Maria Hill y la doctora Cho estaban de pie esperando que el quinjet aterrizara por completo. Cuando se abrieron las puertas, ingresaron una camilla para poder sacar a Clint Barton lo más rápido posible y llevarlo al laboratorio de Banner, donde la doctora Cho lo atendería.
Natasha y Bruce siguieron a Clint hasta el laboratorio. Thor se bajo de la nave con el cetro en sus manos. Maria Hill ingresó al jet y se llevó una tremenda sorpresa al ver un rostro conocido, pero que no había dejado la torre con los vengadores.
–¿Amber?
La pelirroja sonrió y se puso de pie. Su pelo aún estaba húmedo y caía por los costados de su rostro pálido.
–No sabía que estabas trabajando para las Industrias Stark.
–Bueno, en la iniciativa Vengadores. —Le respondió la castaña— El laboratorio está listo, jefe.
–En realidad, él es el jefe. —Tony apunto a Steve— Yo solo pongo el dinero, diseño todo y hago que todos se vean mucho mejor.
Amber soltó una pequeña carcajada ante las palabras de su padre. Jamás cambiaría.
–¿Noticias de Strucker? —Steve le preguntó a Hill.
–Lo tiene la OTAN.
–¿Y los dos Mejorados? —Antes de que María le enseñara al capitán los expedientes en su tableta, Amber la interrumpió.
–Wanda y Pietro Maximoff, los gemelos. —Steve frunció el ceño al ver la mirada perdida de la chica.
–Quedaron huérfanos a los diez, cuando su edifico fue bombardeado.
Steve Rogers y Maria Hill dejaron a los Stark en el
jet. El rubio sentía que debían dejarlos solos para hablar, era lo mejor.
Anthony se acercó cautelosamente a su hija. No sabía muy bien qué decir, el ser padre aún era algo incierto y terreno desconocido para él. Sentía que cualquier error que cometiera podría hacer que Amber se alejara definitivamente de él. Pero cuando vio los azules ojos de su pequeña llenarse de lágrimas, no dudó en darle un abrazo reconfortante. No sabía cuanto tiempo Amber había estado cautiva, ni qué habían hecho con ella. Le desesperaba el no haber estado ahí para ella cuando sucedió, el no haberla buscado cuando ella no apareció para el cumpleaños de Pepper. Demonios, él debió saber que algo andaba mal cuando ella no se presentó al funeral de su propia madre, a la cual adoraba.
–Está bien, todo estará bien.
–Lo siento tanto.
–No tienes de qué disculparte. No es tu culpa. Si es de alguien, es mía. Debí protegerte, soy tu padre. —Amber miró a los ojos de su padre, estaban rojos reteniendo las lágrimas.
–No, no. Se suponía que era una agente entrenada. Ellos me capturaron como si fuera indefensa.
Tony podía sentir su corazón apretujarse. Le dolía el alma ver a su hija en ese estado. Débil, indefensa, hasta incluso insegura de sí misma. Sabía que Amber era todo, menos eso. Ella había heredado el ego y el genio Stark, y lo había demostrado desde pequeña.
. . .
Amber tambaleaba sus pies que colgaban de la camilla. El Doctor Banner miraba los exámenes en la pantalla mientras fruncía el ceño. Steve estaba de pie apoyado en el marco de la puerta y Tony a un lado de la pelirroja.
Natasha entró en el laboratorio, empujando al rubio en el camino.
–¿Cómo está? ¿Qué tiene? ¿Hay algo extraño en ella?
Bruce se volteó a ver a una alterada Natasha.
–Claro que hay algo extraño en mi, Nat. ¡Estaba en una pecera! —Amber ironizó.
–La verdad es que los exámenes están excelentes. No parece haber nada alterado, tus niveles están normales, excelentes por decir más. Estás más saludable que nunca. —Todos intercambiaron miradas tras las palabras del doctor.
–Bien. Todo está perfecto, ¿alguna razón por la que mi cabello esté rojo? No recuerdo haberlo tinturado. —Amber se bajo como una pequeña niña de la camilla y se paseó por el laboratorio.
–Parece ser algún efecto secundario de los experimentos. Quizás fue lo único que lograron alterarte. —Bruce se encogió de hombros.
–Muy bien.
La chica sonrió y se alejó hasta la puerta para salir. Todos las miraban preocupados, aún más su padre, no creían que eso era todo lo que habían hecho con ella.
. . .
Steve suspiró. Miraba como Amber sonreía junto a Clint. Al parecer se conocían hace mucho tiempo y debían ponerse al día. No le gustaba como un sentimiento que jamás había sentido, quizás sólo una vez, se posaba en su estómago.
–Deja de verlos así. No están haciendo nada malo. —La voz de Natasha Romanoff asustó al rubio.
–No los estoy viendo. —Contestó a la defensiva.
–Claro que si. ¿Estás celoso, Rogers? —Una gran sonrisa adornó el rostro de la Viuda.
–No. ¿De qué estaría celoso?
–De cómo Clint hace reír a Amber. Quizás a ti te gustaría hacerla reír así.
Steve no respondió. Él no sabía cómo hacer reír a Amber, jamás lo había hecho, o al menos no a propósito. Sólo habían compartido una misión, acabar con la infiltración de Hydra en SHIELD. Pero quizás ese beso lo confundió. En el momento parecía indicado, como si el destino lo hubiera querido así, pero haber perdido el contacto por más de un año lo había bloqueado de su mente. Quizás para asegurase a él mismo que no había sido la gran cosa o tal vez para proteger a su corazón.
–No te preocupes, Steve. Ella no está interesada en Clint.
–¿Cómo lo sabes?
–Porque sus ojos tienen ese brillo especial cuando ve a alguien más.
Amber caminó hacia ellos. Les dio una pequeña sonrisa. Steve pensó que lucia preciosa.
–Hey, Nat. Me preguntaba si podías acompañarme a un lugar.
–¿Ahora? No puedo, tengo cosas que hacer. Pero Steve estaría encantado de hacerlo, ¿cierto Steve? —Natasha le dio un pequeño empujón al rubio.
–S...Sí, yo puedo.
–Bien. —La Viuda Negra se alejó de ellos, no sin antes darle una cómplice mirada a su amiga.
Steve y Amber caminaron fuera de la torre. Él la seguía, no tenían idea a donde se dirigían, pero tampoco quiso preguntar. La tarde caía en Nueva York y las calles de afuera de la ciudad parecían un poco más desiertas. Steve frunció el ceño cuando vio que estaban entrando a un cementerio. Caminaron en silencio hasta las tumbas, extrañamente Amber no tenía ningún comentario para hacer, ni sarcástico ni gracioso.
Steve no supo que decir cuando pararon frente a una tumba que él conocía. Había estado en el funeral por temas de trabajo y servicio, se había presentado porque Natasha se lo había pedido. Una conmemorada Agente de SHIELD que lideraba una de las más grandes bases.
"VICTORIA LOUISE HAND
AMADA HIJA, MADRE Y AGENTE
DESTACADA Y SIEMPRE RECORDADA
1972 — 2014"
Amber sollozó mientras se agachaba frente a la tumba de su fallecida madre. Sabía que era posible que muriera con la caída de S.H.I.E.L.D., pero saber que el mismo Grant Ward la había asesinado a nombre de HYDRA hacía que su sangre hirviera con rabia y rencor.
–No sabía que ella era tu mamá. Fue un hermoso y emotivo servicio, lamento que no hayas podido asistir. —La voz suave de Steve solo hizo que sus lágrimas se incrementaran.
–Gracias.
La pelirroja se puso de pie. No le gustaba mucho demostrar sus sentimientos, no le gustaba que el resto la viera vulnerable. Pero no estaba bien. Sentía que Hydra le había quitado mucho ya, no sabía muy bien que iba a hacer ahora. Su plan anterior era desaparecer, pero ahora no estaba tan segura.
Steve se dio cuenta del estado de Amber. Y la atrajo hacia él, envolvió sus brazos en su delicado cuerpo y le dio un abrazo tratando de aliviar su dolor. Ella se aferró al rubio, apoyó su cabeza en el pecho del capitán y dejó que las últimas lágrimas descendieran de sus ojos hasta la camisa de Steve.
Y en ese momento, Amber sintió que podría superar todo, sólo debía quedarse ahí, donde se sintiera segura.
ACLARACIÓN
Victoria Hand en Marvel Agentes de SHIELD, la serie, es interpretada por la actriz Saffron Burrows, pero yo le quise dar otra imagen.
Así que Victoria Hand en esta historia tendrá (o tenía) la imagen de Sara Jessica Parker