❝Su piel pálida era como la leche, su cabello violeta que se mecía con el viento, y sus diminutos ojos
eran tan llamativos.❞
Había pasado aproximadamente una semana en la que Song Mingi había desaparecido completamente. Había dejado de ir a la escuela y parecía que desapareció de la faz de la tierra porque no había rastro alguno de su existencia.
Hongjoong se había levantado de la cama, ya que la molesta alarma lo despertó. Decidió ir a la escuela, con la idea de que después de una semana por fin vería a su amigo y le comentaría como se sentía al respecto de esa vez. Necesitaba aclarar dudas. Necesitaba verlo cuanto antes.
Hizo todo su transcurso, su rutina diaria. Lavar su cara y dientes, peinar mínimamente su cabello y mullet.
Se colocó ropa cómoda, un buzo negro con un jean azul y unas distintivas zapatillas blancas. Guardó sus pertenencias y sin más se fue de su casa, tomando el primer autobús que lo llevé hasta la escuela.
Al llegar caminó hasta su salón, saludando a cualquier conocido que pasaba a su lado. Al llegar su cara se llenó de tristeza, al saber que Song Mingi no se encontraba allí, sentado como solía ser.
No estaba su mejor amigo, no estaban esas sonrisas tan preciosas y brillantes que solía hacer por cada vez que entraba al salón y se veían mutuamente.
Otra vez se sentó solo. Se sentía solo sin la compañía de ese alfa. Las mañanas sin él eran aburridas. No eran especiales.
Comenzaba a sentir que Song Mingi era esa chispa que le daba a su vida un giro de ciento ochenta grados. La razón de su felicidad, la razón por la cual despertaba cada mañana, todo se trataba de él.
La clase había comenzado, y Choi San veía a Hongjoong con su cara de perrito mojado. Dándose cuenta que se sentía triste por no estar junto con la compañía de su mejor amigo. Como solía llamarle.
La hora paso lenta para el gusto de Hongjoong, su día estaba siendo aburrido y se sentía tan solitario.
El receso había comenzado, y Choi San fue hasta donde se encontraba sentado Hongjoong. Tomando asiento justo al lado suyo. Tratando de animarlo un poco.
─De verdad pareces un perrito mojado, hongjoong. Venga, no te preocupes por él, ya aparecerá y podrás comentarle todos tus remordimientos.
El nombrado se quedó mirando a Choi San que lo había alentado. Por un momento lo hizo sentir bien.
Y dejó aquel pensamiento de lado, debía aceptar que Mingi no estaba allí. Y debía vivir su vida cotidiana como cualquier otro.
─Recuerda que el trabajo grupal se entregará la próxima semana. Probablemente aparecerá. No dudes por ello.
El rubio recostó su cabeza sobre la mesa del pupitre, no tenía ni la mínima necesidad de hacer algo en la escuela. Por más que deseaba sacar a ese alfa de su mente no podía hacerlo. Parecía que por más que trataba de sacarlo de sus pensamientos, lo alteraba.
─¿Qué le pasa?─Preguntó Wooyoung mientras trataba de buscar una respuesta.
─Se siente mal porque Mingi no ha aparecido.─Aclaró Choi San.
─Él aparecerá. No puede no venir a la escuela, tal vez tuvo un inconveniente y no pudo venir en estos días.─Espetó Jongho haciendo que los tres chicos dirigieran su vista hacía él.
A pesar de que los demás no estaban al tanto de lo que había sucedido aquella noche.
San, Hongjoong y Yunho lo sabían muy bien. Sin embargo allí algo no cuadraba del todo.
Mingi había desaparecido durante toda una semana y no dejó rastro alguno. Ni siquiera un mínimo mensaje se le fue enviado a Hongjoong. Nunca tuvo la intención de llamarlo para arreglar la situación que el mismo había causado. Ni siquiera un registro de vida.
Mingi no había dejado nada.
─¿Qué hay de sus padres? ¿Tu solías hablarte con su madre? ¿Verdad?
─Ellos simplemente se fueron, San.
Ambos se miraron, completamente derrotados. El timbre de la escuela sonó dando a entender que el receso había terminado. Cada cual tomó asiento y esperaron a que el profesor llegará.
Mientras Hongjoong simplemente quería que terminé la hora para poder irse. Había tenido suficiente en un día.
...
Las horas pasaron tan lentamente que Hongjoong dudó por un momento en si dormirse en media clase, aunque no lo hizo. Simplemente espero paciente y nuevamente el timbre resonó pero esta vez dando a entender que ya era la hora de irse.
Guardó todas sus pertenencias en su mochila, se aseguró de tener todo y colocó las tiras de la mochila entre sus hombros.
─¡Hey!─Gritó San, a lo que el rubio dirigió su vista en él.
─¿Qué sucede?
─Déjame acompañarte.
Hongjoong miró a San, y no se negó. Ambos salieron de la escuela y comenzaron a caminar, tratando de sacar un diferente tema de conversación.
Choi San tampoco quería seguir hablando de Song Mingi, no quería poner más incómodo a Kim Hongjoong de lo que ya estaba. Tampoco le gustaba verlo tan decaído, sentía que no era esa misma persona que cada día despertaba y llegaba a la escuela con una sonrisa instalada en su rostro. Simplemente parecía que era otra persona.
Mientras San trataba de hablar de distintas cosas con el pequeño omega, su vista se dirigió por inercia hasta la acera que se encontraba al lado. Viendo a una figura conocida que había capturado su atención por completo.
─¿Ese no es Song Mingi?─Preguntó el pelinegro, a lo que el rubio rápidamente dirigió su vista hasta la otra acera.
Kim Hongjoong quedó casi boquiabierto cuando vió a su mejor amigo, allí estaba él. Parecía caminar hasta la entrada del colegio. Se veía en buen estado, nada le había ocurrido.
Estaba allí finalmente, lo había calmado por completo.
Sin embargo algo dolió en su corazón cuando vió que una chica corrió rápidamente hasta Song Mingi, aferrándose a su brazo. Su piel pálida era como la leche, su cabello violeta se mecía con el viento y sus diminutos ojos eran tan llamativos.
Había quedado perplejo, sintiéndose apenado. Sentía como un nudo se apoderaba de su garganta, no podía tragar correctamente y trataba de que las lágrimas no se acumularán entre sus ojos.
No quería verse más patético de lo ya se estaba sintiendo.
El omega pelinegro se dió cuenta de que Hongjoong no se encontraba bien. Tomó la muñeca de su mano y le ordenó en seguir caminando, tal vez era duro para el ver finalmente a su amigo, pero la mejor elección en ese momento era alejarse. No quería ver a Hongjoong triste, no deseaba por nada del mundo verlo triste.
─Vayamos a tomar algo, tal vez te sentirás mejor. Ánimo.
Mientras Choi San jalaba la mano del pequeño omega, obligándolo a caminar. Lágrimas comenzaban a brotar desde sus ojos, deslizándose por sus mejillas.
Lo que había preocupado a San tanto que se detuvo, únicamente para buscar entre sus bolsillos un pañuelo y secar sus lágrimas que caían con suavidad, deslizándose en parsimonia.
─Tranquilo, todo va a estar bien. Yo estoy aquí.
Hongjoong estaba agradecido de la amabilidad que le proporcionaba Choi San, sin embargo deseaba poder abrazar y decirle a Mingi que todo estaba bien, que realmente lo extrañaba mucho y que todo había sido un error que les había jugado en contra a los dos.
Pero parecía que ya era tarde.
aclaró que no todo es
fluff, está historia
tendrá drama y angst.
estan avisadas. 👀
muchísimas gracias
por sus votos, bubus.
YUNHOREO ©