Juramento Inquebrantable [Fre...

By MerlinaRothbart

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« ¿Cuánto estás dispuesta a sacrificar con tal de salvarle? » Nina Illich es una bruja sangre pura seleccio... More

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By MerlinaRothbart

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44. Cambiando contenidos
________________________

...Albus Dumbledore jamás había mostrado signos de molestia o enojo delante de alguno de los estudiantes a menos que este se comportara de manera inadecuada o cometiera algún ilícito que implicara tener que tomar consecuencias graves, tan graves como suspender, expulsar o romperle la varita a alguien. 

Este era el caso de aquello.

Muchacho, lo lamento mucho; no me queda más remedio que tomar cartas en el asunto por el comportamiento que haz tenido— murmuró con la voz serena aunque tuviera que mostrarse severo, en esta ocasión no podía ser indulgente...

Todo había comenzado la noche en que Nina, Draco y Astoria habían estado riendo y hablando sobre las clases, anécdotas que habían ocurrido durante la semana. 

—Creo que ustedes se están llevando bastante bien—señaló Nina con tono pícaro que consiguió incomodar de cierta forma a los chicos que estaban sentados uno al lado del otro en uno de los sofás de cuero negro que estaban dispuestos en la sala común de la casa de las serpientes —Siento que dejaré de comer diablitos picantes y les dejaré a solas— comentó sobándose los ojos debido a que ya estaba comenzando a invadirla el sueño— Me lo agradecen mañana— sonrió. 

Nina se había dado cuenta de que entre ellos estaba surgiendo algo poco a poco, por lo que en momento que podía, trataba de que ambos tuvieran el tiempo de conocerse, había cierta mirada cuando su amigo observaba a Astoria, era como si pudieran estar juntos sin mayor esfuerzo, como si no existieran trabas que los alejaran o reprimieran a una charla agradable. Así que si debía convertirse en una especie de cupido para que Draco espabilara lo haría.

Tras irse a la cama esa noche, pasó una velada algo incómoda; no cesó de darse vueltas y despertar cada cierto tiempo, sin poder conciliar un sueño reparador. A la mañana siguiente le dolía mucho el estómago; claramente haberse comido casi sola un paquete de aquellas chucherías le había pasado la cuenta y ahora debía de afrontar las consecuencias.

—Hey, tienes un aspecto terrible; como si anoche me hubieses traicionado— comentó Pansy con una sonrisita irónica. Nina ignoró el comentario de la Slytherin, pues sabía a lo que se refería. La chica Parkinson  aún resentía el hecho de que ella no la ayudara en la conquista del corazón de Malfoy, por lo que estaba haciendo referencia a lo que había acontecido anoche entre el rubio y aquella castaña.

—No seas rencorosa, sabes que tú eres la que tiene que reaccionar; incluso—contestó mientras se vestía— también deberías agradecerme, así arrancas la ilusión que aún conservas de una sola vez. 

—¿Te encuentras bien? Luces terrible— declaró con ojos inquietantes—No me digas que te acostaste con ese traidor y te embarazó.

La aludida sintió cómo un tenue rubor ganaba lugar en sus mejillas por dicha mención de su amiga. 

—No, creo que eres algo mono temática Pansy— farfulló— Pero temo decepcionarte, sólo es una  gran dosis de diablitos picantes.

— Y de traición. 

—Oh, basta mujer; no seas rencorosa— gimió colocando sus manos en el estómago—Pronto lo entenderás, sabes que esa relación tóxica no iría a ninguna parte.

Dejó a la chica y después salió de la habitación, yendo hacia el salón principal de la sala común. No se percató de que Xavier estuviera observando sus pasos y que saldría disimuladamente detrás para saber hacia donde se dirigía. 

A él le interesaba, pues quería poner su plan en marcha, la idea que tenía hace mucho tiempo; sobre todo que ahora todo era un hecho para ella con Weasley. Caminó tras la bruja y se percató que entró en la enfermería y sonrió, era como si todos los astros se hubieran alineado para que lo que surcaba sus pensamientos funcionara.

Es hoy—susurró para sí mismo.

En ese mismo momento Madame Pomfrey estaba junto a Nina Illich, mientras le comentaba que su estado de salud no era grave pero que para otra ocasión tenía que considerar mejor la cantidad de picante que ingresaba a su estómago.

La bruja sonrió y se instaló en una de las camillas pensando en que esta era la segunda ocasión en donde estaba en la enfermería. En la primera había estado allí con Fred Weasley, este había fingido enfermar para estar con ella; ahora se había tragado una bolsa de picante y tenía una extraña sensación de un mal presentimiento.

—Voy a ponerte un sedante, pues deberás estar aquí hasta que expulses todo lo que tragaste, espero que la próxima vez consideres moderarte al comer.

—Lo tendré en consideración, Madame Pomfrey, no la desobedeceré nunca, es la mejor sanadora.

— Oh, no me adules Illich —le regañó—No te comportes como Malfoy.

—Es inevitable Madame, es mi mejor amigo— siseó mientras notaba que la sanadora mezclaba cosas en diferentes frascos.

Ella sonrió y negó con la cabeza, dándole a beber una medicina y poniendo una aguja en una de sus venas.

—Según yo este era un método muggle.

—Sí y lo replicamos porque es ideal y rápido— comentó la mujer mayor— Así que ahora espero que te duermas para que no te aburras.

—¿No puede venir Draco?

La sanadora frunció el ceño, no podía evitar demostrar su desagrado por aquel mago. Fingió como si no la hubiera oído, pero ella insistió.

—¿Puede entonces?

—No, debes dormir; además tampoco es como si fueses a estar aquí un mes—aclaró —Comportate, debo trabajar con otros estudiantes.

Con resignación se acomodó y observó el techo de la sala, tragó saliva y entrelazó las manos en su barriga esperando a que las medicinas que la bruja había administrado surtieran efecto. Claramente le hubiese gustado tener compañía, pero si ella decía que estaría poco tiempo pues suponía que tendría que hacerle caso.

—¿Qué te sucedió, Nina?

Neville estaba a unas camillas más allá, con algunas pústulas en el rostro. Le otorgó una mirada de disculpa y su cara reflejó algo de vergüenza.

—Creo que tomé por equivocación una de las pastillas que confecciona tu novio —farfulló— Se parecen mucho a mis pastillas de menta y pues todo sucedió muy rápido —se excusó.

Nina le sonrió abiertamente. Neville le caía muy bien.

—Fred en ocasiones puede ser algo extremo con sus preparaciones ¿Madame Pomfrey ya te ha visitado?

—No, estoy a la espera; creo que debes dormir.

—Bien, en mi caso; creo que comí demasiados diablitos picantes con Malfoy, así que técnicamente soy una ansiosa bruja que come sin control —dijo mientras bostezaba y frotan a sus ojos.

—Ve a dormir, creo que estarás más tiempo que yo— se encogió de hombros y frunció los labios al momento que tomaba un ejemplar de una historieta.

Neville era uno de los pocos chicos de Gryffindor que solía ser amigable y no dejarse llevar por los prejuicios, a pesar de que tenía una historia de vida que no sólo le había golpeado a él. Posteriormente de unos minutos de silencio se percató de que la joven que yacía delante de él ya estaba dormida, por ende decidió tratar de ser silencioso y no despertarla con alguna risita involuntaria por la lectura.

La sanadora dejó unos medicamentos en las mesitas de noche de cada uno de los estudiantes que habían en el lugar para que los bebieran en cuanto despertaran y luego desapareció, dejando a Neville en el silencio y con la cara con un ungüento que olía bastante mal. 

Pasadas las horas se percató de una figura silenciosa que venía entrando en el cuarto y decidió fingir estar dormido; si llegaba a ser la bruja se molestaría debido a que aún no dormía como le indicó que debía hacer. Agudizó su mirada por el rabillo de un ojo y se percató que era un estudiante de Slytherin, Xavier Zimej; quien estaba al lado de la camilla de Illich y la observaba.

¿Qué demonios estaba haciendo allí? ¿Se sentía mal y esperaba a Pomfrey?

No lo creía, pero él le daba bastante miedo como para enfrentarle sin nadie más que pudiera defenderle en caso de necesitarlo. De un tiempo a estar parte Zimej gozaba de una pésima reputación y no quería llegar a tener represalias, sin embargo le observó atento.

¿Por qué cambiaba los medicamentos del frasco de Nina? ¿Qué era aquello que guardaba?

Estuvo a punto de vencer su miedo, pero él salió raudo de la enfermería cuando vió que otro chico se removía en su camarote. La intriga y el desazón consiguieron que él no pudiera dormirse y lo empeoraba el hecho de que la mezcla en su cara ya había surtido efecto y no podía mover ni un sólo músculo de ella mientras sentía que las ampollas se reventaban.

Al momento que Nina despertó ya no sentía dolor ni quemazón en su estómago, de hecho se sentía bastante bien. Observó a ambos lados y estaba cubierta con el biombo, se removió en su cama y después de eso salió de debajo de las cobijas.

—Illich ¿Cómo te sientes?

—Bien—replicó la bruja de forma escueta a la pregunta de la sanadora, ya quería irse pues no le agradaba estar allí— ¿Puedo irme ya?

—Después de tomar los medicamentos que están en tu mesa de noche. Ahí serás libre.

La Slytherin observó que era una poción de aspecto viscoso, pero que no olía mal. Aunque con Madame Pomfrey jamás se sabía y por lo general sus preparaciones no tenían sabor agradable. Tomó el frasco y antes de que se lo acercara a la boca, Neville le lanzó una almohada para que dejara de hacerlo.

—¿Qué demonios, Neville? —inquirió Nina al momento en que el objeto chocó con su mano y este consiguió que dejara caer el frasco, rompiendolo.

El Gryffindor intentaba hablar, pero sólo conseguía balbucear sin éxito.

—El señor Longbottom está actuando muy extraño, quizás sea una reacción adversa del ungüento.

—No, parece que quiere decirme algo—dijo Nina al ver que hizo un gesto de escritura con su mano. La bruja se dirigió al escritorio de la sanadora y cogió pergamino y pluma y lo dejó sobre la cama del muchacho.

Este lo tomó y anotó de forma rápida en el papel amarillento, dándoselo a Nina para que lo leyera. Esta quedó sorprendida y lo entregó a la sanadora.

«Xavier Zimej estuvo aquí cuando dormías y cambió tus medicamentos»

—¿Está seguro, señor Longbottom? Esa es una grave acusación.

Él subió su pulgar en gesto aprobatorio.

—Me temo señorita Illich que tendrá que acompañarme al despecho del profesor Dumbledore, no puedo dejar que merodee por el castillo teniendo en cuenta aquella información— declaró —Y usted señor Longbottom, apenas termine su tratamiento en una hora más, también tendrá que acudir a ratificar el testimonio de lo que vió.

El corazón de Nina latía a mil por hora.

¿Qué habría intentado Xavier para con ella y porqué?

Si desde la última vez no habían vuelto a tranzar palabra.

El despacho del director Dumbledore, se había llenado luego de una hora, allí se hallaba Neville –ya sin pustulas–, Nina y el último estudiante Xavier. También habían llegado los padres de la chica y el joven involucrados.

Nina no podía evitar lanzarle miradas de odio a Xavier, pues esto ya había sobrepasado todos los límites y tenía unas ganas terribles de hechizarle, conteniéndose únicamente por el hecho de que estaba el director.

Ambas parejas de aurores eran bastante cercanas, habían trabajado desde que los Illich iniciaron sus servicios en el ministerio, por lo que estar en esta situación los ponía en una cruzada muy tensa.

El jefe de casa entró con aspecto molesto y alterado.

—Severus —habló Dumbledore —¿Pudiste identificar qué fue lo que contenía la pócima creada por el joven Zimej?

El mago lo miró con ironía, como si tratara de decirle lo estúpido que era con una sola mirada.

—Es una poción parecida a la Amortentia, genera los mismos efectos, pero su eficacia no es inmediata. Pareciera como si la persona se obsesionara paulatinamente de quien la usó, no de manera abrupta, lo que crea el efecto de realidad —señaló.

Todos los presentes quedaron impresionados. Menos Nina.

Ella sabía que el joven había tenido varios intentos no del todo decentes de involucrarse con ella y ésta no sería la excepción.

—¿Xavier tienes algo que decir? —preguntó su padre en tono severo.

El chico no contestó.

—Dudo que lo haga, si no es capaz de tolerar un no, dudo que vaya a emitir alguna palabra sensata— le recriminó Nina.

—Muchacho, lo lamento mucho; no me queda más remedio que tomar cartas en el asunto por el comportamiento que haz tenido— murmuró Albus con la voz serena aunque tuviera que mostrarse severo, en esta ocasión no podía ser indulgente.

Amelie Illich tomó la palabra, lo hacía por el aprecio que le tenía verdaderamente a sus compañeros de trabajo.

—Profesor Dumbledore, creo que nosotros nos conformaríamos con lo que usted disponga, sin embargo nos pesaría bastante que eso fuera una expulsión— declaró —Él debe aprender de sus errores, pero sacarlo de la escuela quizás....

Mamá...

Señora Illich aprecio su intervención, sin embargo es él quien debe abogar por su reputación —siseó Dumbledore silenciandola —Xavier ¿No crees que la señorita Illich y sus padres se merecen una explicación o una disculpa?

—No— murmuró de forma escueta.

—Bien— dijo Dumbledore —quedas suspendido, tu matrícula estará suspendida hasta el próximo año, debes rendir exámenes libres cuando se te llame y volverás a clases presenciales en el inicio de año entrante —musitó con calma —Espero que este tiempo te sirva para pensar en lo que haz hecho, es grave; aunque tu lo veas como una simple jugarreta infantil —lo miró fijamente a los ojos —Tu jefe de casa te ayudará a recoger tus cosas, volverás a tu hogar y espero que eso te sirva para reflexionar en tus malas acciones, recuerda que ellas no te definen, pero no debes guiarte por ellas.

El estudiante salió del despacho no sin antes cruzar miradas con Nina. Una mirada cruel e intrépida.

Una mirada de venganza.

Una venganza que no quedaría allí.

Aquello no saldría de sus pensamientos nunca más.

___________________

¡Ustedes son los mejores lectores de la vida y del universo! Quiero agradecerles el apoyo tras esta reedicion, que sigan aquí después de tanto tiempo. A veces me pongo media sentimental, pero quiero enviarles un abrazo apretado y todo el amor por apoyar a mi bebé Nina y a Fred y haber creado al ship #Fredina
Son los mejores lectores y siempre les estaré agradecida eternamente.

Los quiere, Merlina.

EditorialVersalles

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