Más allá de los secretos [COMPLETA] ✔️ (Draco Malfoy, fanfic)

-Capítulo 06-

❤️ Maratón 3/5❤️
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Hope despertó en una cama suave, pero no en su cama de siempre. Abrió los ojos con pesadez y le pareció reconocer el techo de la enfermería. ¿Qué hacía allí? Giró la cabeza encontrándose a sus dos amigas mirándola con preocupación: Susan y Hannah Abbott.

—¡Al fin despiertas! ¿Cómo te sientes?

—¿Qué pasó? —preguntó Hope con desconcierto.

—Anoche te desmayaste afuera de la sala común y te trajimos aquí— explicó Hannah.

—Madame Pomfrey dice que tenías una contusión en la cabeza pero que podrías marcharte en cuanto despertaras —agregó Susan—. ¿Recuerdas qué te pasó?

—No— mintió Hope, recordando vagamente los sucesos de la noche anterior en la sala de menesteres... con Draco.

—Pues, a alguien le gustó tu cuello— sonrió Hannah, y al ver que Hope la miraba confundida, le acercó un espejo.

—¡Merlín!— exclamó Hope mirando su cuello, el cual Draco había dejado bien marcado con sus labios.

—Sí, tú y Terry estuvieron divirtiéndose— murmuró Susan aguantando la risa.

—No es lo que creen...— de pronto, Hope también recordó que tenía una cita—. ¡Terry! ¿Qué hora es?

—No te preocupes por él —sonrió Hannah—. Le dijimos lo que pasó y se fué a Hogsmeade con sus amigos.

—¿No vino a verme?— preguntó Hope decepcionada.

En ese momento, Draco entró a la enfermería con intención de estar con Hope, pero al ver que no estaba sola, decidió inventar una excusa para quedarse cerca.

—¿Qué se te ofrece ahora, Malfoy?— preguntó Madame Pomfrey.

—Me duele la cabeza— mintió el rubio.

—En la mañana te dolía el estómago y ahora la cabeza —le espeto la enfermera, pero Draco no contestó.

Él sí vino a verme.

La enfermera fué a su despacho y volvió a los segundos con una copa llena de poción púrpura. Draco se afirmó en una camilla y la recibió.

—Es amarga, pero el dolor se va de inmediato —le dijo Madame Pomfrey.

—Gracias —dijo Draco, y se quedó allí, mirando de reojo a Hope, que sentía sus mejillas arder.

—¿Tienes calor? —le preguntó Susan—. Estás colorada.

—No, estoy bien —contestó Hope, y vió que una leve sonrisa aparecía en los labios de Draco.

De pronto, la puerta de la enfermería se abrió y entró Terry. Se acercó a la camilla de Hope bajo la atenta mirada de Draco y la saludó con un abrazo.

—Creo que tenemos una tarea pendiente —dijo Susan—. ¿verdad, Hannah?

—¿Si...? ¡Oh, sí! Tenemos que... Ya sabes, terminar el informe.

Ambas chicas se marcharon y Hope se puso aún más roja de lo que estaba, con Terry y Draco mirándola fijamente.

Se me juntó el ganado.

—Te traje unos dulces de Honeydukes— le dijo Terry.

—Gracias.

—Ya puedes irte, Malfoy —le dijo Madame Pomfrey.

Draco, sin mayor opción, dejó la copa sobre la mesita de luz más cercana y se fué. Se volteó desde la puerta para mirar una vez más a Hope, al mismo tiempo que Terry se acercaba a ella y la besaba.

Draco se sintió extraño. Una mezcla de celos, rabia y tristeza lo invadió. Pero de inmediato se dió cuenta de que eso era un error. Él tenía una misión, no podía dejarse llevar por distracciones como aquella chica, y se dió cuenta de que verla besándose con otro era lo mejor. Así evitaba seguir encariñándose con ella, pues tarde o temprano Hope iba a odiarlo y rechazarlo por lo que tenía que hacer.

Hope apenas le devolvía el beso a Terry. No sentía ningún hormigueo en el estómago, ni que se le erizaba la piel, o ganas de abrazarlo y acercarlo más a ella como lo que había sentido con Draco el día anterior... Porque Terry no era Draco.

Se apartó del chico con delicadeza y miró hacia la puerta, pero Draco ya no estaba allí.

—Lamento si te molestó —dijo Terry.

—No, está bien —sonrió ella. Pero no. No estaba bien. Hasta antes del beso que habían compartido en la sala de menesteres, Hope no veía a Draco más que como un extraño y secreto amigo, pero ahora... sólo quería alejarse de Terry y correr a los brazos del rubio platinado.

No pudieron seguir hablando, ya que Hagrid entró con estrépito en la enfermería llevando en sus brazos a una chica inconsciente: Katie Bell, de Gryffindor.

—¡¿Qué pasó?! —exclamó Madame Pomfrey saliendo de su despacho, mientras Hagrid recostaba a Katie en una camilla; la misma en la que se había afirmado Draco hacía unos minutos.

—Al parecer la hechizaron, Madame Pomfrey. Creo que tocó algo maldito— explicó Hagrid.

Hope tomó sus cosas ayudada de Terry y se marchó.

—¿Qué crees que pasó? —le preguntó el chico.

—No lo sé —se despidieron. Terry volvió a besarla, y Hope se preguntó por qué con Draco se sentía tan diferente.

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La noticia de que Katie Bell había sido hechizada con un collar maldito se expandió como la pólvora. Se vivía un tenso ambiente en Hogwarts. Todos estaban asustados y las salidas a Hogsmeade se suspendieron.

Al día siguiente, Hope llegó al pasillo de la sala de menesteres y le costó entrar. La puerta apareció cuando ella estaba a punto de marcharse.
Lo primero que escuchó al entrar fué un gemido, una especie de sollozo. Avanzó con cuidado y su corazón se encogió al ver a Draco acurrucado en un rincón del suelo, afirmado en el armario, llorando y abrazándose las rodillas.

—¿Draco? —el rubio abrió los ojos y contempló el preocupado rostro de Hope, pero no dejó de llorar—. ¿Qué pasa?

La castaña se agachó junto a él y se sentó. De inmediato, Draco recostó su cabeza en el regazo de la chica, y continuó sollozando, sintiendo cómo Hope le acariciaba lentamente el cabello y lo abrazaba, sin hacer más preguntas.

Poco a poco Draco se tranquilizó y se enderezó, limpiándose las lágrimas.

—Déjame solo. Estoy bien.

—Sólo dime qué te pasa, Draco.

El rubio la miró con tristeza, se acercó a ella y le tomó suavemente las mejillas; rozando sus narices.

—Ésto pasa...— y la besó.

Hope se dejó llevar, sintiendo que una cálida sensación le recorría cada parte del cuerpo. Era un beso apasionado, ansioso, parecían devorarse, como si ambos se necesitaran más que a nada en el mundo.

—Hope, yo...— la chica lo interrumpió besándolo de vuelta.

Las palabras sobraban. 

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