Abrió los ojos de repente, sintió como si cayera por un terrible vacío negro y aquello fue lo que lo hizo despertar de un golpe encima de su cama, totalmente empapado en sudor y algo nervioso, ya conocía aquella sensación, la misma que había tenido meses atrás, se levanta de la cama y quiere ir hasta el aseo, algo no anda bien, era todo demasiado oscuro, cuando se da la vuelta puede ver su cuerpo aún dormido tendido sobre la cama y justo en ese momento entro en pánico.
A pesar de que aquello no era la primera vez que lo experimentaba no entendía porque otra vez estaba ocurriendo, miles de preguntas invadieron su mente, todas ellas sin respuesta y con miles de posibles explicaciones, tenía miedo por primera vez.
Sin embargo enseguida notó que bajo aquella forma ya no era Ryan Taylor, ahora volvía a ser Max Robinson y de cierta forma de sentía cómodo y a salvo. Por un momento llego a pensar que quizás podia regresar a su cuerpo, entrar en el y despertar de aquella terrible pesadilla en la que se había convertido su vida. Poco después Max ya no estaba encerrado en su habitación, era como si todo estuviera conectado, salió de su habitación y de repente estaba en el hospital, como si la sala de aquel lugar a estuviera justo en el salón de su casa. Entro donde se encontraba su verdadero cuerpo con la esperanza de que entrar en el pusiera fin a todo aquel problema. No fue así, cuando se acercó y se quiso tocar a si mismo una fuerza negativa lo rechazó y voz detrás suya llamó su atención.
- es imposible - le dijo y reconoció en su tono a alguien familiar, sin embargo no podía verlo.
- ¿donde estas? - preguntaba nervioso mientras daba vueltas por el lugar, era la primera vez que interactuaba con alguien en aquel plano ancestral.
- estoy aquí - dice de repente - justo detrás de ti - y apareció justo detrás de él.
- Ryan - dijo y se quedó perplejo - Ryan - repitió sin quitarle el ojo de encima, Ryan estaba diferente, su color era pálido y sus oscuras ojeras daban bastante miedo.
- déjame volver - le pidió con cara de tristeza, sus labios habían perdido su color rosado natural - necesito volver - repitió.
Max estaba quieto, mirándolo fijamente a sus tristes ojos que habían perdido todo su brillo.
- yo, yo no quiero tu vida - le dijo con pena - no se que hacer - dice con la sensación de no encontrar la forma de arreglar aquella locura.
- devuélveme mi vida - responde mientras se difumina delante de sus ojos - devuélveme mi cuerpo.
Y desaparece sembrando el terror en el cuerpo de Max después de que este despertara sobre su cama en un terrible sobresalto de nuevo en el cuerpo de Ryan. Su corazón se iba acelerando por momentos, busca respuestas, ¿porque había visto a Ryan? ¿Que podía significar aquello? Era muy tarde en la madrugada, sin embargo no pudo contener sus nervios y tomó su móvil para llamar a la única persona con la que podía hablar de aquello.
- ¿si? - responde descolocada al ver la hora que era.
- lo vi - fue lo único que se le ocurrió decir.
- ¿que lo viste? ¿A quien? - le pregunta mientras intenta despejarse y enciende La Luz de su lámpara a la derecha de su mesa de noche.
- A Ryan.
Y fueron justas aquellas palabras la que lograron abrir sus ojos de un golpe.
- ¡¿que?! - exclama enseguida.
- ne, nece...
- salgo para allí - respondido antes de que el terminara de decirle que necesitaba verla y aquello le recordaba a su verdadera amistad con Ryan.
Minutos después Tiffany estaciona su coche frente a la casa del joven.
- ey! - la saluda el en la puerta de la casa - Gracias por venir.
Sin saber si era por la forma en la que se lo dijo o si después de todo aquel no dejaba de ser el cuerpo de su mejor amigo Tiffany le da un fuerte abrazo que logra reconfortarlo del susto que aún llevaba encima.
- ¿que fue lo que sucedió? - le pregunta preocupada.
- entra, vayamos a mi - hizo una breve pausa - a su habitación - rectifica sintiendo ahora más que nunca que aquella vida era solo prestada mientras intentaba recuperar la suya - Volví a sentir todo - le explicaba una vez solos en su habitación - exactamente como siempre, aquella sensación de caer en un precipicio, en un hueco negro. Sentí como si todo fuera normal hasta que me di cuenta que no, cuando mire hacia atrás pude ver mi cuerpo, el cuerpo de Ryan - especifica - tumbado sobre la cama, de repente volví a ser yo, bajo el plano ancestral recupero mi forma normal, cuando salí de la habitación estaba en el Hospital, mi cuerpo estaba tirado en aquella cama y una voz me habló de repente ...
- ¿Ryan?
- si - responde serio.
- ¿que pasó? - pregunta notando que algo no iba bien.
- era el, su cara, no estaba como siempre, no era así - dice mientras se mira al espejo.
- tenemos que hacer algo - especifica ella.
- estoy perdido - la cara del joven cambiaba por segundos - no se que hacer - le dice tomándola por las manos - ayúdame - le pide mostrándose desesperado y ella apiadándose de su situación le da un abrazo.
- buscaremos una forma - le dice bajo cerca del oído.
El la abrasa con fuerza y ella es receptiva, están a gusto, se separan poco a poco, se miran, algo en sus miradas había cambiado, la respiración del joven era rápida, su corazón latía de prisa mientras ella se mostraba nerviosa, aquel no era su amigo, el nunca la hubiera mirado así ni ella nunca habría sentido esas terribles ganas de besarlo, están solos en su habitación a altas horas de la noche, su amigo los había reunido allí, era su cuerpo, pero no era el, aquel joven era un perfecto desconocido al que había pasado mucho tiempo odiando. Se entregan a sus impulsos y un beso en los labios pone fin a la intriga de saber que se siente. No se puede describir el tiempo que duró aquel encuentro entre ambos, pero después que se separaron ella salió corriendo por los pasillos de la casa hasta llegar a su coche e irse a su casa. Max Robinson esa noche no pudo dormir.
Amanece un nuevo día, el desayuno apenas no se servia en la mesa y Ryan entra por la puerta de casa empapado en sudor.
- pero Ryan - le dice su madre sorprendida - cariño - se acerca y le da un ligero beso en las mejillas al que el no hace resistencia - ¿a que hora te has despertado?
- no podía dormir - responde.
- ¿estas bien? - le pregunta preocupada.
- estoy bien - le responde intentando ocultar su preocupación.
- ¿desayunamos? - le pregunta con una sonrisa a la que no puede negarse.
- dame cinco minutos que me duche y enseguida bajo ¿bien?
- bien - dice complacida.
Después de una rápida ducha y ya cambiado para salir Ryan vuelve a reunirse con su madre en el comedor.
- ¿vas a salir? - le pregunta.
- si - responde sin dar mayor explicación.
- es necesario que hablemos - le agarra de las manos y lo mira a los ojos.
- ¿que pasa? - pregunta temeroso.
- es tu Universidad, tu trabajo ..
- ¿trabajo? - pregunta confundido - ¿es que acaso tengo trabajo? - no puede evitar preguntar y ella pone cara de no entender nada.
- Ryan, cariño, ¿lo has olvidado? ¿Te encuentras bien?
- si, si, perdón - intenta arreglar la situación antes de que ella empiece a preocuparse - solo es que ha pasado tanto tiempo, tantas cosas...
Ella lo mira desconfiada.
- es hora de que retomes tu vida normal ¿no crees? Universidad, trabajo...
El responde si sin pensarlo dos veces y ella se siente más tranquila. Terminan el desayuno juntos y justo antes de irse Tiffany toca la puerta.
- hey - le saluda tímidamente y ella sujetaba un ordenador bajo del brazo - ¿que es eso? - pregunta intrigado.
- yo os dejo - anuncia Mery - tengo que irme a trabajar - se despide - piensa en lo que te dije - el joven asienta con la cabeza y ella sale por la puerta.
- he guardado infinitas páginas webs sobre el tema de ayer, cientos de testimonios - va hablando mientras apoya el portátil encima de la mesa.
- ¿no has dormido? - le pregunta mientras la observa con preocupación.
- no - responde sería y enciende el ordenador - quiero a mi amigo de vuelta - lo mira a los ojos.
- ¿es esto por lo de ayer? - detiene sus frenéticos pasos y la obliga a que se tranquilice.
- esto es por todo, por mi, por ti, por tu madre, y porque este donde esté Ryan debería de estar aquí.
- escucha lo que paso ayer ...
- no eres Ryan - le corta ella - eres Max Robinson, el tipo que se ha pasado años molestando a mi mejor amigo,el abuson de los débiles, el líder de unos cuantos niñatos con poca personalidad, el mujeriego que pasea a las chicas por los pasillos del Instituto como si fueran trofeos, no bese a Ryan, te bese a ti, y no puedo ni quiero volver hacerlo. Quiero a mi amigo de vuelta.
El chico se había quedado sin habla y ella no podía creer todo lo que había dicho, sus palabras eran sinceras y él pudo notarlo, ella siente pena y el siente vergüenza, jamás nadie se había atrevido hablarle así.
- ¿y que es lo que te molesta? - se atreve a decirlo y la agarra de la cintura trayéndola hacia el - ¿eso o que nunca me halla fijado en ti?
Ella la mira a los ojos y con gesto logra deshacerse de sus manos.
- ¿ves? Sigues siendo el mismo gilipollas de siempre - la joven enfadada cierra de un golpe la pantalla del ordenador y sale corriendo por la puerta de la casa.
- ¡hey espera! - le grita el mientras sale corriendo detrás de ella - ¡espera!
La joven se monta en el coche, su corazón se acelera y su cabeza se llena de dudas, era dos personas viviendo el cuerpo de uno, ¿le gustaba su amigo o era realmente el echo de que estuviera Max en su cuerpo lo que lo hacía totalmente irresistible?
- ¿esta todo bien? - le pregunta Allen que acababa de aparcar frente a su casa y había observado lo que estaba ocurriendo.
- ¿tu de nuevo? - le pregunta molesto - pensé que ya te había quedado claro después de la última vez.
Allen parecía enfadado, estaba dispuesto a todo por salvar su relación aunque ello le llevara a actuar de una forma poco común en el. Se adelanta a caminar hacia el y lo toma fuerte de las manos arrastrándolo hasta entrar a la casa. Cierra la puerta con fuerza y lo arrincona contra la pared dejándole poco espacio para moverse.
- mírame - le dice muy cerca de su rostro, Ryan se pone nervioso, no sabe como actuar - ¡mírame! - le grita y el no entiende lo que está sucediendo, jamás se esperó una reacción así de él.
- ¿¡pero que cojones estas haciendo?! - lo mira asustado, verdaderamente asustado.
- necesito entender que es lo que te está sucediendo.
Le mira a los ojos y en ellos Ryan no encontró rabia, no encontró odio, vio amor, vio a alguien desesperado, vio a alguien enamorado que sentía que perdía a quien amaba. Quizás esa fue una de ls razones por la que no puso resistencia cuando Allen se lanzó sobre el y lo besó, pero no un beso pequeño, no un beso normal, un beso con pasión, un beso con amor, un beso de los que nunca había dado a nadie, jamás un beso le había transmitido tanto, no puso resistencia, no le quitó aquella oportunidad de que Allen besara el cuerpo de la persona que quería, sin embargo cuando la euforia del joven va subiendo y la temperatura del cuerpo se dispara Ryan necesita poner freno o aquel apasionado beso terminará en algo para lo que no estaba preparado.
- ya basta - dice mientras se separa - no puedo hacerlo - le explica mientras recupera la respiración - es mejor que te vayas.
- pero ...
- véte por favor, ¡vete! - grita con rabia y el chico sale aterrorizado por la puerta.