❣️❣️Ya estamos en el ranking 🤭
❤️Mil gracias por el apoyo que ha recibido la historia ❤️
Mañana publicaré dos capítulos...
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El pasillo era un absoluto desastre.
Hope distinguió a Lupin, Fred, George, Tonks, Mcgonagall, Ron, entre otros, luchando contra varios magos de capa negra. Vió con horror dos o tres cuerpos tendidos en el suelo, llenos de sangre y polvo a unos metros de ella, pero no los conoció; parte del techo se había desprendido y también un trozo de pared.
De un momento a otro, los mortífagos se esfumaron y la batalla se detuvo.
—¡Subieron a la torre! ¡A la torre!— exclamó Lupin.
Intentaron subir ellos también, pero la puerta parecía tener una barrera invisible. Neville salió despedido hacia atrás cuando intentó acercarse, y se golpeó con un trozo de pared, quedando inconsciente. Lupin tampoco pudo subir, y también cayó al suelo, casi a los pies de Hope.
—¿Qué haces aquí? —exclamó él cuando Hope lo ayudó a levantarse—. ¡Ve a protegerte!
—¡Voy a luchar! —replicó la castaña.
Lupin la miró con molestia y preocupación, pero en ese momento, dos personas salieron desde la entrada de la torre avanzando entre la nube de polvo a paso veloz: Snape y Draco. El chico llevaba una expresión de horror en el rostro y Snape lo empujaba de la nuca para que avanzara.
Fueron segundos muy confusos, en los cuales casi nadie se movió. Nadie intentó detener a Snape o a Draco, y ambos se alejaron por el pasillo. Hope estaba decidiéndose entre correr hacia Draco o quedarse allí de pie, aunque no alcanzó a decidir, ya que los mortífagos también descendieron de la torre y la batalla se reanudó.
—¡Ya está, tenemos que irnos! —gritó Snape desapareciendo al final del pasillo sin soltar a Draco.
Hope vió a Harry bajar también de la torre, al mismo tiempo que Fenrir Greyback, el hombre lobo, se le tiraba encima.
—¡Petrificus totalus! —exclamó la castaña, y apartó a Greyback de una patada, ayudando a Harry a ponerse de pie.
Harry no le dió las gracias y echó a correr por el pasillo.
—¡Harry! ¡La batalla es acá!— exclamó Hope.
—¡Snape! —exclamó el azabache, con el rostro crispado de ira—. ¡Snape, voy a matarlo...!
Hope no alcanzó a escuchar más, y decidió correr tras él, entendiendo que Harry quería matar a Draco por introducir a los mortífagos al castillo, sin saber lo que había pasado en lo alto de la torre hacía unos minutos.
Avanzó esquivando hechizos y escombros, siguiendo a Harry. Lo alcanzó en la siguiente esquina al mismo tiempo que una maldición le rozaba la cabeza al chico. Se escondieron tras una armadura, que explotó y voló en pedazos cuando le llegó una maldición lanzada por los mortífagos que huían.
Saltaron los restos de la armadura y continuaron corriendo, tomando un atajo. Harry balbuceó algo como "tenemos que adelantarlos", pero Hope poco le entendía.
Pasaron por afuera de la sala común de Hufflepuff, encontrándose a varios alumnos en pijama que se había levantado a causa del ruido.
—¡Harry! ¡Hope! —exclamó Ernie cuando los vió pasar corriendo—. Escuchamos ruidos y alguien dijo algo sobre la Marca Tenebrosa...
—¡Apártense! —gritó Harry empujando a quien sea que se le atravesara.
—Hope, ¿qué ocurre? —preguntó Hannah cuando vió a su amiga pasar corriendo tras Harry.
—¡Lo siento...! ¡Les explico luego...! ¡Ay, lo siento, con permiso...!
Las puertas de roble de la entrada estaban abiertas y destrozadas, y en las lozas del suelo había manchas de sangre. El gigantesco reloj de arena de Gryffindor estaba roto y los rubíes que contenía se derramaban sobre el suelo.
Cruzaron el vestíbulo a toda velocidad, salieron a los oscuros jardines y Hope distinguió a tres figuras que atravesaban corriendo a gran velocidad la extensión de pasto en dirección a las rejas. Le pareció distinguir en la distancia a Snape y a Draco. Tenía que alcanzarlo.
El frío aire nocturno le llenó los pulmones, pero Hope continuó con su carrera lo más rápido que pudo. Se sentía impulsada por una mezcla de tristeza e incertidumbre.
Distinguió destellos, gritos y rayos luminosos que contraatacaban y comprendió: Hagrid había salido de su cabaña e intentaba detener a los mortífagos que huían.
Hope notaba una fuerte punzada en su pecho y en un costado, Harry tomó distancia de ella pero aún así la chica no se detuvo hasta que recibió un impacto en la parte baja de la espalda y cayó de bruces contra el suelo. Eran dos mortífagos, que la alcanzaban luego de que ella y Harry se les adelantaran por el atajo.
—¡Impedimenta! —logró derribar a uno de ellos que milagrosamente arrastró al otro y continuó corriendo, siguiendo a Harry, a Draco.
Vió con horror que la enorme silueta de Hagrid recibía maldición tras maldición que un mortífago le lanzaba; pero su inmensa fuerza y la curtida piel heredada de su madre giganta parecían protegerlo.
Snape y Draco seguían alejándose.
Draco miraba nerviosamente hacia atrás y de pronto vió a Hope corriendo hacia ellos, así que se detuvo, dudó y pensó volver con ella, pero Snape tiró de él casi arrastrándolo hacia los límites del castillo.
—¡Desmaius! —escuchó que Harry gritaba apuntando a Snape, pero no acertó. El hechizo pasó rozándole la cabeza a Snape, que se dió vuelta y gritó:
—¡Corre, Draco! —el rubio miró una última vez hacia atrás, y Hope dejó de correr.
—Quédate... —susurró la chica, pero sus palabras se las llevó el viento. Draco susurró un último te amo que nunca llegó a oídos de Hope, y peleando contra sí mismo continuó corriendo hacia la reja.
Hope lo vió alejarse y desaparecer más allá, donde los hechizos protectores terminaban, y un extraño vacío se expandió en su interior sintiendo que no lo volvería a ver...
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