Para la gente que sigue sin entender, esta historia no tiene nada que ver con Guerra de Gemelos, solo en el primer capítulo hay una pequeña aparición de unos personajes de GDG, pero después la historia va a seguir su transcurso.
Mi. Prima. Se. Iba. A. casar.
Juliette tenía solo diecisiete años, y se iba a casar.
Iba a arruinar su pequeña vida casándose con un hombre que honestamente, no valía la pena, la había engañado diez veces (obviamente más de diez veces, esa era solo la cantidad que él había aceptado) en tres años. Y Juliette seguía cayendo en sus putas redes.
-Ju, ¿Por qué mierda quieres estar con ese idiota? ¿Por qué mierda te quieres CASAR con ese idiota? –pregunté exasperada. Ella rodó los ojos y una sonrisa estúpida se estampó en su boca.
-Lo amo... es simplemente eso –dijo encogiéndose de hombros.
-Okey. Déjame procesarlo. Luego de quién sabe cuántos engaños, lo sigues amando, y no entiendo por qué lo amaste en un principio, es una persona molesta... –dije sacudiendo la cabeza en desaprobación. Y luego una idea me iluminó la mente. –Entiendo todo. Entiendo por qué quieres estar con él –dije asintiendo, pero no de una manera aprobatoria. Ella sonrió de oreja a oreja, captando eso como un "Entiendo por qué lo amas y pienso que deberían estar juntos por siempre", y definitivamente no era eso lo que yo estaba pensando.
-¿En serio? –preguntó esperanzada.
-Sí, Ju, es obvio, Sam la tiene grande. Comprendo –dije encogiéndome de hombros, siendo comprensiva.
Entonces la cara de felicidad de mi prima, decayó, hasta quedar en una mueca de incredulidad extrema.
Sonreí inocentemente, y ella sólo sacudió la cabeza.
-Me doy por vencida, nunca entenderás mi amor hacia Sam, lo que es de esperar, todavía no te haz enamorado... cuando tu príncipe azul llegue a tu vida, entenderás todo... o la princesa, depende tu sexualidad –dijo Ju como si fuera algo obvio. La miré alzando las cejas hasta el cielo.
-¿En serio, Ju? –pregunté más incrédula que ella hacía unos segundos. –Somos amigas desde siempre, sabes que soy completamente heterosexual, y aunque no me haya enamorado, he tenido varias aventuras con los hombres, y sabes perfectamente que la paso de maravilla –dije sonriendo de lado.
-Seh, lamentablemente, lo sé –dijo arrugando la nariz. Antes de que piensen que nuestras conversaciones solo se tratan de sexo desenfrenado, les explicaré que vivo con mi prima, somos como hermanas, las paredes de mi habitación son bastante finas, y parece que el ruido se filtra por ahí bastante fácil... bueno, esa es toda la información que necesitan para comprenderlo.
-Me iré a bañar, ¿Quieres ir a almorzar a Wamby's cuando termine? –le pregunté levantándome del sofá.
-No puedo, iré a ver vestidos con la madre de Sam –dijo con una sonrisa triste. Y luego caí de nuevo en la realidad.
-Maldición, había olvidado que te casas. ¿La tía ya sabe? ¿Te irás a vivir con él? ¿Estás segura de esto? Por favor, no te cases. Además, tal vez él lo único que quiere es tu dinero, entonces una vez que se casan, te asesina y se queda con toda tu fortuna –dije comenzando a ponerme nerviosa. Ella se rió como si nada y sacudió la cabeza.
-Tendremos tiempo para hablar de todo eso y para que me ayudes con los preparativos. Estamos en... septiembre, bueno, nos casaremos en septiembre del año que viene –dijo sonriendo.
Oh, gracias al cielo. Faltaba un año todavía, había chances para separarlos, para que cambiaran de opinión, o más fácil, para que Sam metiera la pata, como siempre.
-Es un alivio, pensé que se casarían en una semana o algo así –dije suspirando. Ella abrió los ojos como platos.
-Hey, no, no soy tan suicida. Imagínate... ¿Cómo llego a bajar los kilos de más en tan poco tiempo? ¿Cómo llego a preparar todo? ¿Elegir un vestido en menos de tres meses? Pff... imposible –dijo sacudiendo la cabeza. Yo sonreí de lado y rodé los ojos. –Kei, necesito que me hagas un mini favor, muy pequeño, di que si, di que si –empezó a pedirme mientras hacía pucheros.
-¿Qué es lo que quieres? –pregunté alzando las cejas.
-Bueno, hoy vendrá entre las cuatro y las seis de la tarde Noah, el hermano de Ginger, a buscar el vestido que está colgado en mi habitación, es color azul y es corto, lo verás apenas abras mi armario –me explicó.
-De acueeerdo, ¿Y eso qué mierda tiene que ver con tu casamiento? –pregunté mordiéndome la uña del pulgar.
-Oh, nada, sólo que ella necesita el vestido para hoy... blah, blah, blah, conclusión, tienes que entregarle el vestido y ya –terminó encogiéndose de hombros.
-¿Y por qué el hermano? Se lo podrías dejar tú a Ginger, vive a dos cuadras –dije incrédula. Juliette rodó los ojos.
Ginger era una amiga de Ju que vivía a dos cuadras, o me atrevería a decir que menos. Ellas tenían la misma talla, así que todo el tiempo estaban intercambiando ropa.
-Noah te quiere conocer, así que con Gin inventamos una excusa para que te vea, fin. Ahora sí, me largo –dijo dejándome un beso en la mejilla.
Ahora todo tenía más sentido.
***
Luego de que se fue Ju, me di una ducha rápida y decidí "limpiar y ordenar" mi cuarto. Lamentablemente era bastante amplio, al igual que toda la casa, y ya me daba ganas de dejar de ordenar cuando ni siquiera había empezado.
Como ya dije, la casa era bastante amplia. Desde que tengo conciencia, había vivido aquí, con mi madre, mi tía, mi tío y mi prima. Cuando tenía cinco años, mi madre se suicidó. Pum. Quedé sola con mi tía, mi tío y mi prima. Entonces, cuando cumplí diez años, mis tíos se divorciaron, él se fue a vivir a otro departamento, y yo me quedé aquí con mi tía y mi prima.
Por lo tanto, habitaciones había de sobra, mientras que también había un living grande con una mesa enorme. La cocina no era tan grande, pero a mí no me cambiaba para nada el tamaño de ella. También había un jardín trasero con piscina, definitivamente la parte más importante de la casa.
Cuando terminé de meter la basura debajo de la alfombra y trasladar la ropa sucia que estaba en la cama, a una silla, me auto halagué. Realmente hacía un muy buen trabajo ordenando y limpiando, aplausos para Keira.
De repente, sonó el timbre. Miré extrañada la hora de mi celular, recién era la una del mediodía, por más excitadito que estuviera el hermano de Ginger, era bastante temprano como para que llegara.
Bajé las escaleras rápidamente y eché un ojo por la mirilla de la puerta. Allí se encontraba un joven que rondaba por mi edad, o tal vez un poco más. Tenía el cabello negro, era alto y estaba vestido con una camisa negra y unos jeans desgastados. Seguramente era el hermano de Ginger. Abrí la puerta y lo miré con una sonrisa.
-Hey... ¿Tú eres Noah, el hermano de Ginger? –le pregunté. Sus ojos me miraron de arriba abajo y luego cayeron en mis ojos.
Los suyos eran negros, oscuros, parecía que no tenían pupila. Sonrió de lado, haciendo que un hoyuelo se formara en un extremo de la sonrisa perfecta.
-El mismo –dijo. Su voz era gruesa y tenía acento británico.
MIERDA, MIERDA, MIERDA.
Tenía que calmar a mis hormonas, los chicos con acento británico eran mi perdición. Y además de todo, estaba buenísimo. Por un momento me quedé examinándolo de arriba abajo, hasta que me di cuenta que tal vez el pobre Noah se sentía un poco incómodo.
-Eh... ¿Quieres pasar? Pensé que llegarías más tarde, así que todavía no agarré el vestido del armario de Ju –le expliqué rápidamente. Él se encogió de hombros y asintió.
-Claro, no hay problema. Lamento lo del tiempo, es que al final el turno con el doctor es más tarde, y no tenía otro momento en el que pasar. Le he enviado un mensaje a Ju, pero al parecer no llegó a avisarte –dijo restándole importancia con una expresión de indiferencia. Me acerqué a las rejas y las abrí para que Noah pudiera pasar.
-Oh, es que... bueno, ya sabes, Ju es una persona bastante colgada –dije encogiéndome de hombros, casi dejando escapar que estaba bastante más colgada de lo normal con lo del casamiento. Tal vez la única que lo sabía era yo, y no era hora de meter la pata.
-Lo sé, lo sé. Permiso –dijo mientras pasaba las rejas y me dejaba un beso en la mejilla, haciendo estremecerme. ¿Estremecerme? Tal vez era el frío.
Fruncí el ceño al segundo en el que se alejó de mí. Algo... había algo extraño en él. La forma en la que me hacía sentir su presencia era rara. Sentía que todo era parte de un sueño, pero sabía que estaba en la realidad.
Y luego salí de mis pensamientos cuando Noah se aclaró la garganta. Cierto. Noah. Hermano de Ginger. Vestido. Todo era algo cotidiano. No tenía por qué estar pensando en que él tenía algo extraño... ni siquiera lo conocía.
Llegamos al living y le ofrecí un vaso de agua. Él lo tomó rápidamente y lo apoyó sobre la mesa.
-Así que... ¿Hace cuánto vives aquí? –me preguntó.
-Desde que nací. Aunque antes vivía con mi madre también, pero... ella falleció –dije rápidamente. Él asintió, comprensivo.
-Lamento eso. ¿Y tu padre? –preguntó entrecerrando los ojos. Algo en la manera que me preguntaba las cosas me hacía dar cuenta que estaba siendo bastante calculador con mi vida. Lo miré un poco confundida, no éramos amigos íntimos ni nada para que se tomara la libertad de preguntar así no más cosas de mi vida privada, NI SIQUIERA LO CONOCÍA.
-Mi padre se ha borrado del mapa –expliqué sin dar detalles. Él asintió y sonrió.
-Bueno, ya puedes traer el vestido –dijo cruzándose de brazos.
-De acuerdo... ya vuelvo –respondí confundida. Su "Ya puedes traer el vestido" había sonado totalmente a "Bueno, me estás aburriendo, trae el vestido y déjame libre", no es como si me hubiera importado, estaba bueno, pero no estaba desesperada por salir con él.
Agarré el vestido y bajé las escaleras rápidamente, se lo entregué y lo llevé hasta la puerta.
-Bueno, Noah, envíale saludos a Gin, un placer haberte conocido –le dije antes de que saliera por las rejas. Sus ojos se quedaron unos segundos inspeccionando mi cara.
-Definitivamente el placer ha sido mío –musitó por lo bajo mientras me daba un beso en la mejilla.
Entonces, se fue caminando rápidamente por la cuadra de enfrente con el vestido azul colgando por su espalda.
***
Luego de almorzar unas papas fritas con hamburguesa (sí, no era de las chicas saludables que almuerzan una manzana), me dirigí a mi habitación para agarrar mi celular. Tenía mensajes de un par de personas.
El primero era de Ju, me estaba preguntando si prefería un salón amplio y con un jardín pequeño, o un salón pequeño con un gran jardín, le respondí que prefería que volviera rápido y con un kilo de helado de tramontana y mouse de limón.
Seh, mouse de limón, si todavía no haz probado ese gusto, no sé qué haces vivo.
El segundo mensaje era de Gale, un amigo de la escuela. Me estaba preguntando si quería ir a almorzar a Wamby's. Le contesté que ya había almorzado, pero que cuando terminara, podríamos ir al parque a tomar un poco de aire, así me bajaba un poco la depresión de los malditos Domingos.
Así que quedé con él a las cuatro y media, y mientras, decidí ponerme a dibujar algo. Amaba dibujar, y era una de las cosas que también me bajaba un poco la depresión de los Domingos.
Por último, el tercer mensaje pertenecía a mi linea de teléfono, mi mejor amigo.
***
Eran las tres de la tarde, y alguien tocó timbre. Bajé las escaleras rápidamente y abrí la puerta, confundida.
-Gale, acordamos que pasabas a las cuatro y media, son recién las... –comencé a decir apenas abrí la puerta. Entonces caí en la cuenta de que quien estaba parado detrás las rejas no era Gale. Abrí la boca y la volví a cerrar unas dos veces. –Lo siento... pensé que eras otra persona... –dije rascándome la nuca. – ¿Puedo ayudarte en algo? –le pregunté al chico de cabello rubio y ojos claros... parecían verdes, pero no lo sabía con certeza. Lo que sí sabía con certeza era que estaba bastante bueno.
-No hay problema. Soy Noah, vengo por el vestido que le prestó Gi a Ju –explicó con una sonrisa.
Y desde aquel día, mi vida no había vuelto a ser la misma.
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N/A: Holaa! Ya subí el prólogo, qué rápido, proud of myself :').
Espero que les esté gustando... es recién una introducción, pero bueno. Por el momento, no sé cuándo voy a empezar a subir los capítulos, pero acuérdense de sumarla a la biblioteca para que les llegue cuando lo haga.
Besoss♥
-Thinkinpink