A esa chica que me pidió una parte con Ángela Aguilar... ¡Esto se ha pusido un desastre! xD Espero que el Señor Pepe no me mate por escribir algo medio hot y pervertido con su hija. 😹
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—Amor - mire a mi novia y volví mi vista al frente, pues estaba manejando para ir a mi casa - compré condones. - sonrió traviesa y reí al ver la caja de preservativos con sabor a uva. - Y también un lubricante - me los mostró y era de fresa.
—Oh, ¿No te descubrió tu papá? - gire en una esquina, aún faltaban 20 minutos para llegar.
—Nop, le dije que iría a comprar comida, no que iría a comprar condones. - reímos. - Sabes, hoy amanecí con muchas ganar. - sentí su mano en entrepierna.
—Yo también tengo ganas, princesa. Pero voy manejando. - reí levemente pero un jadeo salió de mi boca cuando su mano apretó mi bulto.
—El estacionamiento de la plaza siempre está vacío a esta hora - dijo con entusiasmo y aceleré un poco al lugar antes mencionado.
Aparque el auto muy al fondo del estacionamiento, Ángela tomo mi rostro entre sus manos y me beso con hambre y necesidad.
Desabotone mi pantalón y metí la mano para sacar mi miembro erecto, inmediatamente mi novia alzó su falda y se sentó sobre mi.
—Te quiero. - volvió a besarme, corrí su braga a un lado, estiré la mano para tomar el lubricante y hechar un poco en su feminidad, provocando que mordiera mi labio inferior.
Angie tomo mi longitud y la guío hasta su entrada, nos separamos de aquel húmedo y excitante beso; y ella se dejó caer, penetrandose por sí sola.
—Estas muy estrecha, nena. - susurré en su oído. Tomé sus caderas y Ángela empezó a dar pequeños brincos, acompañados de unos cuantos gemidos. - Shh. - trate de callarla con un beso.
Se afirmó de mis hombros y comenzó a moverse más rápido.
—Ah, qué rico - gimió al romper el beso.
Apreté uno de sus glúteos y tomé algo de impulso con los pies sobre el piso del auto, para poder intensificar las embestidas.
—Estoy a punto... - jadeo para luego cerrar los ojos.
Pasaron unos minutos más y yo seguía penetrandola con algo de fuerza, sus expresiones, su cuerpo y sus gemidos, me hacían delirar completamente.
—¡_____! - gimió fuerte en mi cuello, causándo que se me erizará la piel. Unas embestidas más, y me corrí en su interior, aparentando más sus glúteos.
—¿Aún... Aún tienes ganas? - trate de calmarme un poco.
—Sí, aún tengo muuchas ganas. - rió pero luego su cara cambio completamente.
—¿Que sucede? - saqué lentamente mi mi miembro de ella.
—El condón. - susurro y me tense.
—Mierda mierda mierda - ¿Como pude olvidarlo.