Dejó a Yuuki en la cocina con Camila y salió a responder la llamada, no era muy normal que Nantai hablara a esas horas de la mañana así que supuso que algo había sucedido.
— ¿Pasa algo?
— Voy a ir al grano porque es importante y va a darte problemas.
— ¿Qué pasó?
— Mandé a mis hombres a por Gregory pero cuando llegó —Nantai hizo una corta pausa, sí, definitivamente algo malo había pasado—. El alfa que atacó el escuadrón se presentó en el pueblo anoche.
Limpió su rostro con su mano libre, comenzaba a sentirse molesto e inquieto por el lobo, había causado un gran desastre en su escuadrón y, a pesar de que lo habían buscado incesantemente por mucho tiempo, no habían podido dar con él, a pesar de eso, el alfa parecía estar al tanto de todo lo que ocurría y hacían en el escuadrón, como si estuviera siguiéndoles los pasos o alguien cercano a ellos estuviera aliado con él.
— No queda nadie con vida —soltó Nantai—. No hay ningún miembro de la manada ni habitante del pueblo además de Boris y Akane.
Golpeó el macetero que se encontraba cerca, este se cuarteó y arena se esparció en el pasto, su lobo se sentía molesto y lo arañaba por ir en busca del alfa y asesinarlo.
— Enviaré a un par de mis hombres a recoger a ambos, son los únicos que quedan y no pienso dejarlos ir —dijo.
— Esto ya es personal Jay, ahora yo también estoy inmiscuido en esto, el alfa está ocasionando problemas en mis territorios y no pienso permitirlo más tiempo.
— Lo sé Nantai, los hemos estado buscando desde la masacre, pero no tenemos nada.
— Y al parecer ellos tienen mucho —dijo Nantai—. Limpiaremos el pueblo.
Se adentró nuevamente en la casa, Jacob lo miraba con preocupación. Le contó lo que había pasado.
— ¿Piensas ir?
— Creo que primero tengo que decirle a Austin, después de todo era su hogar.
— ¿Crees que sea buena idea?
Asintió.
— Quizás el alfa esté relacionado con Gregory y él sepa algo que nos pueda ayudar, incluso Camila, también mandaré a Chris a interrogar al padre de Bruno.
Se dirigió a su oficina, Jacob había ido a buscar a Austin, el chico permanecía en la habitación que se le había asignado.
— ¿Ocurre algo? —cuestionó Austin al entrar en su oficina.
— En realidad, sí, quiero hablar contigo de ello.
Narró para Austin lo que Nantai le había contado, el chico parecía no sentir nada al respecto, pero, de un momento a otro, las cosas cambiaron, pudo ver cómo contenía las lágrimas.
— ¿Podría ir allá? —cuestionó el chico.
— ¿Para qué?
— Quiero... quiero recoger lo poco que tengo de mis padres.
— No creo que sea seguro para ti si te dejo ir allá, no sabemos si es una trampa sólo para atraernos.
— Entonces pide a alguien que lo traiga, por favor.
Austin parecía sincero en lo que decía, aún podía ver al chico rebelde y reacio que se había adentrado por la ventana del segundo piso para poder ayudarlos, pero había algo más en él, quizás el sentimiento del momento o quizás la primera imagen sólo había sido necesaria para sobrevivir en el pueblo y en la manada.
— ¿Qué específicamente estás buscando? Puedo traerlo.
— Álbumes de fotos y... hay una caja de cristal en mi habitación, está oculta debajo de las tablas sueltas del piso cerca del buró, es importante para mí tenerla.
Asintió, él no era quién pasa cuestionarle nada.
— ¿Sólo buscas eso?
— Sólo eso.
— Lo traeré para ti —hizo una corta pausa—, antes de que te vayas quiero preguntarte, ¿Sabes si Gregory tenía relación con otros alfas o alguna otra manada?
Austin negó.
— Gregory generalmente se relacionaba con lobos sin manada o exiliados, evitaba a los alfas y cuando se tenía que relacionar directamente con una manada, negociaba con sus omegas.
Asintió.
— ¿Viste algo extraño los últimos días? Digamos... ¿Betas?
— No, no había demasiadas visitas en el pueblo, los vigilé durante los últimos meses pero nadie entró, por lo menos no de rangos superiores, sólo hasta que ustedes llegaron.
Suspiró, comenzaba a enfadarse.
— Está bien Austin, te agradezco por ayudarme, más tarde te buscaré para darte lo que me has pedido.
Esperó a que el chico regresara a su habitación y se preparó junto con Jacob y Bobby para salir, iba a llevar pocos elementos pues no quería llamar la atención y mucho menos dejar su hogar desprotegido. Se dirigió a la cocina momentos después de ponerse el uniforme.
Yuuki se encontraba aún en la cocina con Camila y Bruno a su lado. Se acercó a su compañero y dejó un beso en su frente, vio la sonrisa de Yuuki y sonrió también él.
— ¿Van a salir? —cuestionó Camila.
— Tenemos que ir pero espero que no tardemos muchos.
Yuuki tomó su mano y acarició suavemente.
— Volveré rápido, cariño.
Se despidió dejando un corto beso en sus labios. Esperaba no tener que quedarse más tiempo del que tenía planeado porque no quería dejar tanto tiempo solo a su pareja, su lobo lo hacía sentir protector y, a pesar de que le gustaba, no le agradaba sentirse incómodo por no estar junto a su compañero.
Condujeron tan rápido como pudieron, incluso al llegar al territorio de los Bharatee, estos ni si quiera los hicieron detenerse. Todos en el auto parecían especialmente silenciosos, sabía que sus hermanos también querían que la manada pagara por lo que había hecho.
— ¿Le dijiste a Simon que buscara a Boris y a Akane? —cuestionó a Bobby.
— Sí, le dije que les dijera que tú habías ordenado que fueran por ellos porque habías reconsiderado su petición.
Lo miró, de una u otra forma esa era la manera más fácil de atraerlos sin que se opusieran o huyeran.
A medida que se acercaban a los muros que rodeaban el pequeño pueblo, pudo ver cómo los hombres de los Bharatee entraban y salían, él y sus hermanos bajaron del auto y entraron, cualquier otra persona que no estuviera relacionada con su trabajo, o por lo menos acostumbrado a ver sangre, hubiese querido retroceder y vomitar. La escena era realmente impactante, podía ver sangre manchando las banquetas, uno que otro cuerpo tirado en las calles, el alfa y sus betas no habían respetado a nadie pues había una mezcla de niños, ancianos, adultos y jóvenes. Dejó que los hombres hicieran su trabajo mientras él y Bobby buscaban la casa de Austin, el chico había dado su dirección y una descripción bastante precisa de esta, a medida que avanzaban en las calles, podía ver los cuerpos y la sangre escurriendo por la orilla de las banquetas y corriendo hacia las coladeras, las cosas parecían haber sido destrozadas pues podía ver las puertas rotas, mesas y muebles. Incluso la casa de Austin parecía ir por el mismo camino, pudo ver las garras arañando la puerta, esta colgaba únicamente de un lado, estaba abierta de par en par, dentro, había cosas regadas por todos lados, las cosas de la cocina estaban rotas y la ropa regada. Bobby le ayudó a buscar las fotos, no había más que un par de álbumes, subieron a la habitación y, cuando abrió la puerta, no pudo dar un paso adentro, por lo menos no al inicio.
— ¿Qué...? —cuestionó Bobby cuando se detuvo, su hermano observó la escena y maldijo—. Mierda.
La pared frente a ellos estaba completamente llena de sangre, pero no había cuerpos en la habitación, en su lugar, vio palabras escritas con ella.
"Hasta pronto, Jay"
— Busca tablas sueltas debajo de la cama —le pidió a Bobby mientras él observaba la habitación. Su hermano parecía asombrado por la orden.
Todo parecía estar bien, revisó el closet y el cuarto de un lado, pero no había nada ni nadie más ahí.
— ¿Esto?
Vio la pequeña caja en las manos de Bobby y la tomó.
— Gracias. Voy a informarle a Nantai sobre esto —señaló la pared.
— Está siguiéndonos los pasos.
Asintió, el alfa verdaderamente tenía mucha información sobre ellos y eso no le convenia en lo más mínimo, si sabia acerca de su relación con la manada de Gregory y, específicamente, si sabía acerca de que tenía a Austin, entonces también sabría acerca de su pareja y, aunque no le daba miedo, sí le molestaba en demasía.
Tomó una foto rápida y se la envió a Nantai mientras Bobby buscaba a Jacob y a uno de sus hombres. Su beta entró en la habitación y maldijo al igual que Bobby lo hizo antes al ver la escena.
— Lo limpiaremos, dijo el hombre luego de entrar.
— Le he enviado una foto a Nantai, creo que la advertencia es más como una despedida, quizás por un tiempo.
— Esperemos que así sea.
La piel canela del hombre, se veía incluso más oscura de lo que era, la luz apenas entraba en la habitación.
Bobby y Jacob lo siguieron de nuevo hacia el auto, había un sentimiento extraño en el ambiente y eso le molestaba, los hombres de Nantai limpiaban la sangre esparcida por el pasto y las calles, incluso llevaban cuerpos en bolsas y sus rostros parecían todo menos felices y amigables, los Bharatee solían ser así pero, ahora, incluso lo eran más, pudo ver a uno de los suyos, a uno de los hombres especiales de su tribu, el hombre con el que había convivido durante tantos años debido a Mariand, en especial Jacob.
— Quisiera decir que es bueno verte, pero tu presencia aquí significa malas noticias para nosotros, ¿Verdad?
— Bueno —el hombre acomodó sus cabellos—. También me alegro de verte, Jay.
Jacob le dio un corto y rápido abrazo a Adahy, el Karamat.
— Aunque sí, lamentablemente hay malas noticias porque ni si quiera yo puedo encontrar el rastro de los lobos que causaron esto, sólo sé que hay un alfa y tres betas, pero el rastro se pierde a cierta distancia.
— Es su modus operandi siempre, no sé si tienen ayuda de alguien más porque de otra forma me parece muy imposible, incluso Jacob no puede seguir su olor.
— Hay magia en algún punto, pero no estoy seguro que alguien de los nuestros esté de su lado, es más bien algo muy imposible.
— Seguiré investigando sobre ellos por mi parte y unidos con ustedes.
— Haré lo que pueda para ayudar a tu manda Jay.
— Te lo agradezco, mientras tanto, nosotros tenemos que regresar.
— Vayan con cuidado, y saluden a Luna y a Aaron de mi parte.
Jacob se despidió de él y todos regresaron, su cabeza punzaba fuertemente mientras conducía, las casas y edificios pocos a poco se convirtieron en árboles y pastizales, escuchó el aullido de un lobo y frenó de golpe, frente a ellos se encontraba uno de los betas.
Jacob bajó y cambió para seguirlo.
— Ve con él —le pidió a Bobby.
Por nada del mundo dejaría que Jacob se arriesgara de esa manera. Se estacionó en la orilla de la carretera, observó y buscó a su alrededor tanto como pudo, el sol comenzaba a ponerse así que tenían que aprovechar los pocos rayos que aún quedaban; pero ahí no había nada. Permitió su cambio y olfateó, pero incluso así, le fue difícil seguir el rastro del beta, aulló, Jacob y Bobby tenían que regresar a él.
Obtuvo otros dos aullidos en respuesta, aunque estaban lo suficientemente lejos.
Cambió nuevamente y subió a su auto en busca de ropa, dejando también lista la de Bobby y Jacob. Esperó en el volante, por el retrovisor vio al par de hombres caminando desnudos hacia el auto.
— No entiendo qué es lo que pasa, su rastro desaparece, no hay huellas ni olor —dijo Jacob.
— Espero que Adahy encuentre el tipo de magia que está envuelta en esto.
Condujo de regreso a casa mientras sus hermanos se vestían de nuevo, ahora lo único que deseaba era regresar a casa y ver a su compañero, muchos años había dedicado todo su tiempo a su trabajo y a su manada, pero ahora tenía a su compañero esperando por él y, por lo menos hasta que lo reclamara y todos sus problemas se arreglaran, no iba a dejar se centrar todo su tiempo y mente en él. Y ahora iba a ser más sencillo teniendo a Nantai y a los Bharatee centrado en ellos, además de que, con el mensaje que le habían dejado, quizás no iban a molestarlos en algún tiempo, de cualquier forma, no iban a dejar de buscarlos.
Luna y Aaron se encontraban en las sillas del jardín delantero de la casa, estacionó el auto y, luego de saludarlos, se adentró en su casa. Jacob fue quien se quedó con los chicos.
— ¿Has regresado ya? —cuestionó Yuuki, Bruno y Camila aún estaban con su compañero.
— Me tardé un poco más, pero he vuelto.
Dejó un corto beso en su frente. Se sentía cansado.
— Eso es un claro "No he comido", así que siéntate —dijo Camila que más que una petición era una orden.
Se sentó a un lado de Yuuki, sosteniendo sus manos mientras Camila cocinaba para él, podía oler la carne y sus tripas gruñeron.
— Hay un monstruo cerca —bromeó Bruno.
Sonrió.
— ¿Qué estás haciendo?
— Simon me convenció que aplicar para la universidad.
— ¿Y ya sabes para qué vas a aplicar?
— Sí, ingeniería en sistemas.
— Bueno, al fin tendremos arreglo para la impresora de mi oficina.
Bruno lo miró.
— De aquí a un año posiblemente porque por ahora sólo voy a estudiar, estuve un tiempo sin ir a la escuela así que...
— Lo que bien se aprende, nunca se olvida, Bruno.
— He ahí el problema, jamás aprendí bien —rió por lo bajo.
— Entonces para que aprendas mejor, voy a tener que relevarte del escuadrón.
— No —Bruno negó—. Si me quitas mi puesto no tendré ahorros para la universidad.
— Me agrada eso, punto para ti.
A pesar de que estaba claro que Bruno no tendría que preocuparse por los gastos de la universidad, le encantaba que el chico fuese responsable.
— Hablando de eso —interrumpió Camila mientras dejaba frente a él el plato de comida recién hecha—. Has sido muy amable al recibirnos en tu hogar, pero... ¿Podré saber hasta cuándo? Porque, sea como sea, debo conseguir un trabajo y un lugar donde vivir.
Negó un par de veces.
— Eres parte de esta manada, así que puedes quedarte aquí toda la vida y, también debes saber, que no tienes que preocuparte por el dinero.
— Tengo que hacerlo y lo hago.
— Entonces, ya que insistes en cocinar para nosotros, acepta también un pago por ello.
— Jay...
— No voy a recibir un no, Camila. Son parte de esta manada y si en verdad quieres trabajar en algo, pues ayúdanos con eso.
Los ojos de Camila se veían llenos de lágrimas, Bruno y Yuuki permanecían en silencio mientras ambos hablaban.
— Eres parte de mi familia ahora, así que no te preocupes por nada.
Camila se acercó a él y dejó un beso en la cima de su cabeza, él verdaderamente entendía por qué Simon sentía como si Camila fuese su hermana en tan poco tiempo, había algo maternal en ella, era tan amable, tan sincera y tan transparente que era fácil de amar.
— Jamás me voy a cansar de agradecerte por esto.
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