Seúl, Febrero 18/2015.
—¿Sabes qué día es hoy, verdad?.
—El cumpleaños de hyung. —respondió aún cubierto por la sábanas de su cama. Siendo consciente de que era más allá del medio día y que el resto de chicos, ya se encontraban iniciando sus actividades.
—No puedes estar así... tan... —guardó silencio. —Triste...
—Hyung, yo... —suspiró con fuerza. —Yo no me siento con ánimo para levantar...
Yoongi tomó asiento a su lado, guardando todo el cuidado para no molestarlo.
Jungkook llevaba decaído cerca de una semana, días enteros acostado en su cama y encerrado en su habitación sin querer hablar con nadie. Incluso a Namjoon le había sido imposible sacar al azabache de aquel estado depresivo.
Su peso había disminuido debido al poco alimento ingerido en esos días, también su aseo personal había sido descuidado.
La situación era preocupante no sólo para los chicos, también para todo el staff. No obstante, cualquiera que hubiese osado en intentado, recibía un resultado negativo por parte del menor.
Pero ahí estaba Yoongi, él único que le insistía casi de forma asfixiante para que se armara de valor y dejara atrás aquel estado repleto de angustia.
—Taehyung está por llegar. Ya fueron a buscarlo al aeropuerto. ¿Quieres que te vea así de mal?. —inquirió mientras le acomodaba las hebras de cabello, que se le amontonaban en el rostro.
—¡No le importo!. —exclamó en un tierno berrinche. —Se fue apenas discutimos, no me contestó, no me llamó, no me quie... —reclamó mientras sus ojos se volvían dos cristales vidriosos.
—Claro que te quiere, idiota. —sonrió y luego soltó una carcajada. —Si tu no le importaras, no se hubiese arrancado a Daegu luego de la discusión que tuvieron.
—Pero... —abultó su labio inferior en un puchero.
—¡Pero nada!. —sentenció él mayor de cabello cobrizo. —¿Qué hemos estado hablando estos días, Jungkookie?. ¿Te entra todo por una oreja y te sale por la otra?.
Él menor arrugó su nariz, acomodándose para tomar asiento sobre la cama y poder mirar de frente a su hyung. —Tu eres el que habla, yo no he dicho casi nada...
—¿Sé te olvida que el día en qué ocurrió todo, me constate llorando que pasaba entre ustedes?. —cuestionó, pegándole al azabache en la nariz con uno de sus dedos.
Jungkook se sonrojó mientras acariciaba la zona en la cual le había golpeado su mayor. Sonriendo levemente cuando Yoongi lo abrazó de golpe. —Te amo, pequeño. Sé que no lo demuestro mucho al ser más reservado pero... siempre puedes contar conmigo.
—Yo también te amo, hyung. —entonó con las lágrimas decorando su rostro.
—Entonces demuéstrale a hyung cuánto lo amas y ve a bañarte. Te esperaré en el comedor para que comas algo, ¿bien?. —se puso de pie para caminar hasta la puerta, girando la perilla al constatar como él menor se ponía de pie. —¡Y Jeon!... —llamó su atención.
—¡Si!. —alzó la voz ante la mención de su apellido.
—Taehyung está enamorado de ti, tanto como tu de él. No le des tantas vueltas. —le aconsejó tras dejar la habitación.
Jungkook dejó su cuerpo caer sobre su cama. Mirando hacia el techo a medida que cubría su rostro con el costado de su brazo y mientras repasaba en su mente, aquellas palabras pronunciadas por su hyung.
—Enamorado... —murmuró. Poniéndose nuevamente de pie para buscar una toalla en su armario.
Era difícil para él entender la magnitud de esas palabras. No sé sentía seguro y cómodo al pensarla, más bien sólo veía nubosidad en su campo visual cada vez que intentaba encontrar verdad en ella. Sin embargo, pese a no tener claridad de lo que le sucedía a su corazón, tenía el ánimo de arreglar las cosas con quien formaba parte de todo aquello.
—Taehyung... —musitó, esta vez soltando un bufido y limpiando su rostro de las lágrimas antes derramadas.
Caminó fuera de su habitación, tomó un baño y se vistió con ropa cómoda. Luego alcanzó a Yoongi en el comedor, siendo sorprendido cuando notó la presencia de alguien más en la mesa.
—Hola... —saludó tímidamente al mayor por dos años.
—Hola. —pronunció en respuesta, con cierta sequedad.
Jungkook tomó asiento mientras Yoongi le servía algo de comida. Estaban en silencio y gracias a la frialdad del castaño, ahora sus ojos volvían a picar y su angustia comenzaba a apoderarse de él de forma avasalladora.
Rompió en llanto mientras intentaba con todas sus fuerzas, masticar su comida. Pequeños sollozos que no pasaron desapercibidos.
Yoongi reprimió sus ganas de contener al azabache cuando supo que alguien más, tenía sus ojos puestos en él. Sonrió al sentir que estaría todo mejor ahora, abandonado el comedor para no causar mayor incomodidad.
Taehyung frunció su entrecejo y se puso de pie para avanzar hasta quedar al lado del menor. Se agachó lo suficiente para envolverlo en un abrazo, siendo recibido por un abrazo fuerte y necesitado, que terminó doblegándolo.
—Lo siento, ta-tae... —hipó sin dejar de llorar. —Siento mucho lastimarte una y otra vez... yo... yo sólo quiero...
—Siento mucho haberte tratado así pero eso no quiere decir que todo está bien. —besó la frente del menor. —No es justo, Jungkook. No puedo estar contigo y pretender que somos sólo amigos porque no es así, lo sabes.
Jungkook restregó su rostro cuando él castaño se apartó del abrazo. Mirando con miedo cuando entendió lo que venía después.
—Debemos dejarlo ante que nos lastime más. Necesito que tengas claro que es lo que quieres y a quien. —dijo, con todo el cariño del mundo. —No quiero un amor a medias, Jeon. Quiero estar con alguien con quien pueda sentirme seguro, no con alguien que al despertar puede ya no estar ahí porque todo fue una confusión para él. —continuó, intentado controlar las lágrimas que amenazaban con liberarse. —No tengo miedo, ya no. Espero que tú también puedas encontrar las respuestas que necesitas.
—¿Tu encontraste las tuyas?. —se atrevió a preguntar con la timidez que la edad le propinaba.
Taehyung asintió, sonriendo de la forma más pura y sincera que le había visto. —Yo... yo estoy enamorado de ti, Jungkook. —le confesó, palabras que arrastraba hace ya tiempo pero que no se había atrevido a revelar.
Jeon parpadeó un par de veces y luego volvió a abrazar a Taehyung cuando no supo que responder a cambio.
—Quiero que entiendas que pese a todo, siempre seré tu amigo, tu compañero, tu hyung favorito... —intentó suavizar la situación. —Estaré para ti cuando lo necesites, independiente de que tu amor no sea para mi. —se apartó, poniéndose de pie para retirarse hacia la sala de la casa, donde se encontraban el resto de chicos organizando el cumpleaños de Hoseok. —Te esperaré, Jungkook. El tiempo justo, ni más ni menos... ¿Vamos?. —invitó al menor que asentía mientras se levantaba de la silla y cogía un trozo de pan rápidamente para alcanzarlo.
—¿De verdad esperarás por mi?. —volvió a preguntar, esta vez con una amplia sonrisa de conejo decorando su rostro.
Taehyung sonrió en respuesta tras asentir. Haciendo un gesto con la mano para dejarlo avanzar por el pasillo.
—Te esperaría el tiempo que necesites, si con eso puedo conseguir un mundo contigo... —susurró cuando él menor se encontraba a distancia.
Todo sacrificio tiene su recompensa, pensó. Recordando las palabras que su abuelo solía repetir cada vez que trabajaba hasta tarde. Sintiendo un peso menos en su mochila tras confesar sus sentimientos pero por sobre todo, pensando en un futuro que podía palmar poco a poco.
Necesitaban un amor valiente porque los amores cobardes jamás llegan a término.
Y él sería capaz de esperar a que ese amor madurara si con eso, sería feliz el resto de su vida.
—¡Manos a la obra!. —pegó un grito al ingresar a la sala, asustando de paso a Seokjin, quien terminó golpeando sin querer a Namjoon. —Hoseok-hyung no tardará en llegar. —recalcó, cuando la risas de todos inundaron el lugar.
"¿What do we say to the god of death?".
"Not Today"
Se fueron 8 años de mi vida este domingo, estoy súper soft. Así que sí, he aquí una viuda más de GOT.