El Campo Margarita • Caché (T...

By cachehumor

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Después de pasar un año de melancolía en Medellín Poché regresa a Bogotá a alcanzar sus sueños, mientras Call... More

1. Bogotá, dulce Bogotá
2. Llámame Calle
3. Gomela millonaria
4. Cuidado con lo que sueñas
5. No me esperaba eso...
6. El cine a ciegas
7. Encuentros cercanos parte I
8. Encuentros cercanos parte II
9. Un vistazo al cielo
10. Grandes esperanzas
11. (Extra) Nuevo look, nueva Poché
12. Take me home
13. Con las ganas
14. Toma mi mano y nunca la sueltes
15. Algo nos está pasando
16. 50:50
17. Spa o Golf
18. Besos robados
19. Aquí vamos de nuevo
20. El viernes antes
21. LAX
22. Ohh Will
23. Pero la odiaba, pero la odiaba, pero la odiaba
24. Resacas y la casa común
25. Dura
26. Besos (a) extraños
27. UGH!
28. Un juego peligroso pt I
29. Un juego peligroso pt II
30. El inicio
31. Bye bye
32. ¿Panqueques?
33. El auto de Calle
34. Confundida
35. What's Going on?
36. Serendipia
37. Garzón
38. I'm only one call away
39. Ups
40. Sorpresas y más sorpresas
41. YOU DID NOT
42. El piano
43. Harina, huevos
44. Mi canción favorita
45. C DE CACHE
46. Rocas al lago
47. 10 años del campo margarita prt I
48. 10 años del campo margarita prt II
49. Esta soy yo
50. Tomando el sol
51. El picnic
52. I like it
53. El recital de Calle
54. Medellín prt I
55. Medellín prt II
56. Como hermana, como novia
57. La fiesta de Natalia
58. Si, si es contigo
59. Tres paredes
60. Caras nuevas y no tan nuevas
61. Sabía que eras problema cuando llegaste
62. BÉISBOL
63. La lluvia
64. Importantes desiciones
65. El cumpleaños de Poché I parte
66. Cumpleaños de Poché II parte
67. El cumpleaños de Poché III Parte
68. El Accidente
69. No, no es por eso
70. Ocurre algo
71. Desde aquí
72. ¿Cuál es la peor mentira?
73. Margarita
74. El baile
75. El baile prt II
76. Navidad con los Calle
77. Mi lado que no conoces
78. Un sábado en el Pub, lo vi empezar de nuevo
79. De nuevo tú
80. Como quién despierta el recuerdo
81. Todo me recuerda a ti
82. Recuérdame
83. Toda la verdad prt I
84. Toda la verdad prt. II
85. Toda la verdad prt III
86. Hasta aquí
87. Ayúdame
88. Aquí estoy yo
89. Trámites
90. Un año
91. Tal vez no estoy exagerando
92. Quizá fue un error
93. De vuelta a Bogotá
95. Todo esto era una obra maestra
96. Despedida
97. El campo margarita
Epílogo
Libro: El campo margarita

94. Retorno

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By cachehumor

-Estoy nerviosa –Confesó Poché quién estaba con una maquina especial en su cabeza, Daniela la miraba sentada detrás suyo con mucha atención.

-Todo va a salir bien, te lo prometo –Dijo el estilista que había hecho su tinte, Poché presionó levemente sus puños tratando de reprimir la ansiedad que sentía por poder mirar su nuevo estilo de cabello.

-Sigo sin poder creer que accedieras a esto –Rio Daniela mientras Poché la veía con una mirada retadora a través del espejo que tenía en frente.

-Yo soy la que no puedo creer que haya accedido a tus ocurrencias –Respondió María José rodando los ojos, gesto que provocó una risa en el estilista y en Daniela –Tengo muchos años de no teñirme el cabello azul –

-Los cambios son buenos –Admitió Daniela aún riendo, Poché no pudo evitar hacer muecas divertidas al escuchar sus palabras.

-Según el reloj ya pasaron los minutos necesarios –Interrumpió el estilista, ocasionando una baja cantidad de pulsaciones en el corazón de Poché –¿Estás lista? –

-No –Pronunció la pequeña, nerviosa

-Si lo está –Respondió Daniela por ella, inmediatamente el chico se dirigió a quitar la maquina especial del secado para revelar el cabello de Poché liso y de color azul en su caída –¡Wow! –Expresó Daniela con una sonrisa al ver el cambio en la más pequeña, mirarla con el cabello de ese color la transportaba a cuando eran adolescentes.

-Ya puedes abrir los ojos –Sugirió el chico y Poché procedió a hacerlo, abriendo lentamente cada uno para observarse en el gran espejo, una media sonrisa se dibujó en el rostro de la chica, le había gustado el resultado –Te ves hermosa –añadió el estilista antes de dar vuelta a su silla para que Daniela la viera de frente

-¿De verdad me luce? –Preguntó María José mirando fijamente a Daniela, quien sonreía como boba al verla.

-Me recuerdas a alguien –Expresó la morena con sarcasmo, Poché sonrió.

-¿A quién? –Preguntó el estilista entrometiéndose en la conversación, ambas chicas rieron

-Cuando tenía diecisiete mi cabello era así –Explicó la peli azul sin apartar la mirada en Daniela –Le recuerdo a mi yo del pasado, ¿no? –

-Si –Contestó Daniela, obligada a mirar hacia otro lado al sentir la tensión en la mirada de Poché

-¿Ustedes son hermanas? –Preguntó el chico con una mano en su cintura, mirándolas fijamente para encontrar facciones similares en la cara de ambas, Poché resopló al escuchar esas palabras y Daniela contuvo la risa –¿Son familia? ¿Amigas? –

-Daniela es mi exnovia –Respondió Poché y la morena no evitó sentir algo dentro suyo, ¿tristeza? ¿Nostalgia tal vez?

-¡Oh! –Reaccionó el estilista inmediatamente, se percató que el lugar se había llenado de tensión en ese momento y decidió tomar un peine para cepillar el cabello listo de María José –Te luce el azul –Añadió para evadir la incómoda situación.

-¿Cuánto dinero es? –Preguntó la peli azul después de unos segundos

-¿Pagas en efectivo o con tarjeta? –Preguntó el chico sin dejar de peinar a la más pequeña.

Ambas chicas salieron del lugar, ya la ciudad estaba recibiendo a la noche y hacía bastante frío, lo que las llevó a usar sus abrigos mientras caminaban por Bogotá, Poché no desaprovechaba la oportunidad de mirarse en cualquier espejo que podía encontrarse en el camino, lucía diferente y por alguna extraña razón también se sentía diferente.

-Valentina va a amar tu nuevo look –Dijo Daniela mientras frotaba sus manos por el frío –De verdad que esta es la Poché que conozco –

-No recordaba lo mucho que amaba tener el cabello así –Confesó la peli azul y Daniela no pudo evitar sonreír –Espérate que Aida me vea así –

-Cuando lleguemos a tu casa haz una llamada con ella, quiero ver su reacción –Pidió la morena, la verdad es que quería ser amiga de Dulceida también, admiraba mucho su trabajo y siempre le había parecido un icono de la moda y aunque ya se habían conocido una vez le encantaría volverla a ver

-Cuando lleguemos a la casa lo haremos –Dijo María José mirando el reloj de su celular –Pero tenemos una parada antes de ir a casa –Daniela miró hacia arriba intentando hacer berrinche como una niña pequeña al recordar la promesa del tatuaje.

-Es de noche, tal vez todas las tatuajerías estén cerradas ya –Dijo la morena suplicando internamente que por favor ninguna estuviera abierta a esas horas.

-Conozco de una que cierra hasta tarde –Dijo Poché y Daniela miró hacia arriba haciendo pucheros –Además dejamos el auto a unas cuadras de aquí solo para venir a hacerte el tatuaje, no vayas a acobardarte ahora –

-¿Qué se supone que me vaya a tatuar? Ni siquiera tengo una idea –Confesó Daniela cruzándose de brazos, continuaron caminando hasta ver un pequeño local, entraron al centro comercial y los nervios de la morena eran muy notorios.

-¡Hola Drew! –Saludó Poché al chico rubio que atendía en la tatuajería, tenía los ojos color esmeralda y sus brazos cubiertos en tatuajes, Daniela tragó en seco mientras miraba a su alrededor.

-¡Hola Pochas! –Respondió el chico en un abrazo antes de voltear a mirar a Daniela, quien difícilmente pudo sonreír –Hola –

-Daniela Calle desea tatuarse y la traje al mejor lugar que conozco –Dijo Poché sentándose en una de las muchas sillas en el lugar, para desgracia de Daniela el lugar estaba vacío y no tenía si quiera tiempo para esperar y decidir.

-¿Ah si? ¿Y que quiere la señorita Daniela Calle? –Preguntó el chico con curiosidad mientras la observaba bien –Oye yo te conozco –Admitió frunciendo el ceño levemente –Tú ibas a mi escuela –Daniela se limitó a sonreír, odiaba encontrarse personas de su pasado, sabía que antes tenía una personalidad que no agradaba a muchos.

-Quiero una flor –Respondió Daniela inmediatamente, no quería que el chico divagara sobre su pasado.

-Quieres una flor –Respondió el rubio mientras buscaba todo lo necesario para hacer el tatuaje –¿Qué tipo de flor? –

-Oye Calle, puedes tomar asiento –Dijo Poché mirándola nerviosa –Se supone que debes sentarte para que te lo hagan –Bromeó

-¿Estás nerviosa? –Preguntó Drew riendo un poco –No te preocupes, duele menos de lo que dicen –

-Eso no pasó la última vez –Admitió la morena recordando su primer y único tatuaje

-¿Qué te tatuaste? –Preguntó el rubio mirando por doquier para localizar el tatuaje en la piel de Daniela

-Está detrás de mi cuello –Confesó y ambos Poché y Drew se acercaron a mirar, era muy pequeño y se miraban las letras "m" y "p" rodeadas por un pequeño corazón.

-Lindo –Dijo Drew antes de regresar a su puesto en busca de las agujas.

-¿Qué significa? –Preguntó Poché con curiosidad, sin dejar de mirar el tatuaje y palpándolo con delicadeza

-Mamá y papá –Admitió mientras agachaba la mirada al recordar, Poché la miró y no tardó en acercarse a susurrar en su oído

-Oye, si no quieres hacer esto, no lo hagas –Confesó y la piel de Daniela se erizó al sentir el contacto –Yo me haré uno si no quieres, para que Drew no se burle o algo –

-Si quiero –Respondió Daniela sin saber de donde había encontrado el valor para pronunciar esas dos palabras –Lo haré –

-¿Estás segura? –Preguntó la peli azul y Daniela asintió

-He vivido peores dolores que este –Confesó y Poché la miró con nostalgia en sus ojos, realmente Germán había destrozado el corazón de Daniela al morir y eso le dolía mucho a la peli azul.

-¿Lista? –Preguntó Drew con la aguja en la mano, Daniela suspiró antes de asentir.

-Quiero una pequeña margarita, aquí en mi brazo –Dijo extendiéndole su brazo izquierdo para que así el chico empezara a dibujar una pequeña margarita.

Habían tardado un poco más de una hora ahí, antes de salir de la tienda, la morena no podía creer que había decidió tatuarse de repente, sin embargo, Drew tenía razón, había sido más el miedo que el dolor que había sentido.

-¿Tienes hambre? –Preguntó la peli azul mientras caminaban por el centro comercial, Daniela no respondió, pero sus ojos estaban enfocados en el segundo piso del lugar, Poché no tardó en seguir la mirada de la morena para darse cuenta de que miraba el área donde se encontraba el cine –Aquí fue el cine a ciegas –Dijo Poché después de unos segundos de mirar, Daniela asintió.

*FLASHBACK*

-Hola -Dijo la voz de una chica al lado suyo, Poché tenía mucho susto, sabía que podía arruinarlo todo al contar su historia de vida, además de que sentía que no era una persona interesante, así que no sabía cómo iba a reaccionar la otra chica.

-Hola, chica misteriosa -Respondió Poché y escuchó una sonrisa por parte de la otra chica, así es, pudo escuchar una sonrisa por más tonto que suene, era tanta la oscuridad en el lugar que sus oídos se agudizaron y sabía que la chica había sonreído -Dime tu nombre –

-¿Debería? -Preguntó la chica al lado ocasionando una sonrisa en Poché

-Creo que si deberías, pero si no quieres, no te obligo –Respondió Poché con un tono agradable, la chica rio -Hacerla reír, listo -Continuó Poché bromeando.

-Bueno en todo caso, ¿cuál es tu nombre?, no esperarías que te de mi nombre si no sé quién eres tú -Preguntó la chica y Poché puso una enorme sonrisa en su rostro.

-Si me caes bien te lo doy al final, chica misteriosa –Admitió Poché para darle confianza a la persona que tuviera a la par.

-Dejemos que fluya, tal vez para el final de la película ya te lo haya dicho -Dijo la chica y Poché seguía aún con esa sonrisa en su rostro, que bueno que no la podía ver, porque si no estaría con una sonrisa de boba en todo su rostro y eso la asustaría

-Espero tener suerte, ya que no me gustaría tener que llamarte la chica misteriosa por siempre -Dijo Poché y la chica rio

*FIN DEL FLASHBACK*

-Creo que deberíamos ir a casa ya –Dijo Poché cerrando los ojos para no recordar más, lo que no sabía era que Daniela también estaba recordando el momento preciso en que se habían apagado las luces y ambas comenzaron a hablar como si estuviesen destinadas a pasar la vida juntas.

-Si, igual no tengo hambre –Admitió la morena en un suspiro, apartando la mirada del cine.

La tensión había aumentado consideradamente en el camino hacia el auto, la noche había caído y no aparecía ningún indicio de que pudiera llover, caminaron durante varios minutos hasta llegar al auto, sentarse y ponerse el cinturón, ambas en silencio.

-Hace frío ¿no? –Preguntó Poché encendiendo el motor del auto

-Si, mucho –Confesó la morena frotando sus manos rápidamente, Poché inmediatamente encendió la calefacción y la radio.

-¿Te duele el brazo?  -Preguntó Poché mirando el lugar donde estaba la margarita, Daniela negó con la cabeza –Perdón si te sentiste obligada –

-Me gusta –Respondió la morena, su mirada fija en el pequeño tatuaje –Me recuerda al campo margarita –

-De camino a mi casa pasaremos por el campo margarita –Admitió Poché con nostalgia, sin apartar la mirada del camino –No tienes por qué estar triste, lo recuperaremos –

-Me ha agradado pasar tiempo contigo hoy, Poché –Interrumpió Calle y Poché no pudo evitar sonreír mientas conducía –De verdad que me has hecho sentirme como en los viejos tiempos –

-Mi pelo azul, el centro comercial, viajar por Bogotá, ¡claro que me trae muchos recuerdos a mí también! –Añadió la peli azul, el tráfico era leve esa noche, por ende, se movilizaban rápido a través de la carretera, Daniela ya estaba muy acostumbrada a observar detenidamente a través de la ventana mientras que Poché no fallaba en mirarla de vez en cuando -¿Por qué tan seria? –Dijo Poché rompiendo el hielo después de varios minutos.

-Es luna llena –Confesó la morena quién no dejaba de mirar hacia el cielo oscuro, iluminado por la cegadora luz de la luna –Me roba el aliento observarla, no se imagina lo hermosa que es hasta que todos los humanos la vemos anonadados doce veces al año –la morena hablaba sin apartar la mirada a la resplandeciente luna, con una media sonrisa y ojos que reflejaban el brillo de esta –¿Has escuchado la historia de amor entre el sol y la luna? –Preguntó Daniela llevando su mirada hacia Poché.

-Cuéntamela –Dijo la peli azul sonriendo, muchas veces su mamá le había contado esa historia, pero era inevitable no querer escuchar a una Daniela apasionada contarle fragmento a fragmento de esta, Poché solo se limitaba a sonreír y mirarla una que otra vez, Daniela contaba la historia y solo la peli azul se daba cuenta del brillo en los ojos de la morena cuando contaba algo que la emocionaba.

-... entonces si cualquiera decide mirar al cielo en el momento en que yacen juntas, podría quedarse cegado de amor –Terminó de relatar la historia minutos después, Poché realmente había intentado prestarle atención, pero pensó en lo bonita que lucía Daniela cuando estaba concentrada y le fue suficiente para desconcentrarse.

-¡wow! Me encantó –Respondió Poché sonriendo –Es interesante como relacionan hasta las estrellas o los astros con el amor,  ¿no crees? –

-Todo debería de estar ligado con el amor, si me lo preguntas –Confesó Daniela, Poché pensaba en lo inteligente que era la chica que tenía al lado y en como sus palabras eran tan certeras e interesantes.

-Tienes razón –Suspiró Poché antes de mirarla, ambas chicas conectaron sus ojos por varios segundos, sin embargo, se había sentido un largo tiempo que solo sus miradas podían explicar –Súbele a la radio –Interrumpió Poché para después mirar de nuevo a la carretera. Daniela aumentó el volumen como Poché sugirió -¡Mira a tu izquierda! –Exclamó Poché, Daniela observo un gran letrero que decía "El Campo Margarita Inc." Era el mismo letrero que había estado ahí por años y su corazón se empezó a acelerar.

-¡Quiero entrar! –Dijo la morena haciendo que Poché frenara el auto de golpe, sus ojos se cerraron –Perdona, se me había olvidado de que no tenemos acceso –Lo próximo que escuchó fue a Poché saliendo del auto y cerrando la puerta, Daniela frunció el ceño confundida antes de que la peli azul abriera la puerta de su lado –¿Qué pasa? –

-Ocho o nueve años atrás solía escabullirme en este lugar –Admitió la más pequeña ofreciéndole la mano para ayudarla a salir del auto –Tal vez todavía podamos entrar por mi lugar secreto –

-¡Estás de mente! Iván es muy inteligente, él no permitiría que nadie entrara –Dijo Daniela mirando a Poché, a pesar de la oscura noche sus ojos verduzcos se iluminaban un poco

-Nada perdemos en intentarlo –Pronunció la peli azul y Daniela tomó de su mano para salir del auto, ambas chicas se dirigieron hacia un pequeño bosque cubierto por mallas de seguridad, no había luz alguna y eso les imposibilitaba aún más el caminar.

-Poché no veo nada –Dijo Daniela sin dejar de mirar hacia sus tacones –Tú si te ubicas porque conoces el camino, pero yo no tengo idea hacia dónde vamos –

-¡Dame la mano! –Exclamó la peli azul y Daniela sin pensarlo sujetó su mano derecha –Solo camina junto a mí –Añadió antes de sacar su celular y encender la linterna.

-Mi celular quedó en el auto y quiero ver donde piso –Daniela estaba algo alterada, ya que odiaba el campo y los mosquitos, Poché solo se reía al ver su reacción

-¡Bingo! –Dijo la peli azul al ver que los cables eléctricos que se encontraban encima de todas las mallas habían terminado, quedando así solo una malla sin electricidad, perfecta para escalarla–Tenemos que atravesarla –

-¡Ni loca! –Dijo Daniela mirando todo lo que tenía que saltarse –Estás loca Poché, de verdad que lo estás –

-Mira, yo atravesaré la malla primero, te espero al otro lado para que puedas saltar tranquila –Dijo la peli azul antes de entregarle el celular a Daniela y comenzar a escalar poco a poco la enorme malla.

-¡Estás loca Poché! ¡No! –Daniela solo la observaba con el ceño fruncido, estaba algo asustada, pero le parecía gracioso mirar a Poché cuál mono saltar hacia el otro lado

-¡Es tu turno! –Susurró Poché –Pero primero tírame mi celular –Daniela lo lanzó y sorprendentemente había caído cerca de Poché –Escala poco a poco, pon tus pies en cada huequito de la maya y así avanzas –

-¡Me da angustia! –Dijo Daniela con su voz horrorizada, Poché rio al verla así

-¡Solo hazlo! –Gritó la peli azul, percatándose que estaban en propiedad privada y cubrirse la boca. Daniela accedió a escalar poco a poco, realmente lo que le atemorizaba era llegar al otro lado.

-¡Lo estás haciendo bien! Solamente intenta no hacer ruido –Dijo Poché en un susurro, Daniela le respondió con muecas, Poché rio.

-¿Ahora que hago? –Preguntó en pánico al encontrarse en el tope de la malla

-Primero, intenta no electrocutarte –Bromeó Poché y Daniela se alteró más de lo que ya estaba –Es broma, es broma –

-Me fastidias mucho, Poché –Dijo Daniela fingiendo estar molesta, Poché no paraba de reír en voz baja.

-Baja por los mismos huequitos –Sugirió la peli azul, Daniela no tardó en poner sus pies en los pequeños huecos de la malla mientras Poché alumbraba.

-¡Voy a saltar! –Dijo la morena una vez estaba cerca de llegar al suelo.

-¡Hazlo! –Expresó Poché y Daniela se abalanzó a sus brazos, ambas chicas sonrieron mientras se miraban a los ojos –¡Lo hiciste muy bien! –Dijo la peli azul antes de sentir como la tierra debajo de sus pies se comenzaba a derrumbar, provocando que esta se cayera junto con Daniela, ambas chicas cayeron al suelo y sus risas no paraban, ya se habían convertido más en carcajadas que en otra cosa.

-¡Mi teléfono! –Dijo Poché preocupada levantándose de inmediato a buscarlo, Daniela no paraba de reír

-¡solo busca la linterna encendida en medio del pasto! –Sugirió la morena entre risas, Poché comenzó a buscar hasta encontrarla

-¡La tengo! –Dijo sujetando el celular cubierto de tierra, lo sacudió y prosiguió a extender su mano para ayudar a la chica que seguía en el suelo –¡Arriba señorita! –La levantó y ambas quedaron a la misma distancia, sus miradas no fallaron en mirar sus labios y lo que antes era un ambiente de risas se había inundado en tensión sexual.

-De... debemos caminar –Dijo Daniela sin apartar la mirada de los labios de la peli azul.

-Si, deberíamos de ir hacia el campo –Respondió Poché mientras tragaba en seco, las dos comenzaron a caminar a través del pequeño bosque, con solo la linterna de Poché alumbrando y la luz de la luna resplandeciendo en ellas. Después de caminar varios minutos vieron el campo a lo lejos, más todo estaba muy oscuro y nada se podía distinguir.

-No hay nadie –Dijo Daniela mirando alrededor, Poché hizo lo mismo.

-Las únicas luces son las del pequeño lobby –Admitió la peli azul caminando un poco más hasta llegar a donde Germán Calle solía tener su oficina, todo estaba apagado las únicas luces eran las de afuera del lobby.

-¿Qué le pasó a este lugar? –Preguntó Daniela con su ceño fruncido, no lucía para nada como el campo margarita que solía conocer.

-Déjame ver si todavía recuerdo como forzar la cerradura de las puertas de vidrio –Dijo Poché mientras buscaba algo alrededor del lugar, Daniela seguía sin aliento al mirar todo lo que el lugar había cambiado, ni siquiera podía imaginarse como se vería a la luz del día.

-¡Préstame tu prensita! –Dijo la peli azul al mirar el cabello de Daniela, la morena se la quitó inmediatamente y Poché procedió a colocarla en medio del llavín de una de las puertas

-¿Estás segura de que sabes cómo abrir esas puertas? –Preguntó Calle segundos antes de escuchar como la puerta se abría, Poché solamente la miró y guiñó –Creo que has adquirido talento –

-Soy arquitecta, Calle –Confesó Poché mientras entraban al lobby y encendían las luces –Más de una vez me he quedado encerrada en una construcción –Daniela la ignoró al mirar a su alrededor, el lobby seguía intacto, incluso mejor de lo que solía recordar.

-Esto es una maravilla –Dijo Poché observando todo, había un televisor gigante, un bar, muchos sofás, una sala de juegos y muchos aparatos electrónicos.

-Me agrada este lugar –Confesó Daniela en un suspiro

-Deberíamos de venir más a menudo –Dijo Poché en lo que tuvo intención de ser una broma, más lo único que trajo fue tensión –Oye... ten –Añadió entregándole la prensa negra a Daniela, Calle puso su cabello para que la pequeña la colocara donde estaba, Poché se acercó a colocarla delicadamente antes de poner su mirada en la de Daniela.

-Listo –Pronunció la peli azul en un susurro, Daniela sonrió alejando la mirada.

-Pon algo de música –Sugirió Calle y Poché no tardó en encender el estéreo del lugar, Daniela continuaba mirando alrededor, escuchó como la música se había encendido y como Poché había tomado asiento en uno de los sofás.

-Si en el juzgado te preguntaran tus razones por las cuáles no quieres perder el campo margarita, ¿Cuáles dirías? –Dijo Poché desde el sofá detrás suyo, Daniela observando un recuadro suspiró

-Por mi papá –Respondió inmediatamente mientras agachaba la mirada –Por que es mi herencia –añadió ahora sus manos comenzaban a jugar por inercia –por mi familia, porque aquí pasé mi infancia, aprendí a jugar golf aquí –Miró hacia arriba, su garganta comenzaba a secarse –Por todas las memorias que he vivido aquí –

-¿Cuáles memorias exactamente? –Preguntó la peli azul con curiosidad en su voz.

-Las memorias con mi familia, con mis amigos... -La morena se detuvo por unos momentos antes de suspirar –Las memorias contigo... -Poché sintió algo dentro suyo, no era dolor, era algo que no acostumbraba a sentir

-¿Qué recuerdas de mí? –Preguntó la pequeña y Daniela se volteó a mirarla.

-Aquí nos conocimos por primera vez –Bastaron esas palabras para que el corazón de Poché comenzara a acelerarse.

Habían pasado varios segundos hasta que una música muy familiar comenzó a sonar en la radio, ambas chicas se miraron y en ese momento la gravedad era más pesada que nunca, Daniela tragó fuerte y Poché no podía resistir más lo que estaba sintiendo.

A quién tengo yo sino a ti
Tu a mí me llevas me levantas me sostienes
A quién llamaré sino es a ti
Eres mi entrada mi puerta mi consuelo ♪

-No puedo creerlo –Dijo Daniela mirando hacia arriba antes de escuchar como Poché se levantaba del sofá y la acorralaba contra la pared en un beso, no era un beso como el de la mañana anterior, era un beso necesitado, apasionado. Daniela no tardó en corresponderla y besarla como si el mañana no existiera, sabía que había muchas razones por las que no debería estarla besando, pero el corazón nunca ha sabido de razones o excusas, la lengua de Poché no tardó en aparecer en el beso, Daniela sintió como su respiración se iba acelerando y su pecho se estaba agitando.

-Te necesito, Calle –Respondió Poché con su voz entrecortada.


________________

*NOTA AUTORA*

QUEDAN MUY POCOS CAPÍTULOS YA.

UN ABRAZO SIEMPRE -MARS

Tw: CACHEHUMOR

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