El reloj marcaba cinco minutos para las seis de la tarde, el cielo pintaba un color naranja debido al atardecer y las personas entraban cada vez más al pequeño pub ubicado en el centro de Los Ángeles, Daniela los miraba atenta mientras limpiaba una que otra mesa, la mayoría entraba en shortsitos o vestidos cortos al parecer venían de disfrutar un largo día en la playa, se sentaban y ordenaban todas las bebidas alcohólicas posibles hasta quedar muy ebrios, sin embargo el turno de la morena acababa a las seis, después de eso podía ir a su casa y descansar de un largo día.
-¡Señorita! –Exclamó un chico moreno desde una de las mesas, su cabello era algo largo y por su estilo Daniela imaginó inmediatamente que se trataba de un surfista.
-Hola, ¿Se le ofrece algo? –Preguntó la chica mientras sacaba su pequeña libreta donde anotaba las ordenes de todos, nadie más en el personal lo hacía más Daniela lo tenía permitido por ser su primer día y no saber memorizar aún.
-Se le ofrece tú –Respondió otro chico al parecer amigo de este surfista, ambos sentados en la misma mesa con su grupo de amigos, Daniela frunció el ceño al escuchar esas palabras.
-No le hagas caso, realmente quisiera algo con vodka –Dijo el surfista mientras la miraba fijamente a los ojos, Daniela sintió su mirada e inmediatamente comenzó a escribir.
-¿Algo como qué? –Preguntó Daniela antes de sentir su celular vibrar en la bolsa de sus jeans, detuvo lo que estaba haciendo y miró un mensaje de Laura, su amiga de la universidad.
"Daniela, no olvides que hoy es mi fiesta -Lau"
Daniela cerró los ojos lentamente, sabía que su amiga había estado hablando de esa fiesta cada vez que podía y faltar era similar a traicionarla, realmente no quería hacer nada más que acostarse a dormir esa noche y al parecer el destino no lo quería.
-¿Señorita? –Preguntó el surfista, sacando a la morena de sus pensamientos, el chico realmente tenía ojos lindos que anteriormente Daniela no había notado.
-Disculpa –Dijo inmediatamente poniendo su bolígrafo en la pequeña libreta –Me distraje, ¿Qué me estabas diciendo? –
-No te preocupes –Respondió el chico con una media sonrisa –Quiero algo con vodka, ¿Cuál cocktail me recomiendas? –
-Con vodka... -Dijo Daniela mientras pensaba en toda la variedad de tragos con vodka que se había memorizado a lo largo del día –¿Un Cosmopolitan tal vez? –
-Si tú lo dices, está bien por mi –Respondió el chico antes de guiñarle, Daniela se sonrojó un poco, aún no sabía como actuar cuando alguien coqueteaba con ella o le decía algún cumplido.
-Un Cosmopolitan será –Dijo la morena antes de pasar su mirada por todo el grupo de amigos del atractivo surfista –¿Algo más? –
-A ellos tráeles cervezas –Contestó el moreno inmediatamente –No te preocupes por estos, solo los monos beben cerveza–Se refirió así en modo de broma a sus amigos.
-De acuerdo –Dijo Daniela caminando hacia la barra y entregándole la libreta al barista –Todo esto es para el grupito de aquellos chicos –Añadió mientras se quitaba el delantal con prisa –Mi turno acabó –
-¿Te veo mañana entonces? –Preguntó el barista, quién ya se había convertido en una gran amistad para Daniela.
-Si –Respondió la chica entregándole el delantal para salir del pub en un santiamén, sacó su celular y a pesar de que tenía muchos mensajes de sus amigos de la universidad decidió ignorarlos y llamar un Uber.
Después de algunos minutos su Uber llegó por ella, el cielo aún seguía reflejando el atardecer hermoso, Daniela lo observó por la ventana mientras viajaba. Tenía más que memorizada la ruta hacia su apartamento y pocas veces tenía la oportunidad de ver el cielo así.
-Llegamos señorita –Dijo el conductor del Uber estacionándose al frente del edificio, realmente Daniela no había notado lo rápido que había llegado a su casa por estar distraída mirando el atardecer y las personas caminando por la ciudad. Extendió un billete y se dirigió edificio arriba hacia la puerta de su apartamento, cerró los ojos al recordar que Poché estaba ahí y no la veía desde la noche anterior cuando intentó besarla, suspiró antes de abrir la puerta, puso su chaqueta en el perchero y vio a Poché dormida en el sofá, un pie extendido hacia arriba y el otro pegando al suelo mientras con su mano derecha sostenía un bowl con la mitad de palomitas y la otra mitad se encontraba en el suelo, la televisión estaba encendida en un programa de animales; la morena rio internamente al ver la escena, se acercó evitando hacer ruido y apagó la televisión. Miró de nuevo a Poché, aunque más de cerca esa vez, le dio un poco de pesar saber que probablemente estaba así desde un rato atrás ya que no tenía nada más que hacer y probablemente estaba aburrida en el apartamento.
-¡Oye! –Dijo Daniela en un susurro, lo suficiente para despertar a Poché de golpe, al hacerlo vio como la más pequeña dio vuelta y cayó al suelo, las palomitas cayeron en todo su cuerpo y no pudo evitar reírse a carcajadas, Poché hizo lo mismo después de darse cuenta de lo que había hecho –Siempre tan torpe –Añadió Daniela antes de que Poché le lanzara una almohada pequeña.
-¡Ayúdame a levantarme! –Dijo la más chiquita mientras extendía su mano a Calle, quién la sujetó y la ayudó –Gracias –Añadió sacudiéndose todas las palomitas que estaban adheridas a su ropa –Ya voy a limpiar este desorden –Dijo antes de dirigirse a la cocina por algo para limpiar.
Daniela la miró mientras caminaba e intentó contener la risa al recordar el momento de la caída, después sintió su celular vibrar de nuevo, en esa ocasión se trataba de una llamada, de otro de sus amigos de la universidad
-¿Hola? –
-Dani –Escuchó la voz de su amigo en la otra línea, también escuchó música de fondo, sabía que estaban ya en la fiesta –¿Vas a venir? –
-Apenas llego a mi casa –Admitió la morena mirando el reloj –Creo que ya es bastante tarde –
-¿Bastante tarde? –Preguntó su amigo entre risas –Esto apenas comienza –
-Tengo que bañarme y alistarme... -
-No te preocupes, nosotros te esperamos, créeme que esto apenas empieza –Dijo el chico y Daniela rodó los ojos, realmente no quería ir –Laura te espera, no le falles –
-No lo haré –Dijo Daniela inmediatamente, sintiéndose mal por no querer ir.
Colgó la llamada y miró como Poché se acercaba con la escoba y empezaba a limpiar el desorden de palomitas, eso le causó gracia, pero a la vez le dio algo de ternura, se dio media vuelta para dirigirse a su baño, pero algo dentro la detuvo, le daba lástima Poché, realmente lo hacía, había viajado desde España para ayudarla y pasaba todo el día viendo la televisión o durmiendo.
-Poché –Dijo Daniela haciendo que la más pequeña dejara lo que estaba haciendo para mirarla.
-¿Sí? –Preguntó María José atenta, sus ojos pequeños y verduzcos mirando a los avellana de Daniela como si fuese una fusión.
-¿Quieres ir a una fiesta conmigo? –Preguntó la morena, sabía que había una gran probabilidad que eso fuera una mala idea y las cosas se empeoraran al final de la noche, pero debía invitarla por educación.
-¿Fiesta? –Preguntó la más pequeña con una sonrisa dibujada en su rostro –Sabes que yo amo las fiestas, obvio que si quiero ir –Añadió y Daniela pensó en lo mucho que había cambiado Poché, de pasar a ser la chica más tímida de todas a convertirse en alguien tan extrovertido y amante de las fiestas.
-Alístate, salimos en treinta minutos –Ordenó Calle dirigiéndose escaleras arriba.
Ambas chicas intentaron alistarse rápidamente, no iba a ser una fiesta de etiqueta o mucho menos, así que Poché decidió usar un suéter blanco de cuello alto, una chamarra rosa con un jean y sus Balenciaga blancos que tanto amaba, salió de la habitación y decidió esperar a Calle abajo en el sofá, encendió el televisor y comenzó a ver un programa sobre animales, Daniela le había dicho que treinta minutos, sin embargo, ya tenía casi una hora de estar ahí arriba, eso realmente no le molestaba a Poché, al contrario, le parecía gracioso que nunca estuviera puntual a algo.
-Lamento hacerte esperar, es que no encontraba mis zapatos –Dijo Daniela, bajando las escaleras mientras se acomodaba un arete, Poché se volteó a mirarla y sintió su corazón acelerarse de repente. Daniela lucía una falda de cuero, una blusa negra bastante escotada con sus mangas cubiertas en glitter y unos botines negros, realmente estaba preciosa, Poché no pudo contener sus pensamientos y se pronunció
-¡Wow! –Exclamó antes de levantarse del sofá
-¿Crees que es mucho? –Preguntó Daniela, evadiendo el comentario de la más chica –Pienso que exageré –
-No... tú... te ves bien –Confesó Poché con dificultad, su mirada no pudo evitar recorrer el cuerpo de Daniela de abajo hacia arriba –Muy bien –
-¿Y el maquillaje? –Preguntó Daniela con algo de preocupación antes de mirarse en un pequeño espejo
-Creo que no es necesario que te diga que maquillas perfecto, Calle –Dijo María José aún sin aliento, no pudo evitar mirar como el trasero de Daniela se marcaba con esa falda.
-¿Todo bien? –Preguntó Calle al notar la mirada de Poché en sus nalgas.
-¿Dónde es la fiesta? –Dijo Poché inmediatamente como mecanismo de defensa, estaba muy avergonzada.
-Santa Mónica –Respondió Daniela antes de marcarle al Uber –Pero iremos un par de horas solamente, estoy muy cansada –
-Como ordenes, Jefa –Bromeó Poché, pero Daniela la ignoró.
Después de esperar por un rato su Uber llegó por ellas, el conductor parecía un tipo simpático y el auto era bastante lujoso, Poché no falló en comentarlo.
-No entiendo por qué no me dejaste traer el jeep –Dijo María José mientras miraba por doquier desde el asiento de atrás del Uber.
-Cambiaste bastante estos años, Poché –Respondió Daniela desde el asiento de al lado del conductor –Temo que ahora bebas alcohol y te embriagues –
-Yo no tomo –Dijo Poché y Daniela rio, haciendo que el conductor también encontrara graciosa la escena y riera también
-¿Estás segura? Porque aún recuerdo la escena que montaste el día del LA fashion show –Admitió la morena y Poché agachó la mirada al recordar esa noche.
-Estamos aquí señoritas –Dijo el señor y Poché no tardó en pagar el viaje.
-¿Tengo que estar independiente en esta fiesta o tú andarás conmigo? –Preguntó Poché mirando alrededor
-Como gustes –Mencionó Daniela con algo de indiferencia, Poché estaba notando una actitud diferente en la morena desde la noche anterior.
-De acuerdo –Respondió la más pequeña abriendo su paso hacia dentro de la casa de Laura, la amiga de Daniela.
-¡Dani llegaste! –Expresaron los amigos de Daniela mientras Poché los observaba de arriba hacia abajo
-Hola –Respondió Daniela con una media sonrisa antes de abrazarlos
-Y hola... -Dijo uno de sus amigos al ver a Poché
-Poché –Daniela terminó la oración –Ella es Poché, una amiga –
-Hola Poché –Respondieron todos brindándole una sonrisa a la pequeña chica.
-¿Es ella la que fue por ti ayer a la uni? –Preguntó Laura con una ceja arriba, Daniela rodó los ojos
-Si, es ella, pero no empieces con tus teorías –Dijo Daniela dirigiéndose a la cocina por una bebida, dejando a Poché sola en la sala.
-No te preocupes –Respondió Laura acercándole una bebida a su amiga una vez habían llegado a la cocina –De hecho, quería hablar contigo de algo –
-¿Qué es esto? –Preguntó Daniela antes de oler la bebida que Laura había puesto en sus manos
-Solo bebe –Contestó rápidamente –Mira, ¿ves a aquel chico de allá? –Añadió señalando a un chico con el cabello largo que bailaba al ritmo de la música y tenía una cerveza en mano.
-¿Qué pasa con él? –Preguntó Daniela confundida intentando mirarle el rostro
-Es amigo de mi primo y es muy atractivo –Dijo Laura con picardía haciendo que Daniela la mirara –Como para ti –
-¡Ay Laura! –Exclamó la morena mientras rodaba los ojos –Ni siquiera lo... -Intentó decir, pero se dio cuenta que el chico del que tanto hablaban se trataba realmente del surfista que estaba en el pub horas atrás –Oye... si lo conozco –
-¿De dónde? –Preguntó Laura con el ceño fruncido –Bueno no me importa, hoy es tu noche de encontrar el amor y él está muy soltero –
-Lau yo no qu... -Dijo pero se vio interrumpida al ver a Poché bailando sola al ritmo de la música con un trago en su mano y una rubia mirándola de abajo hacia arriba –¿Sabes qué? No pierdo nada en conocerlo –
-Así se habla –Respondió Laura dando pequeñas palmaditas en la espalda de Daniela, la morena bebió lo que estaba en su vaso y se dirigió hacia donde estaba el chico. La verdad es que Calle nunca haría eso, no le gustaba ligarse a las personas en las fiestas sabiendo que podrían estar ebrios, pero las palabras de Paula permanecían en su mente desde que intentó besar a Poché la noche anterior.
-Hola –Dijo el surfista al ver a Daniela –Oye, yo te conozco –Sonrió al recordarla, inmediatamente extendió su mano
-Pensé que solo los monos de tus amigos bebían cerveza –Respondió Calle levantando una ceja, el chico rio al entender la referencia
-Me atrapaste –Confesó extendiendo sus manos hacia arriba –Soy culpable –
-¿Qué intentabas? ¿Ligar conmigo? –Preguntó la morena y el chico se puso algo nervioso.
-Lo cierto es que sí, estaba intentando ligarte –Admitió sonriendo, esa sonrisa era perfecta y Daniela lo sabía –Culpable otra vez –
-Odio quienes mienten para ligar –Dijo Daniela con honestidad –Me parecen aburridos y presiento que no viven una vida nada interesante por eso sienten la necesidad de inventar –
-No te molestes, solo se trata de una cerveza –Admitió el chico encogiéndose de hombros –Además no funcionó porque nunca supe tu nombre –
-Daniela –Dijo de inmediato la morena, sabía que no necesitaba divagar con palabrerías y quería ir al punto –¿Y tú eres? –
-Nick –Respondió el chico con su sonrisa perfecta y sus ojos mirando los de Daniela.
-Nick, lindo nombre –Dijo Daniela y ambos sonrieron.
La noche pasaba lenta, o al menos eso pensaba María José quién esperaba paciente a que Daniela dejara de hablar con el moreno y quisiera irse a casa, al principio le pareció normal que Calle estuviera hablando con un chico sin embargo con el paso de las horas empezó a molestarse un poco al notar que no dejaban de hablarse y sonreír. Ya estaba pasando el efecto del alcohol en el sistema de Poché, había tomado varios tragos a lo largo de la noche y deseaba que alguno le hubiera quitado esa sensación que sentía cuando miraba a su exnovia coquetear con el chico alto, sin embargo, ni el alcohol mismo podía hacerla dejar de pensar en ellos.
-Hola –Dijo una chica rubia, interrumpiendo sus pensamientos, era la misma chica que la estaba observando desde varios minutos atrás.
-Hola –Respondió Poché con una sonrisa fingida, la verdad es que no le interesaba hablar con nadie.
-¿Quieres algo de beber? –Preguntó la rubia, pero Poché negó con la cabeza.
-Lo único que quiero es irme a casa –Admitió la más pequeña sin apartar la mirada de Daniela –No la estoy pasando bien –
-¿Tú novio es ese? –Dijo la rubia señalando al moreno que hablaba con Daniela, Poché rio con ironía.
-No, ese no es mi novio –Admitió la más pequeña mirando hacia el suelo al recordar a Miranda –Estoy comprometida con una chica –
-¡Oh, entiendo! –Expresó la rubia mirando la escena expectante –No es con el moreno sino con la morena de allá –
-No –Dijo Poché inmediatamente –No es con la morena de allá, es con otra chica –
-¿Está en la fiesta? –Preguntó de nuevo la rubia, pero Poché negó con la cabeza.
-Está en España –
-Perdón, pensé que era alguno de ellos dos, ya que pareces bastante molesta al verlos –Dijo la rubia con honestidad –¿Alguno es tu hermano? –
-No, ninguno es nada mío –Respondió Poché en un suspiro –Quiero irme –
-Si quieres yo te llevo a casa –Dijo la rubia encogiéndose de hombros –Tengo auto y también quiero irme ya –
-De acuerdo –Respondió Poché con una pequeña sonrisa –¡Acepto! –
-Genial, entonces espérame afuera y voy por el auto –Ordenó la rubia haciendo que María José abriera camino hacia la salida antes de ver de nuevo a Daniela reírse junto al moreno y seguir caminando.