MOONLIGHT | bucky barnes [moo...

By puppy-mccall

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Luna ha tenido que huir toda su vida para proteger la Gema Lunar, la única arma capaz de destruir una Gema de... More

M O O N L I G H T
TRAILER + SOUNDTRACK
U N O
D O S
T R E S
C U A T R O
C I N C O
S E I S
S I E T E
O C H O
N U E V E
D I E Z
O N C E
D O C E
T R E C E
C A T O R C E
Q U I N C E
D I E C I S É I S
D I E C I S I E T E
D I E C I N U E V E
V E I N T E
V E I N T I U N O
V E I N T I D O S
V E I N T I T R E S
V E I N T I C U A T R O
V E I N T I C I N C O
V E I N T I S É I S
hola, sigo viva!

D I E C I O C H O

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By puppy-mccall

LAS MANOS de Bucky, enguantadas, cubrían el volante. No dejaba de mirar por el espejo retrovisor, como si los estuvieran siguiendo, aunque estaba seguro que nadie lo estaba haciendo.

—Así que, ¿has estado en una gala de beneficencia antes? —preguntó Luna casualmente.

—Fui una máquina asesina de una organización malévola por años —le recordó Bucky secamente.

Luna entrecerró los ojos.

—¿Eso es un no? —inquirió la chica. Bucky se detuvo al ver el semáforo en rojo, manteniendo la vista al frente, completamente serio—. ¿Qué? Tal vez alguna vez te pidieron asesinar a alguien en una. Qué sé yo.

—Eres terrible haciendo bromas, tienes un humor de mierda —bufó Bucky, sintiendo levemente las comisuras de sus labios alzarse.

Luego, cometió el error de mirar a Luna.

Tal y como apenas hace unos minutos, se quedó sin palabras. Sabía que Luna era atractiva. Era tan cierto como que el agua es húmeda. Luna era preciosa, con los ojos negros azabache tan expresivos y los rasgos finos de su rostro. Sin embargo, una vez arreglada como estaba ahora, era fácil olvidar cómo respirar.

No se le había pensado por la cabeza ni por un instante lo difícil que sería escapar con ese vestido que llevaba puesto si era necesario, como ella lo había sugerido. No. Lo primero que había pensado era qué tan difícil sería quitárselo.

Intentaba no pensar en ese tipo de cosas. Aun así, era inevitable cuando Luna lucía de esa manera.

—Y tú eres terrible eligiendo música —replicó Luna, distrayéndolo, moviendo la mano para cambiar de canción en el estéreo—. ¿Nirvana?

—Me gusta —defendió Bucky, quitándole la mano del estéreo con un ligero golpe—. Y a ti también.

Luna soltó una risita traviesa.

—Lo sé. Solo es divertido hacerte enojar.

Bucky suspiró audiblemente, como si estuviera fastidiado, pero ambos sabían que no era así. En su lugar, era todo lo contrario. 

☽  ☽  ☽   

Bucky miraba el edificio como si nunca hubiera visto nada parecido. Luna sonrió al notar sus ojos brillando levemente, admirando en silencio la estructura. No podía culparlo. Había visto edificios hermosos en todos los lugares que había visitado, pero la arquitectura parisina siempre lograba maravillarla.

Estaban en la gran puerta de una mansión enorme de tres pisos, con estucos dorados y espejos por todos lados que sugerían el infinito. La madera tallada, el bronce y el hierro adornaban el lugar.

—Arquitectura rococó —musitó Luna—. Surgió aquí, en el siglo XVIII, buscando contrarrestar la densidad y grandeza del barroco. Intenta algo más orgánico y asimétrico, todo cubierto de oro. Rococó viene del francés, rocalla, que hace referencia a la cubierta de conchas empleada para decorar, ¿ves? —señaló, pero Bucky no miró hacia esa dirección. Por el contrario, la vio a ella, asombrado.

—¿Por qué sabes todo sobre todo?

Luna se sonrojó.

—Un montón de clases absurdas —balbuceó, haciendo una pausa, antes de titubear—. Me hubiera gustado trabajar con algo relacionado con la arquitectura o el arte. Quiero decir, a veces robo arte pero no es lo mismo. 

De alguna manera, se sentía como si esas palabras fueran de las más honestas que habían salido de los labios de Luna alguna vez.

—Pensé que no te gustaba pensar en las cosas que no podías tener.

Luna ladeó la cabeza, observándolo fijamente. No sabía qué estaba buscando en él realmente, Luna era un misterio. Finalmente, sonrió levemente y negó con la cabeza.

—Yo también pensé eso —murmuró, más para ella misma que para que él escuchara, pero aun así lo hizo. Se preguntó realmente qué habría querido decir con eso—. ¿Entramos?

En silencio, Bucky le ofreció su brazo. 

☽ ☽ ☽   

El interior era casi tan hermoso como el exterior. Cada cuarto de la vieja casona era una obra de arte por sí misma. Cuadros, esculturas, marcos y espejos entonados parecían recrear una galería de arte. Una vez adentro, con todas las personas, Bucky se dio cuenta que Luna encajaba perfectamente con su postura recta, su sonrisa engreída y los millones en valor que llevaba puesto en ropa y accesorios.

Bucky mantuvo su expresión seria mientras vagaban por los pasillos y cuartos de la casa, donde cada habitación parecía tener su propio tema.

—El evento principal va a ser en el salón de baile —informó Luna, con ojos vivaces, observando todo a su alrededor—. Es temprano. Louise, nuestro objetivo, llegará en cualquier momento. Tenemos que estar atentos sin llamar la atención.

Dicho esto, observó cómo un guardia los estaba observando fijamente. Bucky también lo notó.

—¿Bailamos? —ofreció Bucky, dándole la mano. Luna sonrió ampliamente.

—Nunca te tomé por un bailarín, Barnes.

Tomó su mano, la de metal. Bucky se arrepintió de habérsela ofrecido pero en cuanto se dio cuenta e intentó retirarla, Luna apretó su agarre. No iba a dejarlo ir. Con verla a los ojos, supo que sabía exactamente cuanto lo incomodaba. Era extraño usar una mano que siempre había usado como un arma para algo tan íntimo como tomarle la mano a alguien. Se sentía casi asfixiante. Sin embargo, a Luna no parecía importarle en lo más mínimo.

Ambos escanearon con la mirada el salón principal en cuanto llegaron a él. Era grande, tan grande que no podías ver dónde terminaba ni las esquinas de la habitación. Unos cuantos bailaban, con música suave saliendo de las bocinas colocadas estratégicamente en la habitación. Había un bar al fondo, pero ninguno le prestó importancia. Se concentraron en ubicar las salidas y entradas del lugar, cualquiera que parecía sospechoso, y por supuesto a Louise.

Luna alzó los brazos, envolviéndolos alrededor del cuello de Bucky, mirándolo como si estuviera retándolo a alejarla. En respuesta, él la miró poco impresionado, con las manos fijas en su cintura, sosteniéndola.

La banda aún no había llegado, y de las bocinas salía una canción preciosa. Bucky reconoció a la artista, más no la canción. Le gustaba, era nostálgica. Era jazz.

Comenzaron a moverse al ritmo de la música, y un pecho agradable se asentó en su pecho cuando Luna lo miró, impresionada. No se atrevía a mirar a otro lado que no fueran los ojos marrones de Luna, como siempre traicionándola y advirtiendo sus verdaderos pensamientos.

—Sabes bailar —musitó, sin molestarse en ocultar lo sorprendida que estaba. Bucky se contuvo para evitar soltar una carcajada.

—Sé bailar —asintió, antes de titubear y añadir—: Uh, no había mucho que hacer antes. Bailar era agradable. Y hacía olvidarte de la guerra un instante.

—Y podías enamorar a lindas chicas, ¿eh? No me engañas, Barnes —Bucky sonrió levemente, tímido, negando con la cabeza—. Oh, vamos. Me pierdo en tus ojos cada que te veo. Estoy segura que tenías a cientos de chicas a tus pies. "Oh, sargento Barnes, baile conmigo bajo las estrellas" —se burló. De alguna manera, las únicas palabras que se asentaron en su cerebro fue que Luna se perdía en sus ojos.

—Se siente como miles de años atrás —admitió. Luna parpadeó, notando cómo evadía su broma—. Como si eso le hubiera pasado a una persona distinta.

—Bueno, todos cambiamos —dijo Luna, con gracia, haciendo una mueca al notar la condescendencia en su tono.

—¿Así que todos pasan de ser soldados a máquinas de matar con el cerebro lavado?

—Y yo soy la que tiene el humor de mierda —bufó, poniendo los ojos en blanco—. Lo que quiero decir es que... No eres el soldado que sirvió en la guerra. No eres el soldado del invierno. Eres alguien diferente ya, y eso no es malo.

—No sé quién soy ahora —admitió, con voz ronca. Luna ladeó la cabeza.

—Eres un excelente bailarín. Eres casi tan bueno peleando. Eres inteligente. Eres la única persona que he conocido que puede llevarme el ritmo —se encogió de hombros—. Nadie sabe quién es, James. Esa es la verdad. Nos gusta pretender que sí, pero vamos averiguando sobre la marcha. Y ahora eres libre. Tienes tiempo para averiguarlo.

—Tú pareces saber quién eres —observó. Luna rió, sin humor alguno en su voz.

—Soy muy buena pretendiendo cosas —lo corrigió—. He hecho esta versión de mi misma que quiero que la gente vea y me lo repito tanto que a veces también me la creo. Pero no sé quién soy.

Luna arrastraba la tristeza en su voz. Bailando en medio de la habitación, con la luz de los candelabros reflejada en su rostro, Luna parecía una verdadera princesa. No era difícil recordar que realmente lo era. Lo veía en las pequeñas cosas, desde la manera en que cuando comía nunca se manchaba la boca y la gracia con la que caminaba, con ese aire de superioridad.

Sin embargo, con las manos alrededor de su cuello, la tiara en su cabello y los ojos melancólicos, parecía una princesa más que nunca.

—Eres lo más precioso que ha pisado este planeta —murmuró Bucky, sin detenerse a pensar en lo que decía ni en los ojos sorprendidos de Luna—. Eres inteligente. Eres leal. Eres valiente.

Luna parpadeó. Lucía casi como si fuera a llorar.

—Estás viendo lo que todos ven —susurró, quedamente. Bucky negó con la cabeza.

—No —dijo, sin añadir nada más, seguro de lo que decía.

Y fue suficiente.

Ella Fitzgerald cantaba sobre enamorarse y Luna estaba muriendo. Los ojos de Bucky la miraban, fijamente, como si no necesitara mirar otra cosa que no fuera ella. La miraba como si realmente la conociera, como si pudiera ver su alma y a Luna no le molestaba en lo absoluto.

Joder, se veía tan apuesto que quería arrancarle la ropa en ese preciso instante. ¿La gente a su alrededor? Que vieran. Iba a ser una jodida pieza de arte digna de un Oscar.

No tenía derecho en ser tan apuesto, con el traje perfectamente ajustado a su cuerpo, el moño en su cuello y los ojos azul suave, mirándola y diciéndole que era lo más precioso que había pisado la Tierra como si nada, como si su cuerpo no estuviera temblando de tan solo pensar en que nadie la había hecho sentir como él la hacía sentir, nadie la había hecho preguntarse por un tal vez, tal vez pudiera...

Luna parpadeó. Su mirada bajó levemente a los labios de Bucky, titubeante. Volvió a mirarlo a los ojos y casi podía jurar que él la estaba mirando de la misma manera que ella a él. No estaba volviéndose loca, viendo las cosas que quería ver, ¿cierto? Tal vez él también estuviera pensando en tal vez...

Luna se detuvo en seco, sintiendo la mirada de alguien posada en ella. Dolorosamente desvió la vista de Bucky y miró detrás de él, congelándose en cuanto vio quien la estaba mirando.

Mierda.

—No voltees —susurró Luna. Bucky entrecerró los ojos al notar su tono. Era serio—. Sal del cuarto, como si fueras al baño, completamente tranquilo. No voltees atrás. Busca a Louise en otros cuartos, como si estuvieras viendo los cuadros de las salas o una mierda así. Si la encuentras, mándame un mensaje. Tengo que encargarme de algo.

Bucky supo identificar que Luna había sido reconocida.

—¿Quién te vio?

Luna suspiró audiblemente.

—Mi terrible y enfadoso hermano está viéndome como si quisiera enterrarme viva en este momento. Me encargaré de ello.

—¿Estarás bien? —preguntó Bucky, levemente preocupado.

—No afectará la misión —le aseguró Luna, malinterpretando sus preocupaciones.

—¿Pero estarás bien? —insistió, frunciendo el ceño ligeramente. Luna parpadeó.

—Oh, te refieres a... —se aclaró la garganta, suavizando la mirada—. Sí, estaré bien.

Bucky asintió, haciendo lo que Luna le había pedido hiciera.

Y Luna se enderezó, caminó hacia la barra del bar donde su hermano estaba recargado, e ignorándolo monumentalmente se inclinó hacia el cantinero.

—Una copa del vino tinto más cara que tenga —pidió Luna, guiñándole el ojo a un muy sonrojado cantinero.

—¿Qué mierda haces aquí? —gruñó su hermano, tomándola del brazo. Sonaba muy molesto. Luna lo miró de reojo, con total aburrimiento.

—Y un shot de tequila —ordenó, dándole la espalda al cantinero y sonriéndole ampliamente a su hermano—. Oh, hola T'Challa. No te había visto. ¿Cómo has estado? 

☽ ☽ ☽ 

holiiii, espero les haya gustado el capítulo!! a mí me gustó un montón <3 y ya quiero que lean el siguiente!

 ahh les dejo la canción que bailaron: 

y me inspiré un poquito en esto para el look de Luna:

gracias por leer, las amo mucho :) xx

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