Juliet.
Mentiría si digo que no tenía miedo de volver a clase pensando en lo próximo que haría Mónica.
A pesar de que la mañana ha estado tranquila y ha transcurrido todo con calma, no puedo evitar estar en tensión.
Lo único que ha cambiado es que ahora me siento en la parte de atrás del aula sola mientras la ya mencionada ocupa el que hasta hace unos días fue mi sitio. Pero eso es lo que menos me preocupa.
Me despido de mis amigos y entro en clase después del descanso.
No puedo creer lo que ven mis ojos, mis cosas están todas esparcidas por el suelo, mis libros, apuntes, bolígrafos... y a un lado está Mónica con su nuevo grupo de seguidoras riendo. Ya me puedo imaginar de que.
Empiezo a guardar todo de nuevo en mi mochila.
- Vaya, parece que alguien no sabe tener sus cosas guardadas.- Un coro de carcajadas le siguen.- Deberías tener más cuidado.
Para cuando termino de recoger todo, entra el profesor. Voy a mi asiento con un nudo en la garganta prohibiendome derramar una sola lágrima.
No aquí. No delante de ella.
No voy a darle la satisfacción de verme hundida.
Aprieto fuerte la mandíbula y los puños y sigo hacia delante como si no pasara nada.
***
Las horas restantes he intentado pasar desapercibida y parece que ha funcionado. Cuando la última clase finaliza guardo todo y salgo rápido en dirección a mi casa.
Esta tarde tengo que ayudar en la cafetería pero antes tengo que pasar por casa para hacer un par de cosas, entre ellas la tarea y coger la ropa que debo ponerme para trabajar.
***
Paso la tarde atendiendo clientes y recogiendo mesas. Solo ha habido un par de horas donde la cafetería ha estado llena, en estos momentos solo hay un par de personas.
Suena la campanilla que avisa de la entrada de un nuevo cliente.
- Buenas tar...- Justo cuando me doy la vuelta me encuentro con Carla, Ángel y Thiago.- Oh hola chicos.
- ¡Hola! .- Dicen al unísono sonriendo y contagiandome su felicidad.
- Hola chicos.- Habla mi madre llegando a donde estamos.- Juliet si quieres puedes irte con tus amigos, ya has terminado por hoy.
- Gracias mamá.- Dejo un sonoro beso en su mejilla y salgo de la barra.
Nos dirigimos a una mesa al lado de la gran cristalera y Becky no tarda en venir con cuatro vasos de cafés.
- Aquí tenéis chicos.
- Gracias Becky.- Nos guiña un ojo y se va a su lugar dentro de la barra.
- Los chicos y yo estábamos pensando de si os gustaría ir a jugar al billar este viernes por la noche. ¿Qué decís? .- Pregunta Thiago intercalando la mirada de Carla a mí.
- ¡SIII!.- Contesta Carla dando pequeñas palmadas.
- ¿Y tú qué dices Juls? .- Miro a Ángel y luego a los otros dos frente a nosotros.
- Mmm bueno, no sé jugar al billar pero me apunto.
- Tranquila Juliet, a Ángel se le da muy bien y no creo que le importe enseñarte.- Me dice Thiago guiñandome un ojo.
Noto como mis mejillas se comienzan a calentar y para disimular doy un sorbo a mi capuchino. Miro de reojo al rubio que está a mi lado y que me mira fijamente.
- Claro que no me importaría ser tu profesor.- Contesta mi pregunta no formulada con una sonrisa ladeada.
Asiento con la cabeza.
- Y ahora lo importante.- Todos miramos a Carla expectantes que me está mirando a los ojos. Tengo una mala sensación.- ¿Qué ha hecho la zorra hoy?
Y ahí está.
No me apetece hablar de ese tema. Prefiero olvidarme de Mónica y de que aún queda mucho curso por delante.
Suspiro y empiezo a narrar lo sucedido.
Cuando termino solo puedo ver las caras de odio de mis amigos.
- Esa víbora venenosa...- No me extrañaría que Carla empezara a echar humo de las orejas.- Tenemos que pararle los pies.
- No tenemos que hacer nada, al final se terminará cansando.
- Juliet, Carla tiene razón, no va a parar.- Esta vez miro fijamente a Thiago hasta que mi mejor amiga vuelve a hablar.
- No puedes seguir dejando que te hable y te trate mal.
- Juls tienen razón. no puede tratarte así y tú seguir aguantando todo como si nada.- Fijo mi vista en la mesa y siento como Ángel coloca su mano sobre la mía y me da un leve apretón reconfortante.- Recuerda que pase lo que pase estaremos todos contigo.- Vuelve a decir pero esta vez mirándome a los ojos.
Tengo suerte de tenerlos como amigos.
***
Los siguientes días fueron más de lo mismo.
El martes cuando llegué a clase estaba mi nombre escrito en la pizarra acompañado de la palabra "puta".
El miércoles pusieron pegamento en mi silla. Por suerte lo vi antes de sentarme.
El jueves llenaron mi mesa de dibujos de pollas decorandolas con las palabras "puta" o "zorra".
Si, son super originales.
Hoy es viernes por fin, solo quedan unos minutos para que terminen las clases. Lo extraño de este día es que aún Mónica no ha hecho ninguna de las suyas. Puede que por fin se haya cansado.
Mi móvil vibra, con mucho disimulo lo cojo y leo el mensaje que me acaba de llegar.
Carla🦄:
¿Te espero fuera y pasamos la tarde juntas hasta la hora en que quedemos con los chicos?
Yo:
Genial, así me ayudas a elegir lo que me pondré esta noche.
Carla🦄:
Pensé que no me lo pedirías.
Sonrío para mis adentros. A Carla le encanta la moda y usarme como su maniquí personal. Cosa que a mí no me importa en lo más mínimo. También podríamos decir que es mi peluquera y maquilladora personal cada vez que salimos, aunque últimamente no lo hagamos mucho.
La campana anunciando el final de la última clase suena. Muchos ya estaban preparados y salen corriendo hacia la salida hasta que en la clase solo quedo yo terminando de recoger mis libros.
Noto la presencia de alguien a mi espalda, me giro y ahí está la pelirroja.
- ¿Qué quieres ahora Mónica?
- Tienes a todo el mundo engañado pero me voy a encargar de que sepan cómo eres en realidad. Una zorra cualquiera que se va revolcando con los novios de sus amigas.
- No sabes nada.
- Yo lo sé todo.- Con esas palabras y una sonrisa de suficiencia se marcha.
Salgo y encuentro a Carla acompañada de Thiago junto a la puerta.
- Hey, acaba de salir la arpía muy sonriente ¿ha pasado algo? .- Suspiro con pesadez.
- Solo me ha dicho que se va a encargar de que la gente sepa como soy en realidad.
- ¿Y cómo eres Juliet? .- Thiago tiene un tono de picardía en su voz.
Me encojo de hombros para luego responder.
- No sé, alguien normal, supongo.
Los tres nos echamos a reír mientras nos ponemos en movimiento.
Llegó un punto donde nos separamos hasta que Carla y yo llegamos a mi casa. Decidimos comer hamburguesas mientras vemos una película antes de tener que prepararnos.
Y si, esa película es de Disney porque mi mejor amiga tiene una pequeña obsesión.
Terminando la película cojo mi móvil y veo un mensaje de Ángel.
Ángel🐺:
Iremos Thiago y yo a recogeros a tu casa a las nueve.
Yo:
No hace falta, podemos vernos todos en el bar.
Ángel🐺:
Juliet no pienso dejaros ir a las dos solas de noche.
Ruedo los ojos aunque él no pueda verme. Paso por aceptar sabiendo que diga lo que diga terminará haciendo lo que quiera. Discutir con Ángel es una batalla perdida, lo tengo asumido desde hace mucho.
Comento a mi amiga el mensaje de Ángel.
- Bien, empecemos a probarnos ropa.- Grita entusiasmada y haciendo que tenga que taparme los oídos.
Cualquier día me deja sorda la loca.
Carla se mete de lleno en mi armario sacando ropa y tirándola en la cama hasta cubrirla por completo.
- ¿Este vestido?
- Vamos a jugar al billar, o por lo menos a intentarlo. No creo que ir en vestido sea muy práctico.- Parece pensarlo unos segundos para luego asentir.
- Tienes razón, entonces también descartamos estas faldas.
- ¿Y estos vaqueros negros?
- Perfecto con esta blusa blanca, las botas negras y la chaqueta de cuero.- Da pequeños saltitos de alegría y no puedo evitar contagiarme de su entusiasmo.
Voy al baño para darme una ducha mientras Carla elige su ropa y prepara el maquillaje que usaremos. Cuando salgo ya vestida es su turno de ducharse y el mío de organizar todo el desastre de ropa desperdigada por la habitación.
Veo a Carla aparecer por la puerta con unos vaqueros claros, una blusa roja y unas botas negras parecidas a las mías.
Después de una hora ya estamos ambas maquilladas y peinadas.
Miro en el espejo el resultado final. Llevo un maquillaje muy natural y el pelo recogido en una cola alta.
Me gusta lo que veo.
Si no fuera por la loca que tengo a mi lado no me habría atrevido a maquillarme y ahora realmente lo agradezco.
No tardo en recibir un mensaje de Ángel avisando de que están fuera esperando. Cogemos las chaquetas, los bolsos y salimos.
Apoyados en pared están Ángel y Thiago terminando sus cigarros.
El moreno suelta un silbido antes de hablar.
- Estáis preciosas.- Se dirige a Carla para saludarla mientras que Ángel se acerca a mí.
- Realmente impresionante.- Dice para luego abrazarme y dejar un beso sobre mi pelo.
Saludo a Thiago, Carla hace lo mismo con Ángel y nos ponemos en marcha.
El bar no está muy lejos, después de unos minutos andando divisamos un edificio negro de dos plantas, con grandes cristaleras polarizadas y unas puertas dobles plateadas con dos porteros delante.
A un lado diviso una cabellera pelirroja y a su lado puedo ver a Mark.
Nos acercamos a los chicos haciendo nuestra ronda de saludos, nosotras con un abrazo y los chicos chocando las manos entre ellos.
- ¿Listas? .- Nos pregunta el pelirrojo.
- No mucho.- Hablo mirando a los porteros. Al girarme para mirar a los chicos veo como estos sonríen.- ¿Qué?
- Tranquila, no nos preguntaran la edad.- La confusión se refleja en Carla y en mí. Miramos a Mark pero es Thiago quien termina por explicarlo.
- Venimos cada viernes, los porteros nos conocen. Además el dueño es un conocido de Ángel desde que le ganó una partida de billar.- Dirijo la vista al mencionado que ya tiene la mirada puesta en mí con una sonrisa ladeada.
Vaya, no me esperaba que fuera aquí donde vienen cada semana y mucho menos esperaba que Ángel le hubiera ganado una partida de billar al dueño.
Nos dirigimos a la puerta pero nos paramos cuando Thiago vuelve a hablar.
- No os separeis de nosotros hasta estar dentro.
Se termina posicionando al lado de Carla. Ángel a mi lado me echa el brazo por los hombros. En cabeza van Christian y Mark.
Al entrar se nota de golpe el calor del ambiente. Está lleno de gente.
Hay mesas repartidas por todo el local dejando una zona como pista de baile y a un lado una barra.
Los chicos nos dirigen a unas escaleras hacía la parte de arriba donde supongo que están las mesas de billar.
Conforme vamos subiendo se puede ir apreciando que aquí hay menos gente y la música está un poco más baja sin necesidad de gritar para hablar. Varias mesas de billar repartidas por la zona y junto a estas unos sofás con una mesa baja. Al igual que en la parte de abajo aquí también hay una barra en un lateral.
Un hombre alto y musculoso de unos veinticinco años se detiene delante de nosotros mirándonos fijamente. Me tenso de inmediato, cosa que Ángel parece notar porque me da un breve apretón en el brazo aún con el suyo sobre mis hombros haciendo que me relaje. Algo que no me molesta en lo más mínimo.
- Hey pero mira quien tenemos aquí.- Dice el hombre mirando a Ángel a los ojos.
- Hola Luke.- Ambos se estrechan las manos pero en ningún momento el rubio me suelta, parece que esto es algo que el tal Luke no pasa por alto.
- ¿Y está preciosidad? ¿Qué es tu novia?
- Es una amiga.
- Ah con que una amiga.- Mueve las cejas hacia arriba y abajo. La forma insinuante en que lo dice hace que se me remueva el estómago.
- No esa clase de amiga.- Responde cortante.
- Vale vale.- Dice enseñando las palmas en señal de rendición para luego añadir.- Vuestra mesa de siempre está lista aunque hoy veo que sois más, si necesitáis algo solo tenéis que pedirlo.
- Ahora que lo dices, ¿podrías guardarme una mesa en cuanto se quede libre?
- Claro.
- Gracias.
Y con eso seguimos nuestro camino hasta la mesa que los chicos tenían reservada. Nos quitamos las chaquetas dejándolas a un lado del sofá cuando la pregunta viene a mí. Me giro para mirar al rubio.
- ¿Porqué le has pedido otra mesa? Con una podéis jugar bien.
- Te recuerdo que esta noche seré tu profesor. Así los chicos podrán jugar mientras yo te enseño.- La sonrisa que tiene me la contagia y le doy un pequeño asentimiento.- ¿Te apetece beber algo?
- Claro.
Nos acercamos a la barra donde una chica está sirviendo las copas. Nada más ver a Ángel se acerca a él.
- Lo de siempre y un vodka con limón.- La chica asiente y se va a preparar lo que le ha pedido. Le dirijo una mirada con las cejas levantadas.- ¿Qué? Venimos mucho.- Se encoge de hombros restando importancia y no puedo evitar reír.
Nota de autora:
¡Holiiis!
¿Qué os ha parecido los primero 6 capítulos?
Si os está gustando no olvideis votar, comentar y recomendarla, ayudais mucho y haceis que este pequeña escritora se anime.
Dicho esto, nos vemos el domingo con un nuevo capítulo aunque si veo que está gustando haré un pequeño maratón.
ARA