ㅣ2.0ㅣAutumn On Night. // Min...

By idyllahye

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Necesito encontrar respuestas. Necesito saber porqué te fuiste de repente, porqué me diste cuarenta y tantas... More

ㅣEpílogoㅣ
🌘 Uno 🌒
🌘 Dos 🌒
🌘 Tres 🌒
🌘 Cuatro 🌒
🌘 Cinco 🌒
🌘 Seis 🌒
🌘 Siete 🌒
🌘 Ocho 🌒
🌘 Nueve 🌒
🌘 Diez 🌒
🌘 Once 🌒 (+18 ⚠️)
🌘 Doce 🌒
🌘 Trece 🌒
🌘 Catorce 🌒
🌘 Quince 🌒
🌘 Dieciséis pt. I 🌒
🌘 Dieciséis pt. II 🌒
🌘 Diecisiete 🌒
🌘 Dieciocho 🌒 (+16 ⚠️)
🌘 Diecinueve 🌒
🌘 Veinte 🌒
🌘 Veintiuno 🌒
🌘 Veintidós 🌒
🌘 Veintitrés 🌒
🌘 Veinticuatro 🌒
🌘 Veinticinco 🌒
🌘 Veintiséis 🌒
🌘 Veintisiete 🌒
🌘 Veintiocho 🌒
🌘 Treinta 🌒 (+18 ⚠️)
🌘 Treinta y Uno 🌒
🌘 Treinta y Dos 🌒 (I)
🌘 Treinta y Dos 🌒 (II)
💛 Final 🖤
***
TERCERA TEMPORADA DE AUTUMN.

🌘 Veintinueve 🌒

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By idyllahye

Está bien.

Las flores de cerezo están naciendo y cayendo a medida que se independizan.

Primero nacen, sus semillas extallan y poco a poco el pétalo se forma, crece, se sujetan fuertemente a la rama hasta que deciden cuándo caer. Se sueltan, se sienten libres, vuelan, y caen. Algunas en el asfalto, otras en el rocío del césped, algunas se enganchan y esperan a la próxima brisa y otras caen sobre la cabeza de las personas sin querer.

Un pétalo calló delante de mis ojos, y me di cuenta. He visto su inicio y su fin. He visto como saltó, voló y murió.

Ahora Holly decora su cabeza con ese pétalo en ella.

Solté una risa suave, me agaché hacia él y le quité ese pétalo para luego soltarlo y dejarlo llevar por la brisa leve.

Pero vaya, calló en un charco.

Volví mis ojos a Holly. Ha crecido mucho de nuevo, y su pelaje es más esponjoso. Estoy harta de decirle a Yoongi que no le reduzca el volumen de su pelaje, que está más guapo siendo una bolita anaranjada de pelo que ser un falso caniche. Pero en fin, después de todo él hace lo que quiera.

Acaricié la parte baja de su boca. Él movía su cola alegremente, pero jadeaba. Parecía estar cansado de caminar.

— ¿Nos vamos a casa, bebé?
—le pregunté incluso intuyendo que no iba a responderme, pero de hecho, lo hizo. Ladró con tanta fuerza que me asustó— ¡Ay...! —me quedé microsegundos en silencio después de haberme caído de culo al suelo, pero luego solté una carcajada. Menos mal que no estaba tan lejos, aun así dolió- Está bien, vámonos.

Me puse en pie, sacudí mi trasero y mi jersey, agarré la correa de Holly para hacerla más corta y acercarlo a mí, y me dispuse a volver a casa.

Yoongi y los chicos tienen mucho trabajo que hacer; se aproxima el nuevo Comeback y ellos deben prepararse para todo. Mientras tanto, yo cuido de los peques, así ellos estarán despreocupados y podrán disfrutar de lo que les espera.

Y os preguntaréis que porqué tengo a Holly conmigo, si es que él vive con la familia de Yoongi. Pues bien, sus padres se han tomado unas vacaciones y están de viaje por Japón, exactamente Osaka. Y su hermano pues... Conoció a una chica y se están conociendo. Parece una excusa tonta, lo sé. Pero fui yo la que hablé con él para encargarme de Holly. Aproveché la situación para pasar más tiempo con este pequeño y con los demás.

Lo admitimos. A Holly y a mí nos encanta estar juntos, y cuando Yoongi está es mejor. Pero a veces, este canino es tan revoltoso que me hace perder los nervios. Aunque supongo que es como cualquier otro perro juguetón. Tal vez la culpa es mía por ser tan perezosa, pero Holly me obliga a no serlo y esa es una de las razones por las que amo a este perro.

Ahora los días son más largos, casi como en verano pero con una única diferencia: sigue haciendo frío.

A este paso, voy a odiarlo. Amo el invierno, pero Seúl en verano es más bonito. Hay mucha gente por las calles, coreanos y estrangeros, y no me siento diferente. Sí es cierto que a veces se hace duro vivir en un continente distinto al tuyo. Todos te van a mirar sea para bien o para mal, y resulta incómodo cuando llevas tanto tiempo aquí. Al principio es normal, pero luego cansa. Aunque no me quejo: Seúl es una ciudad maravillosa con todos sus inconvenientes y ventajas, se familiarizan fácilmente aunque parezca que no, y prácticamente todo mi vecindario ya nos conoce. No se quejan de nosotras.

Queda poco para llegar a casa, unos seis metros. Y ya estoy escuchando ruidos desde ella.

Casi al entrar, con un pie en el escalón y el otro en la acera, veo a Kai salir rápidamente de allí. Estaba alarmado. Mi primera reacción fue coger a Holly en mis brazos y protegerlo. Mi segunda reacción fue poner una expresión de asco y confusión mientras miraba a Kai.

— ¡Nerea, por favor, baja eso! ¡No fui yo! —gritó Kai pidiendo piedad con sus manos.

— ¡¿ENTONCES QUIÉN HA SIDO, MOSQUITA MUERTA?! —Nerea salió inmediatamente de la casa con una sartén en sus manos, levantada cuál bate de béisbol. Su cara no era muy amigable, tenía un tic en el ojo que me hacía comprender que estaba muy enfadada. Furiosa.

— ¡¡QUE NO LO SÉEEEEEEE...!!

— ¡TE VOY A MATAR, KAI DE TAILANDIA!

Suspiré agotada e ignoré la situación. Traté de entrar dentro de la casa pero Nerea me interrumpió.

— ¿Qué quieres? —le pregunté a ella.

— No habrás sido tú, ¿verdad? —me preguntó poniendo una mirada desconfiante y amenazadora, aún con la sartén elevada.

— ¿Qué se supone que hemos hecho? —volví a preguntar indiferente.

— Mis dulces de Taiwán. —dijo ella.

— ¿Esos que son rellenos y de diferentes sabores? —pregunté de nuevo.

— Sí.

Me encogí de hombros— Ni idea. -
—desvié la mirada y entré sin forzar mi obstáculo, o sea, Nerea.

— Has tenido que ser tú, Kai.

— ¡QUE NO HE SIDO YO! ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAH ME VOY A MATAR!!

Una vez dentro de la casa, cerré la puerta y dejé a esos dos fuera. Hacía buen tiempo a pesar de la temperatura que a mí me helaba, pro seguramente ellos estarían bien.

Dejé a Holly en el suelo y le quité el amarre de la correa en su collar. Él rápidamente fue corriendo hacia el salón.

— Oh, ¡Holly! —escuché a Ross decir, deducí que estaba allí, en el sofá.

Dejé las llaves sobre el bol, me quité la sudadera y también la dejé por allí, colgada en el perchero. Fui hacia el salón en busca de estos dos individuos, pero por sorpresa, encontré a tres.

— Oh. —sonoricé abriendo mis ojos sorprendida— Eh... Ross, ¿quién es? —le pregunté en español.

Había un chico sentado junto a ella, parecía alto por las largas piernas que tenía. Su pelo era negro y corto, ojos con un sólo párpado, rasgados, nariz levemente ancha y labios gruesos. Su piel no era tan pálida y parecía ser joven.

— Idylla, él es Yusik. Un amigo. —me respondió en coreano para que él entendiera. El chico se levantó y fue a saludarme con una reverencia.

— Encantado, noona. —sonrió ampliamente. Actuaba conmigo con naturalidad, con mucha cercanía.

— H-hola... ¿Yusik? —me puse nerviosa. No me esperaba a alguien así en casa, en mi zona de confort.

¡ALERTA, ALERTA! ¡UN DESCONOCIDO EN CASA, ROSS! ¡¡UN DESCONOCIDO!!

— Encantada, Yusik... —sonreí un poco. Quise parecer agradable, pero creo que sí miedo— ¿Podemos hablar, Ross?

— Sí, claro. —se levantó del sofá mientras él volvió a sentarse. Ella vino hacia mí y la llevé a la cocina.

— ¡P-p-p-pero...! —tartamudeé sin decir nada— ¿Por qué, Ross? ¡¿Por qué no avisas?! —dije alertada, pero en un susurro— ¿Quién es? ¿Tu novio? ¡¿Por qué no me... Me dijiste nada?! —dije en la misma línea.

— Relájate... —soltó un aleve risa tímida— Lo conocí hace tiempo. Está estudiando español y me ofrecí a ayudarle, sólo eso.

— Ajá... ¡¿Desde cuándo estás con él?! No me digas que te ha dejado preñada... Por eso está aquí ¿verdad? ¡Lo sabía! —chasqueé mis dedos victoriosa.

— Eres idiota. —rió negando con su cabeza— No estoy embarazada, y no estamos juntos.

— Ya, claro.

— Idiota. —repitió.

— En fin... ¿Es confiable? No quiero que te haga nada- DIGO... Que nos haga nada.

— ¿Estás preocupada por mí? —mostró una cara de asombro. Yo negué rápidamente con mi cabeza, agitando mis manos— ¡Aish...! —me abrazó inmediatamente, tan fuerte que me costaba respirar.

— ¡Suéltame! —intenté librarme de ella, pero no me dejó, así que sin más me rendí— Agh...

— Estaré bien. Es muy buena persona y confiable. Seguramente te cae bien. —dijo después de soltarme con una sonrisa ilusionada.

— Vale... Pero como toque mis cosas le echo de casa ¿entendido? —Le advertí apuntándole con mi dedo. Ella rió de nuevo.

— Sí, mamá.

— Pero-... —fruncí mi ceño e hice ademán de golpearle. Ella salió huyendo de la cocina para volver con el chico y Holly.

Yo también volví; Yusik estaba jugando con el pequeño. Me resultó una escena muy tierna después de todo.

...🌙...

Después de pasar toda la mañana en la calle con Holly y haber vuelta a casa para comer con los demás, quise salir de nuevo. No me apetecía estar en casa, y sí, sé que es raro viniendo de mí. Pero no siempre estaré con Holly y quiero aprovechar todo el tiempo que me queda con él. Y me refiero al tiempo que lo tendré acogido en casa.

Como dije, salí de nuevo con Holly y quise llevarme una libreta pequeña y mi estuche con lápices. Me entró el mono de dibujar.

Caminé con las calles más tranquilas de Seúl y di con el famoso café donde se admiten perros y gatos. Claramente entré allí.

Cogí a Holly en mis brazos y me acerqué hacia la puerta. No me hizo falta abrirla ya que uno de los empleados que trabajaba allí me la abrió, fue muy generoso conmigo.

Pasé hacia dentro y me senté en el primer espacio libre que vi, estaba alejados de la gran multitud de clientes que había, era el sitio perfecto para mí. Me senté en una silla de hierros negros y piel acolchada rosa pastel. Era cómoda. Bajé a Holly al suelo y lo amarré en mi silla.

El mismo camarero que abrió la puerta fue el que me sirvió. Antes, se acercó a nosotros y nos tomó nota. Pedí un café de vainilla y un trozo de pastel que vi al entrar, era de chocolate. Para Holly pedí un poco de agua y también un trozo de pastel para perros. Hígados y verduras, lo que le encanta. Cuando el camarero se fue para preparar mi pedido, saqué mi libreta junto a un lapis del número 4H, y comencé a dibujar.

Me sentía tan concentrada en el dibujo que perdí la noción del tiempo. El café se enfrió y Holly estaba dormido en mis pies.

Al levantar la vista, me di cuenta de que una chica estaba observando el dibujo. Ella lo notó y giró su cabeza rápidamente, parecía nerviosa. Yo sonreí. Tomé un sorbo de mi café y volví al dibujo, le faltaba algunos detalles que debía arreglar.

Por intuición, volví a levantar la mirada discretamente, y sí, la chica me estaba mirando otra vez. Sonreí de nuevo sin darme cuenta de que solté una risa leve. Me bebí el café de un último sorbo, me comí el pastel y me levanté recogiendo mis cosas para ir al mostrador para pagar, pero antes de guardar mi libreta, arranqué la hoja del dibujo.

Cuando pagué mi pedido, me acerqué a la chica que tanto me observaba y le dejé el dibujo de Yoongi sobre su mesa; ella estaba acompañada por otra chica más, ambas vestían con camisetas y pines de BTS. Realmente eran Armys.

— Esto... ¿Es para mí? —me preguntó ella tímidamente. Tapaba su boca con sus manos, estaba muy nerviosa.

— Sí. —hice una pausa para sonreirle— ¿Te gusta mucho Suga? —Le pregunté curiosa.

— ¡Sí! Es mi bias ultimate... Lo adoro muchísimo. —respondió cambiando totalmente de expresión, se volvió más alegre y abierta. De verdad que lo adora.

— Ella está enamorada de Yoongi. —soltó su compañera con una risilla pícara— Su sueño es casarse con él. —añadió, y ella, la chica que me miraba, le dio un golpe en el brazo molesta.

— ¡No mientas! Nunca voy a estar con él, ya tiene novio. —contestó.

— ¿Novio? —pregunté en voz alta para mí misma, pero ambas me oyeron.

— Sí, Jimin. El Yoonmin. —dijo ella muy segura, como si fuera lo más normal del mundo— Es lo más real que existe.

Me atraganté con mi propia saliva. Tosí pero me recuperé pronto.

— ¿Qué dices? Es el Jikook. —le corrigió su amiga.

Reí internamente. ¿De verdad creen en esos bromances?

— Está bien... Tengo que irme. Disfrutad de la merienda, chicas. —dije finalmente para marcharme— Vamos, Holly.

Las dos chicas miraron a Holly agacha do su cuerpo por debajo de la mesa. Yo cogí al pequeño en brazos y me marché rápidamente antes de que dijeran algo o tomaran alguna foto o algo por el estilo. Vamos, que me fui cagando leches: tipical expression Spanish.

— ¡¿Holly?! —ambas se miraron sorprendidas. ¿Realmente creían que podría ser Min Holly de verdad?

De camino a casa, porque ya estaba cansada, me ocurrió algo inesperado otra vez. Pero más adelante lo cuento.

Entré en una tienda para animales que estaba a diez minutos de donde marché. Es la tienda donde Yoongi lleva a Holly a menudo, está especializada en cuidados estéticos caninos, o sea, un salón de belleza para perros y gatos, pero más para perros que gatos.

Entré.

No había absolutamente nadie, quizás porque es muy cara. Pero Holly tenía cita y Yoongi me pidió que lo trajera, que él ya pagó todo antes.

— ¿Holly? —preguntó la chica del mostrador cuando me vio llegar.

— Sí. —afirmé yo— Tenía cita para hoy, ¿verdad?

— Sí. Pase, por favor. —salió del mostrador y cogió a Holly para llevárselo dentro, a una cabina.

Yoongi capaz de haber pedido cita para cortarle el pelo. Entonces le mataría.

— ¿Qué le van a hacer? —pregunté curiosa.

— Vamos a limarle las uñas. Suelen ser molestas si las tienen muy largas.

Claro. Es lógico, señora.

— Oh. —dije yo fingiendo que me asombraba— Vale.

— Vamos, Holly. —la chica me hablaba, él la ignoraba.

Amo a este perro.

— ¿Necesita ayuda? —pregunté.

— ¡No! Yo puedo sola.

No lo parece.

La chica, bueno, mujer de casi cuarenta años, trataba de enganchar a Holly en un arnés para una mejor sujeción. Hice caso omiso de lo que ella me dijo y fui a ayudar, cogí a Holly con cuidado y le amarré el arnés en su collar.

— Yo podía sola, ja ja. —comentó la mujer esta, con una sonrisa más falsa que su esmalte blanco dental.

— Sí, así es. Usted puede sola, pero conozco a Holly mejor que usted y sé cuándo no le gusta alguien. —contesté sonriendo ampliamente con sarcasmo.

Ésta no dijo nada, siguió con su sonrisa y un tic en la ceja derecha muy raro. ¿Le ofendí? Ja ja.

Se puso a limarle las uñas, yo mientras tanto me senté en el sillón de espera ojeando mi móvil. Cero mensajes, cero llamadas. Nadie me necesita, me siento satisfecha con el mundo.

Observé de vez en cuando el trabajo que estaba haciendo ella. Realmente era buena en él, pero es muy estúpida. Holly estaba casi listo, y estaba tranquilo.

— Ya acabé. Holly ha estado más tranquilo de lo habitual, ¿le has dado sedantes? —me preguntó quitando su tapabocas y los guantes que se puso.

— Su sedante soy yo, no te preocupes. —le dije otra vez con sarcasmo— Holly suele sentirme más tranquilo cuando está cerca de una persona que ama mucho. —comenté mientras recogía a Holly, lo puse en el suelo y sonreí de nuevo con sarcasmo.

— Ajá... Que tenga un buen día. —dijo sin mirarme, esta persona desea con todo su corazón que me vaya. Y lo hice sin decir nada, no le deseé que tenga un buen día. ¿Para qué?

Caminé por las calles de Seúl para volver a casa. Me paré en varios escaparates, y sobretodo en uno que me llamó muchísimo la atención. Holly lo notó: se sentó a mi lado observando el escaparate también, jadeando con su lengua afuera.

— A ti también te gusta, ¿verdad? —le pregunté al pequeño. Lógicamente no contestó, pero ambos estábamos maravillados con lo que veíamos.


Un fantástico conjunto de anillos de oro blanco y plata. Pensé en Yoongi nada más verlo, casi se me cayó la baba. Lo necesitaba.

Cogí a Holly en brazos y entre dentro. Fui directamente al mostrador y pregunté por su precio. 1700000 Wones, o sea, mis dos riñones.

— ¿Desea encargarlo? —me preguntó el empleado muy amablemente.

— Yo... —tragué saliva— ¿Podría pagarlo mensualmente? —pregunté nerviosa.

Él negó con su cabeza.

— Este conjunto es exclusivo, una limitación.

— O sea... Que es el único ¿verdad?

— Así es.

— Oh... Está bien. Vol... Volveré cuando pueda, si no es muy tarde. —dije tímidamente. Él asintió con una sonrisa y me marché.

Me paré de nuevo en el escaparate y no pude evitar hacer una foto, discretamente como es obvio.

Suspiré.

Quería comprarlo y regalarle la otra parte a Yoongi. Toqué el cristal con las palmas de mis manos y no pude dejar de mirar los accesorios, me enamoré.

— Es bonito, ¿verdad?

Oí decir desde una voz femenina. Y joven. Giré mi cabeza para mirarla y me encontré con una chica latina que también admiraba el objeto.

— Sí... —dije en un hilo de voz.

— Eres Idylla, ¿cierto? —me miró con una sonrisa dulce.

¿Cómo sabe mi nombre? ¿Me conoce? ¿Es una espía? ¿Mi acosadora? ¿Acaso sabe que estoy con Yoongi? Ay, dios, no. ¿Me va a matar? ¿Qué quiere de mí? ¡Ay, dios! ¿Y si me lleva persiguiendo desde que vivía en España? AAAAAAAAAAAAAAAAAH.

— S-sí... —le respondí insegura.

— Soy Martina. Conocí a Ross hace varias semanas atrás y me habló de ti, me enseñó fotos. Por eso te reconocí. —me dijo detalladamente. Pero no me dio confianza aún.

— Oh... —musité.

— Soy Martina, encantada. —extendió su mano hacia mí con una amplia sonrisa. Yo se la tomé.

— Yo... Bueno, ya sabes mi nombre. —hice una pausa para luego despedirme— Martina, debo irme. Espero volver a verte pronto.

No, no lo espero. Me da miedo.

— ¡Claro! Hasta pronto.

Me alejé de ella caminando rápido, cagando lecjes otra vez. Hay muchas posibilidades por las que ella me conozca y una de ellas es Yoongi. No sé si dice la verdad o no, no debo bajar la guardia.

...🌙...

Volví a casa. Por sorpresa, Yoongi estaba allí con Hobi y Jimin. Los tres estaban cenando pizza, mientras que Laura, Nerea, Ross y Kai comían ramen instantáneo.

Puse a Holly en su camita verde, se la regaló Hoseok para tenerla en mi casa.

— ¿Me habéis dejado algo? —pregunté al general, nadie contestó. Todos me ignoraron menos Yoongi y Hobi que señalaron hacia una caja cuadrada de pizza que Yoongi segundos antes dejó sobre la mesa— Pizza.

Me acerqué al lado de Yoongi y me senté junto a él. Él, con discreción para no llamar la atención de los demás, cogió mi mano bajo la mesa. Así, como si me estuviera dando la bienvenida, diciéndome que me echaba de menos y que me quería a la vez.

— ¿No quieres? —preguntó Kai haciendo ademán de coger la pizza, pero le di un manotazo en cuanto lo vi.

— ¿Eres tonto? Claro que quiero. —atraje el cartón de pizza hacia mí y lo abrí. Dios, olía tan bien— Dios, bacon.

No miré directamente, pero noté que los hombros de Yoongi se movían. Se estaba riendo silenciosamente.

— ¡AH!

Grité. Bueno, dije alzando la voz.

— ¡¿Qué?! —dijeron todos.

— ¡Ross, me encontré con una persona que conoces!

— ¿Era necesario gritar? —preguntó Yoongi.

— Se llamaba Martina. —lo ignoré.

— ¡Ah, sí! Martina es...

...Es nuestra nueva mejor amiga.





🌘 Fin Capítulo Veintinueve 🌒
✨✨✨✨✨✨✨✨
ole ole los caracole

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