Juramento Inquebrantable [Fre...

By MerlinaRothbart

199K 19.2K 3.1K

« ¿Cuánto estás dispuesta a sacrificar con tal de salvarle? » Nina Illich es una bruja sangre pura seleccio... More

•ACLARACIONES•
• PREMIOS•
• GRÁFICOS •
• BOOKTRAILER •
• BOOKTRAILER •
• PLAYLIST •
• SINOPSIS •
• REPARTO •
• PREFACIO •
• CAPÍTULO 1 •
• CAPÍTULO 2 •
• CAPÍTULO 3 •
• CAPÍTULO 4 •
• CAPÍTULO 5 •
• CAPÍTULO 6 •
• CAPÍTULO 7 •
• CAPÍTULO 8 •
• CAPÍTULO 9 •
• CAPÍTULO 10 •
• CAPÍTULO 11 •
• CAPÍTULO 12 •
• CAPÍTULO 13 •
• CAPÍTULO 14 •
• CAPÍTULO 15 •
• CAPÍTULO 16 •
• CAPÍTULO 17 •
• CAPÍTULO 18 •
• CAPÍTULO 19 •
• CAPÍTULO 20 •
• CAPÍTULO 21 •
• CAPÍTULO 22 •
• CAPÍTULO 23 •
• CAPÍTULO 24 •
•CAPÍTULO 25•
• CAPÍTULO 26 •
• CAPITULO 27 •
• CAPITULO 28 •
• CAPÍTULO 29 •
• CAPITULO 30 •
• CAPÍTULO 31 •
• CAPÍTULO 32 •
• CAPÍTULO 33 •
• CAPÍTULO 34 •
• CAPÍTULO 35 •
• CAPÍTULO 36 •
• CAPÍTULO 37 •
• CAPÍTULO 38 •
• CAPÍTULO 39 •
• CAPÍTULO 40 •
• CAPÍTULO 41 •
• CAPÍTULO 42 •
• CAPÍTULO 43 •
• CAPÍTULO 44 •
• CAPÍTULO 45 •
• CAPÍTULO 46 •
• CAPÍTULO 47 •
• CAPÍTULO 48 •
• CAPÍTULO 49 •
• CAPÍTULO 50 •
• CAPÍTULO 51 •
• CAPÍTULO 52 •
• CAPÍTULO 53 •
• CAPÍTULO 54 •
• CAPÍTULO 55 •
• CAPÍTULO 56 •
• CAPÍTULO 57 •
• CAPÍTULO 58 •
• CAPÍTULO 59 •
• CAPÍTULO 60 •
• CAPÍTULO 61 •
• CAPÍTULO 62 •
• CAPÍTULO 63 •
• CAPÍTULO 64 •
• CAPÍTULO 65 •
• CAPÍTULO 66•
• CAPÍTULO 67•
• CAPÍTULO 68•
•CAPÍTULO 69•
• CAPÍTULO 70 •
• CAPÍTULO 71 •
• CAPÍTULO 72 •
• CAPÍTULO 74 •
• CAPÍTULO 75 •
• CAPÍTULO 76 •
• CAPÍTULO 77 •
• CAPÍTULO 78 •
• CAPÍTULO 79 •
• CAPÍTULO 80 •
• CAPÍTULO 81 •
• CAPÍTULO 82 •
• CAPÍTULO 83 •
• CAPÍTULO 84 •
• CAPÍTULO 85 •
• CAPÍTULO 86 •
• CAPÍTULO 87 •
• CAPÍTULO 88•
• CAPÍTULO 89 •
• CAPÍTULO 90 •
• CAPÍTULO 91 •
• CAPÍTULO 92 •
• CAPÍTULO 93 •
• CAPÍTULO 94 •
• EPÍLOGO •
• NOTA DE LA AUTORA •

• CAPÍTULO 73 •

886 115 21
By MerlinaRothbart


_______________________________

73. Fuegos artificiales marca Weasley.
_______________________________

Caminar entre las personas cuando el expreso llegó a la estación de Londres fue una sensación inexplicable. Hubiera sido menos incómodo que le colocaran un collar isabelino –de aquellos que los veterinarios usaban en las mascotas post cirugías– a caminar entre el tumulto de estudiantes que la veían como si fuera una criminal.

Los sucesos vividos en Hogwarts no habían traído más que sufrimiento, recelo, desgracia y un halo de sombras que era imposible quitarse de encima.

El funeral de Albus Dumbledore había sido por lejos el evento más traumatico, penoso y devastador que Nina hubiese tenido que vivir. Todos los estudiantes se hallaban desolados, no encontraban consuelo, había rostros terriblemente desgarrados por el dolor. La sensación de pérdida era abrumadora.

Pero la sensación más abrumadora era la desconfianza.

El hecho de mirar sobre tus hombros y no saber si tu compañero era un mortífago, el no saber si es que había alguien que fuera parte del bando de Voldemort que en el instante menos esperado lanzaría un simple hechizo y convocaría a un grupo de magos tenebrosos para dejar una horda de destrucción a su paso.

Y las miradas.

Las miradas y los susurros incriminantes, aquellas palabras que nadie se atrevía a decir de frente pero que todos murmuraban en sus selectos y secretos grupos de amigos. Todo lo que hablaban en la privacidad de la sala común.

Si es que antes Slytherin había sido estigmatizada, ahora eran prácticamente personas que tenían una especie de enfermedad infecciosa a la que no había que acercarse.

—¿Estás seguro de que no hay problema en que vaya a tu casa? —le preguntó Nina a Fred, quien había ido por ella hasta la estación.

Tras el funeral de Dumbledore todos habían estado muy afectados, tanto así que el año escolar había llegado a su fin de forma anticipada y prácticamente inmediata. El ministerio debía tomar muchas decisiones y con el clima que imperaba en Reino Unido nadie quería tomar de forma abrupta el cargo de director de Hogwarts, nadie podía llenar unos zapatos tan grandes como los que Dumbledore dejaba.

—¿Por qué habría de ser un problema? —preguntó Fred —, siempre has ido a casa para las vacaciones, al menos unas semanas. Ahora tus padres están ocupados con todo lo que sucede, a menos que quieras quedarte sola en tu casa enorme y sin compañía de nadie a tu alrededor.

—Pues creo que todos me observan y señalan como si hubiera matado a Dumbledore. Como si hubiera sido parte de aquello.

¿En realidad lo era? ¿Había sido cómplice de aquella catástrofe?

—Sabes perfectamente que en casa te adoran, además estás olvidando que no nos quedaremos en la casa de mis padres, iremos a mi apartamento —explicó con un tono de suficiencia que jamás había escuchado en Fred —, soy un adulto independiente, no lo olvides.

Nina se colocó de puntillas para besarlo brevemente y volvió a tomar su mano para caminar. Con la otra mano peinó su chasquilla y cabello, gesto que solía hacer cuando estaba nerviosa e incómoda.

Su mente era un ir y venir de pensamientos que no se callaban en su cabeza ni por un segundo. Su pensamiento más recurrente era Draco, pensar en donde se encontraba estaba devorando su cerebro y la incertidumbre no hacía más que crecer, no era tan estúpida como para ir y pararse frente a la mansión Malfoy, tampoco sabía si podía generar algún contacto con él.

—¿Todo bien ahí adentro? —preguntó el pelirrojo, apretando su mano, dándole a entender que podía contarle todo y que no la juzgaría por nada.

—Sí, osea no. Pero creo que puedo fingir ser una joven funcional y mentalmente sana —contestó con una media sonrisa.

—Sigo pensando en que soy una muy mala influencia para ti— señaló.

—A estas alturas de nuestra relación ya he olvidado cuál de los dos es la mala influencia. Quizás siempre fuimos ambos y nos potenciamos de manera terriblemente genial.

Caminaron y cuando estuvieron en un callejón solitario, Fred tomó el brazo de la chica para conjurar la magia que los hacía desaparecer. Nina frunció el ceño sin entender, solían caminar hasta el Callejón Diagon cuando este la iba a buscar a la salida del expreso.

—Pensé que caminaríamos.

Fred negó con la cabeza. 

—Desde hace un tiempo, cuando la tienda de varitas de Ollivanders fue destruida y el paradero de él aún es desconocido, el callejón Diagon no es un lugar seguro. Los mortífagos suelen custodiar el sitio, han llegado más carroñeros, por eso no solemos pasear por ahí. Hace mucho que dejó de ser un atractivo turístico.

El mundo si que había cambiado, era increíble darse cuenta todas las cosas que podían suceder en un año, en unos meses. La inercia de la existencia era realmente agotadora cuando alrededor solamente había estrés y malas intenciones. 

Una vez llegados al apartamento, Nina dejó sus cosas y se asomó por la ventana; habían unas cuantas personas caminando por los alrededores e intentaban no llamar mucho la atención. Realmente no quedaba mucho de lo que había sido el Callejón Diagon en sus años de gloria. 

Sacó su varita, había quedado en avisarle a sus padres cuando se encontrara a salvo con Fred en donde decidieran ir. 

—Expecto Patronum— siseó , una loba grande e imponente salió de su varita, rodeándola. Poco a poco se fue alejando y atravesó el ventanal del apartamento para ir a cumplir su cometido. 

Fred llegó a la sala con las manos cargadas con dos tazas de café humeante. Nina le sonrió al recibirla y ambos se sentaron en la alfombra del lugar, con las espaldas apoyadas en el sofá. Irina jugueteaba inspeccionando el departamento, la bruja acarició su lomo y el animal le ronroneó complacido. 

—Creo que no será una buena idea llevarla a la escuela el próximo año— declaró—, le gusta tanto corretear con el gato de Hermione, sin embargo creo que sería peligroso, no hay seguridad de absolutamente nada de ahora en adelante. 

—No te agobies pensando en hechos tan futuros, mujer. Probablemente todo será avisado por el ministerio dentro de algunos meses, deja de hacer mierda tu cabeza y déjala descansar.

—No puedo, lo siento. Creo que debo estar en shock. 

Fred pasó uno de sus brazos por su espalda y apoyó su cabeza en la de ella, la bruja se quedó apoyada en su hombro.

—¿Piensas en Draco?

El tono de su voz le generó na sensación de pesadez en el estómago, sabía que Fred no la juzgaba, pero también conocía sus principios, sus valores y la manera en la que sus padres le habían criado. Jamás llegaría a justificar las acciones del mago, aunque su vida dependiera de aquello, pues sabía muy bien que él se caracterizaba por otra manera de ser y preferiría morir antes de tranzar con ciertas alianzas. 

—Sí, estoy muy preocupada. Quisiera saber si está bien, si acaso está vivo. Si es que los mortífagos no lo asesinaron. 

Fred la observó dubitativo, no quería decir alguna tontería que pudiera hacerlos pelear o discutir, menos con lo que tenía en mente. Sin embargo habían ciertas cosas que le desagradaban y no podía ocultar, había aceptado a Draco todos esos años porque sabía que era el mejor amigo de Nina, fue testigo de que siempre había sido leal con ella, inclusive dejó de hacer malos comentarios sobre su familia, evidenció el cambio que mantuvo.

¿Pero ahora? ¿Estaba dispuesto a hacer lo que necesitara para sobrevivir?

Ahora estaba implicado en el lado tenebroso en dimensiones que no podía imaginar, ahora era distinto. Draco estaba inmerso en un sitio oscuro del que él quería mantenerse alejado y también quería mantener lejos a todos sus cercanos.

¿Cómo decirlo sin herir los sentimientos de Nina? ¿Podría ser capaz de pedirle que no volviera a mantener contacto con él?

—¿Crees que esté corriendo peligro?

—Bueno, no cumplió su misión. Él era quien debía matar a Dumbledore y no lo hizo, Snape fue quien terminó haciéndolo —declaró Nina —, Harry fue testigo crucial de los hechos, Draco no asesinó a Dumbledore.

—Pero dejó entrar a los mortífagos en Hogwarts, fue quien propició la situación. Podría ser calificado como cómplice ante los tribunales mágicos en el momento en que dejen de estar siendo manipulados por las fuerzas del señor tenebroso.

—Draco no es más que un peón en las redes de los magos antiguos que claman el poder.

—Nina, entiendo que lo defiendas, entiendo que estés preocupada. Pero Draco es una persona que pudo pensar en lo que hacía, su familia pudo pensar en las consecuencias y siempre han estado ligados a las artes oscuras a pesar del precio que se debe pagar.

Nina le dedicó una mirada glaciar, sabía perfectamente qué era lo que estaba tratando de decir. Solamente que no tenía el suficiente valor para hacerlo.

—Pienso diferente a ti, Draco no tuvo elección. Estoy segura de eso —habló con determinación —, los Malfoy cayeron en desgracia desde que Lucius Malfoy fue apresado cuando fue el ataque en el departamento de misterios el año pasado — acotó —, a los ojos de Voldemort deben haberse convertido en unos parias, que Draco sea uno de ellos es el castigo que Lord Voldemort le dio a Lucius Malfoy por no haber conseguido la profecía ¿Acaso eso es tener elección?

Fred se mantuvo en silencio.

En efecto, no se atrevía a decirle que no quería que volvieran a relacionarla con él.

No se atrevía a decirle que él estaría para defenderla ante todos si fuera necesario, pero que no quería que la volvieran a ver con él.

—Temo por ti —dijo al fin —, me muero de miedo sólo con pensar que puedan hacerte algo por el hecho de ser cercana a él, que pueda arrastrarte de alguna u otra forma. Yo te amo, Nina; no quiero que nada te dañe, no quiero que sufras y sé cuánto lo haces en este momento, sin embargo puedo ser capaz de cualquier cosa, puedo resistir lo que sea, pero no que un día vayas a faltar en mi vida.

Nina se acercó a su cara, dejando juntas sus frentes y cerró los ojos. También era capaz de ponerse en el lugar de él.

—Todo estará bien conmigo. De eso no tienes que preocuparte, créeme nadie va a meterse con una víbora.

—De eso estoy seguro. No digo que tenga que salvarte del mundo, sé que en muchas ocasiones el mundo debe salvarse de ti. Pero tan sólo pensar que viene una guerra que puede arrastrar a quienes más amo, me hace replantear todo lo que está en mi mente, todo lo que creo tener seguro y protegido.

Nina se acercó a besarlo y se acomodó en su pecho para poder sentir los latidos de su corazón. Allí se quedaron durante un rato largo, ella se concentró en dejarse ir, en dejarse llevar por la tranquilidad que los brazos de Fred le entregaban.

Ambos se quedaron dormidos en la alfombra, enredados en los brazos del otro. Cuando la noche ya estaba entrada Nina se incorporó y se talló los ojos con pesar, detestaba quedarse dormida en la tarde, lo único que conseguía era desvelarse en la noche.

Fred se removió a su lado y la miró con una sonrisa.

—¿George no llegará? Creo que estamos solos.

—Pues sí, estamos solos porque le pedí a George que no llegara a casa.

Nina frunció el ceño y una sonrisita traviesas atravesó sus labios.

—No es lo que estás pensando, pervertida.

—Yo no he pensado nada, no sabía que eras legeremante.

—Oh, no. Aquí la que lee sobre ese tipo de artes es otra persona — se excusó Fred—, lo hice por otra cosa, ven aquí.

Fred se colocó de pie y estiró su mano para que ella la cogiera. Ambos caminaron por el pasillo hasta la habitación de Fred, esta tenía un pequeño balcón que tenía una vista muy bella, algunos edificios, árboles y el cielo despejado.

—He preparado algo para ti.

Nina sonrió ampliamente. Fred siempre tenía sorpresas para ella.

—¿De verdad? ¿Qué está pasando por tu mente?

—Ya lo verás— contestó, sacó su varita de su bolsillo y conjuró un encantamiento con unos movimientos sutiles en su mano.

—¿Recuerdas lo que hemos hablado sobre las sorpresas?

—Lo sé, pero decidí ignorarte.

Nina hizo un puchero, quedándose sin saber muy bien qué hacer.

—¿Tengo que cerrar los ojos?

El pelirrojo fingió una cara de duda, pero estalló en una carcajada. Estaba nervioso, más que en toda su vida.

—No, debes mirar hacia allá —indicó con uno de sus dedos—, debes estar concentrada, muy atenta. No vayas a pestañear demasiado— dijo sonriente, trazando el tono enigmático.

Nina se mantuvo a la expectación, no le gustaba esperar, no era fanática de las sorpresas, le causaban una ansiedad tremenda e incontrolable.

Poco a poco un espectáculo de luces fueron apareciendo a donde él le había indicado. Un juego de pirotecnia muy bello estaba encendiendo y apagando en el aire, su ruido era casi imperceptible, lo que destacaba sin lugar a dudas era la luminosidad y los bellos patrones que se creaban cada vez que una luz reventaba en el cielo.

Sus ojos se concentraron cuando de pronto unas letras marcaron el cielo y no tan sólo las luces. La bruja se mordió los labios y su mente fue dirigiendola hasta la frase completa que Fred había escrito para ella en pirotecnia.

Este no estaba mirando el cielo, estaba observando la reacción de ella, cuando una lágrima cayó por su mejilla y una mano se fue hacia su boca para contener la emoción, el corazón del muchacho saltó dentro de su pecho. Nina se volvió hacia él, este tomó su mano y acarició su mejilla.

Freddie...

—Sé que en esta vida sólo voy a amarte a ti, no podría amar a nadie más, lo que siento por ti es tan sincero, tan inmenso, indescriptible Nina —farfulló, embargandose también de la emoción —, quiero vivir en un mundo donde pueda creer en el siempre, en el que tu y yo podamos ir contra todo —Ahora era él quien intentaba controlar su emoción —, porque esperar más si lo que siento es más real que cualquier cosa en mi vida. Cásate conmigo, Nina.

No había mucho más que decir.

Ella suspiró y una sonrisa se quedó plasmada en sus labios. Ella amaba con todo su corazón a ese noble joven que la había cautivado hace tantos años ya. Sentía exactamente lo mismo que él.

—Sí, sí quiero casarme contigo —respondió con la voz cargada de emoción, sin poder hablar con normalidad.

Fred Weasley había revolucionado su mundo y ahora era otro instante en donde la vida le demostraba que él era el compañero que se le había designado para experimentar todos y cada uno de los sucesos de aquí en más.

Él la tomó en sus brazos y giró su cuerpo con el de ella en medio de un abrazo.

Esos pequeños fragmentos podían conformar la felicidad.

Esos pequeños destellos de luz podían acabar con la oscuridad.

Aunque fuera por sólo un segundo.

_______________________________

¡Bellezas! Espero que se encuentren muy bien, agradezco a quienes siguen leyendo la historia, ha sido un laaaargo camino hasta aquí y todavía queda un poco.
Prometo terminarla, de eso no tengan dudas.
Quise dejar aquí un pequeño apartado, hay personas que ya habían leído la historia antes y este capítulo era muy distinto a lo que es ahora, refiriéndome al contexto de los hechos, sin embargo decidí que así fuera porque quise darle un momento mucho más íntimo y emotivo a Fred y a Nina, como saben la trama ha cambiado y con ello ciertos acontecimientos que he ido quitando, modificando y/o agregando.
Creí que esto era lo mejor para la historia y ojalá que a ustedes también les guste conocer la edición en caso de que estén leyendo la historia nuevamente.

Les dejo un abrazo y vuelvo a agradecer su apoyo. Háganme feliz y déjenme saber sus opiniones en comentarios ✨

Continue Reading

You'll Also Like

1.4M 111K 112
❝ Olivia es dulce y delicada como la porcelana, y Stiles no puede evitar querer cuidarla de hasta el más pequeño rasguño ❞ 【 Stiles Stilinski x fem...
352K 31.2K 41
«ERES MUCHO MAS PODEROSA DE LO QUE CREES, LYANNA KOM SKAIKRU» Después de semanas sobreviviendo antes lo desconocido y una batalla contra terrestres...
3.1K 195 11
Donde dahyun se enamora de su profesora momo 7 años mayor que ella.. La idea fue sacada tt, quería hacer un fic a mi manera
107K 11.1K 33
Unos meses después de la batalla en la tierra contra el titán loco, todos parecen seguir con sus vidas con normalidad. Todos excepto Mcguire, quien n...