La Piedra del Matrimonio

By alseidetao

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Para evitar las maquinaciones del Ministerio, Harry debe casarse con el reacio Severus Snape. Pero el matrimo... More

Capítulo 1: La piedra del matrimonio
Capítulo 2: Con Este Anillo
Capítulo 3: Habitantes de la mazmorra
Capítulo 4: Enfrentándose al mundo
Capítulo 5: Marcas oscuras
Capítulo 6: Vivir con Snape
Capítulo 7: Lazos que unen
Capítulo 8: Todos los hombres del Rey
Capítulo 9: La estrella del perro
Capítulo 10: Espadas y flechas
Capítulo 11: Enfrentándose a Gryffindors
Capítulo 12: Emplazando culpas
Capítulo 13: Entendiendo a los hombres lobo
Capítulo 14: Volviendo a la normalidad
Capítulo 15: Modales
Capítulo 16: Conociendo a los cuñados
Capítulo 17: Espinas
Capítulo 18: El corazón del laberinto
Capítulo 19: Vínculos
Capítulo 20: Sinistra
Capítulo 21: Serpientes
Capítulo 22: Familia
Capítulo 23: Lobos
Capítulo 24: Lecciones de Historia
Capítulo 25: Nochebuena
Capítulo 26: Regalos de Navidad
Capítulo 27: Antes de la tormenta
Capítulo 28: Vikingos
Capítulo 29: Entender el deber
Capítulo 30: Persecución
Capítulo 31: Acortando distancias
Capítulo 32: El dolor de crecer
Capítulo 33: Largas historias
Capítulo 34: A dormir
Capítulo 35: Al abismo
Capítulo 36: Cargando la piedra
Capítulo 37: El otro lado
Capítulo 38: Política
Capítulo 39: Honor familiar
Capítulo 40: La locura del lobo
Capítulo 41: Salvaje
Capítulo 42: Caramelos de limón
Capítulo 43: Para eso están los amigos
Capítulo 44: Cierra los ojos
Capítulo 45: Amaestrando al dragón
Capítulo 46: Viendo rojo
Capítulo 47: Cedo
Capítulo 48: El Lobo en la puerta
Capítulo 49: Bailando
Capítulo 50: La materia de los sueños
Capítulo 51: Grandes gestos románticos
Capítulo 52: San Valentín
Capítulo 53: Afecto de cortesía
Capítulo 54: Despertando a Lunático
Capítulo 55: Maniobras legales
Capítulo 56: Peones
Capítulo 57: Obviedades
Capítulo 58: El significado de las cosas
Capítulo 59: Algo maligno
Capítulo 60: La voz del Rey
Capítulo 61: La llamada
Capítulo 62: Stonehenge
Capítulo 63: El corazón sangrante
Capítulo 64: El resto del mundo
Capítulo 65: En la luna
Capítulo 66: Sinestesia
Capítulo 67: Cantos afilados
Capítulo 68: La búsqueda del poder
Capítulo 69: Al final de este camino
Capítulo 70: El precio del valor
Capítulo 71: Lo que importa
Capítulo 72: Yendo hacia delante
Capítulo 73: Así es como el mundo acaba
Capítulo 74: El sol moribundo
Capítulo 75: Valeroso mundo nuevo
Capítulo 76: Los indignos
Capítulo 77: Historia antigua
Capítulo 78: Regresando a casa
Capítulo 79: Solucionando
Capítulo 80: Decisiones y Progreso
Capítulo 81: El amanecer de un nuevo día
Capítulo 82: Echando una mano a las cosas
Capítulo 83: Sorpresas en todas partes
Capítulo 84: Extraños compañeros de cama
Capítulo 86: Furia
Capítulo 87: Pasiones
Capítulo 88: De vuelta al negocio
Capítulo 89: Idas y Venidas
Capítulo 90: Maniobras Legales II
Capítulo 91: Rosas
Capítulo 92: Educación continua
Capítulo 93: Los recién llegados
Capítulo 94: Experiencias de aprendizaje
Capítulo 95: Encuentros cercanos
Capítulo 96: En desacuerdo
Capítulo 97: Hacer las Paces
Capítulo 98: ¿Quién sabe?
Capítulo 99: La paz se desmorona
Capítulo 100: Comienzan las hostilidades
Capítulo 101: Primeras señales del futuro
Capítulo 102: Lecciones desplegadas
Capítulo 103: El fin de los vampiros
Capítulo 104: Reconocimiento y premonición
Capítulo 105: Verdadera naturaleza
Capítulo 106: Exámenes finales
Capítulo 107: Explicaciones
Capítulo 108: La calma antes de la tormenta
Capítulo 109: Reescribiendo la historia
Capítulo 110: La fuerza del vínculo
Capítulo 111: Magia salvaje
Capítulo 112: Consecuencias del ataque
Capítulo 113: Últimos días de tranquilidad
Capítulo 114: Rudos Despertares
Capítulo 115: Primeras Impresiones
Capítulo 116: Desquitarse
Capítulo 117: Nuevos comienzos
Capítulo 118: Tiempos felices
Capítulo 119: Tiempos de fiesta
Capítulo 120: Favor de Merlín
Capítulo 121: Fin del verano, parte 1
Capítulo 122: Fin del verano, parte 2
Capítulo 123: Una falta cercana
Capítulo 124: Retrasar lo inevitable
Capítulo 125: Las formas de la primera ola
Capítulo 126: Compañeros de cama más extraños
Capítulo 127: Planificación de la Operación Castillo Mágico
Capítulo 128: Revelaciones
Capítulo 129: La primera ola se rompe
Capítulo 130: Limpiando
Capítulo 131: Padrinos
Capítulo 132: Percepciones erróneas
Capítulo 133: Zona de conflicto
Capítulo 134: Visitantes
Capítulo 135: Pez fuera del agua
Capítulo 136: La segunda ola
Capítulo 137: La batalla de Hogsmeade
Capítulo 138: Algunas explicaciones que hacer
Capítulo 139: Decir adios
Capítulo 140: Faltas de comunicación
Capítulo 141: Las formas de la tercera ola
Capítulo 142: El Campeón del Rey
Capítulo 143: La batalla de Hogwarts
Capítulo 144: La gratitud del rey
Capítulo 145: Los Comienzos del Rey
Capítulo 146: La Vida del Rey

Capítulo 85: Borrones

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By alseidetao


Severus sonrió internamente a medida que repasaba los cálculos de Albus por tercera vez. El vejete, a pesar de todos sus caramelos de limón y sus centelleantes miradas para con el personal y los estudiantes, era un mago muy inteligente. Había hecho un excelente trabajo reconstruyendo la Marca Tenebrosa. Como Harry había supuesto, el enfoque de Voldemort al crear la Marca estaba basado enteramente en el trabajo que encontró preservado en los Libros de la Oscuridad de Salazar Slytherin. Cada elemento del ritual asociado con tomar la Marca estaba registrado en éstos volúmenes. Él y Harry habían revisado todos las anotaciones y creado un pequeño índice de los temas pertinentes en cada uno, y luego Harry atentamente había traducido todos los que parecían tener al menos la menor relevancia en cuanto a la Marca Tenebrosa y su ritual. Ésta mañana, luego de que Albus hubiera pasado prácticamente toda la noche trabajando con el material, se había sentado con Harry por unas horas para revisar de manera meticulosa cada traducción, en busca de cualquier matiz oscuro que se les pudiera haber escapado.

Una vez más, Severus se encontraba sorprendido por la respuesta de Harry, aunque llegados a éste punto, la verdad sea dicha, no debería haber sido una sorpresa. La parcialidad de Harry hacia la acción sobre la reflexión le aseguraba que nunca sería uno de los intelectuales destacados de su generación, pero era capaz de concentrarse cuando era necesario. No se irritaba ni exasperaba ante los interrogatorio del Director. Fue luego de que los tres estuvieron satisfechos de que cada ápice de significado había sido arrebatado de los ancestrales escritos que empezaron a discutir el trabajo nocturno de Albus para hallar la forma de contrarrestar la magia detrás de la Marca Tenebrosa. En éste punto, Harry se había puesto predeciblemente ansioso y aburrido, y no pasó mucho tiempo antes de que se fuera en busca de Neville.

Albus había ideado varias teorías acerca de contrarrestar la magia de la Marca Tenebrosa, elaboradas primariamente de la traducción del material en el Libro de la Luz y varios de los libros que Lucius Malfoy había reunido (y escondido) en su biblioteca privada. Todos convinieron en que las fuentes del material eran fidedignas, y por ende, el trabajo de Albus era sólido, pero él y Hermione habían ojeado unas pocas áreas; todos los ajustes parecían estar en orden.

Para las primeras horas de la tarde, su arduo trabajo había dado como resultado un hechizo que todos acordaron parecía razonablemente probable que contrarrestara a la Marca Tenebrosa. Albus sentía que el hechizo rompería la conexión entre un mago y Voldemort, imposibilitándolo en su intento de localizar y juntar a sus Mortífagos, o de drenar sus poderes. Hermione concordó con esto, pero su interpretación de la magia que envolvía a la Marca Tenebrosa la llevaba a pensar que la misma desaparecería una vez su enlace fuera removido. Severus declinó formar parte de la teoría, no muy seguro de que sus desesperados deseos de librarse de la maldita Marca no lo cegaran a errores en la investigación que dieron paso a esa conclusión.

La práctica de hechizos de Hermione fue analizada por Albus y Severus, y llegaron a la conclusión de que el encantamiento no lastimaría al que lo lanzara ni al que estaba dirigido, aunque había algo de inquietud en el hecho de que no pudieran predecir de manera exacta cómo la Marca Tenebrosa en si reaccionaría al hechizo a medida que su magia era neutralizada. Cientos de teorías, cientos de especulaciones, pero era momento ya de probarlo de manera real.

Severus comenzó a desabotonar su túnica para exponer su antebrazo, pero Albus lo detuvo con una gentil mano.

–No, mi muchacho. Tu Marca esta resguardada en estos momentos, y necesitaremos primero deshacer esas protecciones antes de que podamos intentar usar este hechizo en ti. No quiero dejarte expuesto, especialmente si necesitamos hacer futuras correcciones en el hechizo. Una vez sepamos que tenemos un encantamiento viable, nos daremos el lujo de exponerte a ti.

El hombre lució un poco descolocado ante eso, pero debía aceptar que gozaba de cierta protección con las bandas plateadas, y sería una pérdida del tiempo que llevó proveerlas el deshacerse de las mismas por un experimento que podría no funcionar.

–Tenemos dos estudiantes aquí que llevan la Marca, y creo que hay 40 o 50 Mortífagos en estos momentos en la Mansión Malfoy como invitados de Lucius para recibir tratamiento. ¿Quizás uno de ellos se ofrezca como voluntario?

–Preferiría no probar un hechizo en un estudiante de ésta escuela. Sería mejor utilizar un mago adulto que se haya ofrecido. Sé que hay Mortífagos en la mansión de Lucius, pero no quiero correr el riesgo de divulgar la conexión entre su casa y esta oficina para traerlos, y mucho menos invitar a Hogwarts a declarados Mortífagos que podrían aun ser fieles a Voldemort. ¿Quizás podríamos ir allí?

–Podemos viajar vía flú a la biblioteca e invitar voluntarios para que se nos unan y así probar el hechizo. Estoy seguro de que a Lucius no le importará, solo espero que no haya una escasez de voluntarios.

Albus trató de desalentar a Hermione de ir a la Mansión Malfoy, pero como descaradamente señaló ella, era la más despejada de los dos, ya que ella había dormido la noche que el director se pasó trabajando y el Profesor Snape no podría ser de utilidad ya que no querían que participara en el lanzamiento del hechizo para que su propia Marca Tenebrosa no interfiriera. Claramente no iba a ser dejada atrás, y pensándolo bien, era en realidad bastante necesario que la joven fuera con ellos.

Una vez que los tres aterrizaran en las puertas de la biblioteca, Severus se dirigió al salón de baile que era ahora la enfermería, para pedirle a los medimagos que identificaran a aquellos en su cuidado que se encontraran en relativamente buenas condiciones como para hacer una decisión informada sobre ser voluntarios del ejecutamiento experimental de un hechizo. Muchos ya se habían recuperado a medida que se habían trasladado a las habitaciones para huéspedes de la Mansión Malfoy, y un elfo doméstico reunió a Lucius y estos otros magos para encontrarse con Severus y así discutir lo que se requería. La mayoría de ellos se encontraban entusiasmados y dispuestos de participar, pero Lucius reclamó el honor de ser el primer sujeto de prueba, insistiendo en que siendo el más recuperado del grupo, estaba más capacitado para tomar el riesgo del primer ejecutamiento de un nuevo hechizo. Severus pensó, pero sabiamente no dijo, que esto también le permitía a Lucius ser el primero en librarse del agobio de la Marca. Se encontraba esperando ver la expresión en el rostro de Lucius cuando se diera cuenta de que la persona en realizar este tan esperado hechizo era nadie más que la Señorita Granger. Guio a Lucius y a dos de los medimagos, pedidos para observar, hacia la biblioteca.

Mientras Severus estaba seguro de haber visto el parpadeo de una muy negativa emoción cruzar el rostro de Lucius cuando Albus se hizo a un costado y fue obviamente claro que Hermione era la que ejecutaría el hechizo, la impasibilidad del hombre ganó la batalla mientras exponía de forma altanera su antebrazo hacia ella. Por su lado, Hermione era ajena a todo menos al complicado hechizo que estaba por lanzar, utilizando todo su poder y concentración. Severus y Albus tomaron sus posiciones en los flancos, mientras ella encaraba a Lucius, quien mantenía su brazo extendido. Los medimagos se mantuvieron a un costado, observando todo con interés.

Largos momentos pasaron mientras Hermione movía su varita sobre el brazo de Lucius en un extraordinariamente complicado patrón, mientras entonaba el hechizo que ellos tres habían diseñado. Mientras concluía el conjuro, apuntó su varita hacia la Marca Tenebrosa y enfocó todo su poder allí. Lentamente, un halo de luz serpenteó desde su varita hacia la Marca, y mientras la sostenía firmemente, la luz creció en intensidad, finalmente reluciendo del blanco más brillante. Para aquellos que habían presenciado el ritual que creó la Marca Tenebrosa, era un contrapunto interesante, ya que en el proceso de colocación de la misma, un conjunto muy similar de movimientos intrincados de varita, seguidos de un parecido foco de energía mágica fueron usados, aunque en lugar de una blanca, brillante luz, un torrente de oscuridad había aparecido. La luz del hechizo de Hermione brilló blanca por un minuto completo antes de desvanecerse lentamente.

Cuando bajó su varita al finalizar el conjuro, los cinco magos presentes se inclinaron para inspeccionar el antebrazo de Lucius. La Marca aún se encontraba allí, aunque ya se había desvanecido significativamente y parecía aclararse aún más a medida que los momentos pasaban. Uno de los medimagos comenzó a realizar hechizos de diagnóstico a Lucius, quien lucía extrañamente pálido, incluso para los estándares comunes de un Malfoy. Todos sus signos vitales parecían en orden, pero en el momento en que la Marca en su brazo se desvaneció hacia el olvido, cayó desmayado. Severus y Albus lo sujetaron, y dirigieron hacia una silla. Mientras los medimagos lo atendían, Albus realizó hechizos de diagnóstico por su cuenta, y en al momento en que los ojos azul plomizo de Lucius parpadeaban abiertos, declaró que el vínculo mágico entre Lucius y Voldemort había sido cortado.

– ¡Felicitaciones, Señorita Granger! ¡Lo hizo! Lucius, tu Marca Tenebrosa se ha ido, al igual que la conexión entre Voldemort y tú.

Lucius no pudo evitar hacer una mueca ante la mención del nombre, pero una enorme sonrisa que lucía chocantemente genuina iluminó su rostro. Con las piernas ligeramente inestables, se puso de pie mientras continuaba admirando su ahora intacto brazo, y tomó un profundo aliento. Había soñado con éste momento desde hacía años. Mientras que sí se había suscrito en la mayoría de los planes originales del Señor Tenebroso, al menos en el pasado, siempre había odiado la manera en que era llamado hacia él; como un sirviente, y nunca imaginó que podría ser utilizado para drenar su poder. ¡Qué bizarro que éste desenlace fuera logrado por una sangre sucia! Recordándose a sí mismo que el mundo había cambiado drásticamente en los últimos meses, concluyó que no era bizarro en absoluto. Tragándose su orgullo, y con una ligera inclinación en su dirección, Lucius finalmente dijo:

–Gracias, Señorita Granger.

Fue escoltado hacia la salida por los medimagos mientras Severus, Albus y Hermione tomaban asiento en una pequeña mesa y desencadenaban un análisis de cómo el hechizo había funcionado, que podría hacerse de forma diferente, y por qué Lucius se había desmayado al final. Eventualmente movieron la discusión hacia la posibilidad de realizar el hechizo y remover la Marca de más de un Mortífago a la vez. Luego de una hora de vigoroso debate y varias prácticas para revisar la técnica, varios ajustes fueron hechos. Severus fue a recoger dos Mortífagos del grupo que esperaban con los medimagos en la enfermería. Se les pidió que se sentaran a la mesa, en vez de mantenerse de pie, en caso de que la solución para el desmayo no estuviera correcta todavía. Esta vez, Albus iba a realizar la ejecución.

Apuntó a los brazos extendidos, barriendo, en lugar de mantener la varita fija contra la Marca. La misma luz blanca emergió de su varita hacia sus brazos. Ninguno de los dos magos perdió el conocimiento a medida que el hechizo progresaba, aunque el desvanecimiento tardó un poco más. Sin embargo, al final, los medimagos fueron capaces de confirmar su salud satisfactoria y Albus, la conexión acabada con Voldemort.

Una nueva conversación con más refinamientos y sugerencias comenzó a medida que ambos Mortífagos abandonaban la habitación. Mientras Severus se dirigía a buscar más Mortífagos, Hermione extendió su mano y tomó su brazo.

–Profesor, creo que es hora de que nos ocupemos de su Marca –Reconociendo una protesta comenzando a formarse en sus labios, rápidamente agregó– Necesitamos que realice el hechizo, y su propia Marca puede interferir con eso. Por favor, permítame remover la suya, y quizás podríamos intentar un encantamiento conjunto luego.

Severus por supuesto estaba por insistir que, no perdieran el tiempo en su Marca, que después de todo estaba protegida y bloqueada en un cierto grado. Sin embargo, debía reconocer que éste era un poderoso hechizo que sin duda la estaba drenando de su poder, y Hermione ya lo había realizado una vez al igual que Albus. Podría ser imposible hacer esto sin él. Ayudaría también en los refinamientos, se aseguró.

Teniendo en cuenta la opinión de tres personas que hubieran realizado el hechizo podrían comparar notas y experiencia. Se estaba convenciendo a si mismo de que tenía sentido el permitirle remover su Marca cuando se le ocurrió que ésta era una maniobra sorprendentemente Slytherin de parte de una Gryffindor. Una vez más, deseó que alguien le hubiera entregado un manual sobre Gryffindors, ya que los que él conocía parecían no tener fin en sorprenderlo.

Se quitó su chaqueta y remangó la manga de su camisa blanca, exponiendo su antebrazo, que apoyó sobre la mesa. Las bandas plateadas brillaron ante la luz y oscurecieron la Marca debajo de ellas. Albus realizó varios hechizos para remover las protecciones primero, y otro para quitar las bandas. Casi como si resintiera la indignidad de su impotencia debajo de las protecciones, la Marca de Severus lucia inflamada y al rojo vivo, con la carne al rededor hinchada. Hermione se alegró de que éste fuera a ser un procedimiento directo sin nada nuevo, porque por lo visto, necesitaría toda su atención y poder.

Lo hizo.

Esta vez, la luz desde su varita hacia la Marca se formó muy lentamente, tomando casi el doble de tiempo en llegar al mismo grado de luminosidad, pero no se detuvo allí. La luz continuó formándose hasta casi resultar enceguecedora, y luego duró por alrededor de un minuto antes de desvanecerse.

Severus no se desmayó, pero se hundió en su silla al sentir algo cambiar en su magia. Era un sentimiento extraño, pero luego de que pasara, sintió una oleada en sí mismo, una nueva o quizás recientemente recordada fuerza. No se atrevía a mirar su brazo aun. Miro en lugar a Albus, quien estaba ocupado realizando una serie de hechizos. Finalmente, el viejo mago devolvió la mirada a Severus, su rostro radiante. Fue solo ahí que Severus se atrevió a robar una mirada hacia su antebrazo, ahora gloriosamente libre de la odiada Marca. Observó durante un largo momento maravillado.

–Gracias, a ambos. De todas las cosas que he hecho en mi vida, aceptar esa Marca fue de lo que más me arrepentí. Me alegra estar libre de ella –como era casi tiempo de cenar, agregó– Creo que será una buena idea volver a Hogwarts para cenar. Podemos actualizar a Harry y luego volver todos aquí. Debemos ver quiénes de nosotros pueden realizar el hechizo tan bien como la Señorita Granger, y luego considerar varias posibilidades para ayudarnos a difundirlo, quizás esta noche.

Harry eventualmente regresó a sus oficinas después del almuerzo, dado que todos los demás estaban ocupados. Estando solo o no, quería traducir los volúmenes que habían obtenido de la Mansión Malfoy. Sabía que deberían ser devueltos, y a pesar de no saber sobre que trataban específicamente, ésta parecía una oportunidad única en la vida para recolectar el conocimiento que Salazar Slytherin había plasmado en sus escritos. Debía valer el esfuerzo.

El hechizo de dictado que Severus había diseñado era increíble, en lo que refería a Harry, teniendo en cuenta todo el tiempo que le había llevado traducir aquel libro como regalo de navidad.

Se sobresaltó cuando la chimenea del cuarto se activó, dando paso a Hermione, el Director y Severus. Harry noto los brillantes ojos de su amiga, y temiendo que fueran lagrimas sin derramar, se preparó para lo peor.

– ¡Ah, mi muchacho, que bueno verte aquí! Hemos tenido un día de lo más productivo, y espero que siga a una noche aún mayor. ¡Nuestro hechizo funcionó! La Srta. Granger y yo lo hemos ejecutado de manera satisfactoria en la Mansión Malfoy.

La expresión neutral de Harry dio paso a una enorme y excitada sonrisa. Sus ojos buscaron los de Severus con una pregunta clara en ellos

– ¿Se ha ido tu Marca?

La sonrisa en su rostro le dio la respuesta. Con un grito de emoción, Harry se lanzó a los brazos de Severus, y por un breve momento, Albus y Hermione fueron participes de la sorprendente vista del hombre girando a su risueño compañero vinculado por toda la habitación en un abrazo. Eventualmente, uno de los dos recordó a su audiencia, haciendo que se separaran. Severus intento recuperar su dignidad enderezando su túnica y ajustando las muñecas de su camisa, pero Harry seguía celebrando. Inmediatamente sujeto a Hermione en un abrazo que le fue retornado de manera entusiasta.

El Director, habiendo notado los pergaminos acumulándose en la mesa a medida que Harry trabajaba en sus traducciones, torno su atención de vuelta al grupo y se encontró casi aplaudiendo con regocijo ante la vista de toda esta celebración. Palmeando a Harry y Hermione en la espalda, dijo:

–Es un lujo tan raro el ver una celebración como esta últimamente ¡Bien hecho todo el mundo! –Los sujetó por los hombros y comenzó a guiarlos hacia la puerta, confiando que Severus les seguiría el paso detrás– Pienso que deberíamos tomar un descanso junto a unos bocadillos y regresar aquí después de la cena. Todavía necesitamos descifrar la logística para implementar el hechizo de una manera más amplia, y debemos estar bien descansados para eso.

La cena se retrasó para el grupo; fuera en el espacio entre las oficinas de Harry y el Director se encontraron con la Ministra Bones, Kingsley Shacklebolt, junto a Ron, Remus y Sirius. La Ministra portaba una severa mirada, poniendo a Harry bastante nervioso a pesar de no ver las expresiones correspondientes de culpa en el rostro de los demás, asique quizás esto no era tan malo.

–Podríamos hablar un momento contigo, Albus? ¿Con todos ustedes, supongo?

Albus galantemente ofreció ir hasta su despacho, notando que el grupo había estado trabajando en las oficinas de Harry y estaban tomándose un descanso para cenar, por lo que había un poco de desorden allí.

En realidad estaba pensando en las traducciones de Harry sobre el libro de la Oscuridad dejadas sobre la mesa. A pesar de la rápida ojeada dada al material, estaba claro que la magia de la que Salazar escribió en sus libros de la Oscuridad era la más siniestra que había visto en su vida. Esto daba un pequeño debate interno. ¿Debía simplemente quemar esos libros y pedirle a Harry que dejara de traducirlos, con la esperanza de que la oscuridad que contenían se extinguiera entre las llamas? ¿O era eso irracional? Quizás alguien más conocía ese tipo de magia, y esta información podría bien algún día ser necesitada por aquellos de la Luz para contrarrestar la maldad de otro mago. ¿Afectaría a Harry de alguna forma el tan solo traducirlos? ¿Quizás quemar las traducciones y guardar solo las copias originales en Lengua Parsel? Pero seguramente habría otro hablador de Parsel en el futuro, y quizás no sería bueno mantener este conocimiento solo para su uso, si nadie más podía leerlo. ¿O quizás guardar ambos libros en la Cámara de los Secretos?

Dado cual sea el resultado que surgiera de este problema, en estos momentos era claro que aquellos pergaminos dejados sobre la mesa en claro y legible inglés hablaban sobre algunos de los tipos de magia oscura más aterradores jamás plasmados en pergamino. Lo ÚLTIMO que Albus quería hacer era explicarle eso a la Ministra de Magia y uno de sus Aurores.

El grupo se asentó entre las sillas y sofás alrededor de la chimenea en la oficina del Director, con Albus y Madame Bones ocupando las confortables sillas en el centro y el resto agrupado en los distintos sofás y silla ocasional.

–Profesor Dumbledore, entiendo que el Sr. Lupin y el Sr. Black escogieron no formar parte hoy del plan Puerto de la Seguridad Operacional, pero fueron por su cuenta al centro de Londres.

Eso no llevo sorpresa a nadie en la habitación. Remus podría haber sido partícipe de algo tan aburrido, pero el nombre de la operación por sí solo garantizaba el que Sirius se negara a ser parte.

–Mientras allí, se encontraron con Quien Tu Sabes, quien aparentemente se encontraba plácidamente caminando mientras inspeccionaba su trabajo. Quien Tu Sabes se aventuró hacia la estación subterránea de Piccadilly, a donde habíamos mandado uno de nuestros Equipos de Rescate. La rápida intervención del Sr. Lupin posibilitó que el Equipo no fuera detectado al hacerse pasar por Muggles durmiendo a punto de ser mordidos por un hombre lobo. Cuando volvieron al Ministerio, el Sr. Black alertó a los líderes del plan Puerto de la Seguridad Operacional y nos fue posible retirar a todos nuestros Equipos sin incidente. Desafortunadamente –y aquí Severus no pudo evitar sonreír; con el perro, un "desafortunadamente" era prácticamente un esperado en cada historia– uno de los Aurores en el Equipo del Ministerio, un buen hombre pero muy 'reglamentario', si sabe a lo que me refiero, creyó escuchar algo dicho por el Sr. Black que lo llevó a pensar que estaba en forma de animago, al igual que el Sr. Lupin. Verificó en los registros del Ministerio sin encontrar el nombre del Sr. Black y lo arrestó por ser un animago sin registro. El Sr. Shacklebolt se enteró de esto y me dio aviso. Hemos cerciorado que el Auror en realidad nunca vio al Sr. Black en otra que su forma humana, sino que actuó basado en algo que creyó oír, por lo que fuimos capaces de desacreditar los cargos en el entretiempo.

Sirius lucía inexplicablemente complacido consigo mismo mientras el relato se llevaba a cabo y Remus parecía completamente enfadado con su compañero.

–Si existe la necesidad de registrar a alguien aquí como un animago, el Sr. Shacklebolt me recordó de un proceso para una registración cerrada. Normalmente, la registración seria llenada en el Ministerio y sellada para que solo sea visible por el Ministro de Magia. Puedo entender que recientes representantes de esta oficina puedan hacer que uno se pregunte acerca de la confidencialidad de ese proceso. Sin embargo, dado el estatus único del Sr. Potter, creemos que una registración cerrada podría archivarse con él y en caso de que alguna vez nos sea necesario, lo solicitaremos. Es una sugerencia, simplemente. Si lo necesita, aquí está el papeleo que debe ser preparado y puesto bajo guardia.

Con un giro de su varita, una pila de seis rollos de pergamino se materializaron frente a ellos, levitando suavemente hacia Sirius quien al menos tuvo la gracia de agradecerle por la excelente sugerencia.

Su trabajo oficial concluido, la Ministra se puso en pie y luego de asentir con la cabeza a Albus y guiñarle un ojo a Harry regresó al ministerio a través de la chimenea.

Todas las miradas giraron hacia Sirius. Severus sospechaba que él y Lupin compartían el mismo pensamiento – ¡Como el perro amaba ser el centro de atención!

Sirius relato la historia del encuentro con Voldemort mientras él y su asquerosa serpiente paseaban por Piccadilly Circus, admirando el desastre de automóviles y cuerpos destrozados. Explico que Voldemort lo confundió por el Grim, y se regodeo del nuevo mundo que estaba en proceso de crear. Para su crédito, Sirius regreso de la temeraria aventura con noticias que fueron de ayuda para el grupo. Voldemort no daba en la cuenta de que todos aquellos con magia se encontraban despiertos y que aquellos sin magia dormían bajo un hechizo de estasis. Parecía esperar que las muertes empezaran a ocurrir en uno o dos días, quizás un poco más para los magos y brujas. Afortunadamente, con el retiro de los Equipos del campo ni bien Sirius dio aviso a los mandatarios del ministerio, Voldemort permanecía desprevenido suficiente tiempo como para que su fuerza de poder fuera totalmente quebrantada.

Hermione se giró hacia Ron.

– ¿Cómo te involucraste en esto?"

El pelirrojo era otro que ansiaba la atención, aunque tendía a recibir mucha menos que el encantador Sirius.

–Me encontraba en el Equipo responsable de recolectar a los Muggles de las estaciones subterráneas. Acabábamos de llevar tres Muggles a la plataforma cuando Remus nos dio la señal de hacer silencio, acostarnos en el piso y pretender que también estábamos durmiendo. Supuse que Remus se convirtió en Lunático ya que podíamos escuchar gruñidos sobre nosotros y una voz muy extraña, muy 'seseante' hablándole, diciéndole de cómo no le negaría una comida. Luego la voz se dirigió a alguien más, llamándolo 'mi amigo' y unos minutos más tarde nos dijeron que estaba todo despejado y nos pusimos de pie. Remus y Sirius nos dijeron que era Quien Tu Sabes el que se encontraba en la estación.

Hermione se veía totalmente horrorizada de que Ron hubiera estado en tal peligro, pero el parecía regodearse en la historia que podía relatar como resultado.

Harry, curioso pregunto:

–Sirius, ¿en que estabas pensando acercándote a Voldemort de esa forma?

–Canuto en realidad se asemeja al Grim, ¿sabes?, y estaba seguro en cuanto me vio que yo era el Grim que había llegado para deleitarse con toda esa muerte. Parece que le gustan los perros. Incluso si no fuera así, y tuviera certeza de que yo era cualquier otra cosa que el Grim, Canuto es bastante fuerte y ágil; estoy seguro de que podría haber esquivado cualquier cosa que hubiera lanzado hacia mí.

Casi todos en la habitación le dieron una mirada incrédula. Eso era demasiado arriesgado, ¿y todo para ver si podía llevarlo a cabo? No tenía idea de si iba a aprender algo útil. Sin contar que podría haber muerto.

Harry entonces le preguntó a Remus acerca de su rol.

–En cuanto vi a Canuto brincando junto a Voldemort, me transformé en Lunático y me puse a la vista. Sirius podría haberme perseguido; supuse que Voldemort esperaría ese tipo de comportamiento por parte de un Grim y no pensaría más en ello. Después de todo, un hombre lobo deambulando entre todos esos Muggles durmiendo estaría desperdigando muerte a un rápido paso. Cuando no vino hacia mí, supuse que se sentía seguro haciendo lo que hacía y quería continuar, por lo que me limité a mantenerme fuera de vista pero permanecí como Lunático para poder escuchar mejor. Cuando oí a Voldemort decir que iba a adentrarse en el subterráneo me precipite hacia otra entrada para ver si había Equipos del Ministerio trabajando allí y encontré uno. No estaba seguro si Voldemort desafiaría a un hombre lobo, pero parecía cautivado por el descontrol que podría estar causando sobre el desastre existente y se veía casi complacido de ver a Lunático agazapado sobre los cuerpos durmientes. La aparición del Grim en las escaleras detrás suyo pareció confirmar su percepción y se encontraba muy complacido con el mundo cuando dejo la estación.

– ¿Entonces estas seguro de que Voldemort sigue sin darse cuenta de que he despertado a todos aquellos con magia y que tenemos a todos los Muggles durmiendo bajo un hechizo de estasis? –Harry pregunto.

–No creo que el desgraciado tuviera idea cuando lo vi. El único riesgo es que haya ido a algún lugar luego de dejarnos, donde pueda haber visto magos y brujas ocupándose de sus cosas. ¿Has sentido su enojo? –Sirius inquirió.

–No. Y puedo suponer que Voldemort estará furioso una vez se entere. Asique debemos actuar esta noche. No podemos arriesgarnos a que salga de excursión otra vez mañana y vea a alguien despierto.

Remus pareció confundido.

– ¿De qué acción estás hablando, Harry?

Albus sonrió a todos en la habitación.

–Hemos desarrollado un hechizo que removerá la Marca Tenebrosa de los Mortífagos. Obviamente, hay algunos bastante expectantes de deshacerse de ella, y asumo que otros estarán enojados al descubrir que su conexión con su Señor Oscuro ha sido cortada. Pero el que sentirá ésta pérdida sobre los demás es Voldemort. Ya no tendrá acceso a ningún poder mágico más que el suyo.

Sirius estaba observando a Severus, la gran pregunta clara en su rosto. Severus contemplo el simplemente ignorar al perro, pero finalmente asintió.

–Si Black, mi Marca ya no está.

Sirius puso una cara extraña, como si no pudiera decidir si se encontraba complacido o no, pero Remos carecía de tales recelos internos y cálidamente felicitó a Severus por su nuevo estado libre.

Albus interrumpió, mandando a todos a cenar.

–A todos nos hace falta un descanso y un poco de comida. Hay mucho por hacer esta noche, y necesitaremos de nuestra energía. Sugiero que nos reunamos aquí después de cenar. Necesitamos saber quién más aparte de la Srta. Granger y yo puede realizar este hechizo y luego definir la logística para el lanzamiento esta noche.

Cuando el grupo se reunió una vez más luego de haber cenado, había crecido por dos: Ron invito a Charlie para que se uniera. Lo cual por supuesto, significaba que Draco se encontraba allí también. Hermione demostró el hechizo varias veces para el grupo y Severus que había estado trabajando junto a ella, se puso de pie para realizarlo, sintiéndose muy complacido de que funcionara para él en el primer intento. Harry, a pesar de sus mejores esfuerzos en media docena de intentos, no podía realizar el encantamiento y el movimiento de varita en sincronización de manera correcta, fallándole el hechizo en cada intento. Sirius, Remus, Ron, Kingsley y Charlie declinaron la oferta de intentarlo, pero Draco estaba dispuesto a probar. Luego de diez intentos y mucho esfuerzo, los mismos problemas de sincronización que afectaban a Harry le impidieron ejecutarlo de manera correcta. Claramente se sentía irritado.

Albus, sin embargo, parecía bastante conforme con los resultados.

–Antes de que lancemos el hechizo de manera amplificada, me gustaría regresar a la Mansión Malfoy para determinar si nos es posible llevarlo a cabo en un grupo en lugar de individuos particulares. ¿Recuerdan cuando lanzamos el hechizo de estasis donde hubo varios de nosotros realizando el encantamiento Iunctus para reagrupar todos los esfuerzos de las diferentes personas? Yo puedo enseñárselos, y ustedes pueden usarlo para unificar y amplificar nuestro lanzamiento.

Los magos se encontraban complacidos de ver a Albus, Severus y Hermione de vuelta, ya que una vez la voz se corriera sobre como el grupo había diseñado una forma de remover la Marca Tenebrosa, los niveles de excitación y tensión habían alcanzado un punto de hervor.

Albus explicó brevemente los planes de realizar el encantamiento desde otra habitación, y en pocos minutos tuvieron a sus espectadores sentados en sus camas o sillas. El grupo de Hogwarts permaneció en la librería, mientras Albus organizaba en las posiciones adecuadas a los que ejecutarían el hechizo, dándoles instrucciones acerca de la sincronización. Chequeó que todos aquellos que no fueran capaces de remover la Marca Tenebrosa pudieran lanzar de manera apropiada el encantamiento Iunctus, organizándolos también en la posición más adecuada.

A su señal, los tres ejecutando el hechizo de removimiento comenzaron la encantación, mientras que el resto, como indicado, esperaron a que la luz blanca comenzara a aparecer.

Todo salió como planeado. Las luces blancas aumentaron su intensidad al ser unidas y amplificadas, hasta crear un resplandor que perduró por un minuto o más para lentamente desvanecerse.

Tomaron un respiro profundo y unos segundos más tarde un medimago entró con las noticias de que todas las Marcas Tenebrosas en la Mansión habían desaparecido. El grupo no podía saberlo, pero en realidad, todas las Marcas del país se habían desvanecido.

Los pocos magos que portaban la Marca pero no eran conocidos para el resto de los Mortífagos sintieron un ligero mareo por unos minutos, pero dado que sus brazos estaban cubiertos por largas mangas, no se percataron de que sus antebrazos habían estado brillando con una luz blanca.

Más de uno quedó absolutamente sorprendido al prepararse para dormir esa noche y ver que, por alguna razón, la Marca Tenebrosa ya no se encontraba en su piel. Tenían miedo de que esto señalara que de alguna forma, habían perdido el favor del Señor Tenebroso, o que habían sido abandonados; no todos se encontraban complacidos después de todo.

El grupo regresó a Hogwarts embriagado con el éxito y la sensación de logro. Por accidente, el que no todos hayan sido capaces de realizar el complicado encantamiento para remover la Marca resultó ser algo bueno; muchos magos poderosos se vieron en la tarea de lanzar el hechizo Iunctus. Con ese nivel de poder amplificando la sorprendente fuerza de los lanzadores, resultó en un encantamiento increíblemente poderoso.

Albus sabía que la combinación y la fuerza de la magia con la se encontraba trabajando era algo nunca antes visto en su vida, sus pasadas experiencias con el hechizo Iunctus no podían predecir el poder que se generaría aquí. Casi deseaba que no hubiera tanta presión y urgencia puesto que le encantaría poder analizar y estudiar este fenómeno de manera más relajada. Dadas las cosas, se dirigió rápidamente hacia los pergaminos con las traducciones de Harry sobre los Libros de la Oscuridad, y con un movimiento de varita los mandó junto a las anotaciones hacia el gabinete protegido en su oficina, antes de que cualquiera tuviera la oportunidad de echarles un ojo o siquiera notar lo que había hecho.

Mientras todos se sentaban a la mesa, Harry llamó un Elfo para que les trajera té, jugo de calabaza y chocolate para una rápida recuperación mágica. Albus preguntó en voz alta si sería mejor esperar una hora o dos, hasta la medianoche o quizás más tarde, para realizar el hechizo, con la expectación de que los portadores de la marca aún se encontraran cansados y ya se estuvieran dormidos para entonces. Hubo un par de argumentos yendo y viniendo, ya que muchos querían hacerlo ahora mientras aún seguían frescos.

Severus zanjó la discusión al comentar lo que uno de los medimagos en la Mansión Malfoy le había dicho.

–Los medimagos comentaron que jamás habían visto tal agotamiento mágico como el que encontraron al trabajar en la Mansión. Fueron debilitados profundamente tanto a nivel físico como mágico. Lo más probable es que aquellos Mortífagos Marcados aun sigan durmiendo de doce a quince horas al día, por lo que las probabilidades de que uno se encuentre despierto ahora son escasas.

Albus asintió ante esto.

–Permítanme idear unos planes, entonces; luego pediremos a los guerreros de las Tierras del Invierno que nos acompañen fuera de las protecciones del castillo. Harry, ¿asumo que el mismo sitio que utilizamos la última vez para ejecutar el hechizo de estasis será una apertura apropiada hacia las Líneas Ley para éste también?

–Debo imaginar que ese punto estará bien, Director. Era claramente la intersección donde la mayor cantidad de líneas Ley se cruzaban. No creo que las líneas cambien de lugar, ¿y usted?

Albus no lo había pensado, pero parecía poco probable. Encogió sus hombros y negó con la cabeza.

–Bueno, cuando lleguemos allí nos cercioraremos, y si hay que movernos un poco, lo haremos.

Le tomó a Albus un corto tiempo para realizar un plan, y el grupo se dirigió por el silencioso castillo hacia el campamento de los guerreros.

Los vikingos habían comenzado a rotar dentro y fuera de Hogwarts, para que algunos pudieran atender asuntos en sus hogares mientras que otros proveían de su protección a los magos del castillo. El jefe actual al mando del campamento era un gigante guerrero casi de dos metros de alto, con una cara ancha y ruda, barba completa y espesa cabellera dorada trenzada a su espalda. Recibió a Harry con mucho entusiasmo y calidez, sorprendiendo al resto con lo mucho que sabía de cada uno. Un especial reconocimiento fue dado a Charlie, dado que los guerreros habían escuchado que era un domador de dragones. Accedían en que era raro encontrar una vocación más noble, mágica y peligrosa que la doma de dragones. Charlie no era el tipo de hombre en alardear o buscar reconocimiento, pero la sinceridad y el respeto mostrados por estos feroces y talentosos guerreros claramente lo dejó conmovido.

Cuando Albus pidió al comandante su ayuda para realizar otra expedición hacia las Líneas Ley fuera del castillo, cada guerrero en el campo se ofreció a proteger a su rey, dejando al líder con la tarea de seleccionar aquellos que deberían quedarse y cuidar el campamento.

Harry se tomó un par de minutos para caminar los alrededores de la zona y verificar que el punto anterior siguiera siendo aquel con la mayor concentración de Líneas Ley y una vez satisfecho, Sirius lo marcó con una llama a la que deberían apuntar todos.

A Harry se le dio la tarea de realizar el hechizo para solicitar entrada a las Líneas Ley, y el plan original era utilizar Regius Procuratio Per Obis Terrarum, retrocediendo junto al resto detrás de los tres que realizarían el encantamiento para remover las Marcas Tenebrosas y ejecutar el hechizo Iunctus.

En el primer intento, nada pasó. La tierra no acepto el encantamiento como era esperado, lo cual confundió a Severus puesto que ya había obedecido a Harry una vez. La luz blanca procedente de sus varitas simplemente revoloteó para luego desaparecer en unos segundos. Tras una breve discusión, concluyeron que dado que Harry no iba a lanzar el hechizo removedor, debería mantener la orden a la tierra mientras el resto se encargaban del encantamiento. Albus reacomodo las filas, colocando a Harry a un costado con el resto del grupo detrás de Severus, Hermione y el mismo.

Una vez todos en sus lugares, se realizó el segundo intento. Ésta vez, la luz blanca arrasó con su brillo la flama y en el momento en que era tan brillante que se hacía doloroso el verla, fue absorbida por las Líneas Ley y dispersada. El único problema parecía ser que este hechizo tenía un elemento direccional. Dados sus cálculos, aproximadamente solo un octavo del total del globo recibió su impacto, por lo que se armaron de fuerzas y continuaron haciéndolo siete veces más hasta que la totalidad del mundo estuviera cubierto.

Se encontraban todos exhaustos por la experiencia. Después del primer y segundo intento aún resultaba emocionante y los niveles de adrenalina seguían altos. Para cuando llegaron al quinto y sexto acto todos estaban agotados, preguntándose si sería posible el hacer esto tan solo una vez más. Para el octavo intento, todos estaban extrayendo fuerzas de reservas internas que ninguno pensaba tenían.

Cada guerrero tomó a un mago o bruja del brazo para asistirlo hasta el castillo, donde los elfos domésticos rápidamente distribuyeron algunas sillas y una abundante cantidad de chocolate para restaurar la magia del grupo.

——————--

En el dormitorio del Director del Instituto Durmstrang, el sueño de Igor Karkaroff era tan profundo que no se vio interrumpido en lo más mínimo cuando un resplandor comenzó a revolotear sobre su antebrazo marcado para lentamente fundirse en él. Su respiración se descompensó un poco al desvanecerse la Marca, y solo exhaló un fuerte ronquido en el momento en que desapareció por completo. Cuando todo acabó, se giró sobre su costado, hundiéndose en su cama, roncando suavemente.

————————-

El ruido general de aquellos ya dementes y los que se encontraban en su camino a estarlo, en realidad nunca acababa en la prisión de Azkaban en el Mar del Norte.

A los gritos y llantos de los internos se añadía el incesante embate de las masivas olas contra el afloramiento de rocas, ininterrumpido durante el día y la noche. Ésta noche, el ruido alcanzó niveles improcedentes cuando una luz apareció en los antebrazos de docenas de internos, asustando aquellos lo suficientemente cuerdos como para reconocer la emoción, y dándole al resto algo nuevo, sino entendible, sobre que gritar. El nivel de ruido perduró en su punto máximo mientras la luz continuó brillando, pero una vez desvanecida de la vista, la atención de los prisioneros se dispersó. Muy pocos se encontraban lo suficientemente centrados como para dar en cuenta de la desaparición de las Marcas en sus brazos. Quizás algún día se percatarían de que algo era distinto, pero un detalle tan fino se encontraba más allá de su comprensión en estos momentos. Los dementores no pueden ver ni oír a los magos, por lo que el ruido paso desapercibido para ellos. Los guardias mágicos de Azkaban quienes administraban la prisión no pasaban la noche allí, por tanto no se enteraron de la luz, o del ruido, y sería un largo, largo tiempo antes de que ninguno de ellos se acercara lo suficiente a uno de los prisioneros como para notar que algunas Marcas Tenebrosas se habían esfumado.

——————————-

Mientras el grupo sentado en el vestíbulo de Hogwarts se recuperaba del agotador ejercicio, Albus ya se encontraba definiendo planes para contactar al Ministerio.

–Kingsley, si tienes la fuerza, ¿podrías notificar al Ministerio de que hemos ejecutado un hechizo para remover la Marca Tenebrosa de los brazos de los Mortífagos? Voldemort no será capaz de reunir a sus seguidores, ni de extraer su fuerza otra vez. Podrá ponerlo sobre aviso de que sus planes no han funcionado, pero aun así lo imposibilitará si decide lanzar una vez más el encantamiento de sueño cuando se entere de lo que ha pasado. Esto es algo que debería ser compartido con los demás ministerios a lo largo del mundo, aunque eso por supuesto, es decisión de la Ministra.

Lentamente, Kingsley se puso en pie, asintiendo al resto mientras zigzagueaba hacia las oficinas del Ministerio a través del vestíbulo donde una conexión flú lo llevaría con el personal nocturno.

Charlie también se puso en pie, estirando una mano para ayudar a Draco y juntos se despidieron del grupo mientras se dirigían a sus habitaciones. Ron y Hermione se les unieron, caminando juntos hasta la torre de Gryffindor.

Remus se levantó con esfuerzo y jaló a Sirius del sofá donde se encontraba prácticamente dormido. Le gruñó a su compañero:

–Me ocuparé de ti mañana; estoy demasiado cansado esta noche –mientras tropezaban hasta sus habitaciones.

Severus y Harry miraron con algo de preocupación al Director, quien aparentaba cada uno de sus ciento cincuenta y algo años.

–Albus, ¿podríamos llamar a Poppy para que te ayude? ¿O asistirte hasta tus habitaciones?

Por más de que Albus fuera un hombre orgulloso e independiente, era también lo suficientemente inteligente para darse cuenta de que se encontraba totalmente exhausto y en verdadera necesitad de ayuda para llegar al piso superior.

–Una mano para llegar a mis cuartos no sería una mala idea, Severus. Sugiero que utilicemos la chimenea en la Sala Común de Hufflepuff. Es muy grande, cabremos todos juntos.

Severus tomó uno de los brazos de Albus mientras Harry sujetaba el otro, y lentamente se dirigieron por los corredores hasta la entrada de la Sala de Hufflepuff.

La puerta se abrió de inmediato cuando el retrato reconoció al Director, permitiendo que el grupo se moviera tranquilamente hasta la sala con la enorme chimenea. Algunos squibs se encontraban sentados en las mesas jugando cartas, y levantaron las cabezas brevemente ante la vista de los tres magos utilizando la flú. El grupo no dirigió su mirada hacia ellos, pero una squib reconoció a Harry y Severus y resoplo burlonamente, acompañado de un hipido.

Después de perder un argumento sobre llamar a Madame Pomfrey inmediatamente, Severus ayudó a Albus hasta su habitación y llamo a su elfo favorito para asistirlo hasta su cama. Se unió a Harry en la sala y juntos viajaron por la chimenea hasta sus cuartos en las mazmorras.

Ésta era la primera noche desde su boda que Severas caminó hacia el dormitorio junto con Harry; de no haber estado tan cansado, habría seguido su práctica usual de sentarse junto al fuego por un tiempo y así darle privacidad a Harry para prepararse para dormir. El joven no protestó.

Le ofreció a Harry el uso del baño primero, y se sorprendió cuando éste, en cambio, decidió sentarse en la cama. Su agotamiento lo estaba afectando como lo harían varios whisky de fuego, quitándole sus inhibiciones.

–Severus, ¿puedo ver tu brazo?

Lentamente, sin ninguna vacilación ni pudor, el hombre se deshizo de sus túnicas y desajustó su camisa, removiéndola también. Harry sujeto el brazo ofrecido, admirando la piel impecable, pero luego, sus manos comenzaron a explorar sobre el codo, expandiéndose para investigar y masajear los bien formados hombros, junto a los músculos a lo largo de la espalda y cuello.

Severus se deleitó con el toque de Harry, y pensó seriamente en entregarse a lo que sea que Harry tuviera en mente. Como si habiéndolo escuchado, el joven explicó:

–He querido ver tu cuerpo desde hace un largo tiempo, Severus. Lo sé, me has recordado toda la semana que tenemos una cita el viernes y no deseamos precipitarnos, queremos hacerlo bien esta vez. Lo entiendo, pero quiero ver tu cuerpo ahora. No quiero esperar más tiempo.

Severus lo consideró. Probablemente no se encontraba tan exhausto como los demás, y suponía que Harry tampoco, ya que ambos habían experimentado varias pérdidas importantes de magia en el pasado y sus cuerpos estaban mejor preparados para lidiar con eso que el resto que nunca lo habían sufrido antes. Eso no quitaba que aún estaba exhausto y se encontraría dormido una vez dentro de la cama. Le ofreció a Harry otra alternativa.

–Ambos estamos agotados, por lo que no será un buen momento para ningún tipo de actividad intima. Sin embargo, un baño juntos seria agradable. Para asegurarnos que ninguno de los dos se caiga y golpee la cabeza, por supuesto. ¿Te agrada la idea?

Normalmente, Harry no se sentiría cómodo con la idea de desnudarse frente a Severus, teniendo presente en su cabeza los constantes comentarios de su tía sobre lo horrible que era, asumiendo que seguía siendo cierto. Estaba demasiado cansado para eso ahora. Acompañó a Severus dentro del baño, donde gentilmente éste le ayudo a deshacerse de sus túnicas y su camisa, desnudándose de sus pantalones y ropa interior antes de ayudar a Harry con los suyos.

Severus se detuvo, claramente admirando la estilizada forma de su joven esposo. El muchacho tenia estrechos pero bien proporcionados hombros, resaltando sus músculos un poco; una pequeña cintura, y visto por detrás, un hermoso, redondeado y respingón culo. Girándolo para tenerlo de frente, debió admirar los abdominales marcados, fuertes piernas y sorprendentemente, largo miembro para un joven de su edad. Mientras Harry lo enfrentaba, tuvo la oportunidad de maravillarse con el cuerpo de Severus. Ya había visto sus anchos hombros y su fuerte y delgado torso en su primera noche juntos, y en algunas ocasiones en que Severus lo había sujetado, imaginaba que tenía fuertes, bien proporcionadas piernas; pero sus expectaciones eran vagas sobre lo que esperaba ver cuando tuviera la oportunidad de admirarlo desnudo.

Era todo lo que habría ideado, de haber sabido que algo como esto existía. Las piernas eran increíblemente largas, y tan hermosas. Su culo era perfecto, y la vista de su miembro casi le quito la respiración. El cabello en el que se encontraba anidado era tan rizado como lo era lacio el de su cabeza, y Harry le encanto el contraste. Había visto a los chicos de su dormitorio desnudos antes, y compartido las duchas, pero ver a Severus era como ver la anatomía masculina por primera vez. Su apreciación de la vista era completamente evidente en su rostro, para el alivio de Severus. Y Harry vio la misma admiración y valoración en los ojos del hombre.

Harry nunca imagino ser el receptor de una mirada tan descaradamente lasciva. No podía entender cómo es que pudo tener tanta suerte, ¡que un hombre tan atractivo como Severus pudiera siquiera encontrar alguien como él remotamente atractivo!

Severus encantó la ducha a una temperatura cálida confortable, y gentilmente guio a Harry bajo el chorro de agua. Los enjabonó a ambos generosamente, prestando especial, y probablemente no enteramente necesaria atención al trasero de Harry; masajeando y acariciando sus testículos y finalmente su miembro. El joven se encontraba casi dormido contra su pecho mientras era enjabonado, pero incluso en ese estado de agotamiento, su cuerpo se las arregló para responder a las atenciones de Severus, quien le recompenso la deliciosa erección con un atento, y firme trabajo manual. Por mucho que le hubiese gustado una experiencia más mutua, ya no tenía dieciséis años, y esto sería solo para Harry.

Severus apagó la ducha y realizo un rápido hechizo para secarlos. Harry se había dormido sobre él, de pie. Lo levantó gentilmente en sus brazos y lo cargó hasta la cama. Una vez bajo las mantas, Harry se deslizó hacia el lado de Severus, cuchareándolo. Severus lo recibió entre sus brazos, durmiéndose de manera casi inmediata.        

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