La fiesta continuó por algunas horas más. La gente comenzó a despedirse y dejar la torre, hasta que solo quedaron los vengadores y los cercanos, como Amber, Maria Hill, Rhody y la doctora Cho.
Amber se encontraba sentada entre Maria y su Padre en un pequeño sofá. Clint estaba sentado en el suelo a un lado de Maria, Bruce a un lado del arquero pero en el sofá y en el de al lado, Natasha, quienes conversaban ignorando al resto. A un lado de Tony estaba Rhody y al frente del moreno esta la doctora Cho. Al frente de Amber están sentado Steve y Thor a su lado.
–Es un truco. —Clint habló sobre el martillo de Thor.
–Es más que eso. —Thor rió mientras le pasaba su licor a Steve.
–"Quien lo merezca, tendrá el poder" —Clint citó burlándose.— Como sea, es un truco.
–Por favor, adelante. —El dios del trueno apuntó su arma. Amber le dio una mirada divertida al arquero.
–¿En serio?
–Sí.
Clint se puso de pie ante la propuesta.
–Clint, tuviste una semana dura. —Tony habló— Si no logras levantarlo, no te culparemos.
–Sabes que ya vi esto. —Amber rodó los ojos ante las palabras de Clint a Thor.
El arquero trató de levantar el martillo con toda la fuerza que pudo. Al no lograrlo soltó una risa de derrota.
–¡Todavía no entiendo cómo lo haces!
–¿Sientes que te juzgamos en silencio? —El multimillonario se burló.
–Déjalo. —Amber le dio un pequeño golpe en el brazo a su padre.
–Stark, por favor. —El arquero lo animó. Tony se puso de pie con una actitud arrogante.
–Nunca me acobardo ante un desafío honesto.
–Hazlo. —Lo alentó su hija con una sonrisa burlesca.
–Es física. Si lo levanto, ¿puedo gobernar Asgard?
–Sí, claro. —Contestó el dios rubio.
–Volveré a decretar el prima nocta. —El hombre que usaba el traje de Ironman trató con todas sus fuerzas levantar el pesado martillo. Al darse cuenta que no podía levantarlo se le ocurrió una idea— Ya vengo.
Todos esperaron impacientes a que volviera el dueño del edificio. Tony trajo consigo parte de su traje, solo la mano para poder impulsarse y levantar el objeto. Al no lograrlo, convenció a Rhody de ayudarlo y ambos con las partes de sus trajes tratar de levantarlo. Lo cual no sucedió.
Las risas de los presentes inundaban la sala. Se divertían al ver como trataban de levantar el preciado martillo del dios del trueno.
Bruce lo intentó, pero ni siquiera su amigo verde le ayudó y no pudo hacerlo.
Steve le dio una mirada a Thor antes de levantarse a intentarlo.
–Vamos, Steve. Sin presión. —Tony se burló.
El rubio se arremangó su camisa hasta los codos. Amber lo miraba con una sonrisa, sin saber que Natasha la examinaba para ver cómo miraba al rubio. Steve puso sus manos alrededor del mango del martillo y tiró de él, el objeto hizo un pequeño ruido y se movió sigilosamente, casi nada, nadie lo noto, excepto el Dios nórdico, que por un momento sintió miedo. Steve volvió a tirar del objeto pero se quedó donde mismo. Thor rió tranquilo al ver que nadie era capaz de levantar el martillo.
–¿Viuda? —Natasha sonrió de lado ante la propuesta. Pero negó con la cabeza.
–No necesito sacarme esa duda. ¿Qué tal Amber? —La apuntó con su botella. Todas las miradas se dirigieron a la otra pelirroja.
Amber sonrió. Delicadamente se acomodó en su asiento. Pasó su mirada por cada uno de los presentes, unos segundos más en el rubio frente a ella. Negó con la cabeza divertida.
–No tengo que probarles nada a ninguno de ustedes. —Sus ojos azules se posaron en el dios y le regalo un pequeño guiño.
Las risas se hicieron presente. Pero a Steve no le gusto mucho el pequeño gesto de la pelirroja hacia el dios.
–Con respecto al hombre que no fue rey, está trucado. —Tony habló.
Amber se levantó rápidamente de su asiento.
–¿A dónde vas? —Natasha preguntó desde su asiento.
–Al baño. —Habló divertida la chica Stark.
Todos siguieron hablando del por qué nadie más podría levantar el objeto. Las risas se detuvieron cuando un ruido agudo se hizo presente. Tony revisó su pequeña pantalla para ver que había causado el ruido.
–Merecer... —Una voz robótica los puso alerta. Uno de los robots Legionarios —No... ¿Cómo pueden merecerlo? Son todos asesinos.
–Stark. —Steve le advirtió.
–Jarvis. –El multimillonario espero a que su IA le comentara las razones del robot frente a ellos.
–Lo siento, estaba dormido. O estaba soñando.
–Reinicia los Legionarios. Creo que el sistema tiene un problema. —Tony le ordenó a su IA.
–Oí un ruido terrible y yo estaba enredado en... entre... hilos. —El robot se movía con dificultad— Tuve que matar al otro. Era un buen tipo.
–¿Mataste a alguien? —Steve preguntó. De repente la imagen de Amber se cruzó por su mente y sintió angustia.
–No habría sido mi primera opción.
–¿Dónde está Amber? —Volvió a hablar el Capitán.
–Aquí. —Susurró la pelirroja detrás de Steve, mirando con el ceño fruncido al robot frente a ellos.
–Pero, en el mundo real, hay que tomar decisiones
horribles.
–¿Quién te envío? —Thor hablo.
"Veo una armadura alrededor del mundo" La voz de Tony se proyectó.
–Ultrón. —Bruce Banner le afirmó a Tony.
–En carne propia. —Contestó el robot— O no, aún no. Esta es la crisálida. Pero estoy listo. Tengo una misión. —Steve levantó su brazo tratando de alejar a Amber hacia atrás.
–¿Qué misión? —La espía rusa preguntó.
–Paz en nuestra era.
Los legionarios atravesaron el muro y se lanzaron contra ellos para atacarlos. Steve levantó la mesa con su pie para protegerlos a él y a Amber, pero salieron disparados detrás del sofá por unos de los robots.
Maria cayó al suelo y comenzó a dispararles con su arma de emergencias. Thor no perdió el tiempo y utilizó su martillo para deshacerse de los robots. Tony y Rhody iban en busca de sus trajes, pero uno de los legendarios los detuvo, atacándolos. Clint se refugio debajo de un mueble, deslizándose. Mientras que Natasha y Bruce se escondieron tras la barra.
Amber se puso de pie rápidamente, sin esperar a Steve, y corrió para tomar un arma que sabía que estaría escondida debajo de algún mueble.
Todos comenzaron a defenderse de los robots. Natasha también les disparaba con un arma, mientras que Thor los destruía con su martillo. Steve saltó a la espalda de uno de los robots, pero éste lo empujó haciéndolo chocar contra la pared y caer varios metros al piso. La ex rubia divisó el escudo del Capitán y no dudó en tomarlo y correr lo más cerca al rubio que pudo.
–¡Steve! —El rubio levantó su mirada buscando a la pelirroja. Amber se impulso y le lanzó su escudo.
Steve lo atrapó en el aire y lo lanzó hacia un robot, partiéndolo por la mitad. Thor frunció el ceño al ver la sincronización de Amber y Steve, parecía que ya habían hecho eso antes.
–Eso fue dramático. —Amber bajo los pequeños escalones hasta el centro— Lo siento, sé que tienen buenas intenciones. Pero no lo pensaron bien.
Amber no sabía lo que le ocurría a su cuerpo, sentía que con cada palabra que salía del robot, su rabia aumentaba, podía sentir alguna clase de adrenalina correr por sus venas. Se apoyó en la barra. Pudo ver como un pequeño brillo, entre azul y blanco, quizás celeste, se desprendía de sus manos. Podía sentirlas húmedas, como si corriera agua por ellas. Frunció el ceño confundida.
>>Quieren proteger el mundo, pero no quieren que cambie. ¿Cómo salvar a la humanidad si no la dejan evolucionar? ¿Con esto? —El robot tomó uno de los cascos de un legendario. Todas las miradas estaban en él, menos la de Tony, que veía a su hija preocupado. No sabía lo que le pasaba, pero podía ver sus ojos con un brillo extraño, más azul y blanco.— ¿Estos títeres? Hay un solo camino para la paz. La extinción de los vengadores.
"Ultrón" no pudo seguir con su discurso. Todos se sobresaltaron cuando sintieron el ruido de muchas botellas de vidrio quebrarse. Parecían grandes navajas hechas de agua y hielo, las que atravesaron al robot frente a ellos. Thor había estado a punto de lanzarle su martillo, cuando estas atravesaron incluso la pared. Todos veían asombrados hacia Amber, que aún desprendía ese brillo azul y blanco no solo de sus manos, también de sus ojos. Ella se volteó para enfrentarlos, lentamente sus ojos volvieron a su color natural. Estaba agitada, su respiración era entrecortada.
Nadie dijo nada.
Steve la veía con los ojos muy abiertos y preocupados.
–Bueno, creo que eso explica el por qué me retuvieron en una pecera con agua.
Amber miró a todos algo asustada. No sabía lo que ocurría con ella.