Mientras me daba un baño y me ponía la ropa pensaba en la idea de traer todas esas libretas conmigo, sería más rápido y seguro para mi tenerlas aquí que estarme escabullendo todo el tiempo a la biblioteca, las escondería muy bien en mi habitación para que nadie las encontrara, sé que nadie entra a mi habitación, pero me sentiría mejor escondiéndolas que dejándolas a la vista cuando no sé quién sabe de la existencia de esa habitación.
Después de trabajar un buen rato la espalda me empezó a doler un poco y decidí tomarme un descanso, el día de hoy era brillante así que era un buen día para salir a caminar al jardín. Dejé mis cosas, me quité la bata y salí.
El ruido del aire golpeando contra las hojas de los árboles conminaban armoniosamente con el canto de algunos pájaros y mientras caminaba por ese camino de pavimento, a lo lejos pude ver a Jungkook sentado en una de las tantas bancas, en silencio, inmerso en sus pensamientos, con la mirada en los árboles y la espalda recargada en el respaldo.
—¿Puedo acompañarte? -pregunté cuando estuve cerca de él haciéndolo mirarme
—Sunhee -me sonrió un poco -claro que puedes acompañarme -se hizo a un lado para dejarme un espacio
—¿Las cosas no van bien?
—¿Ah? -me miró confundido
—Te ves muy... pensativo
—Es solo que... -miró hacia el frente -hay algunos problemas en el trabajo
—¿Algo en lo que te pueda ayudar?
Hubo un momento de silencio.
—No hay mucho -susurró -pero ¿Puedes acompañarme al gran salón? -volvió a mirarme
—¿Al gran salón? ¿A qué?
—Quisiera mostrarte algo
—Está bien, vamos
Nos levantamos y en silencio entramos a la casa hasta el gran salón.
No había mucho que mostrarme, si no era por una fiesta, este salón estaba completamente cavío, a excepción de las paredes excelentemente elaboradas, las decoraciones, los candelabros y los pisos, no había muebles, era solo un salón vacío.
—¿Qué es lo que quieres mostrarme? -pregunté curiosa
—Ya lo veras -me dio una sonrisa antes de alejarse de mi lado
Caminó hasta un diminuto y casi invisible muble en una de las esquinas del salón, un mueble parecido al de una vitrola que había en la sala de estrellas, solo que mucho más grande y de color dorado, perfectamente limpia y brillante. Abrió las puertas del mueble y puso un poco de música.
—¿Quieres bailar? -me tendió la mano en cuanto estuvo frente a mi
—¿Así? ¿De repente? -enarqué una ceja
—Sí
—¿Por qué no? -terminé tomando su mano
Nuestros cuerpos se acercaron más de lo que nunca lo habíamos estado antes, mi mano se posó en su hombro mientras que la suya se deslizó delicadamente por mi cintura y su otra mano tomaba suavemente la mía. Tenerlo así de cerca me ponía nerviosa y por un momento titubeé insegura de mirarlo a los ojos y terminé desviando la mirada.
Comenzamos a movernos por toda la habitación, dando vueltas al ritmo de la música, solos, solo nosotros dos en todo este amplio salón y por más extraño que me pareciera el hecho de que yo jamás en mi vida hubiera bailado antes algo así, podía seguir a Jungkook y sabía cómo moverme. Todo parecía tan perfecto y hermoso hasta que las cosas volvieron a ponerse raras, la luz del sol desapareció y se convirtió en la noche, personas aparecieron a nuestro alrededor, bailando con nosotros al ritmo de la música, parecían solo hecho de telas delgadas y transparentes, como fantasmas, simples almas, con esos malditos vestidos de época que había visto en todas mis demás alucinaciones, era como si todos ellos bailaran en cámara lenta y nosotros también.
Todos dando vueltas a nuestro alrededor, girando sobre sus mismos pies, todo comenzó a marearme, la música, los vestidos, las risas, las caras intangibles, fue demasiado para mí.
—Basta -me detuve bruscamente notablemente agitada
Aunque nos detuvimos, la alucinación continuó por unos cuantos segundos más, los cuales parecieron horas.
—Sunhee -Jungkook solía mirarme preocupado cuando me comportaba rara por estas alucinaciones, pero hoy su mirada era diferente, pero no podía descifrar qué pensaba
—Yo... lo lam... -sus labios toparon con los míos haciéndome imposible poder terminar mis palabras
No pude evitar abrir los ojos por la sorpresa que me causaba la situación, mi corazón se aceleró desbocadamente, no podía moverme, mis manos permanecieron firmes a los costados de mi cuerpo mientras las manos de él se presionaban en mis brazos para mantenerme cerca. Por más confundida que estuviera con todo esto y quisiera alejarlo, una parte de mí quería que no se detuviera.
Sus labios eran suaves y gruesos, fue como probar el dulce más codiciado del mundo, ese dulce del que cuentan miles de maravillas y que al final resulta ser real y se quedan cortos. Mis ojos terminaron cerrándose lentamente, simplemente dejándome llevar por completa por el momento, sentí como sus manos se deslizaban lentamente desde mis brazos hasta mi cintura, presionándome hacia él mientras mis manos solo encontraron sus brazos, quedándose en ellos sin moverse más.
Te amo, Hana
Escuchar la voz masculina sin que fuera Jungkook me hizo abrir los ojos, era imposible que él hubiera dicho una palabra sin aún separarse de mí, el miedo que eso me causo me hizo golpearlo del pecho para alejarlo de mí.
—L-Lo lamento -bajó la mirada
Jungkook
Maldita sea, no lo pensé, simplemente me dejé llevar por el momento, lo deseé tanto, por tanto, tiempo que al final no pude más y no pude contenerme.
—N-No importa -se llevó una mano a la cabeza haciendo una leve mueca de dolor escondida en una sonrisa
—¿Qué sucede? -me acerqué a ella, pero me limité a no tocarla más
—Me duele un poco la cabeza -susurró
No me parecía un simple dolor de cabeza, mucho menos por la mueca de dolor que hacía.
—¿Estas bien? -mandé al diablo no tocarla y llevé mis manos a sus brazos, pero de un manotazo impidió que la tocara
—¡Ya basta! -sus ojos me miraban fijamente con el ceño fruncido y con la respiración agitada
—No... no quise incomodarte -me sentí una mierda al escuchar sus palabras
Lo arruine
Llevó ambas manos a su cabeza y de la nada se desvaneció. Di un paso grande y rápido para poder detenerla antes de que se golpeara contra el suelo.
—¡Sunhee! ¡Sunhee! ¡Despierta! -tomé su mejilla con mi mano y la moví un poco, pero no logré hacerla despertar -¡Adam¡ ¡Alguien!
Adam apareció en el salón en cuestión de segundos, llegó corriendo, mirando como yo me encontraba en el suelo, con ella en mis brazos completamente inconsciente.
—¿Qué fue lo que sucedió?
—Llama al médico -pasé una mano por debajo de su cuello y la otra por detrás de sus rodillas para poder levantarme con ella en brazos
Corrí escaleras arriba mientras él lo llamaba. No tardó mucho en llegar el médico y mientras la revisaba, tanto Adama y yo no nos despegamos de su lado.
—¿Estará bien? -pregunté en cuanto guardó sus cosas en su bolsa
—Estará bien -contestó completamente tranquilo -solo fue un desmayo por cansancio, no necesitara ir al hospital, solo necesita descansar
—Gracias, doctor
—No hay de que -sonrió como una despedida antes de salir de la habitación acompañado por Adam
Arrastre una silla a un lado de la cama y por un momento pensé en apagar la lampara de la mesa de noche que era la única luz que estaba encendida con la intención de que la luz no la molestara, pero al final no lo hice. Miré su mano e intente tomarla, pero me detuve al recordar cómo me alejó cuanto intente tocarla. Lo que menos quiero es este mundo es lastimarla y que me odie.
Sunhee
Aún con los ojos cerrados y con mi conciencia recobrándose poco a poco, el dolor de cabeza regresó, era un dolor fuerte, pero soportable.
Abrí los ojos, pero todo estaba oscuro a excepción de la poca luz de la lámpara de la mesa de noche que había a mi derecha.
¿Qué fue lo que pasó?
Solo recordaba haber estado en el gran salón con Jungkook, bailando y... ¡Jungkook! Me levanté de golpe y me di cuenta de que él estaba sentado en una silla a un lado de mi cama, durmiendo ahora como yo lo hice cuando estaba enfermo, o como él cree que dormí.
—Jungkook -lo llamé suavemente poniendo mi mano en su espalda -Jungkook
—Sunhee -levantó la cabeza rápidamente y parpadeo un par de veces -¿Estas bien? ¿Te duele algo? ¿Necesitas algo?
—Tranquilo, tranquilo, estoy bien, pero... ¿Qué haces aquí?
—Yo... -se levantó de la cama enderezando su espalda -estaba esperando a que despertaras
—¿Qué hora es?
—Ya es medianoche
—¿Qué fue... lo que pasó? -susurré
—Estábamos bailando -el tono de su voz era bajo y no dejaba de mirar sus manos que mantenía sobre sus piernas -y solo te desmayaste
Lo recuerdo
Estábamos en el gran salón, bailando y tuve esa alucinación de repente y después Jungkook...
Besé a Jungkook...
Pero, después recuerdo haber tenido ese fuerte dolor de cabeza y después ya no recuerdo nada.
—¿Me besaste? -pregunté en un susurro
—Yo... lo lamento... -está nervioso, movía sus dedos nerviosamente -no fue mi intención incomodarte
—... No te preocupes -me dejé caer hacia atrás hasta la cabecera de la cama -no sé qué fue lo que pasó
—Dijiste que te dolía la cabeza y de la nada te desvaneciste -lo miré sonriéndole levemente, pero él no cambió su rostro -¿Qué fue lo que pasó? Mientras estábamos bailando... mirabas a todos lados como si estuviera... viendo algo
—¿E-En serio?
—¿Qué fue lo que viste?
—No... lo sé -desvié mi mirada hacia el frente
—Tranquila... puedes contármelo cuando estés segura
Sabía que no estaba conforme con eso, pero fue muy lindo y amable de su parte que no insistiera, si no estaba segura yo de lo que vi, no quería contárselo o por lo menos hasta que lo pensara un poco más.
—Te traeré algo de tomar y de comer -se levantó de la silla y por un momento me extrañó su comportamiento, pero seguramente solo era algo de mi paranoia
Salió de la habitación, dejándome con mis pensamientos, pero estaba cansada y no quería seguir dándole vueltas a eso y estresarme más.
Quité las cobijas y me senté a la orilla para ponerme los zapatos, prefería comer abajo y distraerme que seguir aquí metida en la cama, dejando que me consuman mis pensamientos.
Bajé hasta la cocina al no encontrar a nadie en los pasillos o en el comedor y afortunadamente la voz de Adam me dijo que estaban aquí.
—La señorita ¿Se encuentra bien? -preguntó él
—Sí -Jungkook soltó un suspiro -ya despertó y parece estar bien -el tono de él sonaba cansado, lo cual no era muy común en él
Me quedé del otro lado de la pared, escuchando cuidadosamente lo que decían.
—¿Le dijo qué fue lo que pasó?
—No, de todas las veces que le ha pasado algo igual, no quiere contarme nada, no sé qué es lo que ve realmente -escuchaba también el ruido de los utensilios de comida
—¿En serio cree que ve algo?
—Alice dijo que eso pasaría cuando comenzara a recordar
¿Alice? ¿Recordar? ¿Recordar que?
—También dijo que tuviéramos paciencia -dijo Adam
—Lo sé -dijo Jungkook al parecer en una sonrisa -sé que no me lo estoy tomando con la calma debida, pero... -suspiró -sabes que el tiempo esta sobre nosotros
—Sé que es así, pero no conseguiremos nada bueno presionándola
Todo esto, todo, era tan sospechoso y extraño que ni siquiera sabía qué preguntar hacer. Algo pasaba en esta casa y la única que no lo sabía era yo y eso me molestaba, no me gusta estar rodeada de personas que saben algo menos yo.
Me quité los zapatos para poder salir corriendo si hacer ruido en cuanto escuche que se acercaban a la puerta de vuelta escaleras arriba hasta mi habitación donde entré a la cama a gran velocidad y minutos después, afortunadamente cuando pude regular mi respiración, Jungkook apareció con una mesa de madera como la que puse sobre sus piernas cuando estaba enfermo, solo que está ya estaba llena de comida.
—Preparé un omelette de queso con espinacas -la dejó sobre mis piernas y señalo las cosas -un vaso de leche y un par de panes tostados con mermelada
—Gracias -no dijo nada más y simplemente se alejo -¿Jungkook? -me miró en silencio esperando mis palabras -¿Pasa algo?
—¿Algo?
—Estas muy... serio
—No pasa nada -me sonrió un poco, pero fue la sonrisa más falsa que había visto en toda mi vida -come todo y vuelve a descansar un poco, si me necesitas puedes llamarme o mandarme un mensaje -volvió a sonreírme antes de salir de la habitación
Pensaba irme, pero no lo haría hasta averiguar qué era eso que todos ellos sabían menos yo, así me tenga que quedar un año entero, fingiendo un gran retraso con esas pinturas, lo haría.
Para distraerme en algo mientras comía, tomé el diario para hojearlo con la esperanza de encontrar algo que tuviera que ver con el gran salón, sé que no era un gran filtro de búsqueda, pero si pudiera encontrar algo que me hablara sobre lo que vi en ese lugar, me sería de gran ayuda, de alguna manera.
Hoy tuvimos el baile de pétalos, es el segundo baile sin mis padres y sus amigos me siguen dando el pésame como si hubieran muerto hace pocos días, entiendo que quieren ser educados y jamás perder la memoria de mis padres, pero las cosas ya pasaron, mi vida continua y me molesta que me sigan mirando con lastima. Lo único bueno es que Jungkook estuvo todo el tiempo conmigo y gracias a él ese mal rato que, en nada, se lo agradezco profundamente no haberse apartado de mi lado en toda la noche, incluso lo invite a bailar, sé que es un buen bailarín, pero su timidez y torpeza hicieron que tropezara casi todo el tiempo, para mi fue bastante tierno y gracioso, pero para Madame Florentin fue la cosa más horrenda, más cuando han pasado horas y horas enseñándole baile.
Por un momento cerré la libreta para poder pensar un poco. Algo pasó en el salón y yo lo vi, algo pasó en el pueblo y yo lo vi, algo pasó en el campo y yo pude verlo, algo pasó en ese salón de estrellas y yo supe cómo llegar a él, algo pasó en la habitación de Jungkook y yo lo vi ¿Por qué yo puedo ver estas cosas? ¿Por qué de entre todas las personas soy yo?
Lo primero que tenía que hacer era encontrar a quién había pertenecido este diario. Por las iniciales solo podía pensar que pertenecía a alguien de la familia por la inicial J, pero el nombre, solo sabía que comenzaba con H y solo conocía a una persona con un nombre que comenzara con H, Jeon Hana, pero no puedo asegurar que ella fuera la dueña de este diario, necesitaba encontrar algún registro de toda la familia para estar segura que solo un miembro tenia un nombre con la inicial H.