-¿Por qué no me respondes? –María José interrumpió los pensamientos de Calle –Te hi... te hice recordar y sentirte mal ¿cierto? –Añadió María José mientras seguía acercándose a Daniela
-¡Dani! –Interrumpió Paula, quién venía persiguiendo a su amiga desde hacía unos minutos, se sorprendió al ver a María José ahí
-¡Respóndeme! –Dijo María José molesta a Daniela
-Poché ¿Qué haces? –Preguntó Paula al ver la indiscreción de María José y el gesto en la cara de su mejor amiga
-Nec... necesito que Dani... Danielaa Caiee me –Estaba intentando hablar, pero no podía formular bien una oración
-Está muy ebria –Dijo Daniela a su mejor amiga
-¡No estoy ebria! –Exclamó María José, quien claramente si estaba ebria
-Poché deberías ir a buscar a Aida, estás muy ebria –Dijo Paula mirando el estado en que se encontraba la chica más pequeña –Dani, tú y yo nos vamos ya –
-¡Claro! Huye –Exclamó María José sin apartar la mirada de los ojos de Calle
-¡Aquí estás! –Dijo Aida al ver a María José –¿Dónde te habías metido? –
-Está muy ebria, cuídala –Contestó Paula a Aida antes de abrazarla –Nosotras ya nos vamos, luego hablamos –
-Fue un placer Daniela –Dijo Aida y Calle sonrió un poco
-¡No te vayas! –Gritó María José persiguiendo a Calle
-Hey –Dijo Aida sujetándola para que no hiciera una tontería, Daniela y Paula continuaron caminando
-¡Huye! ¡Huye como siempre lo has hecho! –Gritó María José de nuevo –Abandona... abandonadora –
-Basta –Dijo Aida a su mejor amiga –Ya basta Poché –
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María José se despertó el día siguiente con un fuerte dolor de cabeza, todo le daba vueltas y sentía un calor en su estómago, la luz del sol pegaba en su rostro y eso la incomodaba aún más.
-Ay –Dijo intentando moverse de posición en su cama, sin embargo, le era imposible no querer vomitar
-Buenos días –Dijo Aida entrando a la habitación con una botella de agua y un té –¿Cómo amaneces? –
-Estoy muy mal –Confesó María José frotando su estómago –Me duele todo –
-Vaya pues es que la última vez que te embriagaste ¿Cuántos años tenías? ¿Cómo 19? –Bromeó Aida antes de sentarse al lado de su mejor amiga –De acuerdo, sé que estoy exagerando, pero si fue antes de que conocieras a Miranda ¿Cierto? –
-Mhm –Contestó María José antes de dar un sorbo de agua
-Vaya que Miranda te ha inhibido de cosas eh –Dijo Aida, pero inmediatamente María José corrió en busca de su teléfono por toda la habitación
-¡Mierda! Todo me da vueltas –Dijo María José cerrando los ojos
-Siéntate –Ordenó Aida al ver a su amiga así
-Necesito llamar a Miranda –Admitió María José, continuando en la búsqueda de su celular –No puedo creerlo –
-Probablemente lo dejaste perdido por ahí –Dijo Aida mientras le ayudaba a buscarlo
-No puede ser posible, necesito contactar a Miranda –Contestó María José desesperada –¿Sabes lo desesperada que debe de estar? –
-Tiene que entender que eres libre y no necesitas ser controlada –
-Aida –Contestó María José mirando fijamente a su mejor amiga –Por favor –
-Ella me odia, ¿acaso no puedo odiarla yo también? –Respondió Aida con ironía antes de reír –Oye, bromeo –
-No bromeas –
-No, no bromeo –
-No está –Dijo la más pequeña llevando su mano a su cabello
-Está en el lugar donde fue el after –Confesó Dulceida encogiéndose de hombros –O se lo llevó Daniela –
"Daniela" María José escuchaba ese nombre e inmediatamente su alma se estremecía; todo había sido tan ilógico la noche anterior. De todas las personas que esperaba encontrarse en esa fiesta Daniela Calle era la última que se le pasaba por la mente, a pesar de que solo la vio por varios minutos
-¿Por qué Daniela Calle tendría mi teléfono? –Preguntó María José confundida –Es decir, no tiene sentido que ella lo tenga, ni siquiera hablamos –
-Si hablaron –Dijo Dulceida confundida –Antes de que se fuera con Paula a su casa –
-¿Cuándo pasó eso? –Preguntó María José, su ceño fruncido y forzando su mente a recordar
-Anoche –Respondió su mejor amiga –Pero ya entiendo, estabas muy ebria para saber que estaba pasando en ese momento –
-No recuerdo nada –Confesó la menor, preocupada –Te juro que tengo un blackout del final de la noche –
-Pues que bien que no recuerdas... porque lo arruinaste todo –Admitió Aida encogiéndose de hombros
-¿Qué? –
-De hecho, venía a hablar contigo sobre eso, pero veo que en serio no tienes puta idea de lo que pasó –Admitió la rubia sin poder creer
-Aida, ¿Qué rayos dije? ¿Qué hice? –Preguntó la menor desesperada antes de llevar su mano a su cien, ya que su cabeza dolía mucho
-Siéntate –Dijo Aida, mientras ella también se sentaba en el borde de la cama –Le dijiste a Daniela que era una abandonadora, palabra que no existe, por cierto, le dijiste que ya estaba acostumbrada a abandonarte y pues le dijiste que la odiabas –
-¿Qué? –Preguntó María José con sus ojos abiertos cual platos.
-Lo que escuchaste –Reiteró Aida con los brazos cruzados.
-Es que no puede ser –Respondió su mejor amiga, antes de levantarse y comenzar a caminar en círculos –Yo no dije eso, yo jamás haría eso –
-Pues lo hiciste –Exclamó Aida –La cara de tu ex fue inolvidable, en serio tocaste algo dentro de ella, porque ni siquiera conozco a la chica y pude leer su expresión de tristeza y arrepentimiento a la vez –
-Es que no –María José continuaba en negación, sin poder creer lo que el alcohol causaba en ella.
-Deberías escribirle y pedirle perdón –Sugirió Aida antes de levantarse de la cama –No por teléfono, porque está perdido... pero desde tu laptop –
-Ni siquiera la sigo en ninguna red social –Contestó María José rascando su cabeza como mecanismo de ansiedad.
-Búscala y agrégala, yo que sé –Respondió su mejor amiga mientras cruzaba la puerta de la habitación –Pero arregla el desastre de anoche –
-¡Espérate! –Exclamó la más pequeña –Ayúdame –
-Ya te dije que hacer –
-No la voy a agregar en Facebook, Aida no la veo desde hace ocho años –Confesó María José mirando a su amiga en busca de ayuda –No debí decirle todo eso –
-Aunque se lo merecía –Añadió Aida –No creas que la he perdonado por todo lo que te hizo yo... -
-¡Paula! –Interrumpió María José de inmediato –Ella es tu amiga, tu sabes donde vive ¿no? –
-Pues si, pero no sé donde vive Daniela –
-Probablemente durmió en casa de Paula –Confesó la más chica con un poco de felicidad en su rostro –Es cosa de chicas, después de una fiesta vas a dormir donde tu mejor amiga para hablar de todo lo que pasó, obvio después de que pase la borrachera –
-Eso hacemos nosotras, no ellas –Contestó Aida, pero María José puso su dedo en los labios de su mejor amiga, como gesto para que hiciera silencio
-Dame su dirección Aida, por favor –Insistió la colombiana y su amiga no pudo evitar acceder.
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-¿Cómo amaneces? –Preguntó Paula entrando a la habitación de Daniela
-Pau, anoche no bebí absolutamente nada –Confesó Calle antes de bostezar
-No te pregunté por eso, lo sabes –
-Pues, estoy bien –Mintió la morena, Paula lo sabía
-Poché es una idiota, lo sabes –Trató de animarla, pero era inútil
-Poché estaba en todo su derecho de tratarme así –Confesó Calle en un suspiro –¿O acaso de olvidaste de todo lo que le hice? –
-Han pasado ocho años, Dani –Admitió la rubia acomodando el cabello de su mejor amiga –Ya es hora de que deje el pasado donde pertenece –
-La abandoné sin decirle, la abandoné cuando habíamos prometido quedarnos, la abandoné y rompí su corazón –Respondió Daniela y Paula miró al suelo, Poché si tenía razón en desquitarse con Calle y ambas lo sabían.
-Encontré esto antes –Dijo Paula para cambiar de tema, le entregó un papel a su mejor amiga –Sin querer lo leí, pensé que era una factura –
-Solo olvida eso ¿ok? –Respondió Daniela tomando el papel y rodando los ojos, se sentía apenada que su mejor amiga hubiera leído eso.
-¿La extrañas? –
-No –Respondió de inmediato la morena –Solo necesitaba desahogarme y escribir las palabras que nunca pude decir –
-Dani –Continuó Paula acercándose –Poché no te puede hacer daño, entiende que han pasado más de ocho años, ella no tiene poder sobre ti –
-Me imagino su carita cuando mi papá le dijo que yo me había ido –Confesó Daniela tragando en seco –Cada vez que cierro los ojos, durante los pasados ocho años pienso en su carita –
-Dani... -
-Pienso en lo mucho que me debe odiar por haberle hecho lo que le hice, me imagino cuando conoció a su ahora prometida y ella le preguntó sobre su pasado amoroso, pienso en la mirada baja de Poché recordándome –
-Stop –Ordenó Paula –Daniela tienes que parar con ella –
-Es que no p... -
-Yo sé que María José llegó de la nada a tu vida de nuevo, y se que ha despertado sentimientos que nunca pudiste superar y se que te ahogan algunas palabras que nunca pudiste decirle, pero por favor necesitas superarla –Dijo Paula rápidamente dándole la mano a su amiga para que se levantara –Ahora te vas a duchar y vamos a desayunar juntas ¿ok? –
-Ok –Respondió Calle en un suspiro, obedeciendo a su amiga antes de tirar el papel en uno de los bolsillos de un abrigo que tenía.
El día pasaba rápido, ambas chicas lograron desayunar tranquilamente, Daniela por supuesto aún tenía a Poché en su cabeza, pero Paula se las ingeniaba para distraerla, y funcionaba. Después de una larga conversación de varios temas, excepto de amor, ambas chicas pusieron una de sus muchas películas en Netflix, con las famosas palomitas que sabía preparar Paula.
-Yo digo que no lo mata –
-Si lo mata, Pau, es obvio que lo va a asesinar –
-Es que míralo, es un psicópata, pero es buen tipo –
-Ningún psicópata es buen tipo –
El timbre de la casa interrumpió su conversación, y por lo tanto su película, ambas chicas rodaron los ojos, ambas se morían de flojera por ir a abrir la puerta
-Ve tú, yo preparé las palomitas –Dijo la rubia y Daniela rodó los ojos antes de lanzarle una almohada, se levantó e hizo su camino hacia la puerta
-Hey –El corazón de Daniela se detuvo al ver a María José ahí afuera de la puerta, lucía tan linda que todo su mundo daba vuelta cuando la miraba
-Hey –Respondió la chica más alta, casi sin aliento
-¿Quién es? –Gritó Paula desde el sofá de la sala
-Necesito hablar contigo –Dijo María José en un suspiro –Vamos a charlar por ahí –
-¿Dani? ¿Quién es? –Insistió la rubia desde dentro de la casa
-Saldré por un momento –Respondió la morena a su mejor amiga –Pronto llegaré –
Dijo antes de salir de su apartamento, miró a Poché antes de otorgarle una sonrisa. Había un auto esperándolas afuera, Daniela sabía que María José estaba ahí para hablar de la noche anterior, había pasado ocho años, pero la conocía como si viviera con ella todos los días.
El conductor las llevó a una cafetería en el centro de Los Ángeles, al parecer Poché también tenía buen gusto en café, porque esa era la cafetería favorita de Daniela también. Entraron y un mesero las guio hasta la mesa, se sentaron y se miraron a los ojos, con miradas nerviosas.
-Dani –Dijo María José para romper el hielo, Daniela suspiró
-¿Qué pasa? –Fue lo único que se le ocurrió responder en el momento
-Hace mucho no estamos frente a frente... a solas –Dijo Poché y Daniela bajó la mirada, era un golpe bajo departe de la más pequeña.
-¿Para que me trajiste hasta aquí Poché? –Preguntó Daniela de nuevo –No entiendo nada –
-Aida me contó lo que pasó anoche –Confesó la chica mayor mirando a los ojos miel de Calle, quién los apartó inmediatamente.
-¿Y? –Preguntó Daniela indiferente
-Te me estás pareciendo mucho a la antigua Daniela –Respondió Poché llevando su mano a su barbilla mientras una sonrisa se asomaba en su rostro
-No soy nada como la antigua Daniela –Respondió Calle con seriedad –Créeme –
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*NOTA AUTORA*
ESTE CAPITULO TIENE 3 PARTES, ESTA ES LA SEGUNDA; EL JUEVES ESTARÉ SUBIENDO LA 3 Y ADEMÁS LES DARÉ UN CAPITULO EXTRA POR SER TAN PACIENTES.
BESOS XOXO
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