¿Debería dejaros el instagram de los personajes de #CCEA?❤
— Me alegra tener esto como desayuno. — digo llevándome a la boca un trozo de fresa cubierta de nutella.
— Deberías verte el azúcar, liebling.
—Lo tengo todo controlado. — me acerco a sus labios y le planto un pequeño beso en ellos. — Por cierto...gracias por dejarme tu cama ayer.
Veamos, la situación fue que después de estar besándonos un buen tiempo decidimos beber un poco de champán y digamos que me pasé un poco con la bebida y acabé tumbando mi cuerpo sobre el suave colchón de su cama.
Apenas puedo recordar todo lo que hablamos durante la noche.
— La verdad es que no pensé dormir en el sofá ayer pero no podía dejarte ir en ese estado. — dice acomodándose mejor en el sofá.
—Podías haberme llevado a casa.
—¿Y qué tus amigas me maten por llevarte así? No, gracias.
Aún recuerdo cuando Ava pensó que Strom no entendía español y se dedicó a insultarle delante de sus narices. Me es inevitable no reír al recordarlo.
Sin pensarlo mucho, dejo el recipiente de fresas sobre la mesa de centro y me abrazo a su torso poniendo mi mejilla sobre su pecho. A él parece que le toma por sorpresa este acto porque tarda en devolverme el abrazo pero cuando lo hace, me siento como en casa.
—Jamás pensé que nos encontraríamos después de tantos años.
Siento su cuerpo tenso debajo del mío, es la primera vez que digo esto después de tantas idas y vueltas que tuvimos desde que nos volvimos a encontrar. Tuvieron que pasar años para saber algo de la vida del otro y hubo un tiempo en el que me imaginé a él casado y con hijos mientras que yo apenas y salía con alguien. Mi última relación a penas duró un año y después de eso me dediqué exclusivamente a mi trabajo, dejando de buscar el amor por un tiempo.
Pero cuando mis ojos se encontraron con los suyos por primera vez, mis manos empezaron a sudar y mi pecho se comprimió dentro de mi, miles de emociones y recuerdos volvieron a mi esa noche y me sentí de 18 otra vez. Sin darme cuenta Strom Ackermann había marcado un antes y un después en mi vida.
Y aunque ahora me siento feliz de estar a su lado, sé que aún habían cosas que él no me había contado y que en algún momento tendría que sacar el tema otra vez.
Siento sus labios sobre mi pelo y sus brazos me aprietan con más fuerza hacia él. Nos quedamos en silencio mientras vemos los edificios y el cielo azul de la ciudad desde el décimo piso de su cuarto de hotel. Mis párpados empiezan a pesar otra vez debido a lo poco que dormí esta noche y cuando todo va tornándose negro le escucho susurrar algo en su idioma.
¿Por qué lo sientes, Strom?
Para cuando abro los ojos me doy cuenta de que me he quedado dormida sobre el sofá y con los párpados aún casi pegados busco a mi alemán con la mirada pero no lo encuentro por ningún lado. Me resulta extraño que no esté aquí pero poco es el tiempo que duro con el ceño fruncido cuando escucho la puerta del baño abrirse y veo al rubio oscuro salir con tan solo una toalla enrollada en la cintura.
Puedo ver como cada gota resbala por ese cuerpo pálido y marcado, trago saliva cuando mis ojos se pierden en la tentadora v que se marca en la parte baja de su cadera.
«¡Mira hacia arriba!¡Mira hacia arriba, Jinx!»
— Oh, estás despierta.
Asiento y me doy cuenta que Strom algunas veces no era consciente de lo que puede provocar en alguien como yo. Me siento una joven hormonal ahora mismo.
—Voy a tomar una ducha. — me levanto del sofá y paso por su lado para poder llegar al cuarto de baño, ignoro que esta casi desnudo en medio de esta habitación.
—Pero no trajiste ropa. — dice algo confundido.
—Con una camiseta tuya me basta y me sobra, no me importa llevar los mismos pantalones de ayer.
—Pero...Cómo vas a hacer con...
—¿La ropa interior?— pregunto divertida al ver como se ha puesto nervioso — Tengo unas de repuesto en el bolso y no preguntes el por qué.
Es lo último que digo antes de cerrar la puerta y comenzar a sacar la ropa de mi cuerpo. Algo me dice que un día de estos las cosas se me iban a salir de las manos y ya podía ir rogando por misericordia para no caer ante la tentación que se encontraba fuera con tan solo una toalla en el cuerpo.
No tardé mucho ahí dentro y para cuando salí me di cuenta de que el alemán me había dejado sola para poder cambiarme con más tranquilidad cosa que agradecía porque la sola idea de pensar en él viéndome recién salida de la ducha me ponía los pelos de punta. Tomé la camiseta Levi's blanca que había dejado sobre la cama y lo metí por dentro de los pantalones negros que me había puesto una vez salir, por suerte no se veían mal y tengo que decir que tenía varias prendas de hombre en el armario por el simple hecho de que me gustaban como se veían.
Saqué el poco maquillaje que llevaba en el bolso y me hice el eyeliner y pinté un poco mis labios de rojo que al final fui difuminando para que se viera más natural. Cuando estoy acabando de peinar mi cabello, Strom vuelve a entrar en la habitación vestido con unos pantalones negros y una sudadera bastante cómoda y poco formal.
Luce increíblemente guapo, igual.
—¿Estás lista?
— Supongo que si. ¿Algún plan en mente?
El asiente.
—Vamos al acuario.
Asiento y salgo con él una vez que tengo todas mis cosas en el bolso. Quiero preguntarle por la avispa pero al final decido no hacerlo y me limito a caminar a su lado entrelazando sus dedos con los míos.
« Corazón, ¡cálmate!.»
Hoy eran uno de esos días en el que lugares como el acuario de Madrid se llenaban de gente y había que tener algo de suerte para obtener las entradas. Strom y yo habíamos llegado justo a tiempo, hacía mucho que no iba a un acuario.
Mis ojos están impactados por la belleza que prácticamente nos envuelve ahí dentro. Podíamos ver los distintos tipos de animales marinos nadar a nuestro lado a través del cristal y si veíamos hacia arriba, teníamos a algunos tiburones paseando tranquilamente aunque eso a mis nervios no ayudaban mucho.
El alemán se alejado un poco de mi, curioso por estar lo más cerca posible de aquellas criaturas, luce como un niño pequeño ahora mismo.
Sin que se de cuenta, tomo mi móvil y saco algunas fotos de él para tenerlas como recuerdo. Puede parecer tonto pero ahora siento que estoy saliendo con él de verdad aún cuando mantenemos todo esto en secreto.
Strom Ackermann era un hombre de esos que eran difíciles de conseguir. Pasé toda la noche en su hotel y no pasó absolutamente nada, la última vez que estuve con mi ex en su casa, el muy idiota intentó comerme la cabeza para dar el siguiente paso aún cuando no quería hacerlo y todo por el simple hecho de que acepté a quedarme a dormir en su casa después de haber bebido un poco más de la cuenta, pero Strom... Él era diferente.
—¿En qué piensas?
—En lo mucho que te quiero.
«Espera, ¿qué?»
Intento correr fuera de su alcance después de darme cuenta de lo idiota que había sonado ahora pero él me lo impide y me abraza para después dejar un beso en mi coronilla ignorando que tenemos a gente alrededor.
—Yo también te quiero, Jinx. — dice — Y mucho.
✨¡Nos vemos el sábado! (o antes)✨