BTS Live Trilogy. Episode II: The Red Bullet - Seúl, Octubre 17/2014.
Era el primer concierto en solitario que tenían, no obstante, fuera de las risas y emociones que se les presentaban, había cierta sensación en el ambiente que generaba incertidumbre y algo de inseguridad.
No era de esperarse que la tensión y presión que sentían por querer hacer las cosas bien, se iba impregnando en cada uno de ellos a medida que las horas pasaban para generar un caos difícil de resolver.
Él peor de todos, Jimin. Había pasado más horas que nadie ensayando en la sala para poder mejorar su canto y su baile. Quería llegar a hacer algún día, presentaciones que fuesen dignas de ser admiradas y de las cuales sus ya crecientes fans, se sintieran realmente orgullosas de él.
Sabía que era él más débil, aunque nadie se lo dijese. Los chicos siempre tenían una palabra de aliento para él pero eso, no era suficiente. He ahí la verdadera razón de la mayoría de sus malestares de salud, estaba teniendo una muy mala alimentación luego de cada entrenamiento y comenzaba a preocupar al resto.
Ahora, un par de horas antes de su subir al primer escenario de su gira, Taehyung lo obligaba a comer algo adecuado y contundente. Su mejor amigo siempre lograba ver más allá que cualquiera y eso era aterrador.
—Esto también... —demandó él menor que había vuelto a su cabello castaño, abandonando aquel anaranjado que tantos seguidores le había logrado acumular.
—Taehyungie, hay suficiente comida como para todo un regimiento. —alegó él de hebras rubias cobrizas.
—Eso a mi no me importa. —respondió con dureza. —Me basta con que comas la mitad, pero hazlo. —frunció el ceño cuando Jimin intentó abrir la boca para refutar.
—Ya, Tae. Déjamelo a mi. —sugirió tras interrumpir, Yoongi.
—¿Eh?. —alzó una ceja observando el rostro seguro de su hyung y tragó un poco de saliva. Min podía ser incluso más demandante con Jimin que él mismo y eso aunque le aterraba, entendía que era lo correcto.
—Que me lo dejes a mi... —volvió a repetir. —Necesito que te ocupes de otra cosa. —hizo un gesto con su dedo apuntando hacia atrás, moviéndose unos centímetros para mostrar aquello que quería dejar al descubierto.
—Oh... —artículo al entender de que se trataba. —Iré, pero procura que Chim coma un poco más porque a probado muy poco bocado. —se puso de pie al finalizar sus palabras, recibiendo de respuesta la afirmación que necesitaba para estar tranquilo.
Cambiaron de lugar, Yoongi se sentó junto a Jimin en la mesa y Taehyung emprendió rumbo hacia quien en ese momento, demandaba su atención.
Al llegar puso una mano en la espalda del menor. Jungkook temblaba más de la cuenta, estaba entrando en una de esas crisis que ya creía habían sido superadas.
—¡Heeey!. —llamó mientras ubicaba su brazo tras la espalda de Jeon. Inclinado un poco su cuerpo para ver el rostro del menor. —Está todo bien, Jungkook. No es nada diferente a lo que hemos echo antes. Sólo que ahora hay algo más de público. —intentó calmar al menor que en ese momento, estaba a punto de colapsar ante un inesperado pánico escénico. —Ya lo superaste una vez, puedes hacerlo otra mil.
Jungkook respiró profundo, soltando el aire después. Cerrando fuertemente los ojos para evitar caer en su precipicio personal. —¿Podemos sólo descansar un poco más, antes que venga la van a buscarnos?. —preguntó tras abrir sus ojos y enderezar su cuerpo.
Taehyung asintió al distanciarse un par de centímetros. —Vamos a la sala... —sugirió, intentando coger la comida que Jungkook había dejado sobre una silla.
—No, está bien. —detuvo el actuar del mayor. —Creo que mejor vamos a la habitación, quiero estar acostado un tiempo en mi cama. —continuó sin mayor ánimo.
Soltó un bufido y avanzó por el pasillo esperando que su hyung lo siguiera. Abrió la puerta de la habitación y se lanzó sobre la cama, boca abajo.
Estaba contento pero a la vez cansado y asustado, temía errar y decepcionar a mucha gente. Sus pensamientos se volvían una especie de torbellino muy dicil de detener al estar bajo su propia presión.
Sintió hundirse un lado de la cama y a continuación una mano acariciando su nuca. Taehyung masajeaba la zona para brindarle un tiempo de relajo y se lo agradecía. Él mayor se convertía con el pasar de los años, en su más grande apoyo cuando comenzaban los tiempos difíciles. Quizás por esa razón, cuando se sentía mal, esperaba tenerlo a su lado para poder sentirse más tranquilo.
Taehyung terminó acostándose a su lado un par de minutos después, en completo silencio. Y tras esperar prudentemente, ubicó una de sus manos sobre la espalda del menor hasta llegar a su cintura, atrayéndolo en un sólo movimiento para apegarlo a cuerpo.
Jungkook respiró profundo para luego acomodarse entre los brazos del mayor con su rostro sobre el pecho contrario. Deleitándose con las caricias sobre su espalda mientras cerraba sus ojos para descansar un poco más.
Dejó atrás toda la carga emocional y se relajó, no sin antes besar fugazmente al castaño, como si se tratase de su pareja.
Se sorprendió de su acto reflejo, pero quiso no darle vueltas a su actuar al notar que su hyung había respondido de igual manera. Cerró sus ojos con rapidez, escuchando el fuerte latido del corazón de Taehyung.
—Duerme tranquilo, Jungkookie. Te despertaré antes de que nos vengan a buscar. —musitó suavemente él mayor.
Jungkook asintió sintiendo su propio corazón en la mano, tan fuerte latía que temía que se le escapara.
Por otro lado, Taehyung no durmió. En vez de eso, se dedicó a disfrutar de la compañía que le regalaba el azabache. Sintiendo como sus latidos llevaban un ritmo desenfrenado, cada vez que recordaba la naturalidad de cada beso que se daban.
Tenía que parar, simplemente no era normal aquella situación que él mismo había generado. Lo sabía, aún así en su inmensidad, quería confiar en sus alocados sentidos.
¿Era una confusión de la edad?, ¿Tal vez era homosexual?, ¿Se trataba de un momento de experimentación?, ¿Acaso Jungkook lo entendía mejor que él?, ¿Le pasaba lo mismo?...
Tenía tantas preguntas en su cabeza, más no hallaba respuestas.
Entonces, sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón para enviar un texto a la única persona que podía aclarar sus dudas, al conocerlo mejor de lo que él mismo se conocía.
Mi bebé:
Necesito consejos. Cuando acabe el concierto, ¿Será posible tener una de esas charlas?.
15:37
할머니💕:
Taehyungie, mi cielo. Claro que podemos tener una de esas charlas. Por cierto, él abuelo te extraña mucho procura llamarlo. Te amo, no lo olvides.
15:40
Mi bebé:
Gracias abuela, llamaré al abuelo antes de subir al escenario. Te extraño y te amo siempre, no lo olvides ❤️
15:41
Sonrió al recibir un último mensaje de su abuela. Era lo que necesitaba, las palabras adecuadas de la persona que más confiaba en su vida. Tal vez con algo de suerte, lograba entender que le pasaba.
Siento la hora 😓