Adam
— ¿Quieres dejar de ver el maldito reloj? —la voz de Nico me regresa a la sala de juntas, se para del asiento para lanzar su chaqueta a una de las sillas, parece tan irritado como me siento ahora mismo— Sabemos que has dejado a los terribles tres, pero de verdad Adam estoy cansado y no tengo todo el día hasta que tu cerebro decida ponerse al corriente con lo que Marcos dice.
Eso me molestó ¿Quién se creía para hablar de ese modo?
— ¿Estás cansado? —mi pregunta está llena de sarcasmo— ¿De qué exactamente? ¿De viajar por todo el mundo? ¡Déjame adivinar! ¡De tener una mujer diferente en la cama cada noche! Mientras que Marcos y yo nos rompemos la espalda trabajando tú estás quien sabe en donde disfrutando los beneficios de la empresa, pero a la primera que solicitamos tu presencia quieres partir de inmediato ¡No me vengas con esas estupideces! —me acerqué lo suficiente para estar a su altura, si lo que quería era problemas estaba de suerte porque no tenía la paciencia para soportarlo.
— ¡Ya basta los dos! —el grito de Marcos nuestro hermano menor nos hizo verlo por primera vez— Los tres estamos cansados, e incluso me atrevo a decir que irritados pero los problemas no son entre nosotros, necesitamos algo grande, algo que pueda rescatar a la empresa de lo que parece es una inevitable ruina, el negocio que firmé hace dos años nos ha dejado muy mal parados y temo que por mi culpa esto termine.
— No es tu culpa—me escuché diciendo— Estuvimos de acuerdo los tres y no analizamos todo como debía ser, que esto nos sirva de lección para referencias futuras.
— Lo siento Adam—la disculpa de Nico nos sacó de contexto— Sí, ya sé que no estoy lo suficiente con ustedes y nunca me han dicho nada por ello, se los agradezco. También siento haberte dicho lo de los terribles tres.
— ¿Los dejaste con la señora Jones? —me pregunta Marcos centrando su atención en mí— Recuerdo que querían ir a un evento del colegio, debió dolerles renunciar a ello—Su comentario me hizo recordar a Cassandra, mentiría si dijera que no estaba preocupado por como les estaba yendo, por eso no podía apartar la vista del reloj en la pared pero yo mejor que nadie sabía lo incontrolables que pueden ser los chicos y aun así estuvo ahí Cassandra para ellos, no soy ciego, sé que desde que la conocieron la ven como su ángel guardián.
— No tuvieron que renunciar, llegó su ángel para llevarlos—de manera incontrolable pienso como pidió de una manera tan amable llevarlos parecía que el favor se lo estaba haciendo yo, todo con esa maldita dulce voz que tanto la caracteriza y afirmé que me encanta. Ambos me ven como si hubiera enloquecido.
— Pues mira que deseo conocer a ese ángel—como siempre la mente de Nico lo entiende a su pervertida manera.
— Todo a su tiempo hermano, somos una familia grande no puede mantener eso en secreto por mucho tiempo—me sonríen a modo de burla y es que tiene mucha razón, por como es mi hermana y mi mamá juntas lo más probable es que comiencen a preguntar porque le permití a Cassandra llevarlos, acostumbran ver más de lo que realmente hay.
— ¿Podemos volver al trabajo?
— Claro... ahora sí quieres trabajar—La burla nuevamente proviene de Nico ya con un ambiente menos pesado, acomodo mi saco para volver a la mesa y revisar todos los papeles. Después de unas horas encerrados, sin comer y solo bebiendo agua para distraernos de lo mal que se ve la situación para la empresa escucho la voz de Nico— De verdad no quiero decir lo obvio, pero ¿No será necesario hacer un recorte de personal?
— No—el primero en hablar es Marcos, veo que su postura no es debatible así que ni siquiera intento contradecirlo, por otro lado, Nico no sabe como es realmente nuestro hermanito para los negocios y vuelve a hablar.
— ¿Quieres decir que prefieres hundirnos a despedir a un montón de desconocidos?
— Lo son para ti, Nicolás eso no es discutible, soy consciente de que no te gusta estar encerrado en una oficina o atrás de un ordenador todo el día y lo respeto pero por favor no hables de lo que no entiendes, Adam intenta pasar más tiempo con los terribles tres, no me molesta cubrir sus horas o las tuyas porque seamos honestos de los tres soy quien menos cosas tiene que hacer pero esta empresa ha sido mi hogar desde que salí de la casa de nuestros papás y mantenerla de pie junto con cada empleado que yo personalmente contraté es mi único objetivo y no planeo fallarles ni a ellos ni a ustedes.
La única razón por la que acepté que Marcos sea el representante y la voz de publicidad Miller es precisamente por esa determinación que lo caracteriza, aunque eso mismo ahora lo haga sentirse presionado y responsable por el mal momento que estamos pasando.
— Podemos consultar nuestro viejo catálogo de clientes—sugiero casi derrotado.
— O quizás buscar inversionistas—nuevamente Nico se gana una mirada asesina de Marcos.
— No, publicidad Miller se queda en familia.
— ¡Tu terquedad nos llevará a la ruina! —esto solo nos demuestra que nuestro hermano no pertenece a este lugar, una oficina, un ordenador y un horario solo lo hacen enloquecer y sentirse atrapado.
— Nico, en esta ocasión estoy de acuerdo con Marcos si de eso se tratara hubiéramos aceptado la oferta de los hombres que ya vinieron una vez. Queremos soluciones no alternativas temporales ahora no podemos lidiar con "nuevos socios" que no conocemos.
— ¿Y quién dice que no los conoceremos? ¡Chicos tenemos amigos solo hay que elegir la mejor opción! —ahora la idea de Nico no parece tan descabellada.
— Una nueva inversión solo nos daría tiempo para terminar y encontrar nuevas campañas para realizar—analiza Marcos la idea de nuestro hermano, incluso yo casi pienso que es brillante.
— Suena justo como lo que necesitamos, pero ¿A quién necesitamos? ¿Amigos cercanos? Saben que yo solo tengo a David, si no me equivoco tu Nico no tienes más que este chico que ves una vez cada año si suerte tienes y Marcos... tú, bueno tu tienes a esa chica Santiago.
— No metas a Ada en esto—Ahora fue mi turno de ver a Marcos con desconcierto— Ella es mi mejor amiga y no la quiero en esto.
— Pero hay que tener en consideración que su familia es muy rica—Nico puede no hablar enserio, pero quiere hacerlo perder su mierda como nunca hace.
— Adaline Santiago queda fuera del tema.
— Bueno pues el chico que veo cada año que por cierto su nombre es Vicente no tiene mucho capital para el negocio—quitando esas opciones los tres sabemos que solo nos queda David, mi mejor amigo David.
— Tengo que hablarlo con él. Sabemos que esto es muy riesgoso y si se une tiene que saber las consecuencias que puede haber, como perder todo lo invertido—los dos asiente aceptando lo pactado, miro el reloj y me sorprendo al saber que son las siete y media ¡Es malditamente tarde!
— ¡Mierda! Debo correr, se me hizo muy tarde, les aviso después en donde quedaremos para hablar con David ¡Los trillizos deben odiarme!
Guardé algunos papeles en el maletín y corrí escaleras abajo sin esperar que mis hermanos se despidieran.
Justo hoy quedé en ir a recogerlos y pasar tiempo después del trabajo ¿Qué hizo Cassandra? ¿Y si entró en pánico? ¿Qué tal si ocurrió algo? Saco el celular y lo veo totalmente apago ¡Por todos los cielos! ¿Cómo se me pudo acabar la batería en este momento?
Localizo el carro y arranco lo más rápido que puedo ¿Cómo pude olvidarme de ver la hora? ¿En que estaba pensando? Debo saber si llegaron al departamento ¡Y la cena! No pedí nada para cenar, siempre pedimos algo de cenar por el simple hecho de que no puedo hacer más allá de un licuado de frutas, pero ahora no hice nada ¿Qué se supone comerán? ¿Y si algo sucedió y no pudieron localizarme porque tenía el celular muerto?
No supe en que momento, pero ya me encontraba estacionando y corriendo hacia nuestro piso, al demonio el elevador tardaba demasiado, el saco no me permitía moverme así que me lo quité para seguir el resto del trayecto con el en la mano.
Abro la puerta rápidamente y lo primero que me recibe es un espectacular olor a vainilla y chocolate, ¿Alguien horneó aquí?
— Y entonces este chico le dijo a Jake que mejor cerrara su boca de pez—esa es la voz de Jace proviniendo de la cocina, camino en silencio y sujeto con fuerza el saco— Yo le di un golpe en la cara por ofender a mi hermano—Verlos juntos levantó ese miedo de mi pecho.
— Sí, yo igual—Jared intenta decorar unas galletas con algo de colores.
— Eso no es bueno, recuerden que la violencia bajo ningún contexto es buena. La próxima vez deberían recurrir mejor con la maestra, así ella hablaría con los papás del niño para que ellos decidan una manera de corregir su mal comportamiento—Cassandra por otro lado está sacando unas charolas con pequeños pastelillos de chocolate.
— ¿De este tamaño las galletas? —le pregunta Jake, tienen un delantal puesto justo de sus tamaños y los hacen lucir adorables, las mejillas de Cassandra están sonrosadas y cuando mueve un mechón de su rostro se mancha levemente de harina, eso me hace sonreír, ver esa escena me conmovió sin pedir permiso.
— ¡Esto es increíble! —Dice Jace agitando sus manos.
Es ahí cuando decido aparecer— Bueno, ya no debo preocuparme porque parece que no me extrañaron—Los cuatro levantan la vista hacia mi y Cassandra luce un poco avergonzada por su expresión.
— ¡Super papá! —mis chicos corren a recibirme felizmente, amo cuando hacen eso.
— Adam, que bien que has llegado—escucho su suave voz y solo sonrío más— Ven, déjame ayudarte—toma mi saco y lo cuelga en su lugar, vaya, hace meses que no recuerdo haberlo puesto ahí, regularmente llego demasiado cansado como para saber dónde terminó mi saco— ¿Por qué no vas a lavar tus manos? Preparé rollos de pavo y pasta, espero te gusten.
Quería decirle que no era necesario todo esto, pero me contuve y solo agradecí antes de dirigirme al baño, estuve unos minutos antes de sentirme listo para regresar, verla ahí con mis chicos me hace pensar en todo lo que les he hecho perderse por la ausencia de su mamá. Cuando regreso el plato está servido en la mesa y todos los postres en recipientes de forma ordenada. Antes de preguntar en donde se encuentran escucho la serena voz de Cassandra.
— Yo me sentiría orgullosa de ser silenciosa. No es un defecto, es una virtud.
— Eso lo dices tú, que no tienes ningún sonido —le respondió la H con agresividad— les leía su lectura favorita mientras los chicos estaban sentados con ella en el sofá.
—Que no suenes no quiere decir que no existas —insistió el otro—. El Sol brilla en silencio y a nadie le es indiferente. Las estrellas van y vienen calladitas. ¿Y alguien las olvida? Las flores y las plantas crecen sin conversar. Los artistas crean en silencio, y muchas, muchas veces, es mejor callarse que decir algo. En silencio se piensa, se ama, se madura, se lee. Los colores y los perfumes no necesitan sonar. A nadie mata el silencio. Es más, detrás de mí hay un universo de emociones y sentimientos que se expresan sin decir mu... El silencio es una puerta o una ventana. No es mudo, querida.
Fui testigo de cómo los trillizos comenzaron a bostezar, no tardarían en caer dormidos por su expresión.
— La H pensó bastante en eso y cuando estuvo nuevamente frente a sus pares alfabéticas, les repitió esos argumentos y comunicó su decisión de seguir sin sonido. El silencio significa muchas cosas. Tanto como las palabras —concluyó. Las otras letras protestaron, chillaron, gritaron, pero la H no dijo nada más. Sólo cuando todas se miraron, en silencio, comprendieron.
A este punto Cassandra ya leía solo para ella y para mi porque mis chicos estaban en brazos de Morfeo aunque lucharon por mantenerse despiertos.
— Muchas gracias por todo Cassandra—eso la hizo levantar sus lindos ojos a mí, me regaló una sonrisa y negó con la cabeza.
— Espero que te haya ido muy bien en el trabajo Adam, y no, las gracias te las debo yo a ti. Estos niños fueron esa felicidad que necesitaba, me recordaron lo hermoso que es tener a un hermano y lo buena que es la vida cuando se vive correctamente—se puso de pie y acostó con cuidado a Jared que tenía su cabeza recostada en su hombro.
— ¿No te quedas a cenar? Imagino debe estar delicioso—no quería que se fuera todavía. Listo, lo admití, pero tenerla cerca me hacía sentir en calma.
— Me gustaría, pero debo ir al hospital, tengo turno de noche—¿Debe ir a trabajar? ¿Y aun así se quedó con los niños todo el día?
— ¿Puedo llevarte?
— ¿Y dejar a los niños solos? —me gustaría decir que debí pensarlo mejor. Ella tenía razón, pero podía decirle a la vecina de enfrente que tuviera un ojo en la casa y así yo ir a llevar a Cassandra rápidamente.
— Puedo...—ni siquiera me dejó terminar de hablar.
— Tranquilo Adam, soy una chica grande y me sé cuidar sola, si te tranquiliza le pedí a Maia que venga por mí—tomó su bolso y se encaminó a la salida, antes de que se fuera la jale de la mano para abrazarla, un impulso que no pude resistir por mucho.
— No tienes idea de como te agradezco que los hayas hecho feliz este día que casi les arruino.
Parecía sorprendida pero aun así me regaló esa brillante sonrisa que me debilitaba todo.
— Ellos son fantásticos solo dales un beso de buenas noches de mi parte—con eso se puso de puntillas y a penas si alcanzó a besar mi mejilla— Buenas noche a ti también Adam, recuerda respirar un poco entre tanto caos—con eso se fue al elevador que rápidamente se abrió para ella, la vi desaparecer de mi vista, pero podía sentir su vibra en todo el lugar. Y solo quizás no solo es el ángel guardián de mis campeones, después de todo hoy me salvó también.
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Lamento tardar tanto en actualizar pero espero que les vaya gustando la historia. Muchas gracias por su apoyo, las amo.
Crazy_Rz
Pd: La lectura que estaba leyendo Cassandra se llama "La H pide la palabra" de Fabián Sevilla, es una de mis favoritas. ¡Nos leemos pronto!