La fiesta había pasado rápido después de esa conversación con Paula, Poché seguía sin poder creer todo lo que la rubia le había dicho y por eso pasó la fiesta sentada bebiendo y pensando, la noticia realmente la había bajoneado, y todo el buen humor que tenía para bailar o celebrar de repente se había ido. La noche transcurrió y antes de que dieran las doce, Poché se despidió de sus amigas, bajó hasta el estacionamiento, encendió su Volkswagen e hizo camino hacia su departamento.
-¡Hey! –Exclamó Miranda al verla entrar por la puerta, la chica se encontraba en pijamas de color rosa, con un bowl de palomitas en sus piernas y el televisor encendido en algún canal de moda.
-Hey –Respondió Poché sin ánimos, colocando su chaqueta en el perchero.
-Pensé que llegarías más tarde –Admitió su prometida antes de levantarse del enorme sofá para abrazarla –¿Qué te pasa? –Preguntó Miranda al ver que su novia vagamente correspondió al abrazo.
-No es nada –Mintió la más pequeña antes de abrir paso hacia la cocina –Necesito un café –
-No tomarás café a esta hora –Respondió la chica, siguiéndola –No dormirás nada si consumes cafeína –
-Lo que menos quiero es dormir –Confesó María José mientras buscaba una taza en la cocina, Miranda frunció el ceño confundida.
-Bebi –Pronunció acercándose a Poché –¿Puedes decirme que sucede? –María José cerró los ojos lentamente para después suspirar, no quería engañar a su prometida, pero tampoco quería confundirla.
-Me encontré a Paula Galindo en la fiesta de Aida –Confesó, aún con sus ojos cerrados –La mejor amiga de Daniela Calle –
- ¿Qué pasa con eso? –Preguntó Miranda confundida, Poché dio media vuelta para estar frente a su novia.
-Resulta que Daniela la está pasando muy mal –Explicó la más pequeña sin todavía creer lo que había escuchado horas atrás. –Muy mal –Añadió haciendo énfasis en esa frase.
- ¿Cómo muy mal? –Poché cerró los ojos y presionó sus dientes haciendo que su mandíbula se comprimiera.
-Su papá murió hace unos años –Explicó Poché y Miranda cruzó los brazos mientras prestaba atención a cada palabra que pronunciaba su novia –Después de que murió algo pasó y su familia perdió muchas pertenencias que se suponen que eran su herencia –
-¿Y...? –Preguntó la prometida con confusión –Trabaja en Broadway –
-Lo sé –Dijo María José inmediatamente sin quererle decir toda la verdad –Pero necesita ayuda –Confesó en medio de un suspiró, agachó la mirada y podía sentir los ojos de su prometida en ella.
-No entiendo –Admitió Miranda, muchas preguntas corrían por su mente en ese momento –¿Vas a ayudarla? –
-Siento la necesidad de hacer algo por ella –Confesó la más pequeña evitando hacer contacto visual con su prometida –Es como un llamado del destino para que haga algo –
-Estás exagerando –
-No lo estoy –Dijo Poché inmediatamente –Te juro que esto es serio –
- ¿Cómo pretendes ayudarla? –Preguntó Miranda con curiosidad. La verdad la idea de Daniela Calle no ocasionaba ninguna reacción en Miranda, de hecho, le agradaba la ex novia de Poché, pero eso era algo que Poché no sabía.
-Es que no sé –Admitió María José suspirando antes de volver a dar media vuelta e ir a buscar café en la alacena –Tengo excelentes abogados trabajando para mí... tal vez puedan ayudarla –
-Estoy segura de que enviándole una postal de apoyo firmada por ti será más que suficiente –Miranda dijo eso ya que desconocía la verdad detrás de los problemas económicos de Daniela, y Poché no quería entrar en detalles.
-Solo quiero café –Respondió la otra chica, ignorando las palabras de su novia –Después decidiré que hacer –
María José continuó buscando la bolsa de café en la alacena, una vez la encontró comenzó a preparárselo, su cabeza realmente dolía y sabía que la cafeína la iba a ayudar. "¿Cómo era posible que Daniela Calle estuviera atravesando una difícil etapa económica en su vida?" era la pregunta que daba vueltas por la cabeza de Poché. Miranda se había sentado en una de las sillas de la enorme cocina, esperando a que su prometida terminara de preparar el café; mientras María José intentaba lo más que podía en parecer distraída con el tema de su ex, Miranda parecía no interesarle y prefería estar pendiente de su celular mientras comía una manzana.
-Buenas noches señoritas –Dijo Gloria, la señora vecina de Poché que trabajaba en su casa –Disculpen interrumpirlas, pensé que ya estaban dormidas –
-No te preocupes –Respondió Poché mientras que a Miranda no le pareció importarle la presencia de la señora y continuó en su teléfono.
-Solo venía por una fruta –Explicó Gloria con nerviosismo antes de tomar una naranja y retirarse de la cocina.
- ¿Dónde quedaron tus modales? –Preguntó Poché al ver a su novia en el celular.
-Siempre está aquí –Respondió su prometida sin apartar la mirada de la pantalla y dándole un mordisco a su manzana –No hace falta saludarla –
-Gloria es como mi mamá –Dijo apartando el celular de las manos de su novia –Lo único que te pido es que la respetes y la trates como tal –
-Devuélveme mi teléfono –Ordenó Miranda y Poché accedió.
-¿Por qué eres así? –Preguntó Poché después de unos segundos
-¿Así como? –Respondió Miranda con el ceño fruncido y cruzando una pierna mientras miraba a su prometida.
-Así tan irrespetuosa cuando se trata de las personas que amo –Dijo Poché con honestidad
-No sé de qué hablas –
-Aida, Alba, Gloria, mis amigos de Bogotá... -Explicó la más pequeña y Miranda rodó los ojos –Es que en unos meses serás mi esposa y no muestras el mínimo interés por agradar a las personas que amo –
-A la única que debo agradar es a ti –Respondió Miranda y María José contuvo la respiración, estaba conteniendo muchas palabras que quería decirle a su novia, sin embargo, nunca se atrevía a iniciar una discusión. –Por cierto, ahora que lo mencionas... -Añadió levantándose y abriendo camino hacia Poché –¿Cómo que nos casaremos en algunos meses? Ni siquiera hemos definido una fecha –
-Mi café está listo –Dijo Poché evadiendo el tema que su novia había sacado, Miranda rodó los ojos al notar el desinterés por parte de su novia.
-¿Cuándo nos vamos a casar bebi? –Preguntó Miranda después de varios segundos, María José dio un sorbo de café después de escuchar la pregunta. –Quiero definir una fecha –
-Necesitamos definir muchas cosas –Admitió la más pequeña –Pero ahora no es el momento –
-Nunca es el momento para ti –Respondió Miranda con ironía y empezó su camino hacia la habitación, escaleras arriba.
Poché cerró los ojos y suspiró, realmente odiaba discutir con su novia, pero el tema de Daniela Calle la tenía distraída de todo lo que pasaba a su alrededor. Era como si desde que se encontró días atrás con su exnovia su vida decidió cambiar radicalmente. ¿Ahora quién se la sacaba de la cabeza?
La noche transcurrió rápido para Miranda, más no para María José, quién no pudo cerrar los ojos en toda la noche, tenía mucho en su cabeza, no solo Daniela Calle sino su boda, su futura casa en construcción, muchos contratos que había rechazado en los últimos días y de nuevo Daniela Calle.
-¡Buenos días! –Dijo Miranda al ver a Poché entrar a la habitación, la chica se frotó sus ojos y bostezó antes de mirar que su prometida venía con una bandeja de desayuno y una flor en esta, Miranda sonrió un poco al ver el gesto de su novia.
-¡Buenos días bebi! –Respondió Poché con una sonrisa de oreja a oreja antes de poner el desayuno en las piernas de su novia y depositar un beso en sus labios.
-¿Y este milagro? –Preguntó Miranda con el ceño fruncido
-Quería disculparme por lo de anoche –Admitió la más pequeña –No debí llenarte la cabeza de mis problemas y debí escucharte –
-Bebi... -Trató de decir Miranda, pero se vio interrumpida por su novia.
-Si te propuse matrimonio fue porque te amo y de verdad quiero ser tu esposa –Dijo mirándola con sus profundos ojos verduzcos –Y créeme que quiero planear todo lo de la boda ya –
-Aguarda un momento –Dijo Miranda, cambiando una sonrisa de oreja a oreja de ver a su novia traerle el desayuno a una expresión seria al notar lo formal que estaba vestida. –¿Por qué estás vestida así? –Poché se miró de abajo hacia arriba y encogió los hombros –¿Trabajas hoy? –Preguntó Miranda, pero la más pequeña suspiró antes de sentarse a un lado de la cama.
-Anoche no pude dormir –Confesó Poché recordando –Algo dentro de mí me dice que tengo que ayudar a Daniela –
-Y sigues con Daniela –Respondió Miranda mientras rodaba los ojos.
-Bebi, tengo que hacer algo, es que tu no entiendes todo por lo que está pasando –Confesó la más pequeña con desesperación –Ella necesita que yo le ayude –
- ¿A qué vas con esto? –Miranda preguntó, ignorando todo lo que María José le estaba diciendo.
-Voy a viajar a Los Ángeles –Dijo Poché con seguridad y determinación en su voz –Daniela me necesita y yo no puedo quedarme aquí con los brazos cruzados –
-¿Vas a ir a Los Ángeles a ayudar a tu ex novia? –Preguntó Miranda confundida
-Si –Dijo con nerviosismo, cuando Miranda lo ponía de esa manera se escuchaba mal. –Pero tu vas a ir conmigo –
-Ni de chiste –Respondió su novia inmediatamente –Tengo mucho que hacer Bebi –
-Miranda por favor tenemos que ayudarla –Suplicó la más pequeña, con su mirada clavada en los ojos cafés de su novia.
-Mira... -
-Por favor –Dijo Poché en un susurró y Miranda suspiró mientras agachaba la mirada.
-Daniela me cae bien –Admitió Miranda pidiéndole al cielo no equivocarse en lo que estaba por decir –Y confío en ti –Añadió antes de mirar a su novia a los ojos –Ve a ayudarla tú, ve a Los Ángeles y haz lo que tengas que hacer –
-¿Lo dices en serio? –Preguntó María José sorprendida
-Si, anda –
-Oye –Dijo con una sonrisa antes de abrazarla –Eres la mejor ¿lo sabías? –
-Dile que después de todo me tiene que invitar a uno de sus shows en Broadway –Dijo Miranda y María José rio
-Le diré –Respondió, sabiendo que Daniela no daba ninguno de esos shows –Y cuando regrese a casa haremos todos los planes para casarnos lo más antes posible –
Una sonrisa enorme se dibujó en el rostro de Miranda, antes de sentir los labios de María José chocar contra los suyos.
-Te amo –Dijo la más pequeña antes de caminar hacia la puerta de la habitación –Cómete el desayuno –Añadió mientras salía.
^^^^^^^^^^
Era lunes por la tarde y Daniela se encontraba saliendo de la universidad, sus amigas caminaban junto a ella mientras esta miraba su celular, el día estaba soleado como cualquier tarde en California, sin embargo, por alguna razón sentía que hacía más calor de lo normal.
-Daniela puede traer a Paula –Dijo una de sus amigas mientras continuaban caminando, sin embargo, la morena no les prestaba atención.
-Si, por favor –Respondió otra de ellas –Solo imagínense tener a una super modelo en mi fiesta.
- ¿Qué dices Dani? –Preguntó una de las chicas, pero Calle seguía sin decir palabra alguna
- ¡Daniela! –Exclamó su amiga haciendo que la morena saliera de sus pensamientos
-Si, claro –Dijo Calle sin saber de lo que hablaban –Oigan, tengo que irme, ¿nos vemos mañana? –Añadió antes de caminar lejos de sus amigas, quienes se quedaron confundidas ante la reacción de la chica.
Daniela tuvo que abandonar la universidad rápidamente ya que tenía una entrevista de trabajo en un pub en el centro de Los Ángeles, debía llegar a tiempo ya que ese empleo era muy importante y mucho dependía su futuro de este.
-Buenos días –Dijo entrando a la pequeña oficina.
-Buenas tardes –Corrigió la secretaria, haciendo que Daniela cerrara los ojos al sentir un poco de vergüenza de haber confundido las horas del día.
-Ehh –Dijo nerviosa –Tengo una entrevista de trabajo para el puesto de camarera –
-¿Daniela Calle? –Preguntó la chica y Daniela asintió. –Tome asiento, en unos minutos mi jefa la atenderá –
-Gracias –Dijo obedeciendo a la secretaria, se sentó y miró su celular nervioso.
Las horas transcurrieron y Daniela había salido de la entrevista, al parecer no era la única que estaba postulándose para la vacante de camarera, ya que vio a dos chicas más esperando su turno, eso la puso algo nerviosa, sin embargo, sabía que había hecho una gran entrevista y si no la contrataban no era su culpa.
Tomó un taxi hacia el apartamento de Paula, el mismo donde ella vivía. El conductor parecía algo serio sin embargo después de varios minutos de conducir empezó a hablar como si no hubiese un mañana.
-Señorita ¿Cómo es que no la escucho hablando en inglés? –Preguntó el tipo mirando por el retrovisor.
-Soy de Colombia, hablo inglés solo cuando estoy con mis amigos o personas que no entienden español –Explicó la morena y el conductor rio como si le estuviera diciendo un chiste.
-Yo soy de México –Dijo el señor, sin que Daniela le preguntara
-Que bien –Respondió Daniela con sarcasmo, ignorando cualquier otra palabra que le pudiera decir. –Es aquí –Dijo la morena después de unos minutos, al ver el edificio.
-Pues aquí me detengo entonces –Respondió el hombre –Son quince dólares –
-¿Qué? –Preguntó Daniela sorprendida, era mucho dinero.
-Son quince dol... -
-Si le escuché –Admitió la morena molesta –Pero es que siempre me cobran menos de diez –
-Pues yo le cobro quince –Admitió el hombre, Daniela cerró los ojos lentamente mientras suspiró, después llevó su mano a su cartera y se encontró solamente un billete de diez dólares; se bajó del auto y se acercó a la ventanilla del señor.
-Le doy diez y un chapstick –Dijo y el conductor arrugó la cara.
-¿Para que quiero yo un chapstick? –Preguntó el tipo molesto.
-Es un excelente hidratante de labios, usted se lo aplica y el sol no le reseca los labios, más usted que es conductor y pasa expuesto todo el día al sol –Explicó la morena y el conductor abrió la puerta para salir del automóvil.
-Escúcheme señorita, yo le estoy cobrando quince dólares si usted no me los paga tendré que... -
-Disculpen –Interrumpió una voz femenina y Daniela se volteó a mirar. Se trataba de María José Garzón acercándose a la escena, tenía una camisa roja con rayas blancas, unos jeans y unos pequeños botines negros, lucía muy hermosa, o al menos eso pensó Daniela cuando la vio.
- ¿Y está quién es? –Preguntó el tipo con el ceño fruncido al ver a la chica más pequeña.
- ¿Poché? –Preguntó Daniela sorprendida. Antes de verla sacar un billete de su cartera.
-Aquí tiene –Dijo extendiéndole un billete de veinte dólares –Espero le alcance para comprar modales también –Añadió y el tipo la miró con mal modo antes de entrar de nuevo al taxi y marcharse. –Hola –Dijo Poché con una pequeña sonrisa al ver a Daniela, quién la miraba confundida.
-No tenías que pagar mi taxi, aquí tienes –Dijo extendiéndole el billete de diez dólares.
-¿También tengo la promoción que viene con el chapstick? –Preguntó bromeando y ambas rieron.
-Si quieres te lo obsequio –Dijo Daniela entre risas.
-No te preocupes –Respondió Poché mirándola con esos ojos verduzcos que tanto la consumían cuando se encontraban con los suyos.
-No me respondiste la pregunta –Dijo la morena con su corazón latiendo muy rápido.
-Tenemos que hablar, Calle –Respondió Poché con su mirada en los ojos de Daniela, mirando lo linda que se veía con el atuendo formal que estaba usando y su cabello corto.
___________
NOTA AUTORA
HELLO. ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO DE ESTE CAPITULO. LES PROMETO QUE VIENEN COSAS BUENAS.
POR CIERTO ECM ESTÁ A NADA DE LLEGAR A 1M DE LECTURAS, QUE IRREAL. JALAN A MARATÓN SI LLEGAMOS?
Twitter: cachehumor