16-El teniente inesperado
De un movimiento veloz me presento sin avisar en la tienda de Urahara Kisuke. Le encuentro sentado tomando un té y me mira sorprendido al verme cargar a Renji en mis brazos. Se ajusta bien el gorro antes de incorporarse y se acerca a mí sin decir palabra.
-Vaya, vaya...jamás imaginaría esta escena. El mismísimo Kuchiki Byakuya en persona huyendo con su subordinado...-
-ahórrate esos estúpidos comentarios necesito tu ayuda. No me importa lo que tenga que pagarte o hacer, Renji necesita una cura ¡de inmediato!-
-tranquilo Kuchiki-taicho....teniendo tantos médicos competentes en el Seiretei ¿por qué has acudido a mí?-
-No seas irónico, urahara...siempre tienes una solución para todo, esta es tu especialidad...aparte no solo confío en ti, sino en los otros dos médicos que viven aquí...-
-Ahh te refieres a Kurosaki-san e ishida-san ¿verdad? –
-Llámales y que vengan enseguida. Entre todos buscaremos una solución a este problema, no hay tiempo que perder-
-acomoda a Abarai-san en una de las habitaciones, no puedes tenerle en brazos eternamente...si quieres que hagamos algo por él-
Obedezco a regañadientes y entro en otra estancia libre para dejar a Renji acostado sobre un futón. Le arropo con delicadeza y aparto el cabello húmedo de su rostro para que no le moleste. En cuanto me incorporo, noto un tirón en mi brazo y veo a Renji con los ojos medio abiertos mirándome.
-ca...capitán.... ¿dónde estamos?-
-Shh, no hables, ahorra energías para cuando te recuperes-
-es el mundo humano...no quiero que tengas problemas...-
-no los tendré Renji, soy un capitán, no tengo por qué dar explicaciones de mis actos-
-esto...no lo hacen los demás capitanes...solo tú...-
Cierto. Porque solo yo le quiero. Porque no puedo hacerme a la idea de que pueda perderle, porque no dejaré de luchar hasta ver que se recupera. Me da igual si enfermo yo también por estar a su lado, él no me abandonó cuando yo salí herido de la última batalla, me salvó de morir ahogado....y yo le devolveré ese gran favor. Le veo removerse incómodo en el futón y me entretengo en trenzarle el cabello para que no lo tenga desparramado y molestando, le tiene demasiado largo. No sé me da muy bien hacer peinados, pero lo poco que me está mirando puedo apreciar una leve sonrisa en sus labios. Si eso le sirve para aliviar su dolor, no me importa parecer torpe por esto...
-Kuchiki-san. Ha pasado mucho tiempo-
Al girarme veo a los dos médicos, Kurosaki e ishida. Uno serio y otro sonriendo, como siempre. Me incorporo para saludarles educadamente y enseguida ambos posan sus ojos en Renji. Ishida se acomoda las gafas y Kurosaki es el primero en acercarse a Renji para coger su brazo y sentir su pulso.
-esto no tiene buena pinta. ¿Desde cuándo lleva así?-
-Una semana a lo mucho...al parecer es una enfermedad del rukongai, mis médicos no han podido hacer nada, por eso le he traído. Me niego a pensar...que va a morir-
Los médicos se miran mutuamente a modo de complicidad y yo trago saliva, nervioso por dentro al ver su actitud. No dicen nada, simplemente dejan su maletín en una mesa y cierran puertas y ventanas para luego ponerse guantes y una mascarilla.
-Kuchiki-san, no vuelvas a entrar a esta sala- ishida me mira seriamente al decirlo.
-¿porqué?? ¿De verdad es tan grave? Necesito asegurarme de que haréis todo lo posible por salvarle ¿me he explicado con claridad? -
Kurosaki Isshin se acerca a mí y apoya su mano en mi hombro para calmarme. Ellos pueden notar la presión elevada de mi reiatsu descontrolado y no soy consciente de que estoy dañando a Renji con ello. La bajo de inmediato y veo como el rostro de Renji se relaja. Maldición. Soy un peligro para él.
-No solo es por tu fuerza espiritual, Kuchiki...sino por el contagio. Es cierto, es una plaga que se está extendiendo por la sociedad de almas. Pero encontraremos la cura. Renji está en buenas manos, no le dejaremos morir, es un chico muy fuerte ¡confía en nosotros! Somos los mejores médicos ¿verdad ishida?-
Ishida hace caso omiso al comentario fuera de lugar de Kurosaki y se centra en arrodillarse delante de Renji para empezar su revisión. Me piden que salga fuera donde urahara me espera sentado y me ofrece una taza de té.
-tómala, la necesitas....no temas, no está envenenada -
-Urahara...por favor, no me falléis...-
-¿estás pidiendo un favor?? ¿Tú?-
-No me hagas repetirlo os dejaré al cuidado de Renji...debo regresar al Seiretei, pero regresaré en cuanto haya dado las explicaciones oportunas-
-no te preocupes, aquí está a salvo. Aunque el tratamiento y su recuperación irán para largo, tendrías que pensar en un sustituto para Abarai mientras esté convaleciente-
-jamás pondré a otro hombre en su puesto de teniente-
-Te obligarán a ello y lo sabes...solo será temporal, al menos hasta que veamos cómo evoluciona Abarai...no te puedo asegurar que aunque lo salvemos, pueda volver a ser el de siempre.-
Cierro los ojos ante esa aplastante realidad. Aunque Renji se quedara inmóvil o incapacitado, yo sería su sombra o su cuerpo si me necesitara para todo. Cualquier cosa menos enterrarle, no puedo. Si él muere, yo muero con él. No soportaré otra vida de soledad sin la persona a la que he vuelto a abrir mi corazón.
-Nii-sama...-
Abro los ojos, estupefacto al ver entrar a Rukia junto a Ichigo que desvía su mirada de la mía para no enfrentarnos. Me incorporo de mi asiento y Rukia se acerca para posar sus pequeñas manos sobre las mías, mirándome con ojos lacrimosos. Me fastidia que haya traído a ese desgraciado al que tengo ganas de matar aquí y más al ver el vientre abultado de mi adorada hermana, aunque en el fondo me llene de júbilo.
-Rukia... ¿Cómo estás? ¿Te tratan bien por aquí?
-Sí, hermano, no te preocupes...necesitaba veros, me he enterado de lo de Renji y...Ichigo insistió en que deberíamos ayudar en todo lo posible-
-tú.....Kurosaki Ichigo-
-Lo siento Byakuya, debería darte muchas explicaciones sobre lo de Rukia...pero no creo que estés dispuesto a escucharme ahora imagino-
-No porque te mataré. No lo dudes, estoy muy cabreado-
-Nii-sama, estás cansado....es demasiada tensión, por favor, carga ese peso sobre nosotros, te ayudaremos en lo que sea...-
-he de volver ya a una reunión...sino las consecuencias serán terribles. En mi ausencia, no dejéis solo a Renji ni un segundo, quiero que me informéis de todo mientras estoy allí-
-descuida Byakuya, si ocurre algo yo mismo iré al Seiretei para buscarte-
Miro con recelo a Kurosaki Ichigo pero agradezco en silencio que vaya a hacerme ese favor. Me despido de todos antes de abrir el portal y entro dentro usando el shunpo para llegar cuanto antes al Seiretei. En cuanto toco suelo allí, Kyoraku se presenta ante mí con sus guardias y me mira apenado. Maldición.
-te estábamos esperando, Byakuya...acompáñanos, por favor-
Le sigo pese a mi reticencia hasta el primer escuadrón. Por una parte entiendo al postura de Kyoraku, ahora él lleva todo el peso de la sociedad de almas, no puede hacer nada para ponerse a mi favor...la decisión conjunta de todos los ancianos es la que dictaminará mi comportamiento.
-Kuchiki taicho....jamás pensaríamos que el cabeza de la familia Kuchiki desobedecería las normas de este modo.... ¿qué ha hecho con el teniente Abarai? Nos han informado de que desobedeció una orden directa y huyó con él al mundo humano. ¿Por qué motivo?-
-No tengo que dar explicaciones de mis actos personales si eso no afecta a mi labor como capitán. Era urgente que llevara a mi teniente al mundo humano, él está bajo mi directa responsabilidad-
-Ya nos has fallado antes, Kuchiki taicho, el teniente Abarai consintió que siguieras en tu puesto renunciando al cargo que le habíamos otorgado. Pero ahora resulta que él desaparece y tú sigues sin dar la talla como el capitán que eres....es decepcionante-
-¿Cuánto tiempo voy a soportar esta humillación directa? den su veredicto de una vez, no voy a decir nada más-
Los ancianos exclaman asombrados ante mi osadía. Estoy tan cansado de obedecer...de no salirme de las normas, del miedo a no seguir mis ideales....eso me ha llevado a cometer demasiados fallos. No volveré a hacer daño a los que quiero.
-Bien Kuchiki taicho, dada las circunstancias, no le vendrá mal estar una temporada en prisión hasta que se decida a declarar. Si persiste en seguir manteniendo silencio, terminaremos ajusticiándole delante de todos los capitanes y miembros del consejo. Mientras tanto, el sexto escuadrón no se quedará desprotegido. El resto de capitanes vigilarán su puesto en su ausencia y en el puesto de teniente estará uno de nuestros candidatos. Puedes entrar, Tsukishima Shukuro.-
Me giro alerta ante la presencia de esa figura del pasado. No puede ser....el hombre que derroté en el mundo humano hace tiempo, está aquí ¿Cómo shinigami??? ¿Qué broma es esta?? Miro con furia a los ancianos y ellos se adelantan a hablar antes de que pueda protestar.
-Como bien sabes, capitán Kuchiki, el grupo de Ginjo tras morir a manos de la actuación del shinigami sustituto, viven aquí como almas y se les ha concedido otra oportunidad...tsukishima ha superado las pruebas para ser shinigami y está altamente cualificado para ocupar un cargo de teniente, es más, él ha mostrado interés por entrar a formar parte de su escuadrón, ya que tuvisteis roce en el pasado.-
-¿roce?? La orden directa fue aniquilarlos y así lo hice ¿piensan dejar a este hombre ocupando el puesto de mi teniente? ¡Es insultante!! ¡no lo admitiré!-
-No estás en posesión de dar órdenes Kuchiki taicho, la sentencia se cumplirá. Guardias, llevadlo a prisión, no hay nada más que discutir-
Kyoraku y yo cruzamos una rápida mirada y veo el desconcierto en sus ojos. No se esperaba esta decisión por parte del resto de miembros. Pero no puede hacer nada, está atado de pies y manos. Ya me ayudó en otra ocasión, no puedo pedirle más favores. Incluso los ancianos de mi clan están en contra por el trato "preferente" que le he estado otorgando a Renji. No han querido manifestar en público la relación que intuyen que él y yo tenemos, pero sí han decidido no interferir en la decisión de los ancianos. Camino lentamente seguido por dos guardias que me llevan al edificio de prisiones y allí me ponen un cepo atrapando mis muñecas después de obligarme a dejar mi capa de capitán y cualquier adorno que lleve en el cabello o cuerpo, quedándome únicamente con el uniforme negro de shinigami. Me apoyo en los barrotes de la celda y suspiro afligido. Maldición...lo siento tanto Renji....no puedo estar a tu lado, pero mientras estés a salvo, es lo que importa...espero que en cuanto consiga salir de aquí, te vea recuperado y tan tenaz como el día que nos conocimos...
-Kuchiki taicho-
Echo mi mirada hacia el frente y mi cuerpo se llena de ira al ver a tsukishima observándome con una sonrisa dedicada en su rostro. Se acerca a la celda manteniendo la distancia para que no le ataque y se cruza de brazos meneando suavemente la cabeza.
-tranquilo capitán...no tengo nada contra ti-
-kisama.... ¿por qué tú? ¿Por qué en mi escuadrón? Buscas venganza por lo del mundo humano, niégalo si te atreves-
-nada más lejos de la verdad, capitán. Eso está olvidado, ganaste porque eres más inteligente y hábil, fue un placer luchar contra ti. Y es otro placer ser tu teniente-
-MI teniente es Abarai Renji, no tú jamás te trataré como tal-
-Por favor...si accedes a declarar, te dejarán en libertad y podrás regresar a tus funciones como capitán....ardo en deseos de ver como trabajas aquí, para seguir tu ejemplo-
-Quítate de mi vista me repugnas-
-muy bien...no te forzaré más. Hasta que vuelvas, me encargaré de atender bien a tus subordinados, ya verás cómo te enorgulleces de mi labor...-
Veo como me da la espalda y me vuelve a mirar antes de marcharse. Esa sonrisa me da escalofríos y asco, lo mataré en cuanto salga de aquí. No entiendo nada ¿Por qué le han dado esta oportunidad? Debería estar muerto, pero sin embargo su alma ha terminado en la sociedad de almas ¿justo en este momento? Hay algo que no encaja... ¿Qué interés tiene este hombre en permanecer a mi lado? ¿Sabrá lo de Renji y por eso ha actuado rápidamente? Miro sus ojos y veo el brillo que desprenden. No me observa con rechazo ni vanidad, sino con respeto ¿admiración? Es la misma mirada que Renji tenía cuando le pillaba observándome en el despacho y se ruborizaba nervioso. Ese recuerdo me hace sentir algo de alegría entre tanto odio. ¿No será que él?.....intento no endurecer mi mirada y esta vez le observo con tranquilidad, mirándole fijamente. Muevo la cabeza levantando el mentón para hacer que los mechones de mi cabello me despejen la visión y veo como se ruboriza levemente. Maldición....este hombre está...
-Nos vemos capitán. Vendré a visitarte cada día pese a tu rechazo...puede que algún día te convenza, de que no soy una amenaza.....sino un aliado. Alguien que sería capaz de dar la vida por ti....como un buen teniente-