*(1/3)*
Yoongi se dejó caer en el sofá con un largo suspiro, tapando sus cansados ojos con uno de sus brazos. ¿En qué momento su vida se había ido tan a la mierda? Estaba frustrado, furioso, triste, jodidamente emocional. ¿Por qué su madre estaba por morir? ¿Por qué no pudo esperar un poco más para declararse? ¿Por qué Jeon parecía odiarlo incluso más que antes?
–Maldito mocoso. – Murmuró entre dientes.
Inconscientemente culpaba al adolescente, y es que si nunca hubiese conocido a Jimin ni se hubiese comportado de esa manera tan extraña probablemente no se hubiese sentido amenazado ni hubiese hecho la sarta de estupideces. Ya qué, lo hecho, hecho estaba, por ahora sólo le quedaba arreglar el problema. Era obvio que Hoseok preferiría cortarle la lengua antes que escucharlo, empero sí o sí debía disculparse con el minino, no podía aceptar que las cosas acabaran por un arranque de calentura cuando era lo último que quería.
La noche hacía acto de presencia y la temperatura del lugar continuaba baja, después de todo cuando salió de su habitación, la puerta principal estaba abierta, era obvio que el conejo se iría de su casa si escuchó algo del alboroto que armó Seokjin. De forma inevitable, también maldecía repetidas veces al esposo de su mejor amigo, ¿por qué no podía quedarse callado?
Gruñó para sí mismo, tomando asiento en el sillón sólo para ver el suelo con el ceño fruncido. Realmente se decía a sí mismo, demasiado viejo y cansado para tanto desastre, ya no era un mocoso, debería estar follando y disfrutando de su dinero, no siendo un niñero y suspirando como quinceañera por un híbrido que ni siquiera era suyo, sin embargo, eso era exactamente lo que vivía. ¿Lo peor de todo? Estaba tan enojado que terminó todo su trabajo en cuestión de horas y ya no tenía absolutamente nada qué hacer. Estaría solo, lo sabía, Namjoon le había enviado un mensaje diciendo sobre Jungkook, así que no debía preocuparse por eso, mucho menos preocupar a su madre.
–Se pueden ir todos a la mierda. – Su expresión de molestia no desaparecía y no planeaba hacerlo.
Poniéndose de pie, regresó a su cuarto sólo para buscar una chaqueta y sus pertenencias esenciales, iría a beber algo, la noche era joven y no había nada que el alcohol no pudiese borrar, ¿no es así? Un poco de ánimos y una nostálgica sonrisa, bastaron para que saliese de su casa en búsqueda de un bar que lo acompañase en la soledad.
🐾🐾🐾🐾🐾
Jimin tenía el estómago revuelto una vez más, ¿acaso el atún que había comido estaba vencido? De ser así, ¿cómo es que su dueño se veía tan normal? ¿No habían comido lo mismo? Su cuerpo seguí pesado y la cabeza le continuaba doliendo un poco, tendría que controlarse para no llorar y evitar así más sufrimiento.
Por suerte el enojo de Hoseok no tardó demasiado y aunque el peso de la culpa por hacer enfadar al pelirrojo se había desvanecido, había sido reemplazado por la incomodidad de tenerlo acariciando su cuerpo continuamente. Su mente buscaba entre sus recuerdos si siempre había sido así de meloso, y claramente no encontraba registros tan exagerados, a excepción de los primeros días en que lo había adoptado, ¿acaso ahora lo iba a abandonar?
El felino no entendía nada, y podía apostar a que, a pesar de que quisiera intentar comprenderlo, Jung se negaría rotundamente a explicarle algo. Un suspiro suave se coló por sus labios mientras su colita se enrollaba en su vientre. Una nueva noche que tendría que dormir con su dueño abrazándolo por detrás, sintiendo su sofocante calor y excesivo aroma a jabón y shampoo de coco. ¿Por qué no podía tener un aroma menos concentrado como Jungkook?
Oh, no. Sus orbes almendrados se humedecieron sin que lo notase y sus orejas bajaron con disimulo. Tratando de no emitir ningún sonido, secó sus ojos con las mangas de su pijama, no se permitiría llorar, al menos no hasta que estuviese completamente seguro que su compañero estuviese profundamente dormido. Negarse a tomar una nueva pastilla y fingir que tenía sueño había sido una buena estrategia, o eso creía Park.
Las estrellas brillaban en el firmamento y la luz de la luna se colaba por las cortinas, bañando el rostro entristecido del calicó. ¿Por qué se sentía tan vacío? ¿No debería estar feliz por tener una casa, comida y un dueño que lo quiera? Estaba siendo desagradecido, justo como la gente del refugio de híbridos había predicho, ¿Jimin era un mal gatito? Sí, era una pésima mascota que escabullía su delicado cuerpo por las sábanas, dejando una almohada en su lugar para poder salir de aquella cómoda cama.
–Kookie. – Ya no podía soportar el ardor en su pecho.
Tenía miedo, ¿Jeon estaría así de adolorido por las marcas que le hizo? Sus latidos acelerados prácticamente lo obligaron a vestirse con lo primero que encontró, prendas de Hoseok, pero ya no importaba. Procuró ponerse su collar rojo, sólo por seguridad, debía dejar en evidencia que tenía un dueño legal.
Preso de su desesperación y temor, con agilidad salió del cuarto sin hacer ruido para no interrumpir el sueño ajeno, llegando a la puerta principal para salir de su morada. Cerrando con suavidad la puerta tras de sí, sintió el frío recorrer cada uno de sus poros, ¿realmente acababa de fugarse en medio de la noche sólo porque necesitaba ver a un pequeño conejo? Sí, jodidamente sí.
Asintiendo, se dio ánimos a sí mismo para enrollar su cola en su vientre por debajo del hoodie, colocándose la capucha para así ocultar sus orejas también, y sólo ello bastó para que comenzara a correr, debía ser rápido si quería que no lo notaran.
Muy ingenuo. Demasiado para ser verdad, después de todo, sólo bastaron unos minutos corriendo para que se diera cuenta que realmente no sabía hacia donde buscar. ¿Cómo llegaría hasta Jeon si siempre que salía lo hacía en el auto de Hoseok? Con suerte podría reconocer algunas tiendas o demás, pero no sabía las calles.
Estaba perdido, aterrado, mas no se detuvo, no se iba a rendir tan fácilmente. Sus pasos se aligeraron y continuó bajo el brillo de las farolas, mirando a todos lados, olfateando con disimulo, asqueándose con lo nauseabundo de los seres ebrios que comenzaban a salir de los bares y discotecas. ¿Aquellos sitios luminosos eran los que Hoseok siempre le negaba? Bueno, a juzgar por la gente ruidosa y maloliente de sus afueras, podía comprender un poco la razón.
Trató de no mirar hacia atrás, haciendo caso omiso a silbidos y llamados de los borrachos y borrachas, incluso aquellas chicas con ropas delgadas. Él no quería su compañía ni un trago, él sólo quería a Jeongguk, ¿qué tan difícil podía ser entender aquello?
Aun con sus orejas ocultas podía sentir el resonar de unos zapatos tras él. Su cuerpo se heló y su rostro palideció, un ronroneo nervioso se le escapó, no llevaba nada de valor, no podían robarle, ¿o sí? Apresurándose, dobló en una esquina, entrando por una calle menos alumbrada, esperando haber perdido al ente, sin embargo, no bastaron más que unos segundos para que su hombro fuese jalado y su espalda rebotase contra la húmeda pared de aquel callejón.
–Te tengo.–
ღ°.¸¸.·'¯..................'¯·.¸¸.°ღ
¡Personitas bellas!
Espero que hayan tenido un hermoso
fin de semana.~
¡Lo prometido es deuda!
Y aquí está la mini maratón de agradecimiento
a ustedes ♥
Este cap es para las personitas bellas
que me llenan de amor con
sus votos preciosos ★
¡Muchas gracias, en serio!
Hacen muy feliz a este mochi ♡
Por favor sigan leyendo.~
♥Yonassi♥(Cold Mochi)