-Pues yo te veo exactamente como la antigua Daniela –Confesó María José, mirándole su rostro fijamente, cada facción del rostro de Calle lo miraba, como quién mira su antiguo libro favorito después de unos años sin leerlo –Tal vez tus facciones ya no sean las de la Daniela de dieciocho, pero sigues siendo muy linda –Daniela se sonrojó un poco, sin embargo, no podía mirarla a los ojos, no se atrevía.
-Ocho años –Respondió Calle en lo que fue casi un susurro –Han pasado ocho años, por supuesto que he cambiado –
El silencio se apoderó de la conversación, y ambas estaban nerviosas, jugando con su cabello y mirando las servilletas en la mesa para poder parecer distraídas y menos incómodas.
-¿Por qué me trajiste aquí? –Preguntó Calle, rompiendo el hielo después de varios segundos de silencio –Dudo que tus intenciones hayan sido beber café solamente –
-Pues no –Dijo María José en un suspiro, esperó unos segundos antes de volver a hablar –Aida me... Aida me contó lo que pasó anoche –Daniela agachó la mirada –Sobre todo lo que hice... y todo lo que dije –
-Estabas muy ebria –Respondió la morena aún con la mirada baja.
-Lo sé –Admitió Poché, sintiendo mucha vergüenza –Y créeme que estoy pagando las consecuencias de beber tanto –
-Vaya que has cambiado –Dijo Daniela, esta vez haciendo contacto visual con los ojos verduzcos de María José
-No acostumbro a beber –Admitió la más pequeña
-Pero antes no bebías del todo –Contestó Daniela de inmediato
-Aunque no lo creas si hubo una época en la que bebía casi todas las semanas –Admitió Poché con una risita traviesa en su rostro al recordarlo.
-¿Hace mucho? –Preguntó Daniela levantando una ceja por inercia, antes de darse cuenta de su gesto bajó la mirada apenada.
-Cuatro o tres años atrás aproximadamente –Admitió María José concentrada recordando –Fue para el tiempo en que conocí a Aida –
-¿Conociste a Aida y después te mudaste a España? –Preguntó Daniela con curiosidad, sin embargo, María José agachó la mirada, Calle lo notó.
-Me mudé a España hace siete años –Respondió María José y Daniela sabía que había tocado un tema incómodo así que agachó la mirada y suspiró.
-Entiendo –Respondió la morena
-Lamento lo de anoche –Dijo María José con honestidad –Estaba muy ebria, no sé si quiera que dije –
-Lo que sea que dijiste, me lo merecía –Respondió Calle mirando su celular. El momento no podía haber estado más incómodo, había mucha tensión y cualquiera que pudiera ver la escena sabía que algo ocurría.
–Me merezco todo lo malo que me ha pasado –
-No digas eso –Dijo María José de inmediato –Te mereces cosas buenas, Calle –
-Merezco que me odies –Admitió Daniela, tragando en seco.
-No te odio –Confesó la más pequeña con honestidad –Aunque hiciste lo que hiciste, no te puedo odiar –
-Entiendo que sea difícil verme después de todos estos años, créeme que es más difícil para mí aún –Admitió Calle mirándola directo a los ojos
-Me hubiera gustado habernos reencontrado mucho antes –Dijo María José con sinceridad, Daniela se vio confundida por las palabras de la otra chica –Para demostrarte que no hay rencor en mi corazón –Daniela sintió su corazón arrugarse al ver la madurez que había adquirido María José.
-Eres una gran persona, Poché –Admitió Daniela antes de que de nuevo apareciera el silencio incómodo.
-Lamento también no haber asistido al funeral de tu padre –Dijo Poché para romper el hielo.
-No tenías porqué –Contestó Daniela mientras sentía su corazón comprimido y un nudo en su garganta; cada vez que alguien mencionaba a Germán no podía evitar sentir el mismo dolor –Tu padre y Valentina asistieron –
-Iba a hacerlo –Se sinceró la más pequeña –Aunque las cosas terminaron mal entre nosotras, siempre serás parte de mí, Daniela y cuando me enteré de que tu padre había muerto no pude evitar pensar en ti y en tu dolor –
-Gracias –
-El día siguiente tenía mi tesis en la universidad –Admitió María José colocando su mano en los nudillos de la mano de Daniela –Estaba entre perder mi carrera de arquitectura o ir a Bogotá a un funeral que probablemente se habría acabado para cuando llegara –
-No tienes que explicarte Poché, yo entiendo –Confesó Daniela con sus ojos cristalinos al recordar ese día
-No podía dejar de pensar en ti, Calle –Admitió María José tragando en seco, el corazón de Daniela estaba acelerado –No podía ni imaginarme el dolor que estabas pasando, y quise visitar Bogotá días después, pero sabía que te pondría incómoda verme –
-Gracias por pensar en mi dolor, Poché –Respondió Calle brindándole una pequeña sonrisa de dolor a la más pequeña –Sé cuales son tus intenciones y agradezco que hayas estado en luto, aún y cuando estuvieras en otro continente –
-¿Desean algún aperitivo? –Interrumpió el mesero, Daniela aprovechó la interrupción para limpiar la lágrima que corría por su mejilla
-Pues mi estómago está muy sensible después de anoche –Confesó María José riendo un poco –¿Calle? –
-Yo estoy bien, gracias –Respondió la chica más alta y el mesero se retiró.
-No llores –Dijo Poché al ver la carita de tristeza de su ex novia
-Es que cada vez que hablo de mi padre me pongo bastante sentimental –Admitió Daniela fingiendo reír
-Es completamente normal –Dijo Poché mirándola fijamente –Me pasaba lo mismo cuando murió mi madre y te entiendo perfectamente –
-Vaya vida hemos tenido ¿eh? –Añadió Daniela con sarcasmo y ambas rieron un poco
-Olvidándonos de todo –Dijo Poché para cambiar de tema –Mira el lado bueno, ahora trabajas en brodway –Daniela agachó la mirada, "esto no mejora la situación, Poché" pensó.
-Si –Dijo con nerviosismo
-Cuéntame cómo llegaste hasta ahí –Pidió María José expectante mientras le daba un sorbo a su café, Daniela estaba nerviosa.
-Cuando fui una hija de puta y me mudé a California... –Dijo Daniela y María José se atragantó con el café, realmente no se esperaba eso –...Empecé con mi carrera en artes escénicas y canto –Empezó a explicar, María José se estaba aguantando de no toser –Mi carrera universitaria consta de cinco años, en mi tercer año mi padre murió así que dejé mis estudios ya que caí en una etapa muy difícil de depresión... -Hasta ese momento todo lo que salía de su boca era verdad –Después regresé a la uni, a terminar mi carrera y me gradué así que me mudé a Nueva York y un director de Brodway me aceptó en su elenco y apartir de ese momento interpreto uno que otro papel en algún musical –Mentira, todo lo que había salido de su boca, Poché la miraba con algo de orgullo sabiendo que Daniela siempre había soñado eso.
-Estoy orgullosa –Dijo la más pequeña con una media sonrisa –Muy bien por ti –
-Si –Respondió Daniela con decepción en su voz; no podía decirle la verdad a María José, no podía decirle lo fracasada que estaba siendo mientras que ella estaba en el clímax de su vida con su profesión y su compromiso –Es tu turno –Añadió, tenía mucha curiosidad sobre la vida de su exnovia.
-Siete años atrás, un año después de que me abandonaste... -Dijo con ironía y Daniela sintió su corazón acelerarse, estaba jugando sucio –...Apliqué para la Universidad Autónoma de Madrid, y me aceptaron; yo jamás pensé que pudiera concursar para estudiar ahí, pero realmente lo logré con ayuda de algunos contactos de mi padre –Continuó contando, Daniela la observaba y podía notar que la inseguridad en Poché realmente había desaparecido, antes no podía hablar sin jugar con su cabello o morderse las uñas; ahora desbordaba seguridad y profesionalismo cada vez que abría la boca –Empecé a estudiar arquitectura, no era realmente mi sueño, pero complacía los caprichos de mi padre al ser una profesión seria e incluía el arte del dibujo, lo cuál es mi pasión en la universidad conocí a Aida también, pasaron muchas cosas, en mi tercer año me gradué de bachillerato, después de que me gradué recorrí Europa, pasé mucho tiempo en Italia, ahí conocí a mi mejor amigo: James, después de ese largo viaje regresé a España y seguí estudiando hasta tener mi maestría –
-¿Y tu prometida? –Preguntó Daniela por inercia, ni siquiera pensó en esa pregunta y se sintió apenada una vez la había dicho, sin embargo, María José ni lo notó y continuó hablando
-A Miranda la conocí cuando regresé a España por segunda vez... -
-¿Hace tres años? –Interrumpió Daniela y Poché asintió
-Si –Respondió la más pequeña –Mis amigos de Italia y Francia me la presentaron en una fiesta –Daniela se podía imaginar la escena, sin embargo, María José no quería ser muy específica con el tema.
-Entiendo –Respondió Daniela una vez Poché había hecho silencio
-¿Cuánto tiempo te vas a quedar en Los Ángeles? –Preguntó Daniela sin pensarlo, de nuevo
-Se suponía que una semana –Admitió María José suspirando –Pero perdí mi celular y por lo tanto el contacto con mi prometida... -Daniela sentía algo dentro de su alma cada vez que recordaba que Poché se iba a casar –...así que tendré que regresar probablemente mañana –
-Entiendo –Respondió Daniela de nuevo, María José miró la hora antes de suspirar.
-Ya debería irme –Admitió al ver su reloj –Le prometí a Aida ir de compras –
-Esta ciudad es perfecta para comprar –Respondió Daniela con incomodidad
-Lo es –Añadió María José antes de sacar su billetera para después poner un par de billetes sobre la mesa, Daniela abrió los ojos cual platos al recordar que no tenía un cinco en su bolsillo, tenía que haberle pedido dinero a Paula.
-Oye... -Dijo Daniela después de que María José se pusiera de pie y la mirara con atención –Voy a parecer intensa pidiéndote esto, pero... -Suspiró antes de continuar y reír un poco –Olvidé mi billetera en casa de Pau, ya sabes, como salí de repente yo... -
-Por supuesto –Interrumpió María José –No te preocupes yo te doy dinero –
-Te lo pagaré mañana o cuando te vea –Dijo Daniela con mucha pena
-No te preocupes, yo te invito –Añadió María José sacando más dinero de su billetera, Daniela pensó en lo atractiva que se veía cuando estaba seria y lucía adinerada.
-Gracias –Dijo Calle con una media sonrisa, María José sonrió y comenzó a caminar pasos lejos de la mesa, sin embargo, recordó algo y dio media vuelta hasta llegar de nuevo a donde Daniela.
-Vivo en España, mañana me voy y probablemente no nos volvamos a ver en un largo tiempo –Dijo María José con un poco de nervios, Daniela había notado como presionaba los puños queriendo expresar algo, también era la primera vez que la veía nerviosa desde que se reencontraron en España días atrás.
-¿Qué pasa? –Preguntó Calle confundida.
-No me quiero quedar con la duda... -Dijo Poché sonriendo falsamente –¿La chica que te besó en la fiesta... es tu novia? –Añadió y de inmediato la miró, todo en Daniela se estremeció al escuchar esa pregunta y al mirar los ojos verduzcos en los que solía perderse cuando era joven.
-Pensé que estabas muy ebria como para recordar –Añadió Calle con una ceja arriba, Poché rio un poco.
-Es que... -Trató de pronunciar, pero se estaba empezando a sonrojar –Por alguna razón solo recuerdo eso –
-Se llama Victoria –Aclaró Daniela intentando lo mejor para no sonreír en ese momento –Y no, no es mi novia –
-Entiendo –Respondió María José riendo solo un poco, Daniela la observaba conteniendo las ganas de sonrojarse también ¿Qué estaba pasando? –Debería irme ya –Añadió Poché después de unos segundos.
-Hasta pronto –Dijo Daniela otorgándole una pequeña sonrisa a la que una vez fue su novia
-Adiós –Se despidió Poché antes de comenzar a caminar y alejarse poco a poco.
Daniela se había quedado en la mesa con el corazón en la mano; había pasado más de ocho años desde la última vez que se había sentido así de ilusionada, feliz y confundida acerca de algo, también sentía como si mil mariposas estuvieran volando por todo su estómago y sabía que solo había una respuesta a eso: María José Garzón.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de la morena y podía jurar que todos los meseros y personas que estaban en esa cafetería la estaban mirando de lo boba que lucía, sin embargo, no podía contener sentirse así. Una pregunta recorría toda su mente: ¿En verdad iba a dejar que María José se fuera a España y la dejara ahí?
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*NOTA AUTORA*
Mañana o el sábado les actualizaré el siguiente capítulo. Saludos a todos.
Twitter: cachehumor