Ángel.
Esta tarde he quedado con los chicos en casa de Mark donde normalmente nos reunimos. Sus padres están casi siempre fuera, de viaje de negocios. Ambos dirigen una empresa y no les importa dejar a Mark solo cuando tienen que viajar así que cuando eso ocurre nosotros solemos venir aquí. Se podría decir que es un poco como nuestra segunda casa.
Llego a la puerta y dejo a un lado la moto que me regaló mi padre hace más de un año, cuando cumplí los dieciséis y pude sacarme el permiso de conducir.
Llamo al timbre y segundos más tarde me abre Mark. Nos saludamos chocando las manos y me da una palmada en la espalda.
- Pasa tio, los demás ya están aquí.
Nos dirigimos juntos hacia el salón donde veo a los otros dos sentados en el sofá.
- Hermanos mirad quien ha llegado.- Los otros dos se giran a verme.
Thiago se lleva dos dedos a la frente imitando un saludo militar.
- ¡Hey! .- Saludan al unísono.
Me acerco a ellos y chocamos las manos al igual que hice antes con Mark. Primero a Thiago que es el que está más cerca a mí y luego a Christian. Nos sentamos y veo como Mark se dirige a la cocina.
- Tío ya que estás en la cocina trae unas cervezas.- Grita Thiago el cual al estar sentado a mi lado me deja sordo.
- También puedes levantarte tú y venir a por ellas.- Le devuelve el grito desde la cocina.
Por mucho que se queje, Mark no tarda en aparecer por la puerta con cuatro botellas de cervezas. Nos da una a cada uno y se sienta al lado de Christian, quedando así en frente mio.
- Y bien Ángel.- El primero en hablar es el anfitrión de la casa.- ¿A qué viene esa cara tan larga?
Miro uno a uno las caras de mis amigos que me devuelven la mirada expectantes. Por último dirijo mi mirada a Thiago que mueve las cejas de arriba abajo. Maldito cabrón, sabe perfectamente lo que me pasa y se está divirtiendo a mi costa desde el descanso de esta mañana.
- No es nada.- Intento quitarle hierro al asunto mientras le doy un trago a la botella.
Parece que ninguno se lo traga porque me miran levantando una ceja y miran a Thiago en busca de una explicación.
Todos somos amigos desde la infancia, desde que nuestros padres decidieron apuntarnos al equipo de fútbol del colegio. Pero todos saben que Thiago tiene la maldita habilidad de leerme como si fuera un libro abierto. Si, se puede decir que es el que mejor me conoce de los tres y en ocasiones incluso mejor que yo mismo.
- No le ha hecho gracia que se mencionara como acabó después de la fiesta del viernes delante de las chicas.- Habla el mencionado riendo. Como si tuviera alguna gracia.
- Vaya, ¿y por qué nuestro querido amigo no quería que las chicas supieran cómo de borracho terminó en esa fiesta?.- Esta vez es el turno de Mark
- O tal vez ¿no será que no quieres que sepan como de acompañado y ocupado estuviste? .- Le sigue Christian consiguiendo que los demás se echen a reír.
- No es que no quiera que se enteren las chicas es solo que no quiero ser el motivo de los chismes del instituto.- Escucho un bufido que suelta el capullo a mi lado.
Se lleva una mirada asesina de mi parte. Si hubiese previsto la que me iban a dar con el tema de la rubia no me la habría follado. Aunque joder, tampoco sé de qué se sorprenden, ni que sea algo raro en una noche de borrachera ni el único de los cuatro que lo hace.
Flashback.
Me encuentro apoyado en una columna junto a la barra del bar viendo como Thiago y Mark intentan quitarle la copa al zanahorio, parece que esta noche nos tocará cuidar de un borracho. Aunque para ser sincero, yo no voy mucho mejor. Miro mi copa y luego a mis amigos. No podrán controlarlo en un periodo de tiempo corto, cuando Christian quiere seguir la fiesta no hay quien lo pare y yo me estoy divirtiendo lo suficiente viéndolo como para pararlo. Decido pedirme otra copa, me acerco más a la barra esperando a que unos de los camareros se acerque a donde estoy cuando noto una presencia a mi lado. Giro la cabeza y me encuentro a una rubia que me mira fijamente con una sonrisa coqueta en los labios. Le doy un repaso. Es alta y esbelta, con buenas curvas y unas piernas de infarto. Lleva un vestido rojo ceñido a su cuerpo como una segunda piel.
- Hola guapo ¿me invitas a una copa?
- ¿Entonces qué ha pasado con la rubia con la que pasaste la noche? .- Sigue hablando Mark sacándome de mis recuerdos de esa noche.
- Nada.- Pero cómo parece que esperan más detalles de mi parte añado.- Nos despertamos, se vistió y se fue. Ah y antes de que se fuera me pidió mi número.
- ¿Y se lo diste? .- Thiago es el más escéptico de los tres, sabe bien que no me gusta que cualquiera tenga mi número de teléfono.
- En realidad le di el de Mark.- Me encojo de hombros restando importancia mientras los chicos ríen, el nombrado pone cara de asombrado.
- ¿¡QUÉ HAS HECHO QUÉ!?.- No puedo evitar contagiarme de las risas de mis amigos mientras veo a un Mark un tanto indignado.
Tampoco recuerdo muy bien cómo pasé de invitarla a una copa a estar comiéndole la boca y metiendole mano en los sillones donde nos habíamos puesto los chicos y yo a terminar despertándome a la mañana siguiente en uno de los cuartos de invitados de Mark con ella dormida a mi lado.
Flashback
Me despierta la luz que entra por la ventana. Joder como me duele la cabeza y el que las cortinas no esten cerradas no ayuda en lo más mínimo. Voy abriendo los ojos poco a poco para que estos se acostumbren. Siento un brazo que rodea mi cintura y un leve movimiento a mi espalda. Giro con mucho cuidado de no despertar a la persona que duerme a mi lado. Lo primero que vislumbro es una cabellera rubia y los recuerdos de la noche anterior me empiezan a golpear en la mente. Me doy cuenta de que sigo como Dios me trajo al mundo. Mierda. Joder solo espero no haber sido tan gilipollas y haberme puesto un condón.
Vuelvo a girar apartando despacio el brazo para poder salir de la cama. Miro al suelo y encuentro mis boxer junto con el envoltorio vacío de un preservativo.
¡Gracias al cielo!
Parece que incluso con todo lo que bebí me dio para pensar y ser responsable.
Encuentro los pantalones tirados en el suelo de la puerta del baño y me los coloco.
Vale, ahora la parte difícil. Despertarla y pedirle que se vaya.
No sé ni cómo llegamos aquí, dudo mucho que lo hiciéramos en coche. Sino me la habría tirado ahí y no haría falta todo este lío. Busco mi móvil y cuando lo encuentro pido un Uber.
Me acerco a la cama con mucho cuidado.
Joder, esta es la parte que más odio, despertarla y pedirle que se vaya mientras rezas internamente para que no tenga una mala reacción.
Bien, vamos a echarle huevos.
Me acerco a ella y la muevo un poco por el brazo.
- Eh vamos, es hora de levantarse.- Lo digo en un susurro tranquilo pero que sea capaz de escuchar, intentando que no parezca que quiero echarla.
Parece que estoy de suerte cuando empieza a despertarse, se da la vuelta y me mira.
- Mmm... buenos días guapo.
- Te dejaré sola para que puedas vestirte.- Joder ¿dónde he dejado el tacto?
Cierro los ojos con fuerza y salgo cerrando la puerta a mi espalda dirigiéndome a la cocina. Me preparo un café mientras espero a que termine. Diez minutos más tarde escucho su voz.
- Hey guapo ¿dónde estás? .- Me dirijo al salón y la encuentro sentada en uno de los sofás. Me ve y esboza una sonrisa coqueta.- Por cierto, ¿me has dicho tu nombre?
Siento como mi móvil vibra. Lo miro y es la notificación de que el Uber está fuera esperando.
- Mark.- No sé porque no le he dicho mi nombre, lo que sí sé es que mi amigo me va a matar cuando se entere. Carraspeo intentando encontrar las palabras adecuadas para no ser un capullo integral.- He supuesto que no tenías coche así que te he pedido un Uber. Ya está esperando.
- Si, gracias.- Me dice mientras nos dirigimos hacía la puerta.- Entonces, encantada Mark. ¿Me darías tu número? Ya sabes, para otra fiesta.
Oh no no no y no.
Termino asintiendo y dándole el número de Mark.
Si, definitivamente me va a matar.
***
Cinco horas y varias latas de cervezas después me llega un mensaje al móvil, sacándome de mis pensamientos.
Carla 🌻:
He ido a recoger a Juliet del trabajo.
¿Nos vemos?
Yo:
Los chicos y yo estamos en casa de Mark, veniros.
Carla 🌻:
Okay.
Informo a los demás que las chicas vienen y les pido que no saquen el tema de la fiesta y mucho menos a la rubia que conocí en ella.
Aunque parezca que los chicos no se terminan de creer mis motivos, decía la verdad, no es que me importe que las chicas lo sepan en realidad, pero si saliera de nuestro entorno ya me convertiría en el pasatiempos de todo el instituto dejando vía libre para hablar de mi vida.
Quince minutos después suena el timbre de la casa. Esta vez es Thiago el que va a abrir la puerta. A lo lejos se escuchan unas risas femeninas. ¿Qué les habrá dicho para hacerlas reír? Tampoco me extraña, ese es el efecto Thiago en las mujeres, siempre sabe qué decir para hacerlas reír, a eso añadimos que es un payaso nato.
- Cabrones mirad que preciosuras acaba de traer el viento.- Las chicas le ríen la gracia al payaso y yo no puedo evitar poner los ojos en blanco.
- Hola chicos.- La primera en saludar es Carla.
Es la más extrovertida de las dos. Juliet en cambio es muy tímida, aún no se ha acostumbrado a estar con los chicos. Carla me contó que no siempre fue así, de niñas Juls era la más sociable de las dos pero algo pasó que cambió por completo. He de añadir que no me quiso contar que fue ese "algo" alegando que no debería ser ella quien lo cuente, cosa que comprendí. Eso no quita que me dé curiosidad y me cabrea a partes iguales ¿Qué mierda le hicieron? ¿Quién fue el desgraciado?
Terminando la ronda de saludos, me acerco a Carla que me abraza para luego acercarme a Juls, abrazarla y dejarle un beso en la coronilla. No sé en que puto momento eso se convirtió en una costumbre con ella.
Todos tomamos asiento en los tres sofás que rodean una mesa baja de cristal. En un sofá se sientan Thiago y Carla que mantienen una conversación la cual parece muy animada sobre biología, solo ellos dos son capaces de seguir hablando de cosas de clase fuera de estas. En otro estamos Juls y yo y en el último Christian y Mark.
- ¿Os traigo algo de beber? .- Pregunta este último a las chicas. Las cuales niegan con la cabeza.
- Trae otra ronda de cervezas, gracias.- Pide Thiago poniendo una sonrisa angelical que ninguno nos tragamos.
- Tú te levantas.
- Vaya, a ellas si pero a nosotros, tus mejores amigos de toda la vida, no. Eso está muy feo Thiaguito.- Se mete el zanahorio haciendo un puchero hacía Mark.
Noto como la enana que tengo a mi lado se ríe y no puedo evitar reír a su par.