Ecos de Coraje.

By ARA_DIA

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Juliet pensaba que al fin había conseguido dejar todo atrás, que había logrado curar sus heridas ahora quedan... More

Antes de leer.
CAPÍTULO 1.
CAPÍTULO 2.
CAPÍTULO 3.
CAPÍTULO 4.
CAPÍTULO 5.
CAPÍTULO 6.
CAPÍTULO 8.
CAPÍTULO 9.
CAPÍTULO 10.
CAPÍTULO 11.
CAPÍTULO 12.
CAPÍTULO 13.
CAPÍTULO 14.
CAPÍTULO 15.

CAPÍTULO 7.

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By ARA_DIA

Ángel.


Las chicas parecen estar pasándolo bien, ha sido un acierto traerlas. Están sentadas hablando animadamente de a saber que mientras beben y nosotros jugamos una partida. Es un dos contra dos, Christian y Thiago contra Mark y yo. Vamos muy empatados aunque tampoco es que le esté prestando mucha atención.

El local se encuentra lleno, menos mal que nosotros siempre tenemos nuestra mesa reservada.

La risa de Juliet hace que vuelva a mirarla haciendo que se me contagie su felicidad y esboce una sonrisa.

Creo que necesitaba despejarse de todo lo que la pelirroja le está haciendo pasar. No sé cómo puede aguantar tanto.

- La vas a desgastar de tanto mirarla.- Miro a Mark que se burla de mí.

- Solo estaba comprobando que estuvieran bien.

- Ya, claro. Por eso no estás concentrado.- Continua Christian haciendo que bufe.

- Me toca a mí ¿No? .- Me dirijo a la mesa. Observo mi objetivo, me preparo y le doy de lleno haciendo que caiga por uno de los agujeros laterales. Giro alrededor de la mesa hasta visualizar mi próximo objetivo, me preparo, escucho como la enana ríe, pierdo la concentración y fallo el tiro.


Mierda.

Si estos cabrones se dan cuenta me voy a convertir en el blanco de todas sus burlas.

Me separo para que Christian haga su tiro y siento la presencia de Thiago a mi lado.

- ¿Cuándo vas a tener los huevos necesarios para confesarle lo que sientes?

- No sé de qué me hablas.

- A mí no me haces tonto. Hasta los chicos se han dado cuenta. Pero si quieres ir por ahí... Supongo que eres el único que no lo ve. Bueno, y ella. Lo peor de esto es que no es algo nuevo, ya lleva tiempo.- Y sin más se acerca a la mesa para tirar.


La partida ya está al terminar y vamos perdiendo. Si antes estaba desconcentrado desde que Thiago me dijo eso es peor.

Por el rabillo del ojo veo a Luke acercarse a nosotros.

- Hermanos ¿Cómo os lo estáis pasando?

- Bien, como siempre.

- Genial. Sabes, es raro.- Lo miro por primera vez enarcando una ceja, alentando a continuar.- Normalmente os vais de aquí con alguna chica pero es la primera vez que venís acompañados de unas.

- Se los propusimos y quisieron venir.- Contesto restando importancia al asunto.

- Ya veo.- Suelta una carcajada antes de continuar.- Pensé que era tu novia, que te habías centrado.

- Bueno, tú me sacas unos años y no lo has hecho aún.

- Buen punto. Por cierto, he venido a avisarte que aquella mesa de allí.- Dice señalando una mesa alejada.- Es tuya.

- Bien, gracias.- Y con eso se aleja.


La partida termina con nosotros como perdedores. Esto me lo van a estar recordando por bastante tiempo.

Nos acercamos al sofá donde están las chicas que callan cuando nos ven llegar. Le indico a la enana que venga conmigo. Cuando llega a mi lado le paso un brazo por encima y la guio hacia la mesa que nos ha reservado Luke.

Ahora que estamos solos me permito detallarla un poco más. Thiago tenía razón, está preciosa.

- Así que va en serio eso de enseñarme.

- Por supuesto.- Llegamos a la mesa, cojo dos tacos tendiendole uno a ella y coloco las bolas en su posición.- Bien, de esta forma se coge el taco.- Me posiciono detrás de ella indicando la postura correcta.

Siento una corriente eléctrica en el momento en que la toco. Mi corazón está errático, como si quisiera salirse de mi pecho.


¿Pero qué cojones me pasa?

Seguramente sea el alcohol. Si, eso será.


- Inclínate hacia delante un poco.- Mierda, eso ha sonado peor de lo que esperaba.- Apunta en el centro de la bola y golpea.


Abro mucho los ojos cuando consigue acertar a la primera.

- ¡Le he dado! .- Da pequeños saltitos, se gira y me abraza.


Por inercia la envuelvo entre mis brazos y el olor de su perfume inunda mis fosas nasales.

¡Joder, que bien huele!

Me habría quedado ahí para siempre pero es ella la que rompe el abrazo.

- Lo has hecho genial enana.

- Tengo un buen profesor.

- Entonces ahora veremos que haces en una partida.


Empezamos a jugar y aunque no estemos en igualdad de condiciones se defiende.

Estamos a mitad de la partida cuando veo una cabellera rubia sentada en la barra, la reconozco al instante.

Mierda.

- Juls ¿puedes esperarme aquí un momento? .- Asiente y me voy donde están los chicos.


Intento pasar sin que la rubia me vea.

Cuando llego me dirijo directamente a Mark.

- Hey ¿dónde has dejado a Juliet?

- Tio necesito que me hagas un favor.- No me molesto en contestarle la pregunta.

- No traigo condones.- Me echa una media sonrisa ladeada a lo que yo lo miro con cara de pocos amigos.

- ¿Condones? .- Thiago se ha acercado y me mira enarcando una ceja.

- No seáis capullo. No es eso.- Suspiro.- ¿Os acordáis de la rubia de hace unas semanas? .- Ambos asienten.- Está aquí y no quiero que me vea.

- Corrección, no quieres que hable con Juliet.- Ruedo los ojos a Thiago.

- ¿Y qué quieres que hagamos?

- ¿Te acuerdas de que le dije que me llamaba Mark? .- Asiente.- Pues también le di tu número.

- ¿¡QUÉ!?

- Si te llama o te manda un mensaje llevatela a la zona de abajo y te presentas. Con suerte no se acordará muy bien de mí.

- Claro porque sois identicos.- Mientras nosotros entendemos la ironía que lanza Thiago este estalla en carcajadas.

- Hermano me debes una muy gorda.- Se pasa la mano por el pelo nervioso. Sé que tiene razón.

- Gracias tio.


Salgo corriendo hacia donde he dejado a Juliet y la encuentro hablando con Luke.

¿Qué cojones quiere de ella?

Me acerco y ambos se quedan callados cuando me ven, me sitúo al lado de Juls.

- ¿Ocurre algo Luke?

- Nada, solo he visto a tu amiga sola y me he acercado a hacerle compañía.

- ¿Y se puede saber de qué hablabais?

- De nada en especial, ¿verdad muñeca? .- Reprimo mis ganas de pegarle un puñetazo cuando oigo cómo la había llamado.

- Uhum.- La miro y por como mordía su labio inferior podía notar como estaba incómoda.

- Bueno pues ya estoy aquí, así que si nos disculpas tenemos que terminar la partida.

- Por supuesto.- Le guiñó un ojo a Juls antes de girarse para irse.


Se instaló entre nosotros un silencio incómodo y así que solté lo único que se me ocurrió en ese momento.

- ¿Seguimos la partida? .- Asintió sin mirarme.


Ambos fuimos a coger nuestros tacos pero algo no se sentía bien, había demasiada tensión en el aire. Juls ni siquiera me había mirado desde que llegué a su lado. ¿Será por algo que Luke le ha dicho? ¿Por algo que he hecho? ¿Ambas?

Con ambas posibilidades soy igual de imbécil.

La había dejado sola y Luke aprovechando esa oportunidad se había acercado a ella haciendo que se sienta incómoda.

- Juls.- Llamé su atención necesitaba saber que pasaba por esa cabeza.

- ¿Hum? .- Seguía sin mirarme me estaba empezando a desesperar. La agarro por el antebrazo haciendo que gire quedando cara a cara conmigo.

- ¿Qué pasa?

- Nada.- Me aparta la mirada así que agarro con suavidad su mentón y nuestras miradas se encuentran.


Dios esos ojos parecen poder ver a través de mí.

- Te ha incomodado ¿no es así?

- No... Osea si... Un poco.

- ¿Qué te ha dicho?

- Nada, ¿a donde has ido?


Su pregunta me pilla desprevenido por completo, no me esperaba que me soltara eso.

- Olvidé decirle algo a Mark y era importante. Lo siento.- Asiente lentamente.


Volvemos al juego, la tensión aún no se ha disipado por completo.

Es mi turno de tirar. Noto la mirada de la enana seguir todos mis movimientos y eso me hace sentir un poco nervioso.

Localizo mi objetivo, me inclino sobre la mesa apuntando a este. Hasta que entonces habla y dice lo último que esperaba.

- Entonces... ¿Este es el sitio donde consigues todas tus conquistas? .- Lanzo el taco hacía la bola blanca fallando por completo.


Mis nervios se multiplican haciendo que mi corazón golpee con fuerza mi pecho.

- ¿Eso te ha dicho Luke? .- Aparta la mirada concentrándose en un punto inespecífico. Rodeo la mesa para acercarme a ella que sigue sin contestarme.- Juls.

- Me ha dicho que vienes aquí cada viernes y haces justo lo que estás haciendo conmigo.- Frunzo el ceño y entonces se gira para mirarme.


Estamos cara a cara, muy cerca el uno del otro haciendo que ella tenga que levantar la cabeza para poder conectar sus ojos a los míos.

- ¿Qué ha sido lo que te ha dicho exactamente? .- Parece vacilar por unos segundos.

- Vienes aquí, juegas al billar con alguna chica para luego follartela.- Aparta la mira y en ese momento mi cabeza parece despertar de un letargo haciéndome comprender todo.

- Espera un momento a ver si lo entiendo bien. ¿Te ha hecho pensar que solo te estaba enseñando a jugar para luego follarte? .- Su silencio me lo confirma.- ¿Y qué más? .- Suelto una risa irónica. ¡Lo mato! .- ¿Qué también he ido a pedirle a los chicos un condón? ¿Qué pensaba follarte en el cuarto de baño?


En cuanto suelto lo último ella me mira con los ojos como platos. Suspiro con pesadez llevando mis mano a mi pelo desordenandolo de frustración. Intento calmarme antes de volver a hablar para no pagar mi enfado con ella, al fin y al cabo no tiene la culpa de la mierda que le ha metido Luke en la cabeza.

¿Qué lo he hecho antes? Si

¿He terminado follando en los baños? Varias veces.

¿Lo haría con Juls? Ni de coña.

- Escuchame Juliet. Si estamos aquí es porque quería enseñarte a jugar de verdad, porque me gusta pasar tiempo contigo, me divierto. Jamás sería tan capullo como para intentar follarte en los baños de un bar.


Ella no se merece eso.

Asintió y podía ver en su mirada el alivio. No me gusta que ella piense de esa forma de mí.

- ¿Continuamos?

- Juls si quieres podemos dejarlo y volver con nuestros amigos, lo último que quiero es que te sientas incomoda conmigo.

- Está bien, volvamos.- Me mira para regalarme una sonrisa sincera, aun así me siento el mayor imbécil de la historia.


Volvemos donde se encuentran los demás. Ya no están jugando pero si bebiendo como si no hubiera un mañana. Por lo menos las chicas y Thiago no van mal.

Veo como Christian se acerca a la mesa de al lado donde hay un grupo de chicas. Se acerca a una morena a la cual le dice algo en el oído y esta ríe. Algo me dice que saldrá acompañado de aquí.

Las horas iban pasando hasta que decidimos irnos.

¿El resumen de la noche?

Mark borracho, cantando y bailando con Carla todas y cada una de las canciones que iban sonando. Incluso si no se la sabían, las inventaban.

Thiago y Juliet riendo de los dos anteriormente mencionados.

En algún punto de la noche Christian desapareció con la morena hasta que lo encontré en una de las zonas más oscuras del bar devorando a la chica y esta parecía encantada, sin importarle lo más mínimo estar en un lugar público.

En fin ¿Quién era yo para juzgar?

Juliet y Carla se quedaban en casa de la segunda así que Thiago y yo decidimos acompañarlas.

Nos preocupaba el estado de nuestros amigos, sobretodo el de Mark que era el más perjudicado y aunque Christian no iba muy mal estaba más pendiente de su acompañante femenina. Aun así sabíamos que llegarían bien, siempre nos hemos cuidado los unos a los otros por muy bien acompañados que estuviéramos.


***


Me despierta el incesante ruido de mi móvil. Lo busco entre las sábanas hasta dar con el y descolgar la llamada.

- Si.

- Ángel, hasta que contestas. Llevo diez minutos llamándote.

- Papá ¿qué hora es? .- Miro la hora en el móvil, las dos de la tarde. He podido dormir unas buenas horas.- ¿Qué pasa? .- Me reincorporo en la cama totalmente despierto.


Era raro que mi padre me llamara un sábado sabiendo que había salido de fiesta la noche anterior. Normalmente me manda un mensaje y cuando me levanto lo llamo. Algo tiene que estar pasando. Lo primero que se me vino a la mente fue...

- Tienes que venir lo antes posible a casa.

- ¿Ha pasado algo con Joe? .- Eso no sería raro, llevaba años metiendose en lios y mi padre siempre tenía que salvarle el culo.

- No, no es tu hermano. No tardes.


Y colgó sin decir nada más.

Busco mi ropa y me visto lo más rápido que puedo. Entro al baño a asearme un poco y salir corriendo hacía la planta baja encontrándome en el sofá del salón con Thiago.

- ¿Qué pasa hermano?

- Tengo que ir a mi casa, mi padre acaba de llamar. Algo ha pasado y no me ha querido decir el que.

- Cualquier cosa puedes llamarnos.- Asiento con la cabeza.

- Gracias hermano.


Y con eso salí corriendo de la casa en dirección a mi moto.

Cinco minutos más tarde estoy entrando por la puerta de mi casa.

- Papá.- Llamo pero no contesta. Dejo las llaves de casa y de la moto en la mesita de la entrada.- Papá

- En el salón.


Me dirijo a él y lo que encuentro me deja congelado en el sitio.

Mi padre está sentado en un sofá individual y frente a él se encuentra una mujer rubia de ojos verdes y labios pintados de un rosa que hace que se vean aún más carnosos. Es alta, no tanto como mi padre o yo. Va vestida con un pantalón de traje gris, una camisa blanca y tacones a juego con el pantalón. Su parecido a mí es increíble pero me niego a aceptar que sea ella. No puede ser ella ¿verdad? No, no puede ser. Esto tiene que ser una coincidencia, una burla del destino.

- Ángel, siéntate.- Mi padre me saca de mis pensamientos. Niego, porque aunque quisiera no puedo moverme.


Respiro profundamente varias veces intentando encontrar mi voz.

- ¿Quién es ella? .- Mi voz suena más dura de lo que pretendo.


Puede que ella simplemente sea una amiga de mi padre o quizás una novia. Nunca lo he visto con una mujer pero eso no significa que no pueda estar con una. Ya ha pasado suficiente tiempo desde que todo pasó.

- Ángel, ella es... tu madre.


Mi madre.

Nada más esas palabras abandonan los labios de mi padre siento como el suelo bajo mis pies se mueve. Me encuentro un poco mareado. Tendría que haberle hecho caso y sentarme.

Respiro hondo y paso la mirada de mi padre a la mujer que se hace llamar mi madre la cual tiene una sonrisa en sus labios.

- ¿Qué hace aquí? .- Pregunto a papá.

- Ángel, yo... - No la dejo continuar.

- ¡CALLATE! Contigo no estoy hablando. ¿Papá?

- Hijo ella ha venido porque quería verte y hablar contigo.


Una risa irónica abandona mis labios.

- Por favor Ángel, deja...- Vuelvo a interrumpirla.

- ¿Hablar? .- Mi voz no puede desprender más odio y desprecio pero tampoco hago el mínimo esfuerzo por ocultarlo.- No tengo nada que hablar.

- Tienes que escucharme hijo.

- NO TENGO QUE HACER NADA. VETE Y NO VUELVAS.


La rabia que siento fluye en mi interior, como un volcán que estaba dormido y acabase de despertar.

No puede seguir aquí. No puedo seguir teniéndola enfrente.

Le doy una última mirada de desprecio a la mujer para salir corriendo hacia la puerta de casa. Agarro las llaves y salgo.

Me monto en la moto sin un rumbo fijo. No sé a dónde ir, necesito estar solo ahora mismo. No quiero tener que hablar de lo que acaba de pasar.

No sé cuánto tiempo llevo conduciendo, dando vueltas sin ir a ninguna parte. Decido ir al bar de los billares. Un par de copas me vendrían bien.

No tardo mucho en llegar. El lugar está vacío, nada que ver con cómo está por las noches. Me siento en uno de los taburetes de la barra de la planta de abajo y pido un chupito de whisky poniendo el dinero encima de esta. El camarero me lo sirve y me lo bebo de golpe. Siento como baja por la garganta haciendo que en esta se instale un ardor pasajero y un calor en el pecho.

Pido otro y de igual manera me lo bebo.

La noción del tiempo la perdí hace mucho al igual que el conteo de cuantos chupitos llevo.

Noto una mano apretando mi hombro. Me giro y ahí está Thiago.

¿Qué demonios está haciendo él aquí?

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