YoonGi.
(9 años atrás)
-Estas son perfectas -Dijo ella mientras sonreía con un traje de osito para bebés.
YoonGi se mantenía detrás de su ya ahora esposa, la había acompañado para comprar cosas para el futuro bebé, lo raro era que Yang Hee ni siquiera sabía el sexo y ya llevaba varías cosas para niño.
Según Yang Hee, "El instinto maternal le decía todo".
-Ayy~. YoonGi, mira esto -Le mostró unas pequeñas calcetas de color amarillo. -Le quedarán perfectas.
Sin mas se las puso ante la enorme montaña de ropa que el pelinegro cargaba en sus brazos.
-Andando amor, tengo hambre -La mujer comenzó a caminar con YoonGi por detrás.
Apenas tenía cuatro meses y medio de embarazo, su boda había sido hace solo 2 meses, pero mas sin embargo esta no podía estar mas feliz. Estaba casada con el hombre al cual amaba y con un niño en camino, porque si, ella sabía que iba a ser un niño, y Yang Hee nunca se equivocaba.
Pasaron a la caja donde fueron atendidos rápidamente. Claro, no pasaron desapercibidas esas miradas de negación y decepción ante los dos jóvenes. Pero poco les importó, ya estaban acostumbrados después de todo.
-Serían 2, 789 wons -Habló la cajera.
YoonGi solo sacó de su billetera la tarjeta de crédito que estaba mas que seguro que solo le quedaban 7,000 wons para la semana. ¿Es mucho? No, claro que no. Yang Hee estaba embarazada, por lo tanto tenía que tener su alacena repleta de alimento para comer por dos, la próxima cita para el ultrasonido sería en cuatro días, y necesitaba comprar para el frío que se aproximaba, pagar la cuenta del agua, la luz, y pagar el lugar donde ambos rentaban. No era fácil asumir tanta responsabilidad a tan corta edad, y eso lo estaba aprendiendo YoonGi.
Les entregaron las bolsas con la ropa y uno que otro biberón, y ambos salieron de la tienda para bebés.
El pelinegro cargaba con cuatro bolsas de color celeste que tenían el logo de "Baby on the way".
Yang Hee tenía sus brazos tomando el de su marido mientras miraba a todos lados buscando una tienda donde vendieran comida. El bebé que tenía dentro la haría engordar en demasía, pero no le importaba, se suponía que tenía que comer por dos, o en este caso, por tres, debido a que ella comía como si tuviera dos estómagos.
Al final ella y YoonGi se decidieron por comida Japonesa. Los dos amaban el sushi, y cuando digo dos, es por Yang Hee, YoonGi estaba dispuesto a cumplir todos los antojos y caprichos que su esposa tenía.
Yang Hee tenía a su bebé dentro de ella, y también la amaba y sabía lo sensible que estaba esos últimos días.
-¿Y ya escogiste un nombre?-Le preguntó la castaña.
-¿Nombre?
-Si, para el niño. -Tocó su vientre ya con un pequeño pero bonito bulto.
YoonGi sonrió y puso su mano sobre el vientre de esta.
-No lo sé, creo que es pronto para ponerle nombre...
-¡¿Que?! ¿Pronto? -YoonGi calló y comenzó casi a temblar por el tono y la forma en la que su esposa le hablaba. -Tú pedazo de animal, ¿No has pensado en nombre para tú hijo? ¿Sabes lo difícil que fue para mi escogerme por uno? Tuve que pedir ayuda de tú madre y la mía para elegir uno.
-L-lo siento -Soltó con miedo Min.
Porque si, con el embarazo de Yang Hee algunas cosas cambiaron, como por ejemplo: antojos raros y algunas veces asquerosos a altas horas de la madrugada que la mayoría de veces eran preparados por YoonGi; ya no había sexo para la desgracia de Min; increíbles cambios drásticos de humor; y una increíble fuerza y puntería. Si no, que alguien le pregunte a YoonGi como le dolió cuando ese zapato golpeó con fuerza y precisión su nuca. Por suerte y no lo mató. Y en ese instante YoonGi aprendió a no decirle a una mujer embarazada que estaba engordando demás.
-Como sea. Quiero llamarlo Josang -Dijo con una sonrisa.
Enserio el cerebro YoonGi iba a explotar con tan radicales cambios de humor en su chica.
-¿Has pensado que puede que sea niña?-Le preguntó YoonGi.
-Si ese fuera el caso pero no lo es porque yo estoy muy segura de mis instintos. La llamaría Hanna -Contestó Yang Hee comiendo por fin su exquisito sushi.
Después de dos platos Yang Hee se detuvo de golpe con las mejillas llenas, y dio palmadas en el hombro de su marido.
YoonGi frunció el ceño y Yang Hee tragó para decir:
-Cada día se vuelve más abultado, no parece que tenga 4 meses, parece que tengo siete -Habló con la boca llena llevando la mano de el pelinegro a su abultado vientre.
YoonGi rió bajito, acariciando la barriga de ella con cariño.
-Wo -Sorprendido llevó ambas manos a el bulto de la castaña.
Ambos se miraron entre si y sonrieron enorme, aquello era la muestra clara de que todo estaba bien, que el embarazo iba y bien, y que, en tan solo unos meses más nacería el dulce Josang.
YoonGi se bajó de su silla y se sentó en el suelo para posar su cabeza en el vientre de Yang Hee.
Si antes le hubieran dicho que el estaría así, seguramente ese Min YoonGi se hubiera reído a carcajadas por semejante cosa. Pero he ahí, estaba hincado en el suelo con su cabeza plegada a aquél hermoso bulto que Yang Hee tenía.
-Hola allí adentro. -Habló este. -Te está hablando tú papá, se un buen bebé y crece bien para él, por favor -Dijo tan dulcemente, sacando otra sonrisa del pelinegro y la castaña. -. Gracias... ¿Sabes? Tienes que nacer lo mas pronto posible. Ya no aguanto los antojos a media noche de tú madre, ni sus tontos y feos cambios de humor. -Y la palma de la mano de su esposa chocó en su cabeza. -Y esperaba ese golpe. -Asintió. - Llega pronto, ¿Si? Muero por conocerte. Seremos una gran familia, te lo prometo. Te amo, mucho, mucho, y esperaré por ti.
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Actualidad
-Como ha pasado el tiempo, ¿No es así Yang Hee?-Habló el pelinegro mientras miraba la foto de su difunta esposa en aquel lindo vestido amarillo. -Te extraño. Mucho, mucho, mucho.
Pasó su dedo pulgar por el borde de la fotografía.
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Dos años y tres meses atrás.
-Lo voy a tener YoonGi -Dijo su esposa con aquellos ojos llorosos que tanto le costaban ver al pelinegro.
Min seguía viendo la ventana. Sabía que si veía a su esposa no lo resistiría mas y caería ante ella. Pero no podía. Joder.
Yang Hee tenía dos meses de embarazo.
El embarazo era riesgoso, ¿Razón? Yang Hee tenía una enfermedad, taquicardia, en el momento del parto era seguro que sufriera un ataque, y por ende, muriera.
YoonGi no quería eso, YoonGi no quería perderla.
-Y si yo... Yo muero, tienes que cuidar de el o ella, de nuestros tres niños -La voz de la castaña se quebró al ver tal indiferencia de YoonGi.
-¿Te das cuenta de lo que me pides Yang Hee?-Por primera vez desde que la castaña entró a el cuarto, el pelinegro se dignó a verla.
-YoonGi, también será tú hijo. Y quieras o no lo tendré. Aún si muero, estaré bien, si se que mi bebé estará bien.
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Los rayos del atardecer iluminaban su rostro, su expresión era de melancolía, y aún así seguía viéndose hermosa ante los ojos de YoonGi.
Yang Hee era el amor de su vida, la madre de sus hijos, su esposa, y prácticamente la dueña de todo su ser. La amaba tanto que incluso dolía en la forma que lo hacía.
Tomó la cámara en sus manos y lo único que se escuchó fue el flash de esta.
Su hermosa Yang Hee estaba grabada en una fotografía, y en su corazón, no quería perderla, no después de todo lo que ambos habían pasado juntos.
¿Qué pasaría con Josang, con Jung Dul? ¿Quién estaría en casa esperándolo y recibiéndolo con una hermosa sonrisa?
Salió de la casa y se dirigió hasta la castaña que parecía perdida en su mundo.
La abrazó por detrás y recargó su mentón en el hombro de ella.
-Te amo -Le dijo él.
Lágrimas de parte de los dos no se hicieron esperar.
YoonGi no podía mentir, estaba cayendo lentamente. Amaba a Yang Hee mas que a su vida, mas que a nada en el mundo. Sus hijos eran la prueba de eso.
Su acompañante de vida estaba en peligro de morir y él no podía hacer nada.
-¿Cuidarás de él bebé?
-Con mi vida -Respondió YoonGi con sinceridad.
-Si yo llego a faltar, tienes que cuidar bien de los tres, protegerlos y amarlos tanto cómo yo lo hice y hubiera echo, ¿De acuerdo? -Ahora ambos se miraban entre si.
YoonGi llevó sus manos a los estrechos hombros de su esposa y la atrajo a él. Un lento y tierno beso lleno de tristeza, pero sobretodo amor se hizo entre ellos.
-Lo prometo -Juntó sus frentes.
Yang Hee llevó sus manos a las mejillas de su esposo para levantar un poco sus rostro y poder verlo a los ojos.
-Escuchame bien. No estarás solo en esto. Cuidaré de ustedes, veré por ustedes. Si muero, se que encontraras a una persona buena que vea por nuestros niños, por ti, que los ame y cuide tanto como lo hice yo. -Su voz se quebró mientras YoonGi negaba con la cabeza y las lágrimas de ambos rodaban por sus mejillas. -Te amo Min YoonGi. Mucho, mucho, mucho.
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Actualidad.
-Tu mandaste a Yoo Hee a nuestras vidas, ¿Cierto? -Sonrió. -Siempre teniendo la razón...
Dejó el ramo de flores sobre la lápida mientras acariciaba el el nombre grabado en esta.
-Gracias, Yang Hee. Te amo, mucho, mucho, mucho...
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Necesitaba escribir sobre Yang Hee y YoonGi, ya que este no será el único capítulo que dedique a ellos dos. :3
Gracias por leer❤
Yang Hee: