Antes de diciembre / Después...

By JoanaMarcus

156M 9.2M 38.4M

PRIMER Y SEGUNDO LIBRO [Primer y segundo libro ¡publicados en papel! Esta es solamente la primera versión de... More

LIBRO 1: Antes de diciembre + trailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26 - final
LIBRO 2: Después de diciembre
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Epílogo

Capítulo 23

1.9M 160K 600K
By JoanaMarcus

Mini-maratón 2/2

No es para que entréis en pánico, pero... ¡la historia tendrá 26 capítulos! Así que sí, solo le quedan tres más :D

Admito que estaba nerviosa mientras Mike, Jack y yo nos  poníamos en camino a la casa de los padres de Jack. Se suponía que iban a disculparse el uno con el otro, pero con ellos nunca era nada tan sencillo. Mike parecía bastante tranquilo mientras revoloteaba a nuestro alrededor de camino al coche.

—Así que conoceremos tu familia —Mike sonrió ampliamente, asomándose entre los dos asientos delanteros—. Espero que les hayas hablado bien de nosotros, Jenna.

Esa mañana había llamado a mamá para preguntarle qué le parecía. Había pasado de la felicidad extrema al estrés por querer causar una buena impresión en pocos segundos. Lo que estaba claro era que quería conocer Jack.

—Les he hablado bien —le aseguré, sonriendo.

—De mí —aclaró Jack—. No saben que tú existes.

—Pues se llevarán una gran y bonita sorpresa —sonrió Mike—. Puede que, incluso, me prefieran a mí de yerno.

Reprimí una sonrisa cuando su hermano puso los ojos en blanco descaradamente.

Llegamos a la casa y me sorprendió ver que Jack esperaba con la mano extendida hacia mí. Creo que nunca me había llevado de la mano a ningún sitio. Se la agarré de todas formas, extrañada, y lo seguí hacia el interior de la casa.

—¡Cariño, ya estoy en casa! —exclamó Mike alegremente, entrando.

Mary y el señor Ross estaban hablando en la cocina, pero ambos se callaron al instante en que nos vieron llegar. Mike ya estaba husmeando en el horno bajo la reprobadora mirada de su padre.

—¿Qué hay para cenar?

—Ensalada de pollo —sonrió Mary.

Mike arrugó la nariz, no muy convencido.

Intenté soltar la mano de Jack para ir a saludar a Mary, pero me la apretó un poco más y me di cuenta de que estaba mirando fijamente a su padre. Él miró nuestras manos unidas sin ningún tipo de expresión. Me sentía como si estuviera interrumpiendo un duelo de titanes.

—Oh, querida mía —Mary se acercó (para salvarme) con una sonrisa de oreja a oreja al ver nuestras manos. 

Jack por fin me soltó para que pudiera devolverle el abrazo.

—Señor Ross —lo saludé, separándome de ella.

Él pareció volver en sí y me sonrió amablemente.

—Jennifer —miró a su hijo—. Jack.

Jack no respondió. Bueno... no empezábamos bien.

Pusimos la mesa entre todos y nos sentamos. Mike tuvo la brillante idea de sentarse solo en un lado de la mesa, dejándome entre Jack y su padre.

Genial.

Empezamos a comer en un silencio interrumpido por los intentos de charla de Mary y míos. Al final, lo que más cortó el silencio fue Mike parloteando de su banda hasta que su padre le pidió que no contara los detalles de lo que hacía con su club de fans.

—Bueno... —el señor Ross se puso serio cuando todos terminamos el plato—, ayer Jennifer vino a hablar conmigo.

Miré a Jack enseguida. Él tenía la mirada clavada en su padre con la misma inexpresión que había visto en él muchas veces. Mary parecía un poco nerviosa, como yo.

—Creo que tenía razón —añadió él.

Jack frunció el ceño, confuso.

—Ah, ¿sí?

—Sí, hijo —replicó él—. Es ridículo que sigamos peleados por algo que pasó hace más de cinco años.

Mi vena curiosa estaba a punto de explotar. Algún día me enteraría de lo que había pasado.

—Sé que lo que hice no estuvo bien —añadió el señor Ross—. De hecho... entiendo que hayas estado enfadado conmigo por tanto tiempo, Jack. Lo entiendo. Y lo siento. 

Jack había entreabierto la boca, estupefacto. Mary también parecía sorprendida. Incluso Mike había dejado de devorar pan para mirarlo.

—¿Lo... sientes? —preguntó Jack, perplejo.

—Sí. No creo que esta relación sea sana para ninguno de los dos. Ni tampoco para tu madre, tu hermano, o incluso tu novia. ¿No quieres que podamos presentarnos en su casa como una familia normal? A mí me gustaría. Y seguro que a tus suegros también. Lo mejor para todos es que nos olvidemos de ello. O hagamos lo posible por hacerlo... y pasemos página.

Hizo una pausa, mirándolo.

—¿Qué me dices, Jack? ¿Puedes perdonarme?

Jack estaba tan estupefacto que estuvo unos segundos en pleno silencio. Estiré una mano por debajo de la mesa disimuladamente y toqué su rodilla. Él parpadeó, volviendo a la realidad. Me miró a mí, a su padre, a mí... y a su padre.

Cortocircuito.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó.

El señor Ross esbozó una pequeña sonrisa.

—Un poco liberado, la verdad —ladeó la cabeza—. Venga, hijo, pasemos página. Los dos juntos.

Jack volvió a quedarse en silencio, pero esta vez no era por estupefacción. Era porque estaba pensando a toda velocidad. Se aclaró la garganta y, para sorpresa de Mary, empezó a asentir.

—Puedo intentarlo —murmuró.

—Bien —su padre pareció respirar de nuevo—. Me alegra oír eso, Jack.

Mary tenía lágrimas en los ojos. Cuando se ponía dramática me recordaba a mi madre. Las espantó enseguida y se esforzó para fingir que no pasaba nada.

 —¿Alguien quiere postre, queridos?

No estuvimos ahí mucho tiempo, pero estaba claro que la tensión de la habitación había disminuido. Incluso Jack participó en alguna conversación. Intercambié una mirada con su padre, que me dedicó una sonrisa. Me alegraba por ellos. Aunque no supiera lo que había pasado, seguro que podían superarlo. No podía ser para tanto.

Llegó la hora de irnos y Mary nos acompañó al garaje. Abrazó a sus dos hijos primero, pero me dio la sensación que a mí me abrazaba con más fuerza.

—Gracias, cielo —susurró.

Se separó de mí un poco conmocionada. No supe qué decir. Jack tiró de mi brazo hacia el coche de nuevo. En cuanto estuvimos dentro, vi que soltaba todo el aire de sus pulmones, como si no hubiera podido respirar en toda la noche.

Y cuál fue mi sorpresa cuando, al abrir la puerta de casa, me encontré con que no estaban solo Naya, Will y Sue. Lana y Chris estaban sentados en los sofás con cervezas en las manos. Estaban todos medio borrachos.

Bueno, no Sue, que parecía un poco amargada con que perturbaran su perfecta tranquilidad.

—¡Jennaaaaa! —Naya se puso de pie de un salto y pasó, literalmente, por encima del sofá para venir a abrazarme—. ¡Por fin refuerzo femenino!

—¿Y yo qué soy? —protestó Lana.

—Yo no soy refuerzo de nada —aseguró Sue.

—Estamos celebrando que he aprobado todos los exámenes —explicó Naya felizmente—. ¡Venid a beber con nosotros!

Mike fue directamente a uno de los sillones con Sue. Naya, Will y Lana estaban en un sofá. Chris, Jack y yo en el otro. Me quedé entre los dos y sonreí a Chris mientras Jack iba a por las cervezas.

—Hacía mucho que no te veía.

—Te ves bien —me aseguró, simpático como siempre—. Así que, al final, tú y Ross...

—Ya ves —sonreí—. ¿Y tú qué tal? ¿La chica esa al final mató a su compañera?

—Espero que no, porque nadie me ha avisado de nada —puso una mueca—. La verdad es que me gustaba que te pasearas por ahí. Aunque significara tener que ver a ese.

Jack acababa de llegar. Me pasó mi cerveza mientras miraba a Chris con cierta burla en los ojos.

—¿No me echas de menos, Chrissy?

—¡No me llames Chrissy! —él se puso rojo.

—Bueno —Naya atrajo nuestra atención—, ¡habéis llegado justo a tiempo para jugar a... yo nunca!

—¿Qué es eso? —Chris puso una mueca.

—¿No sabes lo que es? —levanté las cejas.

—Alguien no ha ido a muchas fiestas, Chrissy —Sue sonrió.

—Déjame en paz —Chris se volvió a poner ojo.

—Alguien dice que nunca ha hecho algo —le explicó Will—. Si lo has hecho, bebes.

—Para que todos te juzguemos, Chrissy —añadió Ross.

Chris lo fulminó con la mirada.

—Vale. Si no lo he hecho no bebo nada. Lo pillo.

—Bien, ¡empiezo yo! —Naya aplaudió—. Yo nunca... mhm... he echado la culpa a otra persona por tirarme un pedo en público.

Hubo un silencio absoluto. Naya puso una mueca.

—¿En serio? ¿Nadie?

—Me toca —Mike estaba bebiendo aunque no le tocara—. ¿Podemos decir cosas que hayamos hecho?

—Sorpréndenos —Jack me pasó un brazo por encima de los hombros distraídamente.

—Yo nunca me he acostado con alguien menor de edad siendo yo mayor de edad.

Y, para mi sorpresa, Will, Lana, Jack y Mike bebieron. Miré a Jack con los ojos abiertos de par en par.

—Ella tenía diecisiete y yo dieciocho —dijo, repentinamente avergonzado.

—Y Naya es menor que yo —dijo Will.

Lana y Mike se quedaron en silencio, así que asumí que no iban a explicar nada.

—Bueno —Sue se inclinó hacia delante—, ¿podemos hacer ya de esto un juego divertido?

Tenía una sonrisa perversa en los labios.

—Me das miedo —le dije.

—Me lo tomaré como un sí —ella ladeó la cabeza—. Yo nunca le he sido infiel a mi pareja.

Silencio. Mike y Lana empezaron a beber. Miré a Jack de reojo para ver si le había afectado, pero lo pillé mirándome medio embobado. Creo que ni siquiera se había dado cuenta de la pregunta. A veces, me gustaría tanto saber qué pensaba... no pude evitarlo y le di un pequeño beso en los labios antes de volver al juego.

—Si estamos con esas... —Will lo pensó un momento—, yo nunca he tenido un sueño erótico.

Oh, mierda.

Lana, Naya, Mike y Chris bebieron. Y... yo también. Noté que todos se giraban hacia mí al instante.

—¿Qué? —pregunté.

—¿Con quién? —preguntó Naya, entusiasmada.

—¡No soy la única que ha bebido! —protesté, muerta de vergüenza. Especialmente porque el protagonista estaba sentado a mi lado y me miraba, sorprendido.

—Muy bien —Naya me guiñó un ojo—. Yo nunca he tenido un sueño erótico con alguien que conocía.

Suspiré y bebí. Los de antes también, pero solo me miraban a mí, los muy asquerosos.

—¿Yo nunca he tenido un sueño erótico de alguien que conozco en los... últimos tres meses?

—¡Seguro que te estás saltando las reglas de...!

—Bebe —me calló Sue.

Dios mío. Mi cara era escarlata. Bebí y Naya empezó a reírse, emocionada por descubrirlo.

—Esto se está poniendo interesante —Jack sonrió.

—¡Jenna, no me lo contaste! —me dijo Naya, un poco ofendida.

—Oye —Sue me miró—, yo nunca he tenido un sueño erótico en los últimos tres meses relacionado con alguien que está sentado a mi izquierda.

Todo el mundo miró a Jack, que parecía estar entre la diversión y la expectación de ver si bebía. Su mirada se clavó en mí mientras yo observaba fijamente a mi vaso. Silencio. Me lo llevé a los labios. Él fue el que pareció más sorprendido.

—Qué fuerte —Will se reía abiertamente de mí.

—¿Es en serio? —Jack levantó las cejas.

—¿Podemos preguntar qué pasaba en el sueño? —preguntó Mike.

—¡No! —tenía que calmarme. Me ardía la cara—. Ya ni me acuerdo.

—Ya lo creo que te acuerdas —Jack empezó a reírse.

—Ugh, dejadme en paz.

—Y una mierda. Yo quiero saber lo que hice en tus sueños perversos.

—¿Podemos... dejar el tema? —juro que mis mejillas iban a explotar.

Jack suspiró, pero los demás terminaron aceptándolo.

—Te toca, Ross —le dijo Lana.

Él lo pensó un momento, mirándome de reojo.

—Yo nunca he tenido un sueño erótico con Jack Ross mientras estaba saliendo con otra persona... y me ha encantado.

—¡Hemos dicho que íbamos a dejar el tema! —me volví a poner roja.

—Es una pregunta, Jenna, te toca responder —me dijo Will, y los dos intercambiaron una mirada divertida antes de volver a mirarme.

—Ugh —puse los ojos en blanco—, ahora mismo os odio a todos.

Me llevé a cerveza a los labios y, al instante, Jack me atrajo hacia él riendo. Casi me atraganté.

—Bueno —Chris decidió seguir—, yo nunca he mandado una foto semidesnudo o desnudo a alguien.

Venga ya. 

—¿Es una broma? —mascullé, llevándome la cerveza a los labios. Jack seguía riéndose de mí.

Ya llevábamos unas cuantas rondas. La gente empezaba a ir borracha. Incluso yo estaba un poco contenta. Me había tomado cuatro cervezas. Y era de las que menos había bebido. Jack era el único sereno, bebiendo de su vaso de agua.

—Eres como una abuela —protestó Mike, mirándolo—. ¿Quién bebe agua en una fiesta?

Jack se limitó a sonreír. Intenté no pensar en lo que me habían contado Naya y Lana, aunque vi que ellas intercambiaron una mirada. Apoyé la cabeza en el hombro de Jack, algo mareada.

—¿Última ronda? —sugirió Jack al ver que me estaba empezando a quedar dormida. Era tarde.

—Vale —sonrió Naya—. Ahora podemos ir a por cosas sexuales, ¿no?

—Mhm... —vi que Jack no estaba muy de acuerdo y mis instintos investigadores se disparaban.

—Por mí vale —dije.

—Empiezo yo —Naya sonrió—. Yo nunca he tenido sexo en un sitio público.

No me fijé en los demás, pero vi que Jack bebía y lo miré con una ceja enarcada.

—Yo nunca me he acostado con alguien sin saber su nombre —dijo Lana.

Jack bebió.

—Yo nunca he tenido un trío —dijo Sue.

Jack bebió. Todos lo miraron.

—¿Cuarteto? —Sue levantó una ceja.

Jack bebió. Me aparté de su hombro, mirándolo.

—¿Cinco? —Mike parecía intrigado.

Esta vez no bebió. Evitó mi mirada.

—Yo nunca me he grabado follando —Mike miró a Jack. Todo el mundo lo hacía. Incluso yo.

Él esbozó una pequeña sonrisa avergonzada y bebió.

Sue parecía intrigada.

—Yo nunca he tenido sexo con dos personas el mismo día —dijo.

Ya todo el mundo lo miraba a él. Jack bebió.

—¿Tres? ¿Cuatro?

Bebió las dos veces. Aparté la mirada.

—Yo nunca me he acostado con alguien y luego lo he echado de mi casa —dijo Chris.

Jack bebió. Me estaba empezando a desagradar el juego.

—Oye —Jack hizo un ademán de levantarse—, creo que ya se está haciendo tar...

—Siéntate, vaquero —le advirtió Naya.

Él me miró de reojo. Yo intenté que no se notara que eso no me estaba gustando mucho.

—Yo nunca me he follado a más de veinte personas —dijo Mike.

Jack bebió de mala gana.

—¿Treinta? ¿Cuarenta?

—¿En serio tenemos que seguir jugando a esto?

—Bebe —le advirtió Naya.

Él bebió de mala gana dos veces. 

Y yo me encontré a mí misma hablando.

—Yo nunca me he acostado con alguien sabiendo que tenía pareja.

Enarcó una ceja en mi dirección y bebió.

—Yo nunca me he metido en una pelea —dijo Chris.

—¿No era sex...? —intentó interrumpir Jack.

—Bebe —Mike lo señaló con un dedo acusador.

Él suspiró.

—Yo nunca me he metido en más peleas de las que puedo recordar —dijo Sue.

Él bebió.

Y me encontré a mí misma hablando de nuevo.

—Yo nunca he roto un hueso a alguien —dije en voz baja.

Jack me miró un momento. El silencio era tenso. Pareció dudar, pero bebió sin despegar sus ojos de los míos. Tragué saliva y seguí hablando.

—Yo nunca he provocado a alguien solo porque quería tener una excusa para pelearme con él.

—Jen...

—Estamos jugando —le recordó Sue.

Él suspiró, algo irritado, pero bebió. No sabía qué pensar.

—No creo que esto sea...

—Yo nunca he mandado a alguien al hospital por una paliza.

Cerró los ojos un momento. Miró a Will, que también parecía incómodo, y bebió.

—¿A dos personas? —pregunté.

Bebió sin mirarme. 

Silencio absoluto.

—¿A más de cinco? —preguntó Sue.

Jack apretó los labios antes de beber.

—¿Más... de diez?

Lo estaba mirando fijamente. De pronto, el pensamiento de que casi no conocía Jack me dio una bofetada en la cara. Él me devolvió la mirada. No parecía estar pasando un buen rato. Quería decirle que no pasaba nada, que era cosa del pasado, pero estaba demasiado sorprendida.

¿El mismo Jack que yo conocía... el que traía pizza... el que era encantador con todo el mundo... había mandado a más de diez personas al hospital?

—Jen... —empezó, implorándome con la mirada que me olvidara de eso. Pero estaba un poco conmocionada.

La voz de Will hizo que me girara.

—Yo nunca me he enamorado.

Él y Naya habrían bebido, pero el juego ya no era por el grupo. Era solo para nosotros dos. Me giré hacia Jack. El corazón me latía en las sienes. Mi mano apretó un poco la cerveza mientras él me devolvía la mirada. Estaba aturdida. Ni siquiera podía pensar.

Y él, sin dejar de mirarme, se llevó el vaso a los labios y dio un trago mucho más grande que los anteriores.

Todo el mundo se giró hacía mí enseguida. Yo estaba paralizada.

Y, entonces, entendí por que Jack nunca había querido contarme lo de su pasado. No quería que me asustara. Sí que me había asustado. No por el hecho en sí, sino... porque creía que lo conocía. Porque creía que lo sabía todo de él. Él sabía todo de mí. Me sentía un poco rara.

Me seguía mirando fijamente y sentí que se me sentía la garganta. Cada segundo que pasaba, su mirada iba decayendo un poco más. Quería que bebiera. Todo el mundo esperaba que lo hiciera, pero solo podía mirarlo a él. Era como si todo pasara en cámara lenta.

¿Decir que me había enamorado era lo mismo que decir te quiero? No, no era lo mismo... ¿no? Porque yo no estaba lista para decirle a alguien que le quería. Solo de pensarlo me entraba un escalofrío. Sonaba tan... sofocante. No podía decirlo. No. No creía que pudiera decirlo jamás.

Pero... noté mi propio brazo moviéndose hacia arriba, como si mi cuerpo me contradijera. Jack abrió los ojos como platos cuando me llevé la cerveza a los labios y le di un pequeño sorbo.

Silencio.

Horrible silencio.

Él siguió mirándome fijamente sin poder creérselo. Yo tragué saliva. Ya estaba hecho. Y... honestamente, me sentía como si hubiera dicho la verdad. Incluso aunque no quisiera admitirlo.

Parecía que había pasado una eternidad cuando, de pronto, él se giró hacia delante y parpadeó. Me quedé sorprendida. ¿Eso era todo? Ni siquiera volvió a mirarme. Tenía los ojos clavados en su vaso.

Ni siquiera me di cuenta cuando Chris preguntó si podía dormir en casa porque iba un poco mal. Lana me abrazó para despedirse, pero yo solo tenía ojos para Jack. Él estaba desaparecido en su habitación. Will también miraba el pasillo. Intercambiamos una mirada y él me dedicó una sonrisa conciliadora.

Cuando entré en la habitación, tenía el corazón en un puño. Jack estaba sentado en la cama con la cabeza entre las manos. Cerré la puerta, pero hizo como si no me oyera. Me acerqué cautelosamente.

Si me decía que me fuera, iba a llorar. Iba a llorar mucho. Pero... no entendía su reacción. ¿No había bebido él también? Quizá se había arrepentido. Se me hizo un nudo en el estómago. No, por favor. Que no se arrepintiera. Solo de pensarlo se me venía el mundo encima.

—No iré —dijo, de pronto, mirándome.

Yo ya estaba preparada para fingir que no me importaba que me mandara a la mierda, pero me quedé muy quieta.

—¿Qué? —pregunté, confusa.

—No iré —repitió, mirándome fijamente—. A Francia.

Le devolví la mirada sin saber muy bien qué decirle.

—¿Por qué?

—No quiero alejarme de ti.

Mi voz bajó.

—¿Por q...?

—Porque te quiero.

Durante un momento, no reaccioné. Después, noté que mi pulso se aceleraba. Mi cerebro estaba intentando procesarlo. No lo había conseguido cuando se puso de pie y me agarró la cintura con ambas manos para besarme. Fue el beso más intenso que me había dado nunca. Tanto que se me olvidó que yo no le había dicho nada.

Continue Reading

You'll Also Like

6.3K 389 7
La Humanidad ganó, pero... ¿qué hay que hacer cuando tu contrincante se "enamora" profundamente de ti? ¿Qué consecuencias traerá eso? Hay quienes est...
69.6K 3.6K 22
Donde una pogue se pregunta si está esquivando una bala o perdiendo al amor de su vida o donde un grupo de amigos buscan un tesoro. ❝ 𝖺 𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒�...
EL LOBO By

Mystery / Thriller

1.4K 612 7
Unos estudiantes deciden asustar a sus compañeros a raíz de la muerte de una joven del pueblo. Aseguran que un asesino anda suelto y que bajo el nomb...
1M 45.6K 53
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...