Absolutamente despreciable

By Naoko_Ichigo

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Las muertes de Voldemort y Harry Potter, le permitieron construir a la élite de los sangre pura el mundo que... More

Chapter 1
Chapter 2
Chapter 3
Chapter 4
Chapter 6
Chapter 7
Chapter 8
Chapter 9
Chapter 10
Chapter 11
Chapter 12
Chapter 13
Chapter 14
Chapter 15
Chapter 16
Chapter 17
Chapter 18
Chapter 19
Chapter 20
Chapter 21
Chapter 22
Chapter 23
Chapter Final

Chapter 5

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By Naoko_Ichigo

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a camnz y esta historia fue beteada por Flame's Child.

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Hermione soportó otros cuatro días más sin enviarle una lechuza a Draco. Las ancianas trataron de convencerla de que ellas estaban bien, eso y el hecho de que pronto las echarían a la calle. Era obvio que no estaban bien y que Edna estaba sufriendo, aunque hacía todo lo posible por ocultarlo.

Recibió una nota de Draco, diciéndole que la esperaba para cenar a las ocho de la noche. Hermione sintió como si fuera a vomitar. Pero eso era eso mejor a vivir en la calle.

Unas horas más tarde le llegó un paquete. Contenía un hermoso vestido de satén color granate con pequeños detalles dorados. Los colores Gryffindor. Supuso que tendría que ponérselo esa noche. No se lo probaría antes, podría tener que usar el vestido esa noche, pero lo odiaría. No había nada de malo con el vestido, sólo las circunstancias.

Hermione salió a caminar para distraer su mente. Quería llorar porque sentía que había caído tan bajo. Estaba en una situación en la que jamás deseó estar, pero las mujeres habían hecho esto desde tiempos inmemoriales: intercambiar favores por protección o supervivencia. A fin de cuentas, era la profesión más antigua de todas.

Tal vez lo que hacía la situación mucho peor era que Draco Malfoy estaba involucrado. Pero, de todas formas, él le había prometido que se encargaría de todas sus necesidades y él era capaz de hacerlo. Además, esto era mejor a tener que acostarse con cualquier extraño en la calle.

Ese día Hermione no sintió alegría. Por lo general, solía encontrar algo que la animase, incluso en las más duras circunstancias, pero hoy no encontraba nada. No sabía qué esperar de esta noche, él podía pasar toda la velada insultándola. Si se comportaba atrozmente, simplemente se largaría. No había forma de salir indemne y estaba preparada para eso.

Horas después regresó al apartamento. El hecho de que las ancianas intentaran convencerla de que ellas se encontraban bien, sólo confirmó lo que tenía que hacer. Había reservado el baño para asearse, el edificio poseía una tina que era comunal. Una parte de ella no quería tomarse la molestia, pero otra parte no quería darle material a Malfoy para que se burlara de ella.

El vestido se amoldó a su figura perfectamente. No tenía ni idea cómo Malfoy había descubierto su talla, pero le quedaba bien. Era el vestido más bonito que se había visto en ese edificio en mucho tiempo. Las miradas se posaron sobre Hermione, mientras se dirigía a la red Flu comunal. Realmente no le importaba llenar de hollín el vestido, pero los demás la miraban extraño por eso.

Llegó a la mansión Black a las ocho en punto y fue recibida en la puerta por un elfo doméstico, que la guió hasta la sala de estar.

Draco se encontraba sentado en una de las sillas del lugar, con los pies apoyados en la mesa. Movía una mano en el aire como si estuviera encendiendo y apagando un interruptor invisible. Estaba vestido de negro, como siempre.

—Viniste —dijo él—. Sabía que lo harías. Aunque existía la posibilidad de que te acobardaras.

—Sabes que no tengo otra alternativa.

—Cierto —respondió él—, pero siendo una Gryffindor, no está en tu naturaleza reconocer eso.

Hermione sintió cómo la rabia comenzaba a acumularse en su interior, pero decidió que sería mejor mantenerse calmada y no comenzar una pelea.

—Al ser Slytherin, está en tu naturaleza el aprovecharte.

Él sonrió.

—Entonces nos entendemos a la perfección.

Hermione sintió el impulso de golpearlo de nuevo, pero se contuvo, ¿en qué demonios estaba pensando Malfoy? Ellos jamás iban a congeniar. Sería un milagro si ella no lo asesinaba antes de que la noche terminara. Se lo merecía, de hecho, la idea no sonaba para nada mal. Ella se permitiría soñar con eso.

—He ordenado la cena. Según mis cuentas, debes estar muriendo de hambre.

Hermione le regaló una mirada de desprecio. Desgraciadamente, tenía razón.

También he ordenado que les lleven comida a tus dos viejas —dijo él levantándose del asiento.

—Gracias —murmuró, a pesar de que Malfoy sólo estaba cumpliendo parte del trato.

El rubio tomó su mano y la condujo al comedor. El olor de la comida sobre la mesa le hizo agua la boca. Reconoció el aroma del pollo asado, patatas asadas, judías verdes y una rica y espesa salsa.

—¿Champagne?

Hermione asintió. Él expertamente descorchó la botella y llenó dos copas. Hasta el momento, las cosas estaban yendo de forma civilizada, mucho más de lo que había pensado, pero la noche recién comenzaba.

—Brindemos —indicó Draco mientras le entregaba la copa.

—Mejor no —ella dijo en voz baja.

—Por un acuerdo mutuamente satisfactorio.

Hermione quería vomitar, pero tomó un sorbo de su bebida. Las burbujas estallaron en su lengua, el licor poseía un sabor suficientemente seco como para permanecer en su boca. Era un buen champagne, por supuesto. Automáticamente pensó en sus padres y en la última vez que había bebido aquel licor para el cumpleaños de su madre, eso fue hace muchos años.

—Esto es la mansión ancestral de los Black, ¿no? —preguntó Hermione.

—Exacto. No queda ningún Black vivo, así que ahora me pertenece. De hecho, es de mi madre, pero yo vivo aquí.

—¿Ya no vives en la mansión Malfoy?

—Oficialmente sí, al igual que mi esposa. Ella vive allí públicamente, pero en realidad está en Escocia con su hermana.

—¿No viven juntos? —preguntó Hermione.

—No cohabitamos la misma habitación si podemos evitarlo —explicó rápidamente, el tema no era de su agrado—. Suficiente charla sobre mi querida esposa. De hecho, tengo varios lugares para vivir. Mi familia posee propiedades por todo el país. El declive de las familias en el mundo mágico está dejando casas en abundancia para los que quedamos.

—Grimmauld Place también te pertenece, ¿no es así? —ella preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

—Sí —respondió después de unos minutos—. Potter murió sin ningún heredero, por lo que la mansión volvió a los Black, es decir, a mí. Sé que tiene parientes muggles —continuó el rubio —, pero ellos no pueden heredar una propiedad mágica.

—No se lo merecen —ella respondió—. Y que lo diga yo, que no creo en la discriminación, es decir mucho. —Hermione sabía que, si salía a la luz que Harry Potter tenía una heredera, Draco perdería Grimmauld Place. Aunque sospechaba que al rubio no le importaría, después de todo, poseía varias casas.

—Vamos a comer. Estoy seguro que ya has esperando mucho para poder poner tus pequeñas y codiciosas manos sobre la comida —dijo él guiándola hacia la gran mesa. Había velas y las sillas estaban cerca una de la otra; estaba claro que la cena sería íntima. Draco se sentó en la punta de la mesa y Hermione se sentó a su lado. Era bastante obvio que el otro extremo de la mesa estaba reservado para la señora de la casa, no para ella.

A Hermione no le gustaba la forma en la que le hablaba; no obstante, resultó ser más civilizado de lo que había pensado en un principio. A lo mejor se estaba comportando bien para que ella no saliera huyendo. Tenía razón, había una gran posibilidad de que lo hiciera.

No conversaron mucho durante la cena. Hermione se sentía incómoda en aquel vestido. No es que fuese desagradable, sólo mostraba demasiado sus atributos. Supuso que a eso se refería Draco cuando dijo que ella tenía recursos.

Había comido poco, sentía su estómago lleno. La cena había sido fabulosa, pero era lo que sucedería a continuación lo que le ponía los pelos de punta. No sabía si podría hacerlo. Era la misma sensación que experimentaba cuando se sentaba en la silla del dentista. Sus ganas de huir quedaron anuladas por su intelecto. «Mantén la boca cerrada y desnúdate», se dijo a sí misma.

Su nerviosismo se incrementó el doble cuando Draco se levantó y la tomó de la mano, llevándola fuera del comedor, hacia las escaleras. Era extraño tocar a Draco. Y estaban a punto de hacer mucho más que eso.

Tenía dudas al respecto. De hecho, se sentía como un ataque de pánico; nunca había tenido uno, pero supuso que así se debería sentir. «Cálmate», se dijo a sí misma. No estaba caminando hacia su lecho de muerte. Era sólo...que sentía como si fuese a vomitar. Observó el techo de la mansión, procurando calmarse.

Draco siguió guiándola por un pasillo. La mansión de la familia Black le hacía honor a su nombre, ya que era muy oscura, las lámparas apenas iluminaban el camino.

—Malfoy, no creo que sea capaz de...

—Tienes que hacerlo —la interrumpió él—. No tienes otra alternativa. Haz de tripas corazón.

—Esa es una expresión muggle.

—Pensé que te gustaría oírlo.

—Esto no está bien.

—Está más que bien —dijo él—, como debe ser.

Hermione apretó los dientes.

—Tú no crees en estas cosas —ella dijo.

—Sabes que lo hago —indicó Malfoy—. Lo haré rápido. No eres virgen, ¿verdad?

—¡No lo soy!

—Bien. ¿Entonces por qué actúas como una?

—Porque esto está mal.

—La necesidad nunca es mala. Es lo que es.

—Tú no tienes necesidades —acusó ella.

—Cierto, pero como ya debes de saber, no creo que esto esté mal —dictó Malfoy. La atrajo hacia sí, deslizando su brazo alrededor de su cintura.

—Te estás aprovechando.

—Totalmente. —susurró y se inclinó para besarla.

—Uh... —fue todo lo que Hermione logró decir antes de que sus labios estuvieran sobre los suyos. Sabía que sucedería, pero aun así estaba sorprendida. Intentó relajarse, pero sus intentos se fueron por la borda—. Uh... —dijo de nuevo cuando Draco desabrochó el vestido. Este cayó al suelo y ella se apresuró a cubrir sus pechos con las manos.

—Bonita ropa interior, Granger —comentó. Hermione le obsequió una mirada de "vete a la mierda". Hacía años que no veía ropa interior bonita—. Con bragas así me cuesta creer que no seas virgen.

Ese comentario despectivo la ayudó. Enfrentarse a Malfoy era un territorio conocido. En cambio, la mano que la acariciaba el brazo y el cuello no eran algo normal. La mano llegó hasta sus labios y sintió su pulgar acariciar con fuerza sus labios.

—Yo te di esos dientes, ¿Te acuerdas? —susurró Draco.

—¿Qué?

—Si yo no te hubiera hechizado, y no te hubiera dado esos dientes grandes de castor, nunca hubieras tenido la oportunidad de cambiarlos a unos de un tamaño más apropiado.

—Yo no hice...

—Mentirosa —murmuró.

—¿Qué...? —comenzó ella—. Bueno, no es algo por lo que debas tomar el crédito.

—Malagradecida.

La tomó del rostro y tiró de ella para besarla con brusquedad. Estaba explorando su boca mientras caminaba hacia atrás. El motivo cobró sentido cuando sintió que sus piernas chocaron contra la cama.

La empujó hacia abajo y Hermione ni siquiera forcejeó. Se posó sobre ella, besando su cuerpo. Una de sus manos subió y apretó uno de sus pechos, acariciando su pezón.

No se sentía mal, pero tampoco se sentía bien. Sentía como si los nervios de su cuerpo no estuviesen conectados y las sensaciones no tenían ningún lugar a dónde ir. No se sentía excitada, pero tampoco se sentía asqueada. Se encontraba en una dimensión abstracta, como ver una película.

Draco se detuvo para quitarse la camisa, y después regresó a explorar su cuerpo. Estaba totalmente absorto en la tarea. Hermione sabía que estaba excitado. Cada tanto, Draco empujaba sus caderas contra ella, podía sentir lo duro que él estaba. Le terminó de sacar la ropa interior, arrojándola al suelo. Se sentó y la observó completamente desnuda, mientras le acariciaba las caderas y el estómago.

Cuando sintió que la había acariciado lo suficiente, él bajó la cremallera de sus pantalones y se acomodó para entrar. Nunca había imaginado que Malfoy se pudiera comportar así. Sabía que los humanos eran seres sexuales, pero ella había dejado de ver a las personas como seres sexuales, y menos veía a su enemigo de la infancia de esa forma.

Malfoy siseó cuando entró en ella. Hermione sintió la intrusión, pero de nuevo, la sensación no le causó nada. Era como sexo fantasmal. Un indicio de algo real, pero su cerebro no estaba registrándolo. Lo observó mientras entraba y salía de su interior. Su pálido rostro pasó de la concentración a la satisfacción, ocasionalmente una fugaz sonrisa adornaba el rostro del hombre. En un punto, sintió como si estuviera interfiriendo en algo muy privado, lo que era ridículo, pero esta era la experiencia más extraña de su vida.

Malfoy terminó con un gutural gruñido, colapsando sobre ella sin energía. Su respiración estaba agitada y en cuanto se calmó, salió de ella. Estaba completamente satisfecho. A los pocos segundos se quedó dormido.

Hermione se levantó y se puso el vestido en silencio. No estaba segura cómo se sentía, no había sido una horrible experiencia, más que nada fue extraño.

Draco estaba tendido en la cama, roncando ligeramente. Tenía los pantalones completamente desabrochados. Su... estaba justo allí. El dorso de su mano cubría su rostro. Su piel era muy pálida, él era guapo. Ella odiaba que lo fuera. En la escuela siempre circuló ese rumor.

Hermione recogió sus zapatos y ropa interior y bajó las escaleras. Trató de acomodar su cabello mirándose en un gran espejo que encontró, unos grandes y aturdidos ojos marrones le devolvían la mirada. Tal vez porque realmente se sentía aturdida.

Los hombres eran criaturas divertidas, pensó para sí misma mientras tomaba los Polvos Flu y regresaba al BM.

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Fin Capitulo Cinco

Notas: Adivinen quién volvió a las pistas, así es: ¡yo! Me tarde un poquito porque me quede sin beta XD y bueno tuve que buscar nuevamente a alguien. Mi querida Flame's Child, muchísimas gracias por ayudarme, mil besos para ti, te ganaste mi corazón. y bien pipol ¿qué les pareció el capítulo? Espero que les gustara tanto como a mí. 

Mi gente bella, los quiero a todos y muchas gracias por seguir leyéndome.

Naoko Ichigo

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