Sirius Black: el velo de la m...

By TheLittleRose_

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Primera y Segunda Generación La mente de Isadora le habló, pero en lugar de la suya, escuchó la voz de Sirius... More

Fianto Duri
Amato Animo Animato Animagus
Alohomora
Arresto Momentum
Confundus
Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta
Engorgio
Lacarnum inflamarae
Baile de Navidad I
Petrificus Totalus
Anapneo
Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas
Travesura Realizada
Alarte Ascendare
Wolfsbane
Vermillious
Ascendio
Defodio
Expelliarmus
Finite Incantatem
Aguamenti
Amortentia
Diminuendo
Impedimenta
Evanesco
Muffliato
La Orden del Fénix
Expulso
Imperio
Sonorus
Rictusempra
Tergeo
James y Lily Potter
Glisseo
Oppugno
Incarcerous
Fidelio
Rennervate
Noviembre - 1981 -
Noviembre - 1985-
Julio - 1993 -
Confringo
El Prisionero de Azkaban
Albus Dumbledore
Focus
Levicorpus
Accio
Crucio
Episkey
Obliviate
Dissendium
Everte Statum
A James y Lily
Prior Incantato
Avada Kedavra
El velo de la muerte
Wingardium Leviosa
Lumos Solem
Relashio
Harmonia Nectere Passus
RAB
Partis Temporus
Piertotum Locomotor
Legeremens
Morsmordre
Salvio Hexia
Sectumsempra
Vulnera Sanentur
Expecto Patronum
Epílogo
House of Black
The Marauder
AVISO

Bombarda

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By TheLittleRose_

Un llamado a los gritos se ahogaba en las paredes de Grimmauld Place, lugar que en la noche solía ser tan silencioso como una sombra. Sirius se echó a correr por las escaleras hasta llegar jadeando a la habitación donde colgaba el cuadro de Phineas Nigellus Black.

- ¿Qué sucede? ¿Es Harry? ¿está en peligro? – preguntó quitándose el pelo negro de la cara.

- No, y si tanto quieres saber mejor déjame hablar – respondió con lentitud el hombre del cuadro, impacientando a Sirius a propósito.

Remus e Isadora irrumpieron en la habitación unos segundos después, girando la puerta hasta que golpeó contra la pared.

- ¿Qué pasó? – preguntaron los dos con cara de dormidos. Phineas cerró los ojos con fastidio.

- ¿Serían tan amables de callarse? – pidió de mala gana – me manda Dumbledore. Han atacado a Arthur Weasley en el ministerio, está gravemente herido y camino a San Mungo. Harry Potter, Ginny, Ron, Fred y George Weasley van a llegar por traslador – recitó como si se hubiese aprendido el recado de memoria. Cuando terminó de hablar desapareció del cuadro dejándolos a los tres desconcertados.

- Mejor si los esperamos junto a la chimenea – sugirió Isadora aún sin asentar del todo la noticia.

La secuencia que presenció luego contrastaba enormemente con el silencio fúnebre de minutos atrás. En el medio de la cocina apareció un remolino que se fue expandiendo hasta que ella, Sirius y Remus tuvieron que arrimarse a la pared. Los Weasley y Harry cayeron al suelo en un extraño enredo de extremidades.

- ¡Quítate, Ron! – exclamó Ginny tratando de desatorar su cabello rojo del zapato de su hermano.

- Ya están aquí esos mocosos traidores a la sangre. ¿es verdad que su padre está muriéndose? – Kreacher apareció por una de las puertas, atraído por el escándalo. George se abalanzó hacia el elfo, pero no logró alcanzarlo.

- ¡FUERA! – gritó Sirius señalando al pasillo. Kreacher no se atrevió a desobedecer, pero se fue murmurando una generosa cantidad de insultos a cada uno y siendo muy creativo con los que iban dirigidos a su amo - ¿Qué pasó?, Phineas dijo que Arthur está gravemente herido.

Harry contó con lujo de detalles lo que sucedió en la visión que había tenido. Pero los Weasley no parecían demasiado interesados en quedarse allí sólo charlando.

- ¿Está nuestra madre aquí? – preguntó Fred a Sirius

- Seguramente ni siquiera sabe todavía lo que ha pasado.

- Tenemos que ir a San Mungo – dijo Ginny con urgencia – Sirius, ¿Puedes darnos unas capas o algo?

- ¡Un momento, no pueden ir todavía a San Mungo! – la atajó Sirius.

- Claro que podemos ir si queremos – lo contradijo Fred con testarudez – Es nuestro padre.

- ¿Y cómo van a explicar que sabían que Arthur había sido atacado antes incluso de que lo supiera el hospital?

- ¿Qué importancia tiene eso? – preguntó George acaloradamente.

- ¡Importa porque no queremos llamar la atención sobre las visiones que Harry tiene! ¿Tienen idea de cómo interpretaría eso el ministerio?

- Podría habérnoslo contado alguien más – insinuó Ginny –, o podríamos habernos enterado por otra fuente que no fuera Harry.

- ¿Ah, sí? ¿Por quién? – preguntó Sirius con impaciencia. Remus e Isadora se miraron y ella puso una mano en el hombro de Sirius.

- ¡No nos importa la maldita Orden! – gritó Fred.

- ¡Nuestro padre se está muriendo! – añadió George

- ¡Su padre ya sabía en donde se metía y no va a agradecerles que hagan las cosas más difíciles para la Orden! – replicó Sirius tan furioso como los gemelos - ¡ésta es la situación y por eso no pertenecen a la Orden! ¡Ustedes no lo entienden, pero hay cosas por las que vale la pena morir!

- ¡Sirius! – exclamó Isadora en voz baja, viendo que él había ignorado su anterior sutil intento de hacer que se calme.

- ¡Qué fácil es decir eso estando encerrado aquí! – le espetó Fred - ¡Yo no veo que tú arriesgues mucho el pellejo!

- ¡Bueno, ya es suficiente, ustedes tres! – gritó Isadora. Le lanzó una mirada de advertencia a Fred, quien desvió la vista hacia un lado con frustración y luego otra a Sirius, quien estaba blanco y miraba a Fred como si quisiese abofetearlo – No es la manera – le murmuró – Remus, ¿te importaría colaborar?

Remus se plantó de frente a los cuatro Weasley y su tono de voz fue definitivamente más amigable que el de Sirius.

- Miren, ya sabemos que es difícil, pero sólo debemos fingir que no sabemos nada por un rato. No vamos a estar esperando mucho más tiempo. Además, ¿Qué podríamos hacer nosotros al respecto? En el hospital van a cuidar bien de él.

Fred y George seguían enojados pero ya no discutían, y Ginny se sentó en la silla más cercana. Ron miró a Harry y se encogió de hombros, ambos se sentaron también.

- Así me gusta – dijo Sirius alentándolos – Bueno, vamos a,... vamos a beber algo mientras esperamos ¡accio cerveza de mantequilla! – ocho botellas se acercaron volando a ellos y se deslizaron sobre la mesa.

Tuvieron la madrugada más larga de sus vidas, nadie decía una palabra y el único sonido que se escuchaba era el crepitar del fuego en la chimenea. Sirius sugirió a los menores que fuesen a acostarse pero la invitación no fue muy bien recibida. Habían terminado la primera ronda de cervezas cuando de un fogonazo en el aire apareció Fawkes con un mensaje para los Weasley de parte de su madre, la cual apareció en Grimmauld Place alrededor de las cinco de la mañana, muy pálida y exhausta. Todos saltaron de sus sillas, Molly forzó una frágil sonrisa.

- Se pondrá bien – afirmó –. Ahora duerme. Más tarde podremos ir a verlo. Bill está con él ahora.

Fred se desplomó en la silla, George y Ginny se pusieron de pie, fueron corriendo hacia su madre y la abrazaron. Ron soltó una risotada y tomó un trago de cerveza de mantequilla.

- ¡A desayunar! – dijo Sirius en voz alta y con regocijo mientras se levantaba -. ¿Dónde ese maldito elfo doméstico? ¡KREACHER! – Isadora y Remus, que estaban con los ojos entrecerrados por el sueño, pegaron un salto al escuchar el grito de Sirius. Kreacher no acudió a la llamada. – Bueno, da lo mismo – murmuró, y se puso a contar las personas que tenía delante -. A ver, desayuno para... nueve...

Harry fue el primero en ayudar a Sirius y luego se sumaron Isadora y Remus. Éste último estaba quemando las tostadas con éxito cuando Molly se acercó para hablar con Sirius.

- Oh, Sirius, te lo agradezco muchísimo... dicen que tendrá que quedarse un tiempo, y sería maravilloso estar cerca de él... aunque eso quizá signifique que tengamos que pasar Navidades aquí.

- ¡Cuantos más, mejor! – exclamó Sirius con una sinceridad tan evidente que Molly lo miró sonriendo.

Sirius salió de la habitación con Harry; Isadora y Remus intercambiaron una sonrisa.

- La última vez que estuvo de tan buen humor fue cuando le hicimos una cena por su cumpleaños y te quedaste casi una semana en Grimmauld Place – comentó Remus.

- Ya sabes que le encanta que la casa esté llena de gente, y más siendo que no puede ni asomarse a la calle... Oye, ¿Qué te parece si tú preparas el té y yo las cosas sólidas? – propuso Isadora.

- Qué sutil. Para que sepas, soy perfectamente capaz de preparar un desayuno.

Una sartén comenzó a despedir un humo negro y espeso. Fred la quitó del fuego antes que Remus.

- Creo que el tocino ya está bien dorado - lo molestó Fred quitando la carne chamuscada de la sartén.

- ¡Oh mira!, justo como a mí me gusta – agregó George

- Ah, sí, es tocino al carbón. La especialidad de Remus.

- Muy graciosos los tres. – dijo Remus sonriendo – solo por eso no hay más chocolate caliente de madrugada, Isadora.

En ese momento Sirius volvió a entrar a la cocina con Harry.

- Desayuna y luego ve a descansar – le dijo – lo necesitas – Harry asintió sin ganas – Ustedes dos también deberían dormir algo – les habló a Isadora y Remus.

- Si, amo Sirius – respondieron ellos dos.

Uno a uno todos quienes estaban en Grimmauld Place dejaron la cocina para ir a sus respectivas habitaciones a descansar.

A Isadora le parecía extraño que la casa estuviese tan llena de gente, pero era una sensación muy agradable saber que había alguien detrás de cada puerta mientras subía las escaleras hasta la habitación de Sirius.

▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲▲

¡Hola!, he vuelto :D

Hoy les dejo un sabroso maratón de tres capítulos, sé que no parece mucho, considerando que no actualizo desde principio de año, pero al menos quedaron bastante largos los caps. 
PD 1: No olviden las gentiles estrellitas al final de cada capítulo. 
 PD 2: Muchas pero muchas gracias por todos sus comentarios, me encanta leerles. ♥
PD 3: cambié mi foto y la portada de la novela, ¿qué opinan?

Rose 🌹

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