Imagina estar de cena con los chicos tras haber pasado cada uno las navidades con vuestra familia y así poder celebrar lo que quedaba de navidad juntos.
Jimin y tú habíais ido a Busan, a la casa de los padres de tu novio, para poder estar con ellos (ya te conocían y te tenían mucho cariño) y aprovechaste para hacer que los tuyos conociesen a tu novio, la ciudad en la que creció y a sus padres. Ellos fueron hasta allí sin rechistar, habían hablado de vez en cuando con Jimin pero nunca lo habían visto en persona. La verdad, te lo pasaste en grande con los relatos vergonzosos de tu novio cuando era pequeño o un adolescente, al igual que él con los tuyos.
-Bien, Jioga, cuéntanos que tal estas vacaciones- Quiso saber Hoseok en boca de vuestros seis amigos.
-Ooh, tengo algo súper gracioso que contar- Jimin te pididó con la mirada que no lo hicieras pero no le hiciste ni una pizca de caso. -Su madre me estaba enseñando fotos de ChimChim de bebé hasta que ella dijo que desde pequeño se caía continuamente. Jimin creo que nos oyó porque gritó "¡mentira!" desde la cocina, creo que todos los vecinos lo oyeron- Reíste junto a los demás mientras tu chico no podía evitar mirarte con una sonrisa. -Entonces llegó casi corriendo al salón con unas tazas de café para que lo tomasemos pero se calló y se empapó de café caliente.
Las risas de vuestros se oían por toda la sala.
-Jimin-hyung, de verdad eres patoso.
-Eso no es lo peor- Reíste ante el recuerdo. -Lo peor fue que cuando lo ayudé al parecer su amiguito se había despertado sin que nos diésemos cuenta ninguno de los dos y, como estaba con la ropa pegada a su cuerpo, oímos de repente a su madre gritar: "¡Virgen santa!". Nos asustamos hasta que nos dimos cuenta de lo que pasaba. Jimin no vio a su madre a la cara durante una semana.
Su reacción: