Samantha ha sido verdugo y condenado en un mismo tablero de juego. Un año entero de momentos amargos, y pequeños escapes de manos de Wyatt. Ambos han sido lastimados al extremo, y los que les rodean, siguen desapareciendo. Un retorno inesperado y el estallido de lo más caótico de Sam, marcarían sus primeros años en este lado de la cerca. Ya se acostumbró a los gritos, a las luces, y a los olores nauseabundos.
El abuso sistemático y prolongado, hacia cualquier ser humano, puede desencadenar reacciones imprevisibles, alterar el comportamiento y la percepción de las cosas. Samantha es frágil, víctima de sus impulsos y artífice de las ideas más macabras que una niña de esa edad podría elucubrar.
En esta etapa, la hormonalidad florece, y las experiencias "inocentes", están a la orden del día.
Samantha tiene 16 años. Venganza, es el nombre del juego.