Detrás de Alice solo se escuchaba el grito de águila de Silver wing así como su aleteo, había aprovechado el descuido de Hoggle para darse vuelta y correr al interior de la cueva en busca de aquella gema, no tenía que perder tiempo si ese era el objeto que buscaba y es que en su cabeza se había formado un plan... Al correr al interior de la cueva tomaría un buen bocado de aire para contener la respiración el tiempo suficiente para apresurarse, tomar la gema y salir, pues era consciente de que en algún momento tendría que ceder para respirar y no podría evitar inhalar un poco de ese gas, si ese era el caso preferiría que fuese ya cuando estaba de salida.
Sin embargo, la perspectiva que tenía por fuera de la cueva le jugó en contra, pues ya llevaba por lo menos 20 segundos apresurándose y el pedestal donde estaba aquel mineral simplemente aún no estaba en su alcance. Trataba de tolerar la respiración todo lo que podía pero comenzaba a sentir presión en su pecho que era la clara señal en la que su cuerpo le decía que requería de oxigeno; Alice no cedería y continuaba marchando y parecería que lo lograría si no fuese que el gas en la zona más cercana al pedestal era sumamente más densa, por lo cual no la dejaba ver rocas que fungían de obstáculos en el camino y la harían tropezar abruptamente.
La caída la obligó a romper aquel aguante de no respirar para dar un quejido y así su respiración volvería a comenzar.
-Demonios...-Diría Alice mientras se levantaba acompañando el movimiento con quejidos-Debo apresurarme antes de desmayarme aquí.
Una vez de pie, y en contra de su voluntad, tendría que dar su último avance con precaución haciendo que su llegada hasta la gema fuese un poco más lento de lo que le hubiese gustado. Una vez frente al pedestal fruncía un poco su ceño para poder enfocar bien el objeto y tomarlo, apenas su mano hacía contacto con el mineral el brillo que este hacía se desvanecía dejando a Alice en plena oscuridad; como si fuere reacción de la cueva al ser "robada", por así decirlo, el gas comenzaría a volverse más y más densa haciendo difícil ver el camino de regreso, pues por el mismo grosor que este había hecho la luz de la salida ya era demasiado tenue para los ojos de la chica.
-Debo...Salir de aquí...
Mientras tanto fuera de la cueva yacía un preocupado Hoggle y un inquieto grifo, quien se la pasaba caminando de un lado a otro lanzando uno que otro quejido que podía interpretarse como preocupación por la chica. Hoggle golpeaba el piso constantemente con su pie por el nerviosismo e impotencia al no saber qué hacer, si él entraba también corría el riesgo de quedar noqueado por el efecto del gas a mitad del camino, y si Silver wing utilizaba sus alas para dispersar el gas afectaría a los que estaban afuera por esparcir todo el contenido de la cueva.
-¡Maldita sea! ¡Debemos hacer algo!-Gritaba finalmente Hoggle dando un pisotón fuerte al suelo.
-Se notan preocupados-Llamaba la atención de ambos aquella voz gruesa.
Al girarse observarían a un hombre de vestimenta extravagante y con máscara de porcelana, el mismo hombre con quien Alice hablo en esa mañana. Tanto Hoggle como el grifo se notarían incómodos por la repentina presencia de aquel hombre, sobre todo Silver Wing, quien se pondría en posición a la defensiva dando un quejido distintivo a las águilas.
-¿Quién eres?-Interrogaba sin más el enano.
-Un pasante de este lugar sin más...-Al decir esto, aquel hombre giraba de un lado a otro como si buscara a alguien, y efectivamente así era-De casualidad... ¿No han visto a una bella joven por aquí?
-Entonces debes ser quien le dijo a Alice que tenía que venir para acá-Mencionaba Hoggle enfadado siendo acompañado de un gruñido de Silver wing.
-¿Por qué tan enfadado, pequeño?
-¡No me digas peque...! Un momento...
El plumaje y pelaje de Silver wing se erizaba por aquellas palabras y daba algunos pasos amenazantes ante aquel hombre que no se inmutaba por tal amenaza de la criatura, es más, simplemente se quedaba ahí de pie atento a todo lo que se hacía y decía.
-¿Acaso tú no eres...?
-¡Hoggle! ¡Silver wing!-Gritaba débilmente una voz femenina desde el interior de la cueva
-Oh no, Alice-Decía Hoggle al regresar su mirada hacia el interior de la cueva.
-¿Esta adentro?-La voz de aquel hombre se transformaría a uno preocupado al hacer tal pregunta.
-Por favor, alguien ayúdenme...-Alice se recargaba de las paredes para poder mantenerse de pie.
Sus piernas comenzarían a ceder del sueño que aquel gas estaba incitándole a la chica, sus parpados se comenzaban a sentir cada vez más y más pesados y las fuerzas en su cuerpo se comenzaban a desvanecer. Por más que intentara aguantar la respiración ya era un esfuerzo en vano, ya había respirado el suficiente gas y de seguir así jamás llegaría a la salida sobre todo, porque no había llegado aún a la mitad del camino.
-Tengo mucho sueño...-Apenas y lograba susurrar, ya eran tan poca sus fuerzas que ni hablar podría.
Alice finalmente cedería y recargaba su espalda a la pared para dejarse resbalar por la misma y quedar sentada mientras sujetaba la gema en su mano, dejaba que su mirada se perdiera entre aquella nube que lo rodeaba. Probablemente sería obra del sueño o un efecto secundario del gas, pero Alice juraría que podía ver la silueta de una joven, aparentemente de unos 15 años quien vestía una camisa blanca con un chaleco café claro, su cabellera era lacia y larga, solo podía verle la espalda, cuando la silueta comenzaba a darse vuelta para dejar ver su rostro... Alice habría cerrado sus ojos.
-Ya no puedo escucharla-Decía Hoggle desesperado, agitaba sus manos y pataleaba el suelo de la frustración-Escucha si solo vienes a molestar será mejor que...
Ni bien terminaba la frase cuando la capa que hacía juego con la ropa extravagante de aquel hombre le cubría la cara cuando este pasaba junto a Hoggle, rápidamente la mano del hombre sujetaba su máscara para arrancársela y lanzarla contra el grifo quien solamente por efecto se levantaba en sus dos patas traseras al retroceder dejando que la máscara cayera frente a él rompiéndose. Cuando se lograba quitar la capa de encima, Hoggle miraba sorprendido la prenda así como la máscara; sus ojos girarían a la entrada de la puerta viendo como aquella silueta masculina se adentraba con gran velocidad sin preocuparse por el gas, puesto que llevaba una protección.
-Lo sabía...-Era todo lo que podía atinar a decir el enano dejando caer la capa al suelo.
Con un fuerzo sobre humano, Alice abriría lo suficientemente sus ojos al momento de sentir como su cuerpo abandonaba el contacto con el suelo. A pesar de lo débil que se sentía por el efecto del gas, logro sentir de manera sutil como unos brazos la sujetaban para comenzar a trasladarla por el resto de la cueva, directamente hacía la salida.
Con las fuerzas que le quedaban buscaría el rostro de la persona quien la cargaba en brazos, la luz del exterior comenzaba a volverse cada vez más fuerte iluminando lo suficiente para que los ojos de Alice hiciera contacto con aquella mirada tan penetrante que la miraba por unos segundos revisando su situación, al divisar bien aquellos ojos profundos sentiría en ese momento calidez en su pecho, siendo esta calidez tanta que le provocaba una tenue sonrisa en sus labios y al momento de cerrar de nuevo sus ojos recargaría levemente su cabeza en el pecho de esta persona para finalmente quedarse profundamente dormida.
Sería como otros sueños que había tenido antes, estaría ella de pie en una habitación oscura, sin nada alrededor de ella. De niña esto la asustaba bastante pero ahora era algo natural, sin embargo, algo había diferente, aquella silueta que vio en la cueva momentos antes de ceder al sueño, volvería a aparecer frente a ella pero esta vez por fin lograría verle su rostro y no era para menos, pues esta joven que veía era muy parecida a ella, con sus excepciones claro.
-¿Te conozco?-Solo atinaría a preguntar Alice, haciendo eco en aquella situación.
Pero la silueta no le contestaría, solamente la miraría y le sonreiría de manera divertida. Sin entender nada Alice se le quedaría viendo hasta que la joven se volvía a girar y caminar adentrándose a la oscuridad; por laguna razón la chica tendría el instinto de apresurar sus pasos para seguirla pero cada paso que daba la joven silueta se alejaba más y más de ella hasta que...
El sueño era interrumpido, el cuerpo de Alice estaría comenzando a reaccionar y sus ojos comenzarían a abrirse con demasiada pesadez. Se sentía pesada, como si se hubiera desvelado toda la noche como lo hacía al leer sus libros o estudiar para los exámenes de su universidad; cerraría sus ojos por unos segundos un par de veces para ayudarlos a relajarse más y finalmente abrirlos por completo divisando todo.
-¿Qué pasó?-Preguntaba tenuemente mientras giraba sus ojos para ver el alrededor, no reconocía nada de lo que veía por lo que estaba claro, el cuarto de la posada donde se estaba quedando, no era.
-¡Mi lady! ¡Ha despertado!-La voz de Sir Didymus resonaría a un costado de su cama, haciéndola girar en la almohada observándolo.
-Didymus...-Mencionaba con sorpresa para volver a ver su alrededor mientras se intentaba sentar en la cama con mucha pesadez-¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?
-Llegó inconsciente mi lady, y como puede ver estamos en un cuarto muy lujoso.
-¿Inconsciente? ¿Cuarto lujosos? ¿Qué?-Cuestionaba una y otra vez Alice sujetándose la cabeza sin comprender aun nada.
-Debo avisarle a nuestro buen amigo Hoggle, estaba muy preocupado por ti como esa criatura enorme.
-Espera, Sir Didymus, yo...-Sin dejarla termina de hablar, el can saldría del cuarto cerrando la puerta detrás él.
Un suspiro pesado saldría de los labios de Alice quien se encontraba considerablemente confundida, trataba de recordar lo que pasó pero solo su memoria llegaría al momento en que sujetaba la gema en su mano.
-Un momento, la gema-Alarmada, comenzaba a buscar entre sus ropas así como en las sábanas pero al girar hacía la mesa de noche a su costado derecho, ahí la tendría, reluciendo aquel tono amarillento como si de oro se tratase-Yo... ¿Lo conseguí?
-Y por poco-Decía Hoggle molesto en la puerta una vez abría la misma para ver a Alice-¿¡Estás loca acaso!? ¡Por poco y no lo cuentas otra vez! ¡Eres muy descuidada!
La chica miraría sorprendida a Hoggle por los regaños que le estaba dando, pero hubo un momento en que ella solo se limitaba a sonreírle divertida y encogerse de hombros.
-¿Y de que te estas riendo?-Cuestionaba molesto.
-Yo también me alegro de verte bien.
-Eres todo un caso-Hoggle decía finalmente esto con una sonrisa de alivio en sus labios, se acercaba a la cama y abrazaría a Alice quien se inclinaba un poco para que el abrazo pudiera ser concretado.
-Lo siento, es que no pensé en otra cosa, pero dime Hoggle-Al terminar el abrazo, la chica miraría su alrededor sin entender-¿Dónde estamos?
-Pues señorita, será mejor que no te pongas tan cómoda... Estas justo sentada donde Jareth duerme.
-¿¡QUÉ!?
Era lo único que la chica atinaba en decir exaltada, por mero instinto se trataría de poner de pie cosa que Hoggle le impediría y trataría de calmarla. Si bien no le agradaba la idea de que Alice estuviera ahí, igualmente era consciente de que necesitaba descansar por el acontecimiento vivido y cuando lograba hacer que se quedara sentada en la cama le sonreiría amigablemente.
-Escucha jovencita, sé que estas tan sorprendida como yo pero no debes exaltarte tanto, acabas de despertar por todos los cielos, debes quedarte ahí, recuperar fuerzas y cuando estés lista saldremos de aquí.
-Pero Hoggle...
-Haz caso por una vez en tu vida, ¿quieres?
-De acuerdo-Tras decir esto, la chica se recargaría en la almohada que el enano le haría colocado en su espalda para que estuviera más cómoda-Pero... Dime, ¿qué pasó?
-Pues resulta que tenía razón, tu gran amigo enmascarado, quien te dijo a donde ir, no era nadie más que Jareth. Al parecer te siguió hasta ese lugar y pues él....
-¿Si?
-Él fue quien te sacó de esa cueva-Mencionaba no muy cómodo Hoggle.
Recordaba como Jareth rodeado de su magia que lo protegía del gas de la cueva, saldría con una Alice dormida en sus brazos y sin perder tiempo emprendía el camino de vuelta a la ciudad del laberinto llevándose a Alice, obviamente seguidos de él y Silver wing, quien sorprendentemente al ver que Jareth había rescatado a la chica, no habría intentado hacer algo contra él, inclusive habría estado desde que llegaron fuera del castillo esperando por alguna noticia de la chica.
-¿Alice?-Preguntaba Hoggle al volver la mirada a la chica notando como se había quedado mirando la puerta perdida en sus pensamientos.
Y no era para menos, pues cuando el enano comenzaba a explicar lo que había sucedido, aquella mirada tan penetrante que trataba de disimular preocupación por ella se había quedado impresa en su mente. Entre más la recordaba en su pecho comenzaba a sentir como su corazón se aceleraba y sentía esa calidez nuevamente, pues no había sentido esa arrogancia de antes, si no, con su mirada le había hecho entender que estaba ahí y no tenía por qué preocuparse.
-¡Alice!-La sacaba de su trance Hoggle con este grito llamándola-¿Estas bien?
-Sí, lo siento, es solo que... Sigo cansada.
Hoggle haría una mueca no creyéndose por completo lo que decía la chica, pero para no mortificarla más decidiría no hacer más preguntas y dejar que reposara.
No muy lejos de esa habitación, en la sala del trono para ser más exactos, estaría Jareth sentado en su trono de su manera habitual, pero su mirada estaba clavada hacía el enorme ventanal frente a él mientras su mente divagaba. Aquella sonrisa y mirada cálida cuando hablaron por la mañana, sus ojos buscando su rostro cuando la rescató y el tacto de su cabeza en su pecho... ¡Dios! Ese tacto, ese pequeño momento que la situación les presento para que se acurrucara en él le estaba dando vuelta en la cabeza. Su respiración comenzó a acelerarse así como sus palpitaciones, comenzó a sentirse nervioso pero al momento de sorprenderse así se paraba de golpe y agitaba su cabeza para sacar esos recuerdos de su mente.
-¿Pero qué crees que estás haciendo? No debes dejar que esto te afecte, es parte de tu plan... Vamos que ya sabes lo que te paso la última vez que te enamoraste de una humana-Se reprimía a si mismo mientras caminaba de un lado a otro del salón-Cuando obtenga el último objeto ella se marchara a casa para seguir esto y tú.... Y tú...
-Iré a traerte algo de comer Alice, no salgas de aquí-Alcanzaba a escuchar Jareth la voz de Hoggle así como el ruido de la puerta cerrándose.
Ahí se quedaría el rey de los goblins de pie en medio de su salón del trono escuchando los pasos de Hoggle yendo hacia la cocina, a algunos pasos de ahí estaba Alice recostada en su habitación recuperándose de aquella experiencia y aquel miedo de ser rechazado por segunda ocasión aparecía en su interior, miedo que intentaría utilizar como pretexto para continuar con su plan... No quería ser rechazado por otra humana, simplemente se negaba aceptar que estaba sintiendo algo más que curiosidad por aquella chiquilla que llegó a su reino... No quería que la historia de Sarah se volviera a repetir.