundos después, le golpeó suavemente la espalda. —Ya vamos, está en verde. —dijo señalando el semáforo, avanzando.

— ¡Ah, sí! —dijo con sus jades brillosas, apresurando su paso para alcanzar a su profesor que ya había comenzado a caminar.

Era un pez gigante, un pez arcoiris.

A su alrededor le cubría una enorme estructura circular brillante, una estructura que sin duda no pasaría desapercibida por nadie. Era incluso más grande que los edificios de sus alrededores.

— ¡Bienvenidos al acuario! —exclamaba una chica cercana a la entrada. — ¡Por favor compren sus entradas hacia la derecha! —señalizaba.

Bakugou e Izuku rápidamente entraron, sintiendo como aquel sol que abundaba hacia las afueras era rápidamente olvidado por aquellas enormes paredes brillantes en su interior.

Habían una infinidad de luces de tantos colores que caminar en su interior parecía estar dentro de un verdadero arcoiris.

Izuku estaba impresionado. Jamás imaginó que un acuario sería así de bello y agradable en su interior.

—Dame dos entradas. —dijo Katsuki, sacando su billetera.

— ¿Tipo de entrada normal o premium? —preguntó el chico.

—Premium. —respondió el rubio ceniza, contando sus billetes a pagar.

Izuku estaba a un lado observando todo lo que le rodeaba.

Una vez tenía las entradas, sonrió triunfal. —Muy bien, chihuahua. Es hora de divertirnos.

—S-sensei. —murmuró. — ¿Por qué no compró las entradas normales? Deben ser más económicas que las premium... —mencionó preocupado.

Katsuki alzó una ceja ante esto. Acto seguido, se cruzó de brazos. — ¿Hah? ¿Estás de broma? —preguntó. —Si yo vine aquí, aparte de ver a los peces también vine a divertirme. La premium te permite subir a los juegos del parque de atracciones, ver peces, tomarte fotos, entre otras mierdas más.

— ¡Ahhh, ¿enserio?! —exclamó emocionado, al instante en que cruzaban la enorme puerta que daba inicio al enorme acuario.

El interior era gigante, con muchos peces rondando por todos lados.

— ¡AHHHH! —exclamó emocionado, corriendo hacia el frente, dando vueltas en sí mismo para observar todo el lugar con sus jades emocionadas. — ¡ES UN ACUARIO GIGANTE, NUNCA HABÍA VISTO TANTOS PECES EN MI VIDA! —exclamaba Izuku emocionado, pegándose a todas las paredes cristalinas que encontraba.

Los pececillos se alejaban de inmediato ante su repentina acción. Izuku reía contento, posicionando sus manos suavemente sobre la superficie.
Observaba como un pez payaso con curiosidad se acercaba a su mano.

Sus ojos se iluminaban, sintiendo como aquellas luces arcoiris le cubrían por completo. Su enorme sonrisa era la combinación perfecta junto a sus cabellos desordenados que caían por sobre su frente.

Y Bakugou... quien se encontraba con sus manos en los bolsillos observándolo detenidamente a unos cuantos pasos atrás, sonrió cálidamente ante esto.

_____________________________________

¡Oficialmente, nuevo capítulo!

Wuuuuh 🖤 dkdkd

La cita apenas comienza, a ver como la pasarán estos dos en el acuario uwu

Son tan bellos... Los amo ;u;

Como siempre, ¡espero les haya gustado!

Yo me divertí mucho escribiendo e imaginándome a estos dos.

La imagen me cayó como un ángel, calzó justo con lo que ya tenía escrito hace tiempo. Fue una maravilla para mí dkdk.
Hoy en instagram la encontré, en mi tiempo de ocio.
La cuenta de ig bakugu.katsuki fue de donde obtuve la imagen, suele subir mucho contenido cute, por si les interesa!

¡Gracias por el apoyo, mis corazones!

Les dejo un abrazo enooorme.

Nos leemos 🖤

Continue Reading

You'll Also Like

235K 23.1K 64
𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐓𝐎𝐔𝐂𝐇 . . . !! 𖥻 ִ ۫ ּ ִ 𝖼𝗂𝗇𝖼𝗈 𝗁𝖺𝗋𝗀𝗋𝖾𝖾𝗏𝖾𝗌 𝒆𝒏 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 . . . En donde el regreso de Cinco trae co...
45.1K 5K 21
SECUELA DE JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVI Donde Aitana, la hija de Gavi y Dani está enamorada de Pedri, el cual le saca ventidos años y es el mej...
315K 30.9K 60
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...
76.2K 7.8K 61
👁️⃤ 𝘖𝘯𝘦-𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴, 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘢𝘴, 𝘏𝘦𝘢𝘥𝘤𝘢𝘯𝘰𝘯𝘴 𝘦 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢𝘴 con los personajes de la serie: «🇬 🇷 🇦 🇻 🇮 🇹 �...