Filadelfia, Estados Unidos, 1948
En 1844 nació Jasper Whitlock en Houston, Texas. A los diecisiete años, el joven rubio de ojos cafés, mintió para ofrecerse voluntario en el Ejército Conferado, harto de vivir en su hogar y con un ferviente deseo de servir a su país.
Ascendió rápidamente en los rangos militares, siendo promovido por sobre hombres mayores que él y de más experiencia. La gente lo consideraba como alguien carismático, lo que probablemente se debió a que comenzaba a mostrar indicios de la habilidad psíquica que desarrollaría luego de convertirse en vampiro.
En la batalla de Galveston, Jasper era el comandante más joven en el Ejército Confederado. Un día, tras conducir a un grupo de refugiados de Galveston a Houston, se encontró a tres mujeres extremadamente bellas, María, Lucy y Nettie, que en realidad eran vampiras. María, la líder del clan, decidió transformar al joven para que la ayudara con el ejército de neonatos que estaba creando.
María eligió a Jasper por su rango militar y por su cualidad carismática que había arrastrado a otros humanos hacia él. Jasper estaba naturalmente dotado para ser guerrero y líder. Su habilidad para controlar el ambiente en torno suyo, hizo al ejército de María más eficaz. Ella llegó a depender de Jasper, por lo que su cariño hacia él creció considerablemente. Para Jasper, el estilo de vida que Maria le ofrecía, era el único existente para un vampiro. Lo que él no sabía, es que su vida y dieta cambiarían radicalmente en el futuro.
Una de las tareas habituales de Jasper, era ejecutar a los miembros que hubieran sobrevivido a su fuerza de neófitos sin haber desarrollado alguna habilidad que los hiciera valiosos en el ejército. Durante bastante tiempo tuvo ayuda de Peter, su amigo, un vampiro de temperamento extrañamente civilizado que demostró ser valioso.
Una noche, mientras cumplían esa penosa tarea, Jasper pronunció el nombre de Charlotte, ganándose la ira de Peter, quien le pidió a la chica que corriera para poder huir con ella. Jasper pudo capturarlos, pero prefirió no hacerlo, ya que era incapaz de atacar a su único amigo.
Con el correr de los años, Jasper se sumió en una profunda depresión, cansado de las devastadoras emociones de quienes los rodeaban. Por si fuera poco, también comenzó a sentir como las emociones de María hacia él cambiaban. Jamás lo dijo abiertamente, pero Jasper sabía que se desharian de él, por lo que empezó a planear la forma de matarla y escapar. En ese momento crítico, Peter buscó a Jasper.
Éste le habló de una vida pacífica y de clanes que coexistian pacíficamente. Sin pensarlo dos veces, Jasper se fue con Peter y Charlotte. Él creyó que este cambio de vida lo ayudaría, pero su depresión no mejoró. Jasper continuaba percibiendo las emociones que sentían al morir los humanos que él cazaba para alimentarse. Desesperado y cansado, Jasper decidió vivir solo y alimentarse con menos frecuencia, aunque la sed siempre lo obligaba a matar.
En 1901 nació Mary Alice Brandon. Originaria de un hogar de clase media en Biloxi, Mississippi, hija de un padre joyero, de una madre ama de casa que atendía la huerta familiar y hermana de Cynthia, nueve años menor que ella.
Alice siempre tuvo el don de la videncia. Al principio llegaban como sensaciones, sin embargo, fue perfeccionandose con el correr de los años hasta llegar a ser visiones claras y definidas. Sus padres creyeron que sus premoniciones eran entretenidas, ya que siempre acertaba al ponerse un impermeable a pesar de que el cielo estuviera completamente celeste, o cuando anunciaba que su abuela llegaría para que su madre pusiera un lugar extra en la mesa.
Conforme crecía, se volvió renuente a compartir sus predicciones, odiando verse en ridículo cuando estas resultaban estar equivocadas. Cerca de los diez años, las personas la consideraban una niña rara cuando sus visiones se volvían realidad. Apenas la invitaban a los cumpleaños de otros niños, por lo que su madre le aconsejaba callar.
A los dieciocho años, Alice había aprendido a ignorar su don, no obstante, a veces se sentía apremiada a hablar. Cuando lo hacía y sus visiones resultaban ciertas, las personas la trataba como ave de mal agüero. La gente empezó a usar las palabras bruja y hechicera para referirse a ella.
Una de sus visiones fue ver a su madre siendo asesinada por un extraño, en el bosque, de camino al pueblo. Trató de prevenir a su madre, quien le hizo caso, no obstante, su padre insistió en que todos debían retomar su vida normal y dejar de creer en las visiones de Alice. Nada sucedió a pesar de que las visiones atormentaban a Alice. Con el tiempo, su madre olvidó todas las precauciones que tomaba en consideración a las visiones de su hija.
Una noche, Alice tuvo una visión clara del hombre, en un auto, sacando del camino al volcho de su madre justo afuera del pueblo, donde había un profundo desnivel. La señora Brandon acaba de irse, y por más que Alice corrió, fue tarde, ya que la asaltó la visión del hombre cerciorandose de que no hubiera movimiento en el interior del auto, luego, alejándose del lugar del accidente.
La muerte de la madre de Alice fue declara accidental. Las protestas de Alice alegando lo contrario fueron tomadas con desdén y recelo. Su padre, cansado de ella, le ordenó callarse.
Seis meses después, el señor Brandon se casó con una joven apenas diez años mayor que Alice. Los comentarios descuidados de su madrestra, su actitud fría y autoritaria con su hermana, la hizo sospechar, por lo que tuvo una gran pelea con su padre cuando éste no quiso escucharla. La noche siguiente, una nueva visión en donde su padre le ordenaba al asesino de su madre matarla, le hizo descubrir que había confiado en la persona equivocada.
De nada sirvió pedir ayuda a sus tíos, quienes le dieron la espalda, resentidos con ella por ser un ave de mal agüero al anunciar la muerte de su hijo. De nada sirvió ir a la casa del comisario, quien no la escuchó ya que su padre y tíos habían declarado que ella estaba loca. Alice acusó a su padre por sus crímenes y a su madrastra por complicidad, pero nadie la escuchó. Todo el pueblo ya creía que ella estaba loca, por lo que nadie desconfío cuando la internaron en un manicomio.
La raparon durante la amenaza de una epidemia de tifoidea, soportó terapias de electrochoques que le provocó pérdida de memoria. Gracias a ello, recuperó su naturaleza risueña y graciosa dado que no recordaba la tristeza y el horror de su vida.
Un vampiro que trabajaba como encargado de los espacios verdes y se aprovechaba de los humanos que podía matar sin mucha notoriedad, se encariño con Alice. Evitaba que la sometieran a terapias de electrochoques y otros horrores cada vez que podía, por lo que rápidamente descubrió sus habilidades. Hacía pruebas con ella, como esconder objetos e ir a visitarla, comprobabdo que ella siempre acertaba.
En ese momento Alice tuvo una visión de James, que había captado su olor y la encontraba. Se lo contó a su amigo el vampiro, quien le creyó de inmediato y le propuso escapar, algo que Alice rechazó porque vio que de igual modo la encontraría. Por más que buscaron otras opciones, todas terminaban igual, James la encontraba.
El vampiro le ofreció transformarla, pero Alice no estaba segura ya que les daría poco margen para escapar, tal vez su sangre no llegaría a transformarse por completo. Para el vampiro eso fue suficiente, la mordió y se la llevó lejos para ocultarla, interponiendose entre ella y James, aunque por su visión, Alice sabía que James ganaría en caso de que hubiera una pelea.
La primera visión de Alice como vampiresa fue una de Jasper Whitlock. Ella supo que él sería su pareja en un futuro, además sabía que él aún no estaba listo para ella. En lugar de ir a buscarlo, ella esperó que él la encontrara. Mientras tanto, ella intentó llevar un estilo de vida "vegetariano", sabiendo que con el tiempo ella y Jasper terminarían viviendo con los Cullen.
El cielo estaba gris desde la mañana. Lentamente, pequeñas gotas comenzaron a caer desde el cielo, transformándose en una suave llovizna. Molesto, Jasper entró en la primera cafetería que encontró para escapar de la lluvia y no levantar sospechas. Sus ojos eran negros, por lo que podría aparentar ser un humano normal, no obstante, eso requería de un gran esfuerzo ya que la sed era intensa.
Para evitar las tentaciones, trató de sentarse en la mesa más alejada del lugar, no quería perder el poco autocontrol que consiguió con esfuerzo para crear una masacre.
Las emociones ajenas comenzaron a marearlo. Luego de alejarse de Peter y Charlotte se convirtió en un solitario, odiando las emociones ajenas. ¿Por qué no pudo tener un don normal? ¿Por qué el universo lo castigaba de esa forma? Él no quería sentir las emociones ajenas.
¿Por qué María tuvo que convertirlo? Él era feliz en el ejército, con un poco de suerte habría muerto en el campo de batalla, defendiendo sus creencias. Pero no, por culpa de María él esta condenado a la eternidad.
De repente, un torrente de energía positiva y felicidad lo golpeó con fuerza. Perplejo, alzó la vista y buscó al dueño de esas emociones, sorprendiendosd al descubrir a una joven de cabello corto, piel pálida, ojos dorados y vestido amarillo, que se acercaba a él. La sorpresa fue mayor cuando ella se sentó frente a él. En ese instante descubrió que ella también era una vampira, aunque sus ojos dorados lo inquietaron.
–Me has hecho esperar mucho tiempo –le reprochó ella con entusiasmo.
–Lo siento, señorita –se disculpó Jasper, confundido por lo extraño de situación.
–Tranquilo, no te haré daño –su mirada se lleno de cariño y adoración cuando sus ojos dorados comenzaron a analizarlo–. En persona eres más hermoso que en mis visiones. Ahora si puedo apreciar todos tus detalles, podría pasar horas mirándote —suspiró dulcemente, llenando a Jasper con una sensación cálida.
—¿Visiones?
–No eres el único vampiro con un don —le guiñó un ojo divertida—. Puedo ver el futuro, por eso se que hoy ibas a terminar aquí. También sé que vamos a amarnos durante toda la eternidad y que los Cullen nos aceptarán en su familia. Rose se alegrará cuando alguien comparta su gusto por la moda y Emmett al fin tendrá un amigo para luchar. Alec es como un lord, demasiado educado y correcto para Emmett, y Carlisle, bueno, él solo esta interesado en cuestiones medidas...
–Espera un segundo –la interrumpió al ver que la joven hablaba a gran velocidad y con un entusiasmo que no disimulaba–. ¿Quienes son esas personas? ¿Cómo sabes que tú y yo...?
–Ya te lo dije, veo el futuro –sonrió, aunque bajo la mirada al percatarse de una cosa—. Lo siento. Estoy tan emocionada por haberte encontrado que olvide que aún no me conoces –se disculpó con un aire de timidez que a Jasper le pareció adorable.
Por primera vez en años, Jasper sonrió geniunamente, contagiado por el estado entusiasta de la pequeña vampira de ojos dorados. Alarmado al ver que su actitud cohibida no desaparecía, se esforzó para enviarle olas de alegría, con el único fin de ver sus ojos brillando nuevamente. Rápidamente, ella volvió a parlotear alegremente, como un alegre pájarito cantando para celebrar la llegada de la primavera, sobre todas las cosas que había visto. Él no entendía nada de lo que ella le explicaba con entusiasmo, aún así, se sintió cómodo en su presencia, como si se conocieran de toda la vida, dado que ella lo trataba con familiaridad.
Ella no es una gran belleza, al contrario, es pequeña, menuda y con un cabello que termina en puntas desiguales, pero eso no importa, Jasper no es un ejemplo de belleza masculina con su cuerpo cubierto y desfigurado por las miles de mordidas vampíricas que recibió durante sus años entrenando neófitos. A pesar de todas sus cicatrices, ella lo consideraba un hombre apuesto y sin conocerlo le estaba regalando la mejor tarde de su vida. Ningún desconocido haría eso, pero si todo lo que ella dice es verdad, entonces él va a esforzarse para corresponder sus sentimientos de la mejor manera posible.
–Dime tu nombre –pidió él, con una suave sonrisa.
–¿No lo hice? —preguntó sorprendida. Jasper negó suavemente y ella rió con la risa más bonita y cristalina que él había escuchado—. Soy Alice.
–Alice –repitió mientras asentia.
—Espera —ella lo detuvo–. Sé que te irás, por favor dejame acompañarte, para eso vine. Sé que sufres, pude haber venido antes, deseaba hacerlo, pero no estabas listo. Jasper –a él le sorprendió la mezcla de dulzura y fuerza que sus ojos desprendieron en ese instante–, si vienes conmigo, te prometo que tu vida cambiará para mejor. Los Cullen y yo nos alimentamos de sangre animal. No es muy apetitosa, pero ya no sufrirás con las emociones humanas.
–¿Realmente es posible? –cuestionó con incredulidad.
–Mis ojos son prueba de ello —sonrió—. Vamos a intentarlo, si no funciona, serás libre de hacer lo que quieras. Aunque estoy segura de que funcionará –concluyó con una pizca de diversión.
Una parte de él se negaba a creer en sus palabras, pero la idea de estar cerca de Alice y su alegría era muy tentadora. Jasper no tenía nada que perder, al contrario, ganaría una compañera leal y una familia. Si todo era real, Alice no solo le estaba mostrando alegría, le estaba mostrando un camino de paz y esperanza.
Esperanza.
Alice representaba la esperanza de un futuro mejor. La esperanza de una segunda oportunidad en la vida para ser feliz.
Sin darle demasiadas vueltas, Jasper tomó la mano de Alice, convencido de que sus visiones eran ciertas y ambos serían felices.
Para katyBlake77, por apoyarme y calmarme cada vez que quiero abandonarlo todo. Para DanaTorres663, por ser tan adicta. Sé que ustedes aman esta pareja y espero que les haya gustado.